Can I Love You? prologo
julio 30, 2008
6 comentarios
Bajo la fría noche que azotaba las calles de Chungnam, un pequeño de no más de 10 años temblaba, apoyado contra la pared de una casa. A esas avanzadas horas de la noche, la mayoría de la gente yacía en sus casas, disfrutando del calor de su hogar o de una agradable cena. Sólo la gente del bajo mundo, como prostitutas y sus clientes, se atrevía a vagar en la intemperie a esas horas.
El pequeño escondió sus manos entre la fina y desgarrada tela de su sucia camiseta, intentando huir un poco del frío que le calaba los huesos y lo inmovilizaba. Hace horas que había llegado caminando a esa parte del pequeño pueblo, y la falta de comida y abrigo lo habían obligado a permanecer inmóvil y sin fuerzas siquiera para salvarse.
Sentía que si daba un paso más, su cuerpo se rendiría completamente, dejándolo sin más opción que morir en esa fría y desolada calle, sin esperanzas que alguien lo ayudara.
Una pequeña brisa sacudió su frágil cuerpo, demasiado mal vestido para soportar el cruel invierno que azotaba Corea. Sus brazos y piernas comenzaban a dormirse irremediablemente, y aún a su corta edad, presentía que al momento que sus miembros no respondieran, no bastaría mucho tiempo para que cayera en la inconsciencia.
Y luego todo habría acabado.
Estaba demasiado débil de todos modos; había perdido la cuenta desde la última vez que había comido algo, y las calles aún le parecían algo ajeno, extraño, peligroso y oscuro. Aún no terminaba de asimilar que ése seria su hogar por el resto de su vida –si es que lograba sobrevivir.
Una sola lágrima rodó por su mejilla, enfriándose inmediatamente al contacto de la fría noche, y el pequeño cerro los ojos, sin fuerzas para seguir manteniéndose despierto.
Finalmente dormiría...
...y ya no habría más dolor.
Sólo segundos después que había cerrado los ojos, la completa oscuridad se apoderó de su ser; y apenas consciente se preparó para morir.
- -
Nueve años atrás había despertado entre cálidas mantas, rodeado de cuatro paredes y un techo, y una mujer que colocaba paños húmedos en mi frente. Y si no hubiera sido por el hecho de que el lugar me era desconocido, la sensación que producía en mi cuerpo habría sido la de un hogar.
Recuerdo haber tenido que pestañear varias veces para alejar la confusión de mi cerebro, y luego de unos minutos la mujer me indicó que descansara y no intentara levantarme, para poder recuperarme. Algo en su voz me hizo confiar en ella de inmediato, a pesar de ser una extraña, a pesar de que podría haber tenido miedo de que esta persona me hubiera secuestrado.
Pero no. No podía temer a esto. Vivir en las calles, con apenas las fuerzas para tenerte en pie, y sin nada que comer ni nadie que se preocupe por ti, rodeado de gente peligrosa que esperaba en el anonimato de la noche para tomar ventaja de la debilidad de algunos... eso era de temer. No el estar a salvo en un lugar cálido como ése.
Yo era un niño, apenas 9 años, cuando mama me recogió de las calles, luego de haberme encontrado congelándome y muriendo. Para cualquier otra persona, pudo haber sido sólo un niño más muriendo en estos difíciles tiempos, en este miserable pueblo donde la gente tenía que sacrificarse para comer. Ella pudo haberme dejado ahí. Después de todo, ¿A quién le interesa un niño sin hogar, delgado, pálido, débil y hambriento? ¿Por qué iba a importarle siquiera que estuviera muriendo?
Pero ella se apiado de mí, y me trajo a su casa, cuidándome hasta que me hube recuperado. Nunca terminaré de agradecérselo.
Pronto descubrí mas cosas de esta mujer. Aún en mi corta edad, entendí que esa gran casa donde me trajo, y en donde vivía mucha gente más, era una casa de prostitutas. Además de mí, solo había un chico más en esa casa, aunque en ese entonces no supe las circunstancias en las que había llegado a la casa. Luego me enteraría de que la madre de JongHyun había trabajado en esta casa, y había muerto dando a luz, por lo que JongHyun solo conoció esto como su único hogar.
En ese tiempo, mama me alimentó, me dio refugio y lo único que pidió de mí fue que ayudara en algunas labores de la casa, como limpiar y lavar los platos. A veces también ayudaba a cocinar a las chicas. A veces las acompañaba mientras cosían la única ropa que tenían, diciéndome con un tono de resignación que no teniendo muchos recursos, debían aprovechar lo que tenían para que los hombres se fijaran en ellas y pudieran ganar un poco de dinero, mientras aún eran jóvenes. Una vez una de ellas me contó como muchas de sus compañeras pronto abandonaban la casa, porque la vergüenza de que ya ningún hombre las solicitara era demasiada para quedarse y afrontarla.
Yo era apenas un niño, con un vago conocimiento del mundo, pero algo me quedó muy claro: ser atractivo y joven significaba la posibilidad de ganar dinero aquí.
Cuando tenía doce años, aprendí a cocinar con una de mis nunas, y de a poco fui mejorando. Ella solía decirme que mientras más cosas aprendiera, mientras más cosas pudiera hacer, más fácil me sería sobrevivir en el mundo, y por eso cada día intente hacerlo mejor. Otra de mis nunas me enseñó a coser, y así pude ser de más ayuda a mis nunas.
En el día, era libre para vagar por la casa todo lo que quisiera, pero en la noche, estaba autorizado sólo a permanecer en la habitación que compartía con JongHyun. A los doce años, ya sabía lo que pasaba en la noche en las demás habitaciones de la casa, las habitaciones de las chicas, pero aún así se nos tenía prohibido estar cerca de esa parte de la casa.
Cuando cumplí 15, terminaba de hacer mis labores en la cocina, cuando noté que el cielo ya se había oscurecido. Rápidamente me apresuré a mi habitación, cuando un hombre entró a la casa. Estaba ataviado con un elegante traje, y se veía que tenía mucho dinero. Después de pasar la entrada con la confianza que da la costumbre, llegó a unos pasos de mí. Por unos momentos me sentí intimidado con su mirada. Era un hombre mayor, y yo sólo tenía 15 años, pero su mirada estaba quemándome. A pesar de que nadie me había mirado así antes, una parte de mí entendió qué estaba pasando. Segundos después mi nuna favorita se había acercado al hombre, tomándolo del brazo, y lo había llevado adentro a su habitación, no sin antes darme una mirada de reprimenda para que volviera rápido a mi habitación.
Esa fue la primera vez que me di cuenta de que era atractivo. Me di cuenta de que un hombre, aunque mayor, aunque adinerado, aunque de clase alta, podía mirarme y desearme. Y sabía que eso era una condición a mi favor.
Me costó un año después de eso, aprender más cosas acerca del trabajo de las chicas. A veces podía escabullirme afuera de mi habitación, sin que mama me viera, y espiar alguna habitación. Ya tenía casi 16, y entendía lo que el sexo significaba, a pesar de nunca haberlo experimentado.
Aunque JongHyun era unos años menor que yo, y aunque ésta era una decisión mía, necesitaba aprender con alguien. Y él era mi mejor opción, ya que sólo semanas antes había notado como su mirada me seguía alrededor de la casa.
Los detalles de la noche en que perdí mi virginidad con JongHyun los llevo en mi memoria. Desde su cálida respiración sobre mi cuello, hasta la manera torpe en que intentaba hacer lo que le decía. La verdad esa primera vez había sido torpe y dolorosa, pero al menos ya había experimentado un poco del tema.
Así, meses después, con 16 y medio, me encontraba frente a mama pidiéndole que me dejara trabajar como las chicas. Ella se negó rotundamente en un principio, pero yo no me daría por vencido. En ese momento no vi el dolor en su miraba, no pude darme cuenta de la agonía que era para ella verme a mí, a quien consideraba su hijo, casi como JongHyun era su hijo también, pedirle semejante cosa. No pude ni siquiera imaginarme que su “no” era un modo de protegerme del cruel mundo en el que tenían que vivir mis nunas. Era un modo de alejarme de eso, y darme una vida más fácil.
No pude entenderlo en ese momento, por lo que insistí mas fervientemente, diciéndole que entendía que era lo que significaba, que sabía lo que me esperaba, a pesar de que no tenía idea.
No tenía la menor idea de cómo era en realidad ese mundo.
Siempre había vivido junto a ese mundo, pero sin estar inmerso en él, por lo que cuando ella bajó la mirada, derrotada, luego de que le había rogado de rodillas que me dejara ganar dinero de esta nueva manera para mí, no entendí el dolor que tomaba lugar en su alma. Y sólo le sonreí y me abracé a sus piernas, dejando que ella acariciara mi cabello largo y oscuro.
“Mi pequeño JaeJoongie...”
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Es tan solo el prólogo y ya me parece que su historia es espléndida!
ResponderEliminarTengo mucha curiosidad e impaciencia por saber que ocurrirá >.<
Por favor, actualicelo tan pronto como pueda!
Gracias! n_n
ahhhhhhhhhhhhh! yo pagaria una fortuna
ResponderEliminarpor Jae!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.
...bno y qien no?... jeje
waoooo la historia promete espero la conti
ResponderEliminares waooooooooooooooo
ResponderEliminargenial el prier capi tb esta buen he eido de atra hacia adelnate xD
e squ eno sbaia quee sto tenia prologo xD
ahhhhhh que monada!! ahora comento por capi hihihhi, jaejoongie *w* oh dios, quien no recogeria a jae!! >< sin eso aahhh quiero un yunjae!!
ResponderEliminaroh dios! es el mismo Jonghyun qe creo qe es? >.<
ResponderEliminaresta buenaso para ser prologo ;)