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Cuando Dices Annyeong: Cap 11

"Me dices tan claramente esas palabras ... ¿cómo deseas que reaccione? 
-Me gustas- es una corta palabra difícil de decir, pero sus labios la lanzaron sin problemas.
Bien, si antes era difícil encajar que Junsu dijese "Adiós", ahora seria imposible de soportar."


Su brazo rodeo firmemente la estrecha cintura femenina, mientras su voz resonaba en toda la estancia. El rostro de Junsu cambiaba casi por completo, gesticulaba exageradamente, y su voz era maliciosa, haciendo que la mujer retrocediera perpleja y atemorizada, cayendo definitivamente al suelo.
Los delgados dedos de uñas negras acariciaron la mejilla de la joven, mientras su voz seguía inundada por un canto malévolo, el cual se intensifico en su risotada final.

Yoochun nunca había visto cosa semejante. Se arrepentía de no haber acudido a uno de esos ensayos en el pasado (o más bien su pasado). Era fascinante, aún sin las lustrosas ropas y maquillajes, solo en una sala común y una ropa ordinaria en todos los participantes, se veía magistralmente mágico.

— ¿Ha venido a ver a su compañero? — pregunto una voz adulta procedente de un hombre canoso que se encontraba justo a su lado, y el cual coordinaba aquella sala.
— Sí, así es. Siento ser una molestia — Yoochun se disculpo, pues había aparecido en los ensayos sin aviso de ello, y ahora se encontraba en uno de los rincones de la sala observando en silencio aquello con sus brazos cruzados sobre su pecho.
— No, no es una molestia. Usted puede quedarse el tiempo que desee  — aquel hombre le tranquilizo, incapaz de decir que Park Yoochun era un molestia, o algo similar, y lo dijo con tal formalidad que parecía incluso agradecido de que Yoochun apareciera por allí.
— Disculpe — se apresuro a decir Yoochun al sentir su celular vibrar bajo su ropa, se apresuro en sacar su teléfono del bolsillo y atender la llamada bajando respetuosamente su voz.


— Has recibido una buena reprimenda ¿verdad? — la voz de Junsu apareció tras él nada mas colgar la llamada que hacia unos minutos había atendido. Al voltearse observo a Junsu, quien bebía agua de su pequeña botella transparente con avidez después de haber dejado sus cuerdas vocales desgastadas en el ensayo.
— Odio que tengas razón — afirmo Yoochun, ya que ciertamente la llamada que había recibido se trataba de una buena regañina por parte de su manager.
— En realidad, entiendo que te regañen. Sí continuas por aquí, acabaran añadiendote en el elenco del musical — limpio los restos de agua de su boca con el dorso de la mano mientras sonreía.
— Quizás acabaría quitándote el papel ... — dijo seguro de sus capacidades
— Hacer de la muerte, es mas complicado de lo que piensas — le advirtió Junsu.
Yoochun murmuro: — Suena tan irónico ... — <<.Junsu-ah haciendo de la muerte .>>


(( Aquellos últimos días, Yoochun los había pasado tal y como en ese momento: pasando gran parte de su tiempo con Junsu, como era su plan hacerlo de ese modo.
Incluso en uno de los instantes en los que quedaba con el menor, Yoochun a penas era capaz de recordar que los días se estaban agotando tan rápido como el tiempo que trascurría.  Y de pronto sintió que pasar agradables momentos con Junsu solo hacían que las agujas del reloj fueran más y más rápido. Yoochun, empezó a apuntar locamente la fecha en todos los calendarios que disponía, y en todas las agendas que podía tener, por miedo a olvidar una fecha y una hora que eran imborrables y que cada vez estaban mas cerca.

Yoochun seguía descubriendo que Junsu continuaba siendo igual que hacia unos años. Su rostro había levemente cambiado, y su forma de vestir era en muchas ocasiones mucho mas formal que antaño, la que acompañaba junto con unas lentes oscuras cuando ambos quedaban en alguna de las cafeterías favoritas del menor.
Pero su sonrisa quedaba tan intacta como hacia años atrás -cuando pasaba mas tiempo junto a él-, también  los indiscutibles despistes de Junsu se mantenían intactos, como  el hablar sin parar y llevarse sin querer el café caliente a la boca, quemándose los gruesos labios por no haber sido capaz de darse cuenta del ardiente liquido, logrando que Yoochun riera sin parar, ya que eso era bastante típico en Junsu, tan jovial como de costumbre.
Jovial a pesar de que días atrás había confesado un claro "me gustas" y no había recibido contestación alguna por parte del pelinegro, salvo los siguientes encuentros en casa de este, en los que también habían ocasionales momentos tan íntimos como el anterior, dejando a ambos completamente confusos ante su, de repente, extraña amistad. ))

Pero actualmente estaban en aquella sala de ensayos, que ahora tras haber concluido aquellas pruebas, se presentaba silenciosa.
— ¿Qué tal si te llevo a casa? — le pregunto Yoochun recomponiéndose de sus pasados pensamientos. Dispuesto a seguir siempre esa misma rutina, dándole poca o nada de importancia a la vergüenza que ambos tenían ante sus sucias acciones pasadas, pero que extrañamente no podían dejar de realizar desde aquel primer contacto.
— ¿Puedo ir a la tuya? — Junsu contesto con otra pregunta, tan directa como sus inmóviles iris sobre los ojos de Yoochun.
—  ... — apenas sin poder responder, de pronto su pequeña conversación fue interrumpida.

— ¡Junsu! — se escucho una exclamación alegre de un hombre que se acercaba a ambos en la pequeña sala de ensayos.
Yoochun lo conocía, pero no lograba recordar el nombre de aquel compañero de reparto de Junsu, pero, supuso que tampoco era importante de recordar
— ¡Buen trabajo! Se esta acercando el día del estreno y cada vez lo haces más magnifico — le alabo desmedidamente.
Junsu con el rostro envuelto en emoción contesto: — ¿Enserio? Gracias. — tan cortes ...
— Te vi en aquel parque ..., cerca de la estación ¿Vas a ir de nuevo? — le pregunto aquel hombre.
— Sí. — La conversación entre ambos no duro mucho más, unas cuantas palabras más y la vista de Junsu volvió a dirigirse a Yoochun, quien parecía haber estado extremadamente atento a la corta conversación que ambos habían mantenido.

— ¿Al mismo sitio en el que estuvimos el otro día? — le pregunto Yoochun, intentando no parecer tan fisgón.
— Sí — le contesto. El rostro de Yoochun cambio ligeramente — Siempre voy a ese sitio. — añadió Junsu, con lo que Yoochun quedo aún más aturdido, pues había creído ignorante que solamente él había sido citado por el menor en aquel lugar aquel día, pero ... saber que Junsu quedaba allá con todas sus demás amistades, a Yoochun le hacia sentirse arraigado en el montón ...
<<. Conozco a Junsu hace años, ¿Cómo diablos puede ser que no supiese cosa tan simple como los lugares que frecuenta? .>>
Como amigo aquello había sido demasiado lamentable de saber, haciéndole recordar lo distante que había estado de él tiempo atrás.

— No deberías hacer eso. — Yoochun lo dijo con tal seguridad que Junsu le miro sorprendido y con su expresión preguntaba un claro "¿Por qué?"
— Sí alguien ve que Junsu siempre esta en el mismo sitio, entonces di adiós a tu sitio de tranquilidad .... Aparecerá un gran montón de personas esperando ver a Junsu. Deberías ser menos constante en tus acciones — le advirtió.
— Entonces no debería ser constante con todo lo demás — puntualizo, refiriéndose con ello a la rutina diaria que Yoochun había ya planeado esos días.
Junsu volvió a llevarse la botella de agua a los labios tras soltar su indirecta, para después mirar al mayor esperando su respuesta.
— Hay cosas que nadie ve y nadie sabe, por lo que realmente da igual la constancia con la que se haga — contesto — Pero supongo que hoy tomaras otro camino, quizás mañana, podamos seguir hablando ... — supuso que Junsu ya había hecho planes en la conversación anterior, así que Yoochun se disponía a dar media vuelta.

— ¡No!, da igual — le detuvo Junsu, mucho antes de que le pudiese dar la espalda  — No creo que suceda nada si hoy decido no ir ... — había sido una opción, pero en realidad había parecido un ruego, un silencioso: "Esta bien si ahora no voy a otro sitio, solo dejame ir de nuevo a tu casa"; frase que había sido incapaz de salir de esa forma de su boca, pero que había sonado indudablemente igual.


~~~~~~~


Después de aquella camuflada implorador, y aquella anterior petición, finalmente la ruta les llevo justo a casa del mayor de ambos.

Y tal y como si Junsu estuviese programado desde aquella primera vez, se descalzo nada mas entrar por la puerta, dejando a Yoochun atrás, como si se tratase de su propia casa. Cansado por el reciente horario, se dirigió silenciosamente a la habitación cercana, en la que se encontraba el inconfundible y agradable olor de Yoochun envuelto en toda ella, incluso en la cama en la que Junsu, apenas sin haber dicho ni una sola palabra, echo a un lado sus azuladas sabanas, se tumbo, y se cubrió con aquella sabana. Cubriendo su cuerpo vestido.

Yoochun apareció y observó el interior de la habitación, en donde Junsu se había metido y envuelto en sabanas, como una especie de "gato escondido bajo las mantas": — Junsu ... ¿Dónde quedaron tus modales? ¿Qué es eso de tratar mi casa como propia? — le reprendió.
— ¿Dónde quedo tu hospitalidad? — pregunto sorprendido desde el interior de la cama — Estoy cansado — se quejo en un tono suave que a Yoochun le hizo recordar a aquel mismo tono con el que Junsu dijo: "Yoochun, me gusta", palabras que aún ahora no había logrado hacerlas desaparecer de su subconsciente, no sabia el por qué, pero él también sentía que le gustaba, o al menos algo de Junsu le había comenzado a agradar sin un por qué o explicación.

— Al menos ... quitate las ropa de calle para tumbarte en el interior de mi cama — le dijo con plena y extraña pulcritud, al mismo tiempo en el que entraba completamente a la habitación.
— ¿Qué clase de frase es esa? — pregunto Junsu alterado, e increíblemente sin mas molestas e insoportables quejas, se quito velozmente las prendas bajo la celeste sabana, dejando su cuerpo cubierto por ella, como únicas pruebas de su desnudez sus hombros desvestidos, la ropa en el suelo, y el rostro rosado como cerezo en flor.

Yoochun se acerco con paso exhausto— Yo también estoy agotado — dijo mientras se sentaba sobre el otro lado de la cama.
— Sinceramente, no te he visto hacer nada hoy — le increpo Junsu escondido, dándole un puntapié con sus palabras.
Yoochun sonrió con sarcasmo por aquella frase, se quito con ligereza la ropa superior, dejando ver su pecho lechoso y algo delgado en el que llamaba considerablemente la atención el tatuaje en su torso, que Junsu miro con disimulo y curiosidad durante un tiempo.
Tras ello el pelinegro retiro las sabanas para recostarse al lado, y descanso su cabeza sobre la almohada, completamente rendido.

Y de ese modo se encontraban recostados boca arriba en la cama uno junto al otro, en un silencio similar al que debían tener los sepulcros.

— Yoochun ... — dijo en un leve murmullo, como si ambos estuviesen en mitad de la noche (cuando no era el caso) y le despertara de un modo suave.
— ¿Hm? — inquirió con un sutil movimiento de boca
— Esto es realmente embarazoso — reafirmo lo ya bien sabido por ambos: Aquellos momentos eran realmente incomodos.
— Sí... — Yoochun contesto a la vez que se incorporaba hacia un lado, a la par que lo hacia Junsu, quedando ambos recostado uno frente al otro.

Y ahora, tras otras anteriores ocasiones, parecía sencillo besarle. Acercarse y llevarse a Junsu a los labios resultaba mas fácil que al comienzo, y reconfortante al ser correspondido, como en ese momento lo era.  Como muchas de las otras cosas de las que Yoochun se arrepentía, besarle era una de esas cosas que hubiese deseado hacer antes, pero nunca habia imaginado. Aunque siempre se había burlado del menor para entretenerse, debía de admitir que besaba realmente bien a pesar de su temblorosa boca la cual ahora rozaba.

Yoochun disfrutaba pasando sus labios por el cuello de Junsu, el cual latía con fuerza, como si  tuviese el corazón atrapado en la garganta.
Su piel era cálida y su latidos intensos. No había modo mas claro de sentir un cuerpo mas vivo que en esos momentos. Y cuando él ejercía una presión tersa sobre su sexo, automáticamente la expresión cambiaba y el color tomate se extendía en todo el rostro del menor.
Sí, su semblante estaba mas vivo que en cualquier otra ocasión. Quizás esa era una de las razones por las que, a pesar de no ser atendido ni consolado por Junsu, sentía que gozaba de ello, de las fuertes palpitaciones del imparable corazón de Junsu, que parecía escucharlo latir desde su posición.

La mano de Junsu se dirigió al brazo delgado, desprovisto de sabanas, visible y desnudo de Yoochun, el cual presiono con sus dedos de uñas aún pintadas en negro. Oprimió su brazo entre sus contenidos jadeos, en esos momentos en los que el bombeó de la mano de Yoochun era lo más parecido al edén que había sentido en su vida. Entreabrió excitado sus rosados, gruesos y ensalivados labios y estrello su sonrosado rostro en la clavícula del mayor, tapando su cara sobre su piel cuando sintió que al cabo de un tiempo su cuerpo no podía soportarlo más.

— Gracias ... — musito Junsu, agradecido de que le ayudara a descargar gran parte de su deseo en las celestes sabanas.
Tras aquel leve agradecimiento, Junsu se aparto de inmediato de Yoochun, soltando la mano de su brazo, dando así media vuelta sobre la cama hasta darle completamente la espalda, como siendo incapaz de mirarle a los ojos durante un tiempo ...

Junsu miro a su alrededor la habitación ordenada de Yoochun, y la pequeña mesa de noche que se presentaba justo al lado de la cama, y donde ahora dirigía la mirada.
— El otro día ... — hablo Junsu de pronto, intentando cortar aquel silencio  — Parecerá una tontería ... —  Yoochun, desde atrás, se mantenía atento a la conversación — pero realmente pensé que las cosas cambian de un momento a otro, y ... yo también he cambiado. — Junsu continuo hablando y paro tras aquella última frase, respirando profundamente para continuar:  — Aquella primera vez, sólo quería que no volvieras a tocarme, como ya te lo dije en ese momento ...., y sigue siendo extraño. Pero ahora, mirame ... — Junsu cambio su tono a un modo irónico  — ... estoy aquí, desnudo, junto a Yoochun .... y me pregunto si esto es realmente una broma, y pienso en como de verdad las cosas pueden cambiar de un momento a otro —

Concluyo, sin saber si Yoochun le prestaba atención, ya que no le observaba directamente, hasta que escucho su voz (la que no había escuchado en largo rato):

— Sé lo que significa que las cosas cambien de un momento a otro — la voz de Yoochun se escuchaba tras su espalda seguro de sus palabras, pues el mayor había visto que todo había cambiado en cuestión de segundos en mas de una ocasión   — Pero ya que me cuentas lo que te aflige, yo también siento que todo es extraño. — afirmo el mayor de ambos, para continuar:
— Sin ir más lejos, hace poco, cuando estabas conversando como ese compañero tuyo, en la sala de ensayos, sentí que él sabia más cosas de ti que yo, y ...— tuvo que parar de pronto, pues observo que la espalda de Junsu temblaba convulsivamente y de forma extraña.
—  ¿Junsu? — pregunto preocupado. De pronto escucho el sonido de su singular risa.
— Euhaha, es demasiado gracioso ... — dijo el menor, quien no podía parar de reír moviendo su cuerpo mientras tapaba sus labios con ambas manos, e intento solventar su celosa amistad afirmando:   — Creo que Jaejoong y tú, y quizás Changmin y Yunho también, sois unas de las personas que más me conocen, pero siempre dicen que nunca llegas a conocer a una persona completamente ... —
—  Yo quiero conocerte completamente ... —
Junsu no observo el rostro con el que Yoochun dijo aquello, pero su voz fue tan cautivadora como segura.
— Creo que ya has conocido mas de mi de lo que te correspondería conocer —

Sabia que Junsu estaba en lo cierto. Había conocido de él más de lo que nunca se habría imaginado conocer. ¿Debía darse por satisfecho y dejarle marchar?

Junsu movió nevioso sus pupilas mirando una parte a otra de la habitación, mientras seguía tumbado hacia un lado.
Desde su posición, podía observar el pequeño calendario de sobremesa, apoyado sobre aquella mesa de noche que se presentaba frente a él.  Aquel calendario mantenía sus días en color negro y blanco, bastante simple, por lo que resaltaba descomunalmente el color rojo del día señalado.

— Me he dado cuenta, que en todos los calendarios que tienes, este día ... — dijo Junsu mientras extendía uno de sus brazos para llegar con su dedo indice a tocar aquel día señalado en rojo  —  ... esta señalado en todos, ¿temes olvidadlo? ¿es algo importante? — le pregunto con curiosidad.
De pronto sintió como el brazo de Yoochun pasaba por encima suya y su mano llegaba a aquel calendario, el cual bajo para ocultarlo.
— No es importante ... — contesto con sequedad.
—  ... — Junsu quedo confuso por aquella fría contestación, giro su cuerpo sobre la cama, hasta llegar de nuevo a estar tumbado frente a frente con Yoochun, quien mantenía de pronto unos ojos acuosos y abatidos después de su distante contestación.

— Esta noche se realiza una fiesta, o algo así — Yoochun dijo de pronto aquello cambiando el tema del que a Junsu no le dio tiempo a interrogar.
— ¿Qué fiesta? — pregunto el menor, quien parecía haberse olvidado por un momento de que ambos continuaban desnudos bajo aquella suave y lisa sabana, mientras observaba al pelinegro frente a él con la mitad de su rostro hundido en la almohada.
— En realidad se trata de una celebración. El elenco del drama se va a reunir ... —
— ¿Eso no es lo que se hace cuando se termina el rodaje completo del drama? —
— Sí. — Yoochun sintió que Junsu era bastante fácil de manejar, pues rápidamente olvidaba el tema anterior — Pero pensaron que seria bueno conocernos, y querían realizar una celebración al iniciarlo — le explico.
Junsu abrió sus ojos y comento exageradamente: — ¡Ah! Te tengo envidia. ¿Qué es eso de hacer fiestas o celebraciones sin tan siquiera terminar el trabajo? —
— De igual modo no creo que vaya ... —  contesto alicaído, mientras se movía sobre la cama para ponerse boca arriba.
— ¿Por qué? Podrás conocer mejor a los compañeros, estos días estarás mucho tiempo con ellos, y no me creo que Yoochun no quería ir a una fiesta... —
— Si no fui antes ¿Por qué iba a ir ahora? — comento sin tan siquiera razonar.
— ¿Antes? — pregunto Junsu confuso.
Yoochun pensó que realmente era un imbécil ¿Cómo se le ocurría hablar sin pensar? Había momentos en los que lograba olvidar que era el único que estaba reviviendo aquello días. — Vale, quizás vaya esta noche ... — su técnica de desviar el tema siempre era útil con Junsu, quien contesto:
— Creo que todo el mundo estará esperando a Yoochun ... —

Y de nuevo apareció un silencio incomodo (que les hacia recordar el estado despojado en el que se encontraban), y que rápidamente Yoochun intento hacer desaparecer:
— ¿Quieres ... que te enseñe la partitura que tengo? Tengo el piano en el salón, quiero tocar .... —  dijo como una necesidad vital. Junsu asintió con la cabeza, aún sobre la almohada. — Cuando te marches, intentare arreglar la canción. Pero a Jaejoong se le da mucho mejor los arreglos, y sin duda con el estudio que tiene en su casa podría hacer maravillas por ti — le explico, mientras se incorporaba quedando sentado, y se frotaba con las manos los cansados ojos.
— Sólo ayudarme con la composición y escribir el rap, y me daré por satisfecho, no hace falta que te molestes con arreglos  — le tranquilizo.
— De igual modo, ven mañana, si no estoy ... dejare todo preparado en el salón, te daré las llaves —

Todo aquello era muy confuso, ambos habían tenido una prolongada conversación en la cama, tal y como una pareja enamorada haría. Junsu no recordaba en ninguna de sus relaciones anteriores haber hablado tanto tiempo en la cama, salvo ahora. Pero hablar con Yoochun se había convertido en algo bastante extraordinario, ya que Yoochun era un hombre bastante afable y sus conversaciones eran divertidas y entretenidas, Junsu disfrutaba de su compañía incluso en ese momento.

Su corazón paro de pronto mientras seguía tumbado. Todos sus pensamientos eran sobre la amabilidad de Yoochun, y este último le estaba mirando fijamente con unos ojos negros e inmoviles rodeados por unas pestañas largas y finas.

Ambas miradas se encontraron mantenidas durante un tiempo de silencio, en el que Yoochun, sin desviar su mirada dijo:
— Junsu-ah, … también me gustas — en un siseo audible.
— ¿Qué significa eso? — le pregunto Junsu con ojos extrañamente inocentes.
Las redondas mejillas de Yoochun se sonrojaron aún sin desearlo — ¿Cómo que qué significa? ¿Qué crees que significa? — le pregunto avergonzado y molesto, al fin quitando sus ojos de los de Junsu, el cual no pudo evitar sonreír de manera camuflada, risueño por haber escuchado aquel sorprendente y revelador siseo.

Pero no era consciente de que todo aquel bienestar tenia fin. La felicidad no era algo interminable, simplemente era algo temporal. Cuando al fin se había habituado a Yoochun y su presencia tanto como la suya propia, la tranquilidad se vio de pronto turbada ...


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