Estaba recostada en mi cama, tratando de conciliar el sueño para mañana asistir mi último día de la escuela y al fin comenzara el fin de semana, mientras trataba de hacerlo, ese audible sonido muy lejano pude reconocer haciéndome enchinar el cuero, nunca lo había escuchado o quizás nunca me había tocado oír aquel aullido de ese tan temible can salvaje.
Cuando salí tarde por practicar un tanto la ceremonia de la entrega de papeles, debido a que ya estaba a finales de parciales para al fin egresar de dicha preparatoria, las horas que creí que duraría aquello no fue como lo había planeado, se hizo mas extenso, así que no tuve otra alternativa mas que caminar cautelosa mente por aquellas calles oscuras, alumbradas por uno que otro farol, escuchando como los automóviles pasaban por de lado, ansiando de que mi padre o alguien conocido pasara y pudiera irme con él.
Como siempre he dicho, yo no contaba con mucha suerte, así que me resigne tratando de decirme a mi misma que llegaría a casa sana y salva. Mantenía todos mis sentidos lo mas despierto que podía, no es que fuera paranoica pero nunca se sabe lo que a uno le pueda pasar, el camino se me hacia eterno, estaba desesperan dome, así que acelere mis pasos y en medio trayecto escuche en lo mas lejano ese aullido de nuevo, dándome entender que era mas noche de lo que creía.
Finalmente llegue de una caminata cardíaca, logre llegar a mi casa, solté un suspiro de alivio al sentir como esas paredes ya me protegían. Sin miramientos me fui directo a mi cama para poder dormir plácidamente por el largo día.
...
Al día siguiente, mi padre me despertó temprano.. había olvidado que pasaríamos un sábado de campo. El día estaba nublado sin embargo no parecía llover pero es lo que mas temía, ya que la lluvia podría arruinar nuestros planes sin embargo mi padre no dio marcha atrás y nos dirigimos hacia el centro de aquellos arboles altos y frondosos que de seguro albergaba vida salvaje, pero aun así fuimos preparados por si alguna situación se presentara.
- a esto le llamo aire puro - mi padre llenaba sus pulmones en un inhala miento largo
- ¿a humedad? - bromee mientras preparábamos todos para colocar las cosas
Seguimos platicando de cosas cotidianas mientras acomodábamos todos los utensilios para comenzar a almorzar, pero aun tenia esa congoja de que el clima pudiera empeorar así que solo me limitaba a disfrutar de lo que pudiese durar, sin embargo pasaron minutos y un par de horas y parecía no condensar aquellas nubes. Comenzamos a recorrer no muy lejos de donde estábamos para ver que nos aparaba aquel bosque, escuchábamos a unos que otros pájaros cantar, pero de pronto un estruendo nos asusto, avisando que no tardaría mucho para que la lluvia ahora si descendiera así que nos regresamos apresurados para subir todas las cosas. Comenzó a soplar un viento que se me hacia imposible retener la manta que habíamos utilizado para colocar las cosas encima, pero no contaba a que otras cosas pequeñas volaran. Mi padre tomo del mantel y me pidió a que fuera por el sombrero y otras cosas que habían volado.
Detrás de aquel molesto sombrero corrí, la delgada estela de lluvia comenzó a caer, maldiciendo por la suerte que habíamos tenido a lo último, así que tome molestamente el sombrero que tanto me había hecho recorrer, y sobre todo por lo mojada que ya estaba, estaba un tanto retirada de donde estaba así que me eche acorrer, pero al llegar me encontré con algo peor, el auto estaba estancado, el motor rugía pero no avanzaba, mi padre salió molesto del coche pidiendo que yo acelerara mientras el empujaba, así que de esa manera lo hicimos pero aquello no daba resultado, cada vez que mas aceleraba el hoyo era mas grande. Tome mi celular viendo si tenía un poco de señal pero no, estaba nulo, tuve la tonta idea de caminar hacia un poco a la salida de aquel lugar para poder tomar un poco mas señal y así pedir ayuda, solo así podríamos salir o la otra opción era esperar a que pasara la lluvia. Así que sin hacerle caso a las omisiones que me decía mi papa me aleje de donde estábamos tratando de agarrar un poco de señal.
Mis pies comenzaron hacerse pesados, debido a que la tierra estaba totalmente húmeda y se me dificultaba ir más rápido, en esos momentos frente a mi atravesó un gran ciervo corriendo pero no iba solo, detrás de él estaba un felino grande, me quede estática por lo que había visto pero el felino pareció no poder alcanzarlo, mis piernas temblaron al miedo que comenzaba a recorrer mi cuerpo, diciendo que lo que había hecho era una completa idiotez, ahora estaba a metros de donde estaba a mi papa, y por más que corriese me alcanzaría sin problemas ¿pero dónde me escondería? era imposible, aquel animal me rastrearía y sin duda me encontraría para aliviar su hambre. No sabía que hacer ni a donde moverme, intente regresar a donde estaba, corrí rogando poder salvarme pero escuche un gruñido y unos pasos pesados que se escuchaba a lo corto, voltee ligeramente mi cabeza para visualizar aquellos ojos fieros detrás de las hojas que estaban a unos 10 metros lejos de mí, su cuerpo se inclino hacia abajo para después tomar pulso y echarse a correr donde yo estaba. Grite desaforada por aquel momento, escuchaba claramente los jadeos del felino acercándose sintiendo que en cualquier momento me clavaría sus garras en mi espalda para derribarme. La tierra no estaba a mi favor, mis pies se hundieron en terrible desliz de rocas que me hicieron caer, me gire esperando a que el animal se me echara encima, observando como aquello se acercaba cada vez mas al verlo a unos cuantos pasos hacia a mi, cerré los ojos escuchando un rugido mas acompañado de un estruendo mas fuerte.
Espere unos segundos y decidí abrir los ojos, el animal estaba echado a centímetros de mi cuerpo con una herida en su pecho. Estaba aturdida, respirando dificultosamente, mi cuerpo no dejaba de temblar y rápidamente mis ojos se llenaron de lágrimas.
- ¿estás bien? - una voz se escucho detrás de mi y yo me gire para encontrarme con esa persona que traía consigo una escopeta. Ni siquiera podía hablar.
Aquel individuo se acerco al felino, palpando su cuerpo.
- estuvo cerca... - susurro para mirarme extrañado - ¿que hace una chica como tú por aquí?
Había olvidado cómo hablar, no podía pasar la impresión, estaba aun asustada, solo parpadeaba rápidamente pero todo estaba volviéndose borroso.
- ¿vienes con alguien más? - no respondí - no puedo ayudarte si no me respondes, ¿cómo te llamas?
- mi papa - logre articular - estaba con mi padre unos momentos, pero decidí venir por todo el camino de vuelta para poder tomar un poco de señal en mi celular ya que el auto se quedo estancado...
- fue mala idea venir tu sola y sobre todo con nada con que defenderte
- n-no creí, que... esto... pasara - hable en un hilo viendo el animal. Inevitablemente me eche a llorar por lo estúpida que había sido
- esta bien, no paso nada.. estas a salvo, tienes suerte que estuviera por aquí - mi llanto estaba ahogado en mi mano y garganta - anda, hay que regresar con tu padre o comenzara a preocuparse
Me ofreció su mano para poder levantarme y de esa manera caminar hacia donde estaba mi papa, pero antes de llegar lo tome del brazo frenándolo.
- por favor, no menciones nada de lo que acaba de pasar - lo mire suplicante. Era la primera vez que veía bien su rostro, un rostro que jamás olvidaría por este echo
- está bien, pero con una condición
- la que sea - comencé a escuchar los llamados de mi padre
- tengamos una cita - mis ojos se abrieron ante aquello y el solo sonrió. Mostrándome su hilera de dientes perlantes, para después ocultaros de nuevo con sus labios. Negó suavemente volteando hacia arriba diciendo "es broma"
- está bien - respondí sin pensarlo para darme cuenta de lo que mi boca había arrojado. Su rostro se tenso y me miro sorprendido, de hecho estaba de la misma forma de él
- ¿en serio? - interpelo
- claro.. yo, te debo lo que hiciste por mi, te debo la vida - suspiro ya un poco mas serio
- no quiero que lo hagas por compromiso, de hecho, no quiero nada a cambio
- pero tu...
- sin compromisos - expreso para sonreír - solo quiero que me prometas que no volverás a exponerte de esa manera ¿de acuerdo? - asentí levemente
- ¿puedo saber el nombre de mi salvador?
- Yunho, Jung Yunho
En ese instante mi padre apareció pero montado en el auto.
- ¿pasa algo? - pregunto mi padre y yo solo negué y me incline ante Yunho
- gracias - susurre
- claro, sube
Al subirme al auto mire a mi papa para sonreírle y darle entender que todo estaba bien, el auto avanzo y yo por inercia voltee a ver a Yunho, el solo sonrió y sacudió su mano. Solo atine a devolverle la sonrisa, mirando como cada rodada se hacía más pequeño para acomodarme de nuevo.
- ¿quién era él? - interpelo
- se llama Yunho
- ¿qué hacia contigo?
- el..- mis ojos vieron al animal que estaba cerca, regresando al indeseado momento que viví hace unos minutos atrás pero antes de que pudiera ponerme en mal estado recordé a Yunho y su amable sonrisa - el solo iba a ayudarnos - respondí
No se hablo mas en todo el trayecto, mientras yo.. no hacía otra cosa mas que pensar en ese animal y en Yunho, ese acontecimiento no dejaba de rondar por mi cabeza, mi mente estaba cansada y solo quería dormir.
...
Desperté alarmante observando el techo por unos minutos, estaba en blanco, pensando en que había sido todo un sueño pero llegue a la realidad, pensando en que era una afortunada por estar con vida en esos momentos, cerré mis ojos y apareció el rostro de él, haciéndome infinidades preguntas como ¿que hubiera sido de mi sin él? ¿Porque estaba él presente en aquel momento en tan espantoso clima? ¿De donde era? ¿Era algún guardián enviado por dios? ¿Existirá realmente? preguntas sin respuestas y otras incógnitas un tanto absurdas.
Después de darle tantas vueltas al asunto me decidí levantarme y tomar una ducha, necesitaba despejarme y quitarme esa vibra del día anterior. Al salir, mi padre no estaba, dejándome un recado que había salido a arreglar unas cosas del coche que se habían averiado. Al ver que me había dejado dinero decidí comprar algo dulce que llenara mis antojos, pensando en que podía comprar, si algún postre helado, algún panecillo, pero debido al clima que estaba un poco fresco, decidí por comprar pan horneado. Así que con pasos decididos me fui hacia la panadería, ingresando al lugar para llenarme de ese delicioso aroma, viendo entre las vitrinas las variedades de pan que estaban pero prefería a los recién hechos ya que están tibios solo para llegar a devorarlos. Salude amablemente a la chica que atendía para esperar a que aquellos panes salieran del horno.
Comencé a recorrer el local para matar un poco de tiempo, gente entraba y salía, me senté en unas de las mesas que estaban vacías a esperar. Pasaron unos cuantos minutos y la chica del mostrador me llamo, respondí a su llamado levantándome mientras me entregaba los panes, buscando entre las bolsas en donde había guardado el dinero, sacando moneda en moneda pero como a cualquiera con tantas monedas cayo uno rodando hacia el piso, me disculpe para seguir la moneda que rodaba y rodaba para al fin pararse gracias a una suela de zapatos, lo tome y le di las gracias encontrándome con una gran sorpresa.
- hola -salude
- hola - respondió - ¿comprando pan? - yo solo asentí
- señorita... - hablo la chica del estrado así que me disculpe para ir a pagar. Mientras volvía mi conteo de monedas, Yunho pedía su orden - ¿algo más? - pregunto la chica y yo solo negué
- gracias - y antes que me despidiera
- me da un vaso de leche para la señorita - pidió Yunho, yo solo lo mire extrañada
- no, no es necesario, no lo comeré aquí
- ¿no comerás conmigo? - pregunto. Mordí mis labios y acepte la invitación
Ambos nos fuimos a sentar en el lugar donde había ocupado antes, solo en cuantos nos sentamos Yunho comenzó a comer su pan, yo solo lo observe y en unos momentos el se detuvo mirándome con la boca llena tragándolo a fuerzas sonriendo apenado.
- lo siento, tengo hambre... - se disculpo
- no hay problema, come, provecho - le mencione y el solo sonrió. No dejaba de mirarlo, pareciera no dar receso a respirar y eso me hacia reír por dentro
- ¿no comerás? - pregunto
- oh.. claro - tome de la bolsa donde tenia los panes y tome el mío
No hablamos mucho en ese momento, ni yo quería retomar una plática, pareciera que Yunho disfrutaba aquel pedazo de pan mientras lo empujaba con la leche, yo solo me limitaba a dar mordiscos al mío y bebía mi propia leche, así que no quería dejar lleno el vaso que Yunho había comprado así que lo tome todo. Al terminar salimos de la panadería, el clima era realmente diferente, de lo cálido al frío, me estremecí ante dan abrupto cambio de clima, en ese momento me percate que Yunho solo traía una sudadera cualquiera, pareciese no tener frío.
- vas a enfermar - le dije después de unos minutos que habíamos caminado
- ¿oh?
- ¿no tienes frío? solo traes esa sudadera puesta
- es muy caliente, con esto me basta - lo mire incrédula, quizás por hacerse el valiente aguantaba el frío pero no estaba segura
- pero podrías enfermar, no estás cubierto del todo - tome de la bufanda que traía solo por encima colocándosela a él. No me quitaba la mirada de encima - tienes suerte que no me traje la de colores - sonreí para aliviar la tensión y él no se rehusó a que se la pusiera - mejor - susurre, para seguir caminando
- no era necesario - expreso después
- para mi si, gracias a ti pude comer pan hoy, así es lo menos que puedo hacer por ti
- ¿lo menos? - interpelo
- ¿hay algo más que pueda hacer por ti? - se quedo serio. Caminamos unos cuantos pasos más y freno
- ya te dije que no tienes que hacer nada por mi
- pero no lo hago de compromiso - articule rápidamente - solo me preocupo y quiero ayudarte ¿tiene algo de malo en eso?
- ¿preocuparte por mi?
- si, esta frío y me acongojo de solo verte con esa sudadera aunque digas que con eso te basta pero eso no quita que el aire helado pegue a tu pecho y enfermes
- te comportas como una madre
- por mi no te dejaría salir con esa sola sudadera, te pondría todas las sudaderas encima - respondí enojada y el solo sonrió
- ¿vas a cuidar de mi tu ahora?
- al parecer tendré que cargar con bufanda y suéter extra por si vuelves aparecerte así en climas fríos
- estas exagerando
- tal vez - me encogí de hombros. Nos quedamos en silencio uno frente al otro, pero ni siquiera lo estaba viendo, no sabía que decir, la ausencia de palabras estaba poniéndome mas nerviosa, solo escuchándose el ruido de las hojas de los arboles, uno de tantos flujos de aire paso sobre mi haciéndome temblar e inevitablemente exhalar un jadeo. No quería ni moverme, dejando que aquella ráfaga de viento pasara.
Mientras me concentraba en no tener frío, algo caliente se acerco a mi para envolverme, ahora jadee de alivio, era tan cálido y mi cuerpo dejo de tensarse, lleve mis manos a mi pecho apretándolos fuertemente para recibir una a presión mas fuerte por parte de él hacia su pecho. Podía jurar que Yunho casi hervía, extrañándome a que su cuerpo tuviera esa temperatura a pesar del clima, por consiguiente sentí como su barbilla descansaba en mi cabeza, sintiéndome mucho mas protegida de lo que ya estaba, sus manos apenas y me acariciaban como forma de fricción para calentarme.
No se cuanto tiempo paso que nos quedamos en esa misma posición, yo solo estaba como sedada entre sus brazos, podría jurar que podría dormir ahí, considerando incluso que era mejor que mi propia cama, suspire ante la comodidad pero me separe un tanto para mirarlo, miraba esos ojos azabaches tan profundos que cada vez se fueron acercándose mas hasta quedar centímetros, ambos con los labios entre abiertos incapaces de dar el primer paso, solo acariciándonos con nuestras narices, su aliento quemando mis labios, iba a articular algo pero solo mordí mis labios, suspire para cerrar mis ojos y así darme impulso con mis pies para poder estampar mis labios con los suyos. Eran cálidos y húmedos, incluso para poder estar ahí horas y horas, Yunho era cálido por todas partes, incluso su propia personalidad. Al recibir su respuesta, en mi garganta se quedo atorado un vergonzoso e indeseado sonido que no deje que se escapara, pero debido a como se estaba tornando aquello no sabia si podría soportar, se sentía realmente bien, una forma que no había conocido antes.
Por inercia lleve mis manos a sus hombros, que eran anchos, para después deslizarlos hasta su nuca y así rodearlo, por su lado, solo atino a abrazarme por la cintura y pegarme mas a él, una de sus manos recorrió mi costado para colocarlo en mi mejilla y acariciarla mientras seguía con ese eterno beso pero como seres vivos a falta de oxigenación, nos vimos necesitados a separarnos. Nos vimos unos momentos mientras no dejaba de acariciarme.
- puedo jurar que tus labios ahora están mas rosas e hinchados - lleve una de mis manos a mis labios haciendo que el riera quedito - aun así son bonitos - mordí mis labios como siempre lo hacía en tan vergonzosas situaciones. en ese instante se acerco a mi oído para susurrarme - regalarme un beso, ha sido una de las mejores cosas que has hecho por mi
- ¿cuáles han sido las otras? -respondí
- no lo se, supongo que mas adelante me las demostraras - sonreí para abrazarlo y regalarle otro beso mas en su mejilla, sin duda, abría mucho mas por que mostrar.
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