Entrometido e incrédulo (Vol. I)
— Bueno, todo el mundo habla de él ... — dijeron ambos amigos de Yunho al unisono.
— ¿Enserio? — Yunho se mostraba sorprendido. <<. Aquel misterioso chico llamado Jaejoong, ¿No era tan misterioso? ¿Todos sabían ya de él? .>> se había preguntado en ese momento en el que ambos amigos le interrogaron sorprendidos:
— ¿Acaso no sabes todas las cosas que dicen de él? ...— ambos chicos parecían estar programados para hablar casi al mismo tiempo.
Yunho se sintió un ignorante en aquel preciso instante. Observo de nuevo a aquel chico de cabellos negros, quien estaba distante y algo alejado de él, seguía en pie y mascando sin cesar aquella goma de mascar rosa, aquel chico el cual aún le parecía misterioso ...
Yunho miro de nuevo a ambos amigos y le contesto con plena curiosidad:
— No. No sé que es lo que dicen de ese chico. Dejaos de haceros los interesantes, y decírmelo ... — le exigió a ambos por último.
— Él es un chico raro — contesto precipitadamente uno de ellos, el que tenia los ojos tan rasgados que no se podía observar donde tenia las pupilas — Tiene ese tipo de relaciones extrañas con los hombres ... — le aseguro
Yunho quedo pensativo: — ¿A que te refieres? ¿Es gay o algo así? — pregunto.
Ambos amigos comenzaron a reírse, incapaces de poder parar, sujetándose el abdomen con las manos al sentir el dolor generado por reír tanto.
— ¡Oh! No lo sé — contesto el otro de voz chillona — Suponemos que sí, él es conocido por dedicarse a ello, Yunho. — intento desvelar aquello de manera delicada.
Yunho abrió sus ojos de par en par, y volvió a dirigir la mirada hacia Jaejoong, mirándole de hito en hito aún incrédulo.
— Hay chicos que tienen gustos realmente extraños ¿verdad? — comento el de los ojos fuertemente rasgados — Piden a ese pobre chicos de ojos grandes que le haga cosas realmente asquerosas. Pero supongo que ese chico por dinero hará prácticamente de todo —
— ¡Que asco! Es repulsivo ... — comento el de la voz chillona.
— Sí ..., pero su familia es realmente pobre o eso he odio. Su madre, o no sé quien ..., trabaja en la tienda en la que sirven sopas, creo que su especialidad es el galbitang. En la tienda al girar la esquina de la calle. — explico haciendo señas.
— Es un chico con muy poca vergüenza, ¡hacer estas cosas tan cerca de donde trabaja su familia! ... — volvió a chillar con voz aguda e insoportable.
— Es un frívolo, con bastante carácter. ¡Cualquiera diría que se despoja tan rápido de su ropa! El luce como un delincuente, mas delincuentes que nosotros ... — empezó a reírse.
Jaejoong estaba tan alejado que era incapaz de lograr escuchar nada de ese murmullo, desde su posición.
— ¿No dices nada? — le pregunto el amigo de ojos minúsculos.
Yunho había quedado prácticamente sin habla tras toda esa información, y solo atino a contestar: — No imaginaba nada de eso ... —
— ¿Quién lo imagina? Pero "esas" cosas ... en un sitio como este ... se esparce rápidamente, y todo el mundo acaba sabiéndolo. Muchos chicos en grados superiores lo utilizan. Me parecía extraño que no supieses nada de estas cosas ... — insistió.
— No suelo atender a lo que los demás hablan o hacen, quizás eso es un problema — Yunho parecía bastante serio con ese asunto, cosa que extraño a sus compañeros quienes afirmaron:
— Al menos no conoces a una persona así ... — señalo al chico pálido y delgado.
— ... y no utilizas sus servicios — ambos amigos empezaron a reír por lo ingenioso de la frase del mas chillón.
— ¡Ah! Eso suena horrible ... —
Inimaginable. Yunho tuvo una primera impresión de aquel chico muy diferente a lo que le habían revelado de él. Pues aquel chico delgado y de piel pálida no parecía ser un chico muy diferente a como era él. Pero Yunho a penas podía dejar de pensar en aquel primer encuentro, que después conecto con los comentarios de sus amigos.
Pensó en como Jaejoong recogía sus monedas del suelo, las cuales le habían tirado unos burlones chicos, y la morena piel de Yunho se erizaba solo al imaginarse de que podría tratarse aquella escena.
Muy diferente a lo que sentían sus amigos, Yunho no sentía ningún tipo de repulsión hacia aquel chico, si no una reciente y fuerte pena por él.
Quizás aquel sentimiento de pena adjuntado con el de la curiosidad fue el que hizo que Yunho se dirigiera al día siguiente a aquel pequeño restaurante de sopas situado en una abandonada y poco transitada esquina.
Yunho había pasado muchas veces por aquella zona, pero nunca presto atención a aquel apenado lugar de aspecto pequeño y miserable.
Un letrero grande y desgastado añadía el nombre de aquel lugar que ahora Yunho miraba atentamente desde fuera.
Unas cristaleras grandes y anchas dejaban acceso a observar lo que se encontraba en el interior de aquella tienda de comida.
Se traba de un sitio insignificante, de sillas y mesas de madera raídas por el tiempo. Yunho observo todo esto desde el exterior. En el interior, no había nadie, salvo una persona comiendo.
Yunho observo a aquella persona solitaria comiendo en aquella desierta mesa ¡Se trataba de aquel chico!
Sin ninguna duda Jaejoong era quien, con total rapidez, devoraba el plato que tenia servido sobre la mesa.
Era consciente de que había llegado a aquel lugar con el único propósito de ver a aquel enigmático chico de nuevo, ahora que sabia sus secretos.
Yunho, de manera nerviosa, llevo su mano al bolsillo de sus pantalones vaqueros, y empezó a contar las monedas y algún billete del que disponía, para después entrar con seguridad a aquel despoblado lugar.
Nada mas abrir la puerta, aquello fue como un acontecimiento. Aquella mujer oronda que vio aquella pasada noche se presentaba tras la barra, pendiente de todo y expectante por algún cliente. Cuando Yunho entro, la mujer clavo los ojos en el, y el joven comensal volteo la cabeza para ver de quien se trataba aquel cliente, como si aquello fuese un acontecimiento histórico.
— ¡Bueno días, joven! Por favor siéntese donde mas le guste — dijo la mujer de una manera animada, y de pronto feliz se ajusto su gran delantal blanco y se introdujo en la cocina contigua.
— Muchas gracias — intento decir Yunho, pero la mujer ya había desparecido alegremente.
Yunho se acerco a la mesa en la que el chico de ropa ancha y labios gruesos estaba sentado, comiendo cucharadas de aquella apetecible sopa.
Sin una palabra, Yunho se sentó frente a Jaejoong en aquella misma mesa, y los ojos oscuros y enormes de aquel pálido ser se fijaron en él.
— ¿Qué es lo que pasa contigo? — le grito de pronto., mientras dejaba de lado la cuchara — No me gusta que me molesten en este lugar — sus ojos parecían aun mas enormes cuando se enfadaba — Eres el chico de la otra noche ¿verdad? ¿Por qué no eres directo? ¡Pareces un maldito acosador! — volvió a coger la cuchara y la alzo señalandole, como si le amenazara con aquel inservible instrumento.
— ¡No es nada de eso! — voceo Yunho, enfadado por aquel calificativo de "acosador". Saco del bolsillo de su ropa un montón de pequeñas monedas y algún billete que deposito sobre la mesa.
Jaejoong los observo atento, volvió a dirigir la mirada a Yunho y preguntó: — ¿Es para mi? — señalando el dinero
— No — contesto el moreno.
— ¿No? —
La robusta mujer apareció, con una bandeja en la que disponía un humeante bol de galbitang, un liquido con un aroma dulce y unos visibles trozos de ternera, que acompaño con un bol de arroz y un pequeño vaso de té, que deposito sobre la mesa, frente a Yunho.
— Esta caliente, así que espera un poco. — le advirtió la mujer — Espero que te guste el galbitang, es lo único que tenemos para ofrecerte por el momento — agarrando el dinero que le había dispuesto encima de la mesa a modo de pagar aquella comida.
— Muchas gracias — dijo Yunho con extrema amabilidad.
— Jaejoong, trata bien al chico — le grito la mujer a modo de amenaza mientras se marchaba.
— Tu madre es realmente simpática — añadió Yunho.
— No es mi madre — respondió con sequedad, mientras se llevaba una cucharada de sopa a la boca.
— Lo siento. Creí que ... — se intento disculpar.
— Odio a las personas como tú — le grito Jaejoong de pronto, y cualquiera diría que aquel chico de cara angelical tuviese tan mal carácter — Dime claramente lo que deseas, no sé por que te andas con tantos rodeos .... Esta noche podre estar contigo, si es lo que deseas, ¡pero largate! —
Los ojos y la boca de Yunho se abrieron negando rápidamente: — ¡NO! ¡No quiero pasar la noche contigo!—
— ¡Pues entonces largate de mi mesa! Dejame comer tranquilo si no tienes nada que ofrecerme — le dijo con total claridad.
Yunho hizo caso omiso a aquel trato, y se llevo a los labios el cálido liquido de su bol — ¡Oh! ¡Esta realmente bueno! Tiene un sabor genial — dijo Yunho con simpatía al probar el humeante galbitang, impresionado de que en un sitio así se realizase un manjar semejante.
— ¿Qué es lo que quieres? — le pregunto Jaejoong, mostrándose serio de pronto.
Ambos se miraron, uno frente al otro, en aquella mesa— Soló quería hablar contigo. El otro día me pareciste un buen chico, y me pregunte como seria hablar contigo —
Jaejoong movió la cabeza incrédulo y sus cabellos negros se movieron con él, era tan joven y su rostro era ovalado: — No te creo. No sé que habrás oído de mi, ... pero no soy ingenuo — le advirtió igualmente serio pero esta vez en un tono mas sereno — Quizás si ahora me dejas de molestar te cobrare menos por hacerme todo lo que desees, por qué eso es lo que quieres ¿verdad? — le pregunto directamente a los ojos y sin ningún tipo de vergüenza, importándole por un instante poco o nada el lugar en el que estaban.
Yunho contesto asombrado: — No, ¿Cómo dices esas cosas? No será tu madre, pero es tú familia ¿cierto? —
— Digamos que algo así es .... Pero ella no esta escuchando ahora, por eso te dije que no quería que me molestaras aquí. ¿Pero tantas ganas tienes? — empezó a reír de una manera perversa en sus grueso labios.
— Te he dicho que no es nada de eso — Yunho arqueo sus pobladas e inclinadas cejas, bellamente en un rostro puntiagudo y pequeño.
— Entonces se franco — le exigió el bello chico.
— Lo he sido. Sólo quiero hablar contigo. ¿Tan extraño es eso? —
— Para mi, eso es extraño. — movió la cuchara en el interior de su comida — Hace tiempo que nadie se acerca a mi para hablar. Oh, salvo para pedirme ..., pero eso no se puede decir que sea precisamente hablar — no lo dijo con tristeza, solamente tedio.
— ¿Quién te obliga ha hacer estas cosas? — le pregunto preocupado.
— Nadie. ¿No creerás que tengo un proxeneta o algo así? — comenzó a reír — No gano ni la mitad de lo que una mujer gana — afirmo.
— ¿Entonces? — aún mas confundido que antes.
— Tengo para mis caprichos, es suficiente con eso ... — dijo con cierta frivolidad, llevándose de nuevo el liquido a los labios, incapaz de parar de comer, e increíblemente seguía delgado.
Yunho estaba completamente anonadado: — Lo siento, nunca he conocido a nadie que haga ese tipo de cosas. Y sinceramente, seguramente tendrás la misma edad que yo, y eres menor, no pareces ese tipo de chicos ... —
— ¡Por supuesto que no lo parezco, por que no lo soy!. No lo hago por que sea algo que me guste hacer, .... ¿Por eso te has acercado a mi? ¿Tienes curiosidad por estas cosas? Realmente eres retorcido. ¿Como te llamas Mr. Retorcido? — lo dijo tan deprisa que sus palabras se trababan.
— Yunho — contesto —Jung Yunho —
— Yunho ..., ¿por qué no te marchas a comer tu delicioso bol a otra mesa, y dejas a Jaejoong comer solo? — le pregunto secamente.
— Creí que te gustaría la compañía de alguien, ya que dices que nadie se acerca a ti para hablar comúnmente — Yunho comenzó a comer, dando a entender que no se marcharía durante un rato. Y en realidad, no sabia por qué se estaba comportando de ese modo.
— ¿Compasión? — le pregunto Jaejoong, como si le estuviese leyendo la mente.
— Tampoco se trata de eso. — Yunho sentía pena por aquel chico, pero no se traba de compasión — Dices que no lo haces por que quieres ¿entonces? —
Jaejoong se movió sobre su silla, incomodo por la pregunta que aun así contesto, pues pensaba que aquel tal Yunho era un chico muy osado y duro, bastante interesante, al menos para hablar un poco:
— Cuando llegue aquí, ni tan siquiera tenia en mente que esto iba a suceder, créeme ... Soy al último al que le gusta hacer estas cosas — dijo con desinterés — Pero ... cuando cometes un error, lo comentes para siempre, por lo que ... yo diría que mi error me condujo a lo que tú y todos los de aquí ya saben y conocen. ¿Qué más puedo hacer? —
— No lo entiendo. Los errores siempre se solventan. Y si no te gusta ... es tan fácil como dejar de hacerlo — dijo con sencillez.
— Escuchándolo de tu boca sucia todo suena demasiado sencillo pero ... — dijo mirando aquella boca de Yunho rodeada de sopa sobrante — pero hay cosas que no se pueden arreglar, y quizás las cosas son mejor así — de manera desconsolada
— Cuéntamelo ... aún quema la sopa, y deseo escuchar tú historia — dijo con la lengua ardiendo.
De nuevo los ojos de aquel chico se llenaron de ira en su hermoso rostro: — ¿Enserio? A nadie le interesa esas cosas ... Eres un maldito idiota si piensas que siendo amable conmigo me montare encima tuya gratis —
— Sabes que esa no es mi intención, y no me gustaría ... — Yunho negó con las manos y sonrió, pues en realidad no pensaba hacerlo con un chico, y aunque Jaejoong se dedicaba enteramente a ello, no tenia intención de eso — Tan malo es querer ser tu amigo — sonrió — Cuando te vi aquella noche, te observe realmente indefenso. Pero a la vez eres un chico con carácter, como yo. Y me pregunte, tras saber de ti, por qué hacías cosas como "esas" siendo un chico aparentemente normal. —
Nunca antes Jaejoong había escuchado palabras iguales, Yunho empezaba a dejar de ser un chico corriente a ser un chico extraño y bastante atrevido, que ahora sin duda le llamaba mas la atención que segundos antes — Me resulta gracioso lo entrometido que eres. Mientras soplas tu sopa te lo contare, si quieres ... —
Ese jaejoong malhumorado enojon grton y yunho bien sereno y tranquilo llenp de curiosidad
ResponderEliminarHber como le va a ese par