Confesión.
Como cada mañana, Yunho había recibido la llamada de su novio nada más despertar. Realmente era un detalle que le encantaba que hiciera cada vez que no dormían juntos, y pensaba que Taegong era realmente romántico en ese aspecto, aunque hubiera tardado tiempo en sacar esa parte tan buena de él.
Escuchó la música de su teléfono y enseguida abrió los ojos sonriendo. Era el mejor despertar que podía tener cuando no estaba a su lado.
- Buenos días – dijo con una sonrisa en la cara.
- ¿Qué tal dormiste? – le preguntó su novio a través del teléfono – espero que muy bien.
- Bueno, hubiera dormido mejor si estuvieras aquí en casa.
- ¿Quieres que hoy vaya allí? – Taegong se miraba al espejo mientras con su mano enreadaba uno de sus mechones dandole vueltas y sonreía.
- Ya sabes cuál es mi respuesta.
- Sé muchas cosas de tí – Yunho se extrañó un poco ante esa respuesta de su novio – así que no hace falta que te de ninguna contestación.
- ¿Vas a trabajar? – el chico intentó cambiar de tema ya que no entendía muy bien la forma de actuar de Taegong en ciertas ocasiones.
- Claro que sí. Nos vemos después en tu oficina.
Taegong colgó el teléfono y después lo tiró sobre la cama. Andando despació se coloco delante del espejo que tenía al lado de una butaca en una de las esquinas de su habitación. Llevaba tan sólo unos pantalones largos y su pecho al descubierto, la verdad es que estaba realmente atractivo y si él mismo hubiera sido Yunho, se lo habría comido a bocados en ese momento. Con tan sólo pensarlo no podía evitar que se le escapara una sonrisa y sin quererlo su mano viajó por si sóla hasta la zona de sus genitales y con apenas un pensamiento su miembro se puso duro completamente.
Se tocó deseando que fuera Yunho el que lo estuviera haciendo en esos momentos, pero ese pensamiento se vio ahogado cuando sintió una puzada de dolor en su garganta. Con rapidez llevó su mano hacía el cuello y se quedó mirando en el espejo para con horror observar como en su pecho se dibujaban las cicatrices que en su día dejaron el cuerpo de Changmin sin vida debido a tres disparos. Tosió sin poder evitarlo y empezó a sangrar por la boca para después caer al suelo lleno de dolor.
“Recuerda lo que volverás a sufrir si no haces las cosas como debes”...
Se sintió morir ante aquella punzada de dolor y mientras todo aquello desaparecia de su alrededor no pudo evitar echarse a llorar debido a la tortura a la que ahora estaba siendo sometido. Para su corazón no había sido un error dar una oportunidad a Yunho, pero su alma, no estaba dispuesta a volver a pasar por el mismo sufrimiento, así que ahora el cuerpo de Taegong estaba dividido en dos. La parte de su corazón donde se albergaba una nueva persona y la parte de su alma donde su pasado seguía retorciéndose sin ningún temor a la espera de poder vengarse.
En la oficina de Yunho.
- Ay que ver que raro está Taegong algunas veces – Yunho no hacía más que protestar mientras empezaba a ordenar todo el trabajo que se le había acumulado durante su mes des vacaciones.
- ¡Yunho volviste! – Kibum entró a su despacho para darle un cálido abrazo a su amigo – siento no haberme comunicado contigo mucho durante este mes, pero he estado ocupado con unos asuntos de mis suegros.
- Tranquilo, la verdad es que yo tambien desconecte mucho – respondió Yunho sonriendo.
- Te mandé un par de e-mails pero no me contestaste.
- ¿En serio? – Yunho abrió su ordenador para vez su correo y allí no vió nada - ¿Estás seguro? Aquí no hay nada.
- Que raro porque a mi me salian como enviados, sería la cobertura de donde estuvieras que hacía que no te llegara nada – y aunque era un poco estupido lo que Kibum acababa de decir, ambos se echaron a reír.
- Bueno cuéntame.
- Verás – comenzó a decir su amigo – busqué información del hermano de Yeonhoon y la verdad es que no tuvo una vida muy diferente a la que había tenido antes. Después de que Changmin muriera su hermano desapareció completamente y el pequeño se hizo junto a su padre con el control de la empresa. Cosa que siempre había deseado.
- Y Yeonhoon... ¿no lo echaron de menos? – pregunto Yunho con curiosidad.
- Si te soy sincero, después de que se fuera nunca se emitió comunicado policial de su desaparición, simplemente hicieron como si nunca hubiera existido – Kibum cogió un recorte de periódico antiguo y se lo dió a su compañero – en este artículo salió una noticia diciendo que el chico enloqueció después de la muerte de Changmin, su amante. La familia se encargó de desmentirlo como hizo en su día cuando salieron unas fotos de los dos juntos y poco más.
- Entonces – Yunho cogió el recorte de la noticia y miró las fotos – todo el mundo fué consciente de que Yeonhoon y Changmin estaban juntos...
11 de Octubre de 1953.
El dia anterior Yeonhoon había tenido la reunión de su empresa con los Norte-Americanos y como aún no habían terminado de concretar las cosas habían decidido quedar otra vez antes de que Yeonhoon volvier a a Seúl, pero ahora, era el momento de hacer lo que de verdad el chico estaba deseando, ver a Changmin.
Pidió un taxi y le dijo que le llevara a UCLA donde seguramente el chico estaría estudiando aquella mañana y al cabo de 45 minutos llegó a la Universidad. Cuando llegó vió que era enorme, pero a la vez era un lugar precioso en el que seguramente, le hubiera encantado estudiar. Miró a su alrededor y vió como los chicos y chicas estaban sentados en las pequeñas mesas de madera que había en el patio de la Universidad y a lo lejos reconoció a Changmin. Despacio y sonriente se acercó hasta el lugar donde se encontraba el chico que estaba como siempre pegado a sus libros de texto.
- Veo que como siempre estás muy pendiente de tus estudios – le dijo sonriente.
- Yeon... – Changmin pensó que era su imaginación pero cuando se dió la vuelta vió que su novio estaba de pie junto a él - ¡Yeonhoon!
Casi por un minuto pensó que estaba soñando, el verle allí, tan cerca de él era tan imposible cómo que se pusiera a llover en ese día tan soleado, pero allí estaba, su novio, tan alto y guapo como siempre. No se lo pensó dos veces cuando se lanzó a sus brazos para abrazarle y besarle, la gente les miraba pero le daba exactamente igual, hacía meses que no veía a Yeonhoon y lo había echado tanto de menos que ni siquiera se había dado cuenta que estaba en un lugar público.
- Te eché tanto de menos... – le dijo Yeonhoon algo entristecido.
- ¿Ya dejaste todo? – Changmin preguntó como un niño inocente esperando que la promesa de su novio se hubiera hecho realidad.
- Verás..., no, la verdad es que estoy aquí por trabajo.
- Entiendo... – era evidente que el joven estaba completamente desilusionado. Pero si tenía que elegir, ahora mismo elegía que le daba igual cuál fuera el motivo por el que su novio estaba allí.
- No podía volver a casa sin venir a verte. ¿Estuviste bien?
- Sí, todo aquí es más sencillo, mucho más que en corea... no sé, la gente es diferente – cuando la gente comenzó a pasar por al lado de Yeonhoon y él no hacían más que mirar por lo que habían protagonizado hace minutos atrás.
- Será mejor que vayamos a otra parte, la gente nos mira...
- Bueno – comenzó a decir Changmin – la realidad es que no sería el primero que se comporta así en público, así que no me importa, por eso digo que aquí todo es diferente.
- Aún así, mejor que nos vayamos – Yeonhoon cogió del brazo a su novio y se lo llevó de allí para montar a un taxi que les llevara hacía el hotel donde se alojaba.
- ¿Por qué tanta prisa? Podríamos haber dado una vuelta, te encantaría ver la ciudad.
- Prefiero ver otras cosas – le dijo Yeonhoon de forma cortante.
- Pero... – Changmin agachó la cabeza y es que se hubiera esperado otra clase de encuentro, ya estaba demasiado cansado de esconderse de la gente.
- No empieces Changmin... si quieres a alguien que vaya de la mano contigo por la calle búscate a otra persona – justo después de decir esas palabras, un sentimiento de arrepentimiento le inhundó todo el corazón – mierda... lo siento Changmin, no quería decirlo así.
- No importa... – Changmin giró su cabeza y se limitó a mirar por la ventana hasta que llegaran al lugar donde Yeonhoon quería.
Unos cuarenta minutos desués habían llegado al hotel, Yeonhoon bajó del taxi y fué a abrirle la puerta a Changmin, después le invitó a subir a su habitación. Durante todo el camino habían estado callados, ambos subieron al ascensor y mientras este subía Changmin se colocó en la parte de más adentró, Yeonhoon no soportó verle así de serio así que mientras esperaba a que llegaran al último piso se lanzó a sus labios para besarle.
Si había algo que Yeonhoon era capaz, era el volverle loco con un simple beso. Los Dioses eran conscientes de sus deseos y peticiones, en muchas noches de rezos deseo y se maldijo por no poder poner fín a algo que sabía casi con seguridad que nunca iba a pasara, y es que el chico era consciente de que seguramente pasaran siglos y siglos hasta que Yeonhoon tuviera el valor de dejarlo todo por amor. Y con eso, simplemente con un beso, hacía que todo eso se desvaneciera por completo, era tal el control que tenía sobre él que podría posarse a sus pies si lo quisiera. Yeonhoon se separó de Changmin y después le acarició la cara para sonreírle con la más dulce de las sonrisas. Entonces, el ascensor se abrió y él salió primero dirijiendose a la habitación a la espera de que su novio llegara, y cuando lo tuvo adentro con la puerta de la habitación cerrada volvió a lanzarse a sus labios, lo había deseado durante tantas noches que no podía resistir la tentación de estar con él.
Comenzó a besarle apasionadamente mientras Changmin se perdía completamente, su mente quedó en blanco y no era capaz de ofrecer ninguna respuesta, después su mente empezó a darle vueltas y tuvo el valor de decirse así mismo una cosa “maldita sea, ¿por qué siempre es lo mismo?...” y simplemente empujó a Yeonhoon para apartarse de él, haciendo que este se pegara un pequeño bocado en los labios.
- ¿Qué haces? – le preguntó a Changmin algo molesto.
- No me apetece hacer nada ahora.
- ¿No te apetece? Han pasado meses desde que nos vimos la última vez... ¿cómo puedes comportarte así? – le recriminó.
- ¿Yo? Creéme si has venido hasta aquí simplemente para meterme en tu cama, no lo vas a conseguir.
- Vamos Changmin... – Yeonhoon se acercó a él y le cogió entre sus manos para mirarle y sonreírle fijamente – te he echado de menos.
- ¡Joder y yo tambien! – esa quizás fué la primera vez que Yeonhoon vió a Changmin tan enfadado - ¿Sabes? Será mejor que me vaya.
- No... – Yeonhoon le cogió del brazo para atraerlo hacía él y abrazarle – no te vayas...
- Yeonhoon...
¿Por qué era tan estúpido? Changmin todavía no podía responder a esa pregunta, pero lo hiciera como lo hiciera siempre acababa en los brazos de ese hombre. Ya podía romper mil y una veces su corazón que siempre volvía a él como si nada hubiera pasado y lo que más le molestaba de eso era que lo hacía completamente enamorado de él.
- No quiero sufrir más Yeonhoon – le susurró al oído.
- Yo tampoco, créeme... pero es que no se qué hacer. No aguanto estar más en mi casa pero tengo miedo, tanto miedo...
- ¿Miedo? – por fín Yeonhoon le había abierto su corazón - ¿cómo puedes tener miedo si yo estoy aquí contigo?
- Changmin, mírame y dime que no tienes miedo por lo que pueda pasar. La sociedad no nos aceptará y mucho menos tendremos el apoyo de nuestras familias.
- ¿Sabes? En eso te equivocas... – Changmin le sonrió – mi madre sabe perfectamente lo que soy, ella siempre nos apoyará.
- Pero... – Yeonhoon agachó su cabeza y simplemente fué capaz de apoyarse en el hombro de Changmin.
Y entonces, simplemente se echó a llorar. Daría lo que fuera por vivir en otra época, una época donde estar con la persona a la que más amara fuera lo único que importaba. Donde jamás les cerrarían una puerta a la felicidad, donde incluso pudieran casarse y tener hijos... Ni siquiera era capaz de cogerle de la mano, siempre tenían que ocultarse para estar juntos y lo más terrible, jamás podría mostrar con alegría a su familia lo feliz que era con Changmin, por todo eso, era tan cobarde que ni siquiera era capaz de querer pasar por todas esas dificultades, y mucho menos darle esa vida a Changmin. Pero cuanto más pensaba en que todo eso debía de acabar, más quería estar junto a él.
- Mi madre también me aceptó – comenzó a decir entre lágrimas – pero le tiene tanto miedo a mi padre que...
- Shhhhh, tranquilo. Ya encontraremos una solución ¿está bien? – Changmin alzó con sus manos la cara de Yeonhoon y le lanzó una sonrisa tranquilizadora.
Atrapó sus labios entre los suyos y los besó dulcemente, llevándolo hacía la cama. Tumbó a Yeonhoon en ella y después se puso encima de él para volver a sonreírle y después besarle, ahora más apasionadamente. Cuando sintió la lengua de Yeonhoon jugar con la suya sintió ese nerviosismo que siempre sentía cuando estaba junto al chico, estaba más enamorado de él que nunca y eso lo demostraba más y más. Estaba seguro de que lucharía contra viento y marea si hacía falta para que consiguieran ser felices juntos. Y realmente, le importaba poco que pudieran decir de él.
Comenzó a quitarle su camisa mientras seguía besándole, Yeonhoon se agarró a su espalda para acercarle más a él y poder besarle aún más completamente, era tanto tiempo el que había esperado por estar con él que el deseo era aún más grande. El calor se hizo presente en sus cuerpos con cada caricia que se daban con sus manos y era evidente que tenían una necesidad por saciar sus cuerpos tan grande, que si pasara un minuto más sin hacerlo, podrían volverse locos. Poco después Yeonhoon se había colado entre la ropa de Changmin, tocando su vientre ahora mejor formado por el deporta y llegando hasta su pecho. Pasó su otra mano por detrás de su cadera y la subió por la espalda hasta llegar hacía su nunca, ese acto consiguió que Changmin se erizara por completo y todo su vello se puso de punta. No esperó un segundo más, se despojó de su camiseta y dejó que su chico se deleitara con ese maravilloso cuerpo, este último se incorporó hasta llegar a poder besar su pecho, paseando su lengua por la zona del esternon y después agarrar su cabeza para acercarlo a él y poder dar un mordisco a su cuello.
- Te deseo Yeonhoon, hazme tuyo por favor...
La mirada de Changmin fué intensa y penetranto, tanto que pocos segundos después pudo notar bajo de él, que en pocos instantes iba ser completamente poseido por Yeonhoon.
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