La forma en la que nos conocimos.
Entró despacio y cerró la puerta sin hacer ruido mientras escuchaba como su padre desde otra habitación seguía haciendo los negocios de cada día. Después saludo a la secretaria de su padre y se sentó frente al ordenador para meter un CD y abrir el archivo que contenía su novela, para continuar con su escritura.
Mientras estaba inmerso en su libro y no paraba de teclear, su padre salió de su despacho para ver como su hijo estaba frente al ordenador.
- Creí que ya te habías ido – le dijo.
- La impresora de casa no funciona.
- ¿Qué tienes que imprimir? – le volvió a preguntar su padre con curiosidad.
- Sólo unas cositas – respondió Changmin intentando que su padre no se diera cuenta de lo que realmente estaba haciendo.
Y es que por desgracia, Changmin nunca había obtenido el apoyo de sus padres en lo que a la escritura se refiere. Su padre le pidió que le acompañara, así que Changmin guardó lo que estaba haciendo y se dirigió junto a su padre a su despacho, para después sentarse como este le pidió en la silla que había frente a su escritorio.
- ¿Sabes que todo esto será tuyo algun día?
- ¿Todo? – su cara fue completamente de “otra vez con la misma historia”.
- Tuyo y de tu hermano – recalcó su padre – pero las ventas lo son todo. Son el alma de este lugar.
- Por favor – Changmin no pudo evitar suspirar justo antes de quitarse la gorra que llevaba puesta – sabes que no soy buen vendedor, papá.
- Los seguros de vida no se venden...
- Lo sé, lo sé, se venden sólos – interrumpió Changmin antes de que su padre pudiera continuar.
- Los seguros de vida son una apuesta segura – recalcó el padre de Changmin sonriendo – sólo tengo que preguntarle al cliente “¿Sabe si va a morir?”. Sólo hay una respuesta... Entonces les pregunto “¿Está absoluta y completamente seguro al 150% de que su esposa e hijos tendrán todo lo que necesiten?”
Changmin no sabía muy bien donde meterse, no paraba de asentir con la cabeza como si estuviera repitiendo en su cabeza todas las frases que le estaba diciendo su padre, y es que no era la primera vez que le hacía sentarse frente a él para “prepararle” y hacerle entender que el futuro de la empresa estaba en sus manos. Una vez terminó con su interminable discurso chocó un puño contra su otra mano y Changmin le imitó complaciente.
- Vamos inténtalo – le animó.
- Ah, papá... – ni por un momento Changmin pensaba hacer aquello.
- Vamos, yo soy tu cliente. Inténtalo...
- Lo siento, papá – Changmin puso sus manos sobre la cara intentando entender por qué su padre no comprendía que no quería dedicarse a vender seguros de vida – soy bueno para el papeleo, Yoochun es bueno con la gente.
- Es camarero – protestó su padre.
- Está aprendiendo para poder comenzar su propia empresa de comida.
- Tres años en la Universidad para aprender a lavar platos – continuó diciendo enfadado su padre – no necesita su propia empresa, ya tiene una.
- Esta noche tengo una cita con Yeonhee – tal vez de esta forma Changmin cortaría por completo esta conversación con su padre.
- Me gusta. Es una buena chica – efectivamente, había dado resultado - ¿Irás antes a la Iglesia?
- Primero iremos a ver a uno de sus amigos y después iremos a cenar.
- ¡Es domingo! – protestó de nuevo su padre.
- Creo en nuestra religión, de verdad – Changmin puso una expresión algo más seria – es sólo que no me gusta ir cuando van todos.
- Si no vas cuando van todos, ¿cómo sabrán que eres un buen creyente? Venta vete, pero no salgas muy tarde.
- No tengo 16 años papá – respondió Changmin mientras se levantaba de la silla.
Changmin se acercó a su padre para darle un beso en la mejilla y después se marchó de allí. Después de aquello se fue a casa para cambiarse de ropa. Aunque le gustaba la sencillez siempre que salía con Yeonhee procuraba ir algo más formal, así que se puso unos vaqueros oscuros acompañados con una camisa y una chaqueta de un tono azul claro. A Changmin no le gustaba demasiado conducir, así que cuando salían siempre era ella la que llevaba el coche. Esta vez se sentía nervioso, Yeonhee iba a presentarle a su mejor amigo, Yunho, y la verdad es que eso de conocer a gente nueva no se le daba muy bien, pero tampoco podía decirle que no a su novia, tarde o temprano tendría que dejar de ser tan vergonzoso al fin y al cabo. Sus miradas no dejaron de cruzarse mientras iban de camino y la belleza de la ciudad inundaba cada uno de sus sentidos.
- Así que tu amigo es coreano – preguntó de forma curiosa.
- Sí, vive en Londres, pero se va a casar en Seúl – respondió sonriente Yeonhee mientras seguía conduciendo – por eso tuve que ir allí para su fiesta de compromiso, ¿te acuerdas?
- ¿A qué se dedica Yunho? – la curiosidad inundó a Changmin mientras la pareja caminaba de la mano camino a casa después de haber aparcado el coche.
- Creo que hay algo del espíritu de su abuelo en él – Yeonhee tocó al timbre mientras respondía – hace poco creó aquí su propia empresa.
- Entiendo… - Changmin no hacía más que moverse de un lado a otro mientras dirigía su mirada a otra parte.
- ¿Qué pasa, estás nervioso?
- Un poco – era realmente gracioso ver como Changmin no podía estarse apenas quieto – siempre me pongo así con gente que no conozco.
- No estés nervioso – le animó Yeonhee – Yunho es genial, estoy segura de que te va a encantar.
Y justo cuando terminó aquella frase, Key abrió la puerta para que ambos entraran en la casa. Changmin se quedó completamente sorprendido cuando vio lo grande y tan bien decorada que estaba, realmente parecía una casa de alguien de alto nivel económico. A medida que avanzaban hacía el salón, y sin saber muy bien por qué, los nervios se hicieron aún más presentes en todo su cuerpo. Intentó por todos los medios que aquello no le afectara, pero prácticamente iba a resultarle imposible. O al menos hasta que se sentaran en el magnífico sofá de aquel salón a la espera de que llegara Yunho.
- ¿Cuánto hace que Yeonhee y tú estáis juntos? – preguntó la madre de Yunho después de dar una calada al cigarrillo que segundos antes le había encendido Key.
- Más o menos dos meses – respondió Changmin intentando no parecer nervioso.
- ¿Y? – la gran pregunta iba a ser lanzada - ¿Quiere casarse contigo?
- Creo que esta esperando a que se lo pida yo – la mirada que compartió la pareja en ese momento fue de maravillosa complicidad.
- Yunho, mi hijo mayor – comenzó a decir de nuevo la madre de este – se casa dentro de seis semanas. ¿A qué se dedica tu padre?
- Deja de interrogar al pobre chico, mamá.
Con paso firme, ataviado con unos jeans oscuros y una camisa color beige, Yunho irrumpió en el salón antes de que su madre dejara de hacer más preguntas. Con una maravillosa sonrisa y, todo hay que decirle, un porte increíble este se dirigió hacía su amiga Yeonhee para darle saludarla. La chica cayó en sus brazos y justo después Yunho la levantó del suelo mientras daba vueltas, a la vez que Changmin dejaba su taza de café y se levantaba del sofá a la espera de recibir la presentación de Yunho por parte de su novia.
- Está saliendo con Yeonhee, no conmigo – dijo Yunho justo después de dar otro beso a su amiga.
- Yunho, te presento a Changmin.
Aquel momento podría haberse descrito como una torpe hazaña, y es que Changmin seguía todavía tan nervioso que casi hace que Yunho se golpeara con él nada más darse la vuelta. Quedaron cara a cara con una nerviosa sonrisa que hacía ver que acababan de conocerse, y la mirada que Yunho le brindó justo en ese momento le pareció increíble, tanto que no pudo evitar morirse aún más de la vergüenza. Era un sentimiento extraño el que ahora mismo estaba pasando por su corazón, y la verdad jamás se había sentido así pero ya estaba deseando saber mucho más de ese hombre.
- Hola… - dijo Changmin con una sonrisa medio nerviosa. Tendió su mano para que Yunho se la diera, pero para su sorpresa el chico lo que hizo fue lanzarse para darle un beso en las mejillas.
- Disculpa por estropear tu compostura británica, pero en Seúl siempre nos besamos – ante la atenta mirada de Yeonhee, Yunho sonrió a Changmin de una manera totalmente complaciente mientras le agarraba de las manos – por lo general, justo antes de cortarte el pescuezo.
- ¿Cuándo dejarás de criticar tu tierra natal, hijo? – interrumpió la madre de Yunho antes de que ambos chicos se sentaran en el sofá.
- Cuando todos dejen de tener miedo de hacerlo – aquella respuesta sirvió de desafío hacía su madre, cosa realmente normal entre ambos.
- ¿De qué os conocéis Yeonhee y tú? – preguntó Changmin con curiosidad.
- Fue al colegio con mi tercera prometida – respondió Yunho sonriente a la vez que orgulloso – Iban a Cornell juntos.
- Ha tenido cuatro ¿sabes? – añadió Yeonhee marcando el número con los dedos – prometidas quiero decir.
- ¿Cuatro? – aquello fue realmente una sorpresa para Changmin.
- Es muy quisquilloso – interrumpió la madre de Yunho – a mi siempre me gustó Krystal.
- Mamá, era drogadicta.
- Viene de una familia muy respetable.
- Sí, y en nuestra fiesta de compromiso le pillé en el baño con polvo en la nariz.
Ambos chicos comenzaron a reír, a Changmin le resultó realmente graciosa la forma en la que Yunho desafiaba cada opinión de su madre intentando quitarle toda la razón. Y es que a veces por más que la mujer lo intentara decía demasiadas tonterías, siendo imposible que su hijo no intentara rectificarlas. Empezaron una larga conversación sobre religión en la que Yunho y su madre no hacía más que discutir, mientras que Yeonhee y Changmin se reían intentando disimular todo aquello de forma que la madre de Yunho no intentara arrancarles la cabeza o algo por el estilo.
Justo antes de que su madre se despidiera de ellos, Key caminaba por el pasillo con la medicina de la señora, con toda la intención de que se la tomara y esperanzado porque en algún momento saboreara lo que se podía llamar una mezcla de medicamento y saliva propia, ya que como tenía por costumbre siempre le dejaba un regalito a su “señora”. Pero para su des fortunio de nuevo, aquella bebida fue rechazada.
- Bueno, todavía no me he acostumbrado al horario de Londres.
- Encantado de conocerla señora – dijo Changmin mientras se levantaba del sofá.
- Disculpe a mi hijo– respondió la señora antes de marcharse del salón.
Y de nuevo sin saber como, una conversación sobre la religión fue comenzada por Yunho y Changmin, entre miradas cómplices y gestos simpáticos del primero al más joven. Fue un rato realmente agradable y Changmin prácticamente ya se había acostumbrado a ello, pero para su desgracia Yeonhee se levantó del sofá para anunciar que en pocos minutos tenían que acudir al restaurante donde habían hecho la reserva.
Yunho cruzó de nuevo una increíble y masculina mirada con Changmin antes de darle la mano y despedirse de sus amigos. La verdad es que los nervios habían desaparecido de Changmin con el transcurso de la tarde y sin saber por qué, deseó volver a ver a Yunho lo más pronto posible.
wiii!! ¡ya extrañaba los fanfics homin! cada vez son menos :(
ResponderEliminarMe gustó ^^ por favor continualo! ya quiero ver cómo Yunho se vuelve gay *-*