La forma en que Yunho le poseyó justo después de entrar dentro de él, fue increíble. Changmin se agarró fuerte a la espalda de su novio sin poder evitar gemir y casi gritar del mismo placer, y eso que aún no lo había hecho de la manera que más le gustaba. Yunho no paraba de mover sus dedos en el interior de Changmin, deleitándose con cada uno de sus gemidos, mientras podía sentir cómo este casi le clavaba las uñas en la espalda. Hasta que el momento fue increíblemente irresistible, cuando Changmin no pudo evitar un maravilloso orgasmo que empapó todo el vientre de Yunho. Sus mejillas incluso llegaron a sonrojarse mientras Yunho no paraba de besarle y acariciar cada rincón de su cuerpo.
Aquella noche sintió que daba un paso más en su relación con Changmin, parecía mentira que hiciera tan poco tiempo que se conocieran, pero sentía un vínculo que no había sentido con nadie durante toda su vida. Todo habían sido complicaciones desde que su hermana cayera enferma y la verdad es que había perdido incluso el apoyo de sus amigos, por encima de todo había intentado no peder esa naturalidad que le caracterizaba, pero resulto ser imposible con el paso del tiempo. Y ahí estaba, completamente renovado, haciéndole el amor a una persona y un chico maravilloso que le había cambiado la vida por completo en tan sólo unos pocos días.
Sus labios se cruzaron de nuevo con los de Changmin en un apasionado beso que pudo llevarle al mismísimo cielo, el roce de esa maravillosa lengua era algo increíble. La sentía cálida y a la vez jugosa, tanto, que se pasaría el día jugueteando con ella. Después una de sus manos voló de nuevo al trasero del joven, apretándolo aún más contra él para que pudiera sentir que estaba justo en el sitio que él estaba deseando.
- Vamos Yunhie... – aquello casi sonó a suplica y Yunho no pudo evitar desear poseerle justo en ese momento.
Mientras continuaba besando a Changmin, se colocó un poco mejor entre sus piernas para hacer que ambos miembros se rozaran en una caricia que les llevó a lo más alto de los placeres. Poco a poco fue introduciéndose dentro de él mientras agarraba sus caderas con las manos ayudándose a ello, y cuando estuvo en el interior de Changmin no pudo evitar gemir del orgullo que sintió en ese momento.
El roce con su interior fue intenso desde el principio, sus gemidos se unieron en uno mientras no dejaban de moverse sin parar para sentirse lo más intensamente que pudieran. Por un momento dieron gracias de que estuvieran los más alejados en la casa, sino seguro que alguien más se hubiera ruborizado en ese momento. Las sabanas color azul claro que cubrían la cama de Yunho acabaron justo debajo de su trasero y casi rozando el suelo, y es que no podía evitar moverse de una forma apasionada y alocada. Changmin cogió con sus manos la cara de su novio para besar sus labios de nuevo y después hundió su boca en el cuello de este, dándole un pequeño mordisco y volviendo de nuevo a esos maravillosos labios cálidos que tanto le encantaban. Su miembro no paraba de rozarse en el vientre de Yunho mientras este se movía en su interior, sintiéndolo completamente y volviéndolo loco de placer.
Se agarró aún más fuerte a él para que fuera más rápido y sensual, si es que era posible en ese momento, incluso comenzó a marcar el ritmo de las embestidas de este moviendo sus caderas y haciendo que Yunho entrara en lo más hondo de su interior. Las descargas y convulsiones que empezaron a sufrir sus cuerpos eran evidencia de que pronto iban a llegar al clímax, y tan sólo esperaban hacerlo al unísono. Yunho se movió aún más fuerte y audaz y Changmin no hacía más que desear que aquel momento llegara.
Pocos minutos después Changmin arqueó su espalda síntoma de que se estaba corriendo debido al roce de su miembro con el vientre de Yunho, y de nuevo el vientre de este quedó empapado por la esencia de Changmin. Ante tal gesto el mayor no pudo evitar incrementar su velocidad haciendo que poco a poco y repentinamente se viniera también en el interior de su novio, explotando por completo y haciendo que su esencia pudiera escaparse por el trasero de este. Completamente exhausto, Yunho cayó rendido sobre el cuerpo de su novio.
- Eres increíble, ¿lo sabías? – le dijo con una maravillosa sonrisa en su cara.
- Tú no te quedas atrás.
- Soy de lo más normal… - Yunho no pudo evitar acariciar el pelo de su novio.
- No entiendo por qué dices eso, sabes perfectamente que eres maravilloso… tanto por fuera como por dentro – el joven cogió la cara de Yunho entre sus manos y lo besó dulcemente.
- Si tú lo dices, supongo que tendré que creerte ¿no? – y Yunho comenzó a reír.
- Tonto, no seas conveniente y di las cosas con sinceridad.
- Lo digo sinceramente, nunca he visto que de alguna manera sea como tú me dices, ni que me merezca esas palabras tan dulces, es más mi vida ha sido repugnante hasta ahora – Yunho no pudo evitar suspirar.
- Tú lo has dicho Yunho, hasta ahora… y repudiarte de esa manera no va a conseguir nada, tu vida va a cambiar a partir de ahora – Changmin se incorporó un poco para mirar a su novio a la cara – es más, ya ha cambiado, así que déjate de tonterías.
- Está bien… supongo que tienes razón.
- Claro que la tengo.
Changmin besó de nuevo a Yunho en los labios de una forma dulce y sincera, a modo de protección, algo que jamás pensó que tendría que hacer. Siempre se había sentido un chico completamente desdichado y no era consciente de que había gente aún peor que él hasta que Yunho apareció en su vida. A veces aún tenía miedo por lo que pudiera ocurrir de aquí en adelante, y razón no le faltaba, puesto que aquellas malignas personas a las que Yunho había “abandonado” ya estaban trazando un plan para destruir la vida de ambos, y no iban a tardar demasiado en hacerlo.
Charlaron un rato más y poco después se fueron a dormir, ya que al día siguiente Yunho quería comenzar a buscar trabajo en otro lugar. Iba a ser toda una aventura para él pero la verdad es que lo estaba deseando con toda su alma y corazón, sabía que sería complicado pero estaba dispuesto a todo con tal de conseguir lo que más deseaba en ese momento, una vida feliz junto a Changmin y su familia. Y sin más se durmió para soñar que todo lo que deseaba podía hacerse realidad.
Al día siguiente…
La madre de Yunho no quiso interrumpirles así que a eso de las nueve de la mañana, un poco tarde en realidad, ambos chicos se despertaron y bajaron a desayunar. Las mujeres de la casa les habían preparado unas ricas tortitas junto a un cappuccino que hizo que los ojos de ambos brillaran por completo, enseguida la madre de Yunho fue consciente de cuán feliz le hacía Changmin a su hijo y era algo que le llenaba de orgullo. Pensó por un momento que ojalá aquello se mantuviera para siempre y que nada ni nadie se interpusiera entre ambos. Pasó una media hora y los chicos terminaron de desayunar, después se vistieron y Yunho se puso uno de los trajes que había de su padre en casa, estaba completamente preparado para afrontar el nuevo futuro que se le abriría por delante.
- Estás guapísimo cariño – dijo Changmin sonriendo.
- Gracias..., espero que me vaya bien – y no pudo evitar suspirar.
- No te preocupes, si no es hoy será mañana, pero estoy seguro de que conseguirás lo que te propongas.
- No sé qué haría sin tu apoyo – volvió a decirle mientras terminaba de ponerse su chaqueta.
- El que no sabes que haría sin ti soy yo – y Changmin le besó en los labios.
Ambos bajaron juntos por las escaleras, se despidieron de la madre y hermana de Yunho y salieron a la calle, dónde se despidieron con un dulce beso. Era hora de que Changmin fuera a la Universidad mientras Yunho buscaba trabajo, ya había faltado un par de días y tal como estaba la carrera era mejor ponerse al día por completo.
Mientras caminaba en silencio mirando a su alrededor, un hombre a pocos metros tras de él comenzó a seguirle sin que Changmin se diera cuenta. Poco después aceleró el paso hasta llegar justo a las espaldas del chico y darle un empujón que haría que este se estampara contra la pared. Prácticamente cayó al suelo aturdido sin poder ver quien había sido y sin más, aquel hombre había desaparecido de allí. Changmin se levantó del suelo y metió sus manos en el bolsillo, pero antes de volver a caminar se dio cuenta que tenía un papel dentro, era una nota con letras extrañas, pero sin duda llamó su atención y para su horror cuando la abrió, esta no contenía muy buenas noticias.
“Querido Joven, no fuiste consciente de tus actos, creíste que podrías sacar a Yunho de esta vida como si nada… pues bien, más te vale que guardes tus espaldas, porque créeme con esto no se acaba todo, ni para ti, ni para ese mal nacido de Yunho…
Atte. Wong”
- Maldito cabrón…
El miedo comenzó a recorrer todo el cuerpo de Changmin, como una ola que se estrella contra las olas, la rabia hizo que arrugara aquel papel y lo tirara al suelo, para después ponerse su capucha y seguir andando camino a la Universidad. Desde la lejanía el hombre que le había empujado segundos atrás no pudo evitar sonreír de orgullo, y es que Wong y su séquito habían conseguido su objetivo, hacer sentir a Changmin que en ninguna parte iba a estar seguro hasta que pagara por su error.
Meditó por un momento el sí llamar a Yunho o no, pero enseguido cayó en la cuenta que sería capaz de hacer cualquier locura si le avisaba de lo que había pasado, así que simplemente recordó aquellas palabras en su mente mientras seguía caminando, intentando que no le afectara hasta tal punto que pudiera volverse loco de la desesperación.
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