Un día divertido.
Quince minutos después, este entraba por la puerta medio desesperado como si se le fuera a ir la vida o algo por el estilo en un momento. Un poco más y le faltó destrozar todo lo que había a su paso.
- Yoochun por dios, ten un poco de cuidado – dijo protestando cuando vió que su novio casi se cae al suelo - ¿tan importante es?
- He tenido una idea y verás, estoy seguro de que va a funcionar – respondió mientras se sentaba con rapidez en aquel sofá.
- A ver primero cálmate y después dime que pasa.
- ¿Por qué no abres una escuela? – le preguntó.
- ¿Una escuela? – volvió a preguntar algo dudoso.
- Sí, aunque no puedas patinar profesionalmente no quiere decir que no lo hagas para enseñar a otras personas. Hoy ví a los niños ensayando en el Estadio de Patinaje y la verdad... lo pensé y creo que deberías de hacerlo.
- Eres increible – Yunho no pudo evitar reír – yo había pensado algo parecido esta misma tarde, parece que me leas el pensamiento.
- ¿Lo harás? – volvió a preguntar ilusionado.
Aunque la decisión de Yunho por retirarse del mundo del patinaje hubiera venido por un chantaje del entrenador Lee, bien era cierto que su médico le había dicho que seguramente nunca podría estar a la altura del pasado. Y eso de enseñar a futuros patinadores no era realmente una mala idea, por fortuna debido a sus premios y a otros trabajos como entrevistas, sesiones fotográficas, etc... tenía la suerte de permitirse formar una empresa y Yoochun no estaba muy equivocado en esta nueva ilusión, seguramente podría cumplirlo sin lugar a dudas.
- Lo haré – respondió sonriendo.
- ¡Bien!, yo te ayudaré en todo lo que haga falta.
- Tú ¿no deberías centrarte en tu carrera? – preguntó algo serio mientras ponía cara de seriedad.
- Sí, pero eso no implica que pueda ayudar a mi novio, ¿no crees?
- JaJaJa, está bien. Vamos a cenar anda – Yunho le dió un beso a su novio y después se sentaron en la mesa para disfrutar del ramen.
A la mañana siguiente – Casa de Changmin y Jaejoong.
Ambos chicos, querían dar la feliz noticia a sus amigos, así que a una hora no demasiado temprana de la mañana se dirigieron a casa de Changmin y Jaejoong para contarles todo. Una vez llegaron Yunho llamó a su puerta pero no recibió respuesta, le pareció extraño ya que a esas horas no solían ir a ningún lado, así que se asomó por la ventana que daba al salón y los ojos se le pusieron como platos. Inmediatamente se giró y se fué con rapidez hacia el coche.
- ¿Qué pasa, no están? – preguntó Yoochun curioso.
- No es que no estén, bueno... mejor que nos vayamos – respondió Yunho que ya estaba casi en el coche.
- ¿Pero qué pasa? – Yoochun al que le comía la curiosidad fué hacía la ventana para cotillear y que pasaba y su gesto no fué nada diferente al de su novio segundos atrás – vale, será mejor que volvamos después.
Los chicos se marcharon y fuéron a desayunar a uno de sus sitios preferidos. Ya en el interior de la casa de Changmin y Jaejoong este último estaba tirado en el suelo, completamente desnudo mientras su novio le deboraba a bocados por todo el pecho.
- Ash... Changmin, no seas tan bruto – protestó al recibir un fuerte bocado.
- Ni que te fueras a romper – discutió este después de subir la cabeza – pensaba que eras mas duro.
- ¿Quieres ver lo duro que soy?
- Me – Changmin se mordió los labios – gustaría.
En ese mismo instante, Jaejoong empujó a Changmin para dejarlo en el suelo y mientras observaba su duro miembro no tardó en ponerse encima de él. Después sonrió con picardía para hacer que Changmin, de nuevo, se mordiera los labios, pasó sus manos por el pecho del menor y después le dió paso completamente a su cuerpo cuando Jae hizo un movimiento para que el miembro de su novio se metiera completamente dentro de él.
Aquel gesto, le sacó a Changmin un gémido y no pudo evitar tener que agarrarse al sofá que le quedaba justo a uno de sus lados. No sabía muy bien por qué, pero siempre acababan en suelo, aunque a decir verdad, era algo que le encantaba. Jaejoong apoyó ambas manos sobre el pecho de Changmin mientras este disfrutaba con pasión de su chico moviendose encima de él. Le miró y vió como estaba completamente ruborizado, amaba el color rosado de sus mejillas cuando hacían el amor y podría jurar que esa era su visión preferida.
Poco después, Jaejoong se incorporó un poco más para llevar sus movimientos por completo con sus piernas apoyadas en el suelo y así que su chico pudiera disfrutar con sus manos del tacto del miembro su miembro. Le encantaba que Changmin lo poseyera de ambas formas mientras el se moví una y otra vez.
- Ah... Jae... me encanta – se atrevió a decir entre gemidos.
- Tú me encantas a mí – le respondnió sonriente.
Jae intensificó sus movimientos haciendo que ambos bribraran del placer que estaban sintiendo. Su miembro palpitaba de placer con cada movimiento que Changmin hacía con sus manos.
- Poséeme mi amor, vuelvete loco conmigo – le dijo completamente ruborizado.
Sin tiempo a que apenas pudiera terminar esas palabras Changmin se incorporó para hacer un movimiento que lo dejara apoyado en la pared que tenía a sus espaldas. Con una de sus manos a prisióno a Jae por la cadera y con esto hizo que este notara muchó más su miembro, desués con su otra mano intensificcó sus movimientos. Jaejoong no podía más, simplemente se limitó a agarrarse donde pudo para seguir moviendose lo más rápido y pasional posible, y con esto hacer que su novio se volviera completamente loco.
Ambos, empapados de sudor y ahogando sus gemidos con el aire de aquella habitación no tardaron en llegar a un maravilloso orgasmo cuando sus cuerpos empezaron a temblar de una forma increible.
El suelo quedó empepado por Changmin, mientras que Jae se corrió completamente algo encima del ombligo de su chico, haciendo que a este sacara una sonrisa.
- A este paso tendremos que comprar una moqueta nueva – se atrevió a bromear Changmin.
- Si tú – respondió su novio algo ahogado – no me pillaras siempre en el suelo...
Changmin no pudo evitar sonreír y después dió un largo beso apasionado a su chico mientras a este le caían algunas gotas de sudor por la cara.
Horas después, ya a la hora de comer, recibieron de nuevo la visita de sus dos amigos. Cuando ambos entraron en casa no pudieron evitar dirigir su mirada hacía donde, horas atrás, habían visto como Changmin y Jaejoong desataban su pasión. Sus amigos les miraron de forma curiosa, pero como no sabían nada simplemente dejaron el gesto pasar.
Jaejoong, como tenía costumbre, fué a preparar la comida mientras los demás ponían la mesa y sacaban algo para picar antes de comer. Después, todos se reunieron en la cocina y ya que Yoochun y Yunho seguían dedicandose miraditas como si guardaran un secreto, sus amigos no pudieron evitar preguntar.
- A ver ¿qué pasa aquí? – preguntó Changmin.
- ¿Qué pasa de qué? – Yunho intentó hacerse el loco.
- Algo os pasa cuando andaís con esa risita y no hacéis más que mirar hacía el comedor.
- Eso digo yo – protestó Jaejoong tambien – para venir sin avisar estáis muy chistosos vosotros dos.
- Bueno, es que no es la primera vez que venimos hoy – dijo Yoochun entre risas para después mirar a su novio sin poder evitarlo, echándose ambos a reír.
En ese momento, sus amigos comprendieron todo.
- Vale, creo que tendremos que poner cortinas – dijo Jaejoong completamente colorado.
- Pienso lo mismo – Changmin avergonzado apoyó la opinión.
Después de eso, Yunho y Yoochun chocaron sus manos y de nuevo ante las protestas de sus amigos se echaron a reír a carcajadas. La verdad es que era muy divertido ver la cara que sus amigos habían puesto en el momento en que supieron que horas atrás había sido vistos por ellos. Y todo esto llevó a algunos minutos de risas y burlas.
Ya con la comida lista y puesta en la mesa todo se volvió más serio, como caracterizaba su amistad y Yunho estaba dispuesto a contarles su idea. Pero primero tenía que decirles el motivo por el que había hecho aquel anuncio en la prensa aquel día. Sus amigos lo entendieron a la perfección y por supuesto apoyaban su decisión, no era la primera vez que alguno sufría una lesión grave así que entendían perfectamente por el momento en el que estaba pasando Yunho. Después se puso algo nervioso, ya que no sabía como iban a reaccionar, pero respiró hondo y comenzó a contarles sus planes.
- La idea, es enseñar todo lo que yo sé a la futura generación de deportistas.
- Wow Yunho, a mi me parece una gran idea – dijo Changmin sonriente.
- Digo lo mismo, no podías haber pensado nada mejor – añadió Jaejoong – entonces ¿cómo lo vas a hacer?
- Supongo que tengo que ir a consultar todo, así que no creo que este sueño se realice de inmediato.
- Bueno poco a poco – continuó Yoochun – sabes que aquí nos tienes a todos para ayudarte.
- Lo sé, y os lo agradezco mucho– Yunho bebió un poco de agua – pero primero tenéis que concentraros en los futuros campeonatos.
- Eres pesado ¿eh? – le reprochó Changmin – ahora se va a convertir en la mamá de todos.
Ante ese comentario, los cuatro se echaron a reír. La verdad era que Yunho podía estar contento por la clase de amigos que tenía. No eran muchos, pero eran de esos con los que sabías que siempre podrías contar pasara lo que pasara.
Una semana después.
Al chico todavía le costaba acostumbrarse a la vida fuera de los entrenamientos, de vez en cuando iba al Estadio de Patinaje para no perder la formar y pasaba alguna hora patinando suavemente. Cada día que pasaba se daba cuenta que para su físico era la mejor decisión que había tomado, pero le daba muchísima pena el haber dejado la pista de patinaje en este momento, ya que si hubiera tenido que retirarse lo hubiera hecho después del Campeonato Nacional de Seúl y no antes. Pero así eran las cosas y así era el amor, a veces había que tomar decisiones egoistas con uno mismo para favorecer a la persona a la que amabas.
Después de unas cuantas llamadas de teléfono se había asesorado para ver donde podía poner su escuela, y es que por las caracteríasticas que necesitaba no era algo fácil. No es que todo el mundo quisiera montar una pista de hielo en cualquier parte, así que tenía que pensar muy bien la ubicación para no complicar a la gente que iba a acudir a sus clases. Esos días tambien recibió algunas llamadas para participar en entrevistas, y la verdad es que era una idea interesante, ya que ahora tenía tiempo para disfrutar de otras cosas, pero lo que más le llamó la atención era una revista llamada “1st Look” que trataba con deportistas y les hacía entrevistas dedicadas sobretodo para que las futuras estrellas del deporte conocieran ese mundo. Así que no se lo pensó dos veces y acepto. Así que esa misma tarde tenía que ir a un estudio para tomarse las fotos y hacer la entrevista. Después cogió su teléfono y marcó el número de su novio.
- Hola cariño ¿qué haces?
- Estoy en el despacho del entrenador Lee – dijo su novio con tono algo serio.
- Ahh... entiendo – Yunho se guardó algunos insultos para su interior – sólo quería decirte que esta tarde voy a una sesión fotográfica al centro de Seúl.
- Ajám – dijo intentando que su entrenador no averiguara quien era.
- ¿Vienes luego a recogerme? Saldre sobre las 9 de la noche. Sé que no puedes hablar así que tranquilo.
- Allí estaré entonces. Nos vemos – le hubiera encantado dedicarle un “te quiero” para darle en todas las narices al entrenador Lee, pero se tendría que guardar los arrumacos para otro momento.
Yoochun se guardó el teléfono en el bolsillo ante la atenta mirada de su entrenador. Cada vez que le veía sentía más asco por él y ojalá pronto las cosas cambiaran para no tener que soportarlo más. Por desgracia de momento no había visto la oportunidad de poder hacer algo, pero paciencia, quizás en el futuro se le pondrían las cosas más fáciles.
Se sentó en la silla de delante de la mesa del hombro y después de carraspear y dedicarle una mirada de odio se quedó callado para escuchar alguna gilipollez que seguramente su entrenador le diría.
- Vamos Yoochun – dijo con sorna – si cada vez que vas a venir vas a tener esa cara, nuestra relación no va a mejorar mucho que digamos.
- Tampoco es que me interese mejorarla – le respondió este.
- Pues deberías de intentarlo, más que nada por tus interéses y los de tu familia.
- Si pretende que al menos le tenga algún respeto, debería de dejar de chantajearme ¿no cree? – e hizo una mueca con los labios.
- Bueno, eso lo haré si yo creo que es necesario hacerlo. Dentro de una semana se harán las pruebas para elegir a los que van al Campeonato Nacional de Seúl, tú por supuesto al haber ganado el Campeonato de Clubes no tienes que hacer las pruebas, pero tendrás que ir allí.
- Entiendo – dijo asintiendo con la cabeza – puera burocracia.
- Justo, así que ya puedes dar una buena imagen muchacho y no sólo de tí sino tambien de tu querídisimo entrenador, ese que ha sacrificado todo por tí ¿entiendes?
Dios, si tan sólo pudiera mandarlo a la mierda, con gusto lo haría. Pero una vez más tuvo que morderse su boca y permanecer en silencio, simplemente asintiendo a las palabras que este le dedicaba. Pero algún día, todo cambiaría.
Después de media hora soportando las tantas charlas de su entrenador, salió de su despacho y como hasta la tarde no tenía que ir a por Yunho decidió ir a ver a su madre. Esta todavía no sabía que los chicos tenían planes de irse a vivir juntos, a decir verdad ni siquiera conocía a Yunho y aunque si que había oído hablar de él, tenía ganas de presentarselo. Seguramente a su madre le encantaría, así que decidió que después de ir a por Yunho, le llevaría a conocerla.
Se subió a su coche y sonriente arrancó para dirigirse a casa de su madre.
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