Doctor, ¿me cura? cap 3

Los roces de una piel que no conocía le transmitían tranquilidad en aquella oscuridad en la que estaba, haciendo que se sintiera bien estar de esa manera, pero en ese momento los recuerdos invadieron su mente.
Imágenes que tendrían que estar en el olvido resurgían del agujero en el que habían estado desde la pérdida de sus padres.

¿Cuántas veces debo ser destrozado?

Un montón de gente amontonada en lo que parece un accidente.
A medida que iba avanzando hacia el lugar de los hechos, una opresión se colocaba en su pecho, presintiendo lo peor.
Estaba cerca, ya podía ver un coche que estaba volcado, con el techo en el suelo, se iba acercando más hasta que llegó a la línea de seguridad marcada por los policías que estaban buscando heridos y diciéndole a los de la ambulancia como ocurrió el accidente según los que lo vieron.
De repente sus ojos se abrieron sin poder creer lo que veía.
Los que estaban dentro del coche volcado eran sus padres, aquellos a los que había estado esperando en el instituto durante un buen rato y que pensó en regañarles por no haber ido a recogerle a la hora acordada.

Y se odió en esos momentos en los que tiraba su mochila e iba corriendo hacia el coche dónde estaban sus padres ignorando lo que el policía le decía, por no haberlos llamado preguntando si estaban bien o les faltaba mucho para llegar.

Comenzó a llorar como un loco, gritando mamá y papá, viendo como éstos no respondían, era demasiado tarde para que le pudieran escuchar, para que pudieran escuchar la disculpa por no haberles dicho que tuvieran cuidado en la carretera, por no haberles dicho un simple “tener cuidado”.

Agonizo sobre ello y comienzo a estar resentido


Todo se vuelve oscuro y comienzo a correr buscando una salida, mientras lloro porque estoy solo y sé que no lo podré cambiar.

Y corro y corro y corro…
Pero no encuentro ningún refugio, ningún sitio donde poder llorar.

Silencio


Oscuridad


Silencio

- Sssshhhhh…-¿es a mí?- tranquilo, yo estoy aquí-¡oh! Esa voz otra vez, es tan suave, me gusta mucho, creo recordar que esa voz pertenecía al doctor.
Siento una calidez que tenía olvidada posarse en mi pecho y quiero más, deseo más de esa calidez.

Noto como me acomoda en sus piernas y me acaricia el cabello para que deje de llorar, pero sinceramente, yo ya no sé porqué llorar, si por el silencio y oscuridad desde el accidente o por la felicidad de esa calidez en mi pecho que no me ha hecho sentir nadie hasta ahora.

Siento que me quiere abandonar pero no le dejo, me aferro a él para no quedar solo de nuevo. Porque ya estoy harto de estar así, quiero poder estar al lado de alguien sabiendo que todo estará bien, quiero sentirme protegido, amado.

Aunque veo el resultado inevitable, no puedo abandonarte.

Aunque no nos conozcamos, no importa, es lo único que me queda, quiero que se quede ahora conmigo. Pero da igual ¿no?, mañana te irás y seguirás con tu vida y yo volveré de nuevo a la oscuridad.
No importa mucho lo que intente para que te quedes conmigo, ¿cierto?
Porque pude ver en tus ojos una frialdad que congela cualquier corazón, ¡incluso el mío que ya no se podía congelar más!, pero no te culpo, tranquilo, tu conciencia estará libre de cualquier remordimiento. Porque esto solamente es tu trabajo, esos roces en mi piel son parte de tu trabajo, y esas palabras que transmiten preocupación y a la vez lástima, al igual que esas caricias en mi cabello que me tranquilizan son sólo eso, parte de tu trabajo.
, ¿verdad?
…

¿Pero quién soy yo para juzgarte?

Nadie.
Una delgada figura que se puede desvanecer en cualquier momento, nada más que eso.

******

Aire fresco es lo que me despierta haciendo que abra los ojos al instante, mientras un escalofrío recorre mi espalda, es de noche y se me olvidó cerrar la cortina como de costumbre.
Sin moverme de donde estoy comienzo a recordar todo hasta ahora, y puedo ver con claridad todas las imágenes que pasan por mi mente.

Respiro profundamente, haciendo que me llegue un nuevo olor.

Solo quiero respirarte

Ese olor me hechizó, me dejó bloqueado mentalmente, pero aunque sé que no debería lo vuelo a hacer.
Entierro mi rostro un poco más en tu cabello, cierro los ojos y lo huelo de nuevo. Y me quedo ahí, quieto, solamente respirándote. Quiero llevar a mi cuerpo esa esencia, toda la que sea posible, hasta que no quede nada más que oxígeno contaminado que respirar.
Te remueves un poco en mis brazos, haciendo que me separe un poco, para saber si has despertado, suspiro aliviado al ver como duermes tranquilamente.

Siguiendo la delgada sombra, robé una mirada pretendiendo que estoy mirando en el espejo.

Observo tu figura desde el principio hasta el final como si me observara a mí mismo, pero no quiero que te des cuenta de que lo hago, y mientras estás dormido puedo robar la forma de tu silueta y tallarla en mi mente para no olvidarla.

Vaya ahora sí que te gustan los críos, que curioso, ayer no decías lo mismo- ¡calla! Es una tentación con forma de niño, nada más,-¿Quién te cree?, ni tú mismo lo haces, lo necesitas más que físicamente,-no es verdad, por las mañanas no pienso con claridad eso es todo, - curiosamente ayer cuando lo acogiste no era por la mañana,-…-haz caso a tu instinto de una puta vez,-¿mi instinto en quererlo?

Esto comienza a ser ridículo.

Cierro mis ojos y al abrirlos me encuentro con los tuyos, me miras tranquilamente, parpadeas y me vuelves a mirar, intentando encontrar algo, pero, ¿qué buscas?
Hoy tus labios también están secos, como ayer cuando te acogí en mis brazos.
Quiero saborearlos, hacerlos míos hasta la saciedad, quiero unirme a tu cuerpo, profanarlo deliberadamente hasta que ya no pueda sostenerme.

Pero, ¿y tú?, ¿tú que es lo que realmente quieres?

Nos buscamos con la mirada, buscamos excusas para hablar y callar, para rozarnos y sonrojarnos, para soñarnos y despertarnos.

Solo así, no te dejes atrapar, soy peligroso.
Solo así, más que una bestia hambrienta.

Me doy miedo, descubro que mi instinto me quiere empujar a caer en la hermosa tentación que está a mi lado.
Huye.
Huye antes de que sea demasiado tarde como para remediarlo.
Necesito de ti.
Estoy simplemente sin esperanzas, sediento, ansioso, ciego, tonto
¿Cuándo sucedió esto?
Realmente ya no importa, me hechizaste y ya no hay cura para esto, tú eres el único medicamento.
¿Debería renunciar?
Tal vez solo exista una pequeña posibilidad de que me necesites tanto como yo a ti.
Dame una señal, por favor, algo que me indique que estás dispuesto a caer conmigo en el juego.
Tus ojos se tornan llorosos, ¿qué has visto en los míos?

Dime con esos labios rojos tuyos, qué te está molestando.

¿Qué es lo que te atormenta para que tus ojos quieran llorar?
¿He sido yo?, lo siento, no lo pretendí…
Me quiero separar para no hacerte llorar, pero no me dejas ir tan fácilmente.
Vuelvo a colocarme como antes, pero me atrevo a acercar mi rostro al tuyo hasta quedar a escasos centímetros. Nuestros alientos se mezclan, cierras los ojos disfrutas solo de esa mezcla, pero no, yo quiero más.
¿Me dejas?
Quiero preguntarte, pero, ¿sería adecuado hacerlo?
Soy un conformista, sólo con respirar tu aire me doy por satisfecho.

Vuelves a abrir los ojos, me observas de nuevo, te acercas más a mí y con un dedo acaricias mis labios. Cierro los ojos por el contacto, un hormigueo recorre mi cuerpo.
Ésta vez soy yo el que abre los ojos y te observa, me acerco a ti, hago que nuestras narices se toquen en un movimiento de ternura. Me aventuro un poco más y rozo tus labios con los míos, un ligero roce que produce electricidad en mi interior, mientras siento como te estremeces entre mis brazos, eso hace que sonría satisfecho, pero necesito más de ti y junto nuestros labios en un toque superficial. Los dos queremos más de ese toque, muevo mis labios y tú los abres dándome vía libre.
Exploro tu boca poco a poco, en un beso pausado, sin prisa pero sin calma, guardando para mi cada detalle de tus labios color cereza, de tu boca que es como el cielo.
Pero soy una bestia hambrienta y quiero más.

Cuando ésta noche pase, podré borrarte.

Continuará~