KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Regalo de una Cassiopeia Cap. 12


Shine
Décima Segunda Canción


Eres la persona que amo, y nadie podrá reemplazarte
—Es extraño…— Junsu jugó un momento con la cuchara en sus manos, viendo el pequeño postre sobre su cama, como si en verdad contemplarlo le resultara interesante,  pesar de que Yoochun parecía esperar atento sus reacciones. –De algún modo el hecho de que Hansae y Leah sean el futuro de Yunho y Jaejoong no me asusta, en realidad me da esperanzas de que al menos hay algo bueno esperando afuera por nosotros.

Había un tenue silencio dentro del departamento, tal vez por la hora que había marcado el reloj hace mucho, más allá de la media noche, pero Junsu parecía no querer conciliar el sueño y Yoochun había advertido que luego de confesarle el verdadero origen de los niños, Kim seguramente tenía mucho en que pensar.

—¿Y lo de… bueno…?
—¿Nuestra hija?

Junsu sonrió ante la falta de entereza por parte de Yoochun al mencionar a la pequeña, como si le faltara valor o temiera que el mismo se asustara.

—Eso quiere decir que algo pasó entre nosotros.
Yoochun sonrió, con su mano ubicada sobre la de Junsu. –Es que algo puede pasar, si tú quisieras.

Hubo un pequeño intercambio de miradas. Ere ese vaivén inconsciente entre la amistad, y otro tipo de relación que era lo que ahora estaba golpeando a su puerta. Junsu amplió un poco más su sonrisa, ladeando un poco su rostro.

—Te quiero, Yoochun. Siempre has sido mi persona favorita. Eres la persona por quien sacrificaría muchas cosas y a quien seguiría casi a ciegas.— Junsu bajó la mirada, directo hacía el contacto de sus manos. –Supongo que sin darnos cuenta nuestra amistad hace mucho dejó de ser sencillamente una amistad.

Yoochun sintió ese irrefrenable sentido por abrazarlo, por robarle un beso. Al menos uno que le permitiera decirle que sentía exactamente lo mismo.

—Junsu…— Kim volvió a levantar la mirada directo a sus ojos. Y su mano se posó en la mejilla de él, contemplando un rato más su rostro, como si aún le costara traspasar esa delgada línea que los separaba. –Intentémoslo. ¿Si?

—Si.

Cuando el susurro salió de los labios de Junsu, muy cerca de su boca también, Yoochun sonrió. Y el primer beso llegó. Como un juego de autodescubrimiento probando entre sus labios lo suave que podía sentirse aquello, más que cualquiera, como un poco de aire retenido en la nada. Y sus pechos colapsando en la intimidad de aquella habitación.

Aquel beso, que había sido el primero y que había marcado aquello que desde hace tanto tiempo venían relegando.


Llorando internamente, haciéndome el fuerte.
Me costaba tanto ser mi verdadero ‘yo’
Yunho quería golpear algo.
Había descubierto esa particular fascinación en practicar kick boxing. Golpear lo des estresaba y en ocasiones lo ayudaba hasta a pensar. Por eso tener a aquel Jaejoong frente a él, en una situación por demás extraña. Sin contar por supuesto con lo complicado que fue meterlos a todos al departamento.
Y la verdad, no entendía aún, por qué aquel Jaejoong varios años más adulto a él, le había pedido que hablaran solas. ¿Le diría algo grave? ¿Algo malo? Resultaba que de un modo a otro era extraño ver a Jaejoong tan adulto, cruzado de piernas, sentado frente a él en la cama. Con es mirada analizadora que lo hacía sentir relativamente desnudo.
Como si supiera tanto de él, y él estuviera a la deriva.
—¿Entonces, por qué han venido hasta acá?
Jaejoong sonrió, negando suavemente. Con una mano en su frente.
—Eres igual a mi Yunho. Le tensa sentirse en desventaja conmigo.— Yunho se removió incómodo, ese llamado de posesión lo había hecho sentir extraño. Pero el gesto de superioridad en Kim lo intrigaba aún más. –Y tú siempre estas en desventaja conmigo, Yun.
La sonrisa de Jaejoong fue evidente, con sus ojos fijos y llenos de una atención que hicieron a Yunho sentirse nervioso aunque no lo demostró.
—¿Disculpa? ¿Seguro que eres el futuro de Kim Jaejoong, el que yo conozco?
—Por supuesto que si.
Jaejoong descruzó sus piernas, apoyando las manos sobre el colchón, relajado, sabiéndose dueño de la situación, mirando el techo de la pequeña habitación de Jung.
—No recordaba este departamento. Pasamos buenos tiempos aquí.— De repente la voz de Jaejoong sonó nostálgica, como si sumergiera en los recuerdos. Luego cerró los ojos y ese aire pacifico le confirmó que si, aquel hombre frente a él, era el Jaejoong de unos años más adelante. –Pero no cambiaría mi vida actual por nada del mundo.
—Exactamente, ¿por qué están todos ustedes aquí?
Jaejoong volvió a sonreír, esta vez un poco más calmado. –Sencillo.  Como sabrán todo lo que hagan aquí repercute en nuestro presente, por tanto nosotros también estamos enterados del espejo. Así que pensamos que sería divertido que nos preguntaran sobre sus vidas, como son en nuestro tiempo.
Yunho miró a Jaejoong, sentándose en la cama junto a él. Le gustaría preguntar tantas cosas, pero eso sería restarle diversión a la vida, saberlo todo con antelación les robaría momentos que sería hermoso vivirlo espontáneamente.
—Solo hay un para de cosas que quiero saber.— Jaejoong asintió. —¿Seguimos juntos, es decir, Jaejoong y yo?
—Por supuesto, por algo estamos los seis aquí.
Yunho sonrió, asintiendo. Solo quería confirmarlo.
—¿Nos queremos igual que ahora?
—Yo al menos si, no se tú.
Yunho rió, divertido por la simplicidad con la que Kim se expresaba. Mirándolo atentamente. Ansioso por las preguntas que le hacía.
—Hansae, y Leah. ¿Ellos…?
—Son unos hijos maravillosos. Te vas a enamorar descubriéndolos día con día.
Una respiración profunda y Yunho supo que había terminado con sus preguntas. No había nada más que le interesara saber, que el resto cayera por su propio peso, quería descubrir a Jaejoong, su futuro. Quería vivirlo como una sorpresa cada mañana.
—¿Es todo? ¿No piensas preguntar más?
—Me conformo con esto. El resto quiero vivirlo.
Jaejoong sonrió. –Siempre tan tú.
Si fue un halago o no, Yunho no tuvo la oportunidad de descifrarlo, por que la sonrisa y la mirada que Jaejoong le envío fue tan evidente y repleta de afecto que Yunho por un momento tuvo que admitir que a pesar de los años de este Jaejoong, sus ojos seguían expresándose con la misma facilidad para él.
—¿Sabes algo?— De pronto todo cambió de perspectiva, la mano de Jaejoong estuvo sobre su pecho, con fuerza, empujándolo contra la cama para sorpresa de él. –Mi Yunho y yo estuvimos hablando…
—Jaejoong, espera… ¡¿Qué haces?!
Las piernas de Jaejoong se movieron ágiles, lo suficiente para quedar sentado sobre el estómago de Jung quien abrió los ojos sorprendido ante tal acción.
—Legalmente no es infidelidad.
—¡¿Qué tu, QUÉ?!
Jaejoong empezó a agacharse y Yunho inmediatamente se removió bajo ese cuerpo. Era extraño, por demás extraño aquello. Podía ser Jaejoong en esencia. Pero no era Jaejoong, no el que él conocía. ¿Qué clase de mente pervertida tenían en el futuro?
—¡Suéltame!
—¡Yunho, espera…!
Pero Yunho no escuchó más, salió de la habitación en cuanto pudo. Pudo ver a los dos Changmin y Minho conversando plácidamente en los sillones, ni pistas de Yoochun y Junsu, con sus ‘yo’ del futuro. Pero en cuanto vio hacía la cocina, por fin lo encontró.
—¡Aléjate! ¡O en serio voy a golpearte!— Jaejoong tenía entre las manos un sartén viendo desafiante a su versión del futuro quien sonreía divertido, al parecer con su brazo un poco adolorido tal vez por un golpe. –De la forma que sea tú no eres mi Yunho.
Fue un alivio escuchar aquello de los labios de Jaejoong. Pero al mismo tiempo esa posesividad lo tomó por sorpresa. ¿Acaso todos los Kim Jaejoong tenían ese instinto de posesividad con él? No pensó mucho en ello y caminó hasta él. Con el Jaejoong mayor siguiéndole los pasos.
Tan pronto como estuvo cerca, agarró a Jaejoong por la cintura, pegándolo un poco a su cuerpo y Jaejoong pareció no incomodarse. Y aunque se tratara de él mismo en unos años. Yunho miró a su futuro con los ojos entrecerrados, en clara seña de amenaza.
—Son unos aburridos~
Jaejoong, el mayor, llegó con pasos lentos, sacudiendo un poco sus cabello. Y el Yunho adulto únicamente levanto los hombros, como si el tema lo tuviera sin cuidado. Tan pronto como ambos adultos estuvieran cerca, hubo un corto beso de reconocimiento, una sonrisa.  Y algo perenne que no había cambiado en sus miradas a pesar de los años.
—Deberían aprender al YooSu.
El comentario de Jung, tomó por sorpresa a los más jóvenes. Yoochun llegaba, con el Junsu adulto a su lado, y una sonrisa extraña en el rostro.
—¿Qué? Nos resultó excitante, además este Junsu tiene una experiencia que me gustaría comprobar.— Yunho rodó los ojos, abrazando un poco más a Jaejoong que parecía verdaderamente sorprendido. –Y no se hagan los castos que Su y yo únicamente hemos compartido información interesante para usar más adelante.
Poco tiempo después, Park apareció, en su versión adulta junto a Junsu quien reía divertido por algo. Yunho negó suavemente, si antes no podía con sus amigos, peor ahora que se habían duplicado. Pero decidió, cuando Jaejoong lo miró a los ojos, que cada uno era su propio problema.
Él únicamente estaría con Jaejoong, solo para que su futuro ‘yo’ no se le acercara tanto, y del mismo modo, alejar a aquel Jaejoong que lo miraba como una presa débil y fácil.
—Está creciendo.
Minho miró admirado la barriga, de su ‘yo’ del futuro. Su mano incluso inconsciente viajó hasta la pequeña barriga que el mayor ya tenía. Ambos Changmin pudieron notar la pequeña conexión, el pequeño momento en que el anhelo era compartido a pesar de la distancia contemporánea en el tiempo.
—Ya tiene cuatro meses, ¿qué esperabas?
Minho asintió ante la respuesta del mayor y volvió a sentarse adecuadamente en el sillón, tomando suavemente la mano de Changmin a su lado, observando a los mayores frente a ellos, en una suave plática. En la manera que Changmin, el mayor, parecía pendiente de Minho todo el tiempo.
—Curiosamente, acotamos dejar a los niños en casa, ya saben para evitar complicaciones.
La voz de Yoochun, resonó dentro del departamento, llamando la atención de todos. Incluso de la tranquila Moonbin que bebía un poco de te desde la mesa central. Contemplando el espectáculo de lo más entretenida.
—Bueno, excepto por Minho que aún lo lleva dentro.
Changmin realizó una pequeña mueca, mirando de mala manera a Yoochun, y aquel Yoochun se sintió verdaderamente intimidado cuando el Changmin menor lo miró de la misma manera.
—De acuerdo ya basta, tú solito Changmin das miedo, duplicado alcanzas niveles insospechados.
Junsu a un lado de Yoochun rió. Divertido, feliz con esos pequeños minutos en aquel lugar.
—Bien, creo que es hora de marcharnos.
Luego de una pequeña comida, de bromas, conversaciones sin sentidos. Y varias complicaciones con los nombres cuando llamaban a alguien y dos respondían al mismo tiempo. Finalmente, cerca de las cinco de la tarde, los mayores decidieron que era hora de regresar.
La vista de Jaejoong se deslizó entre la gente, buscando a sus amigos, frunciendo el ceño de repente.
—¿Dónde están Yoochun y Junsu?
Todos parecieron darse cuenta recién de aquel pequeño detalle, sus miradas deambularon de un lado a otro en el departamento, abriendo y cerrando puertas. Buscando por doquier. Cuando Moonbin se asomó por el balcón una idea cruzó por su cabeza y una manó llegó a su frente.
—Oh, dios…
El susurro de Moonbin fue leve, no demasiado fuerte como para que los demás tardaran en percatarse de lo que en verdad sucedía, pero obviamente fue Changmin, el de treinta y tantos, el que alzó la voz fuerza directo hacía el Yoochun veinteañero como si realmente tuviera la culpa.
—¡Maldición! ¡Todo es culpa de ustedes dos!
—¿Mía? ¡Yo estoy aquí! ¡Son los otros dos los que se han fugado! ¡¡Y no me hables así, mocoso!! Respeta a tus mayores.
Changmin rió sardónico. —¿Mayores? ¡Soy muchos años mayor a ti, Yoochun!
—¡¡En esencia sigo siendo tu hyung, así que calla!!
Jaejoong negó aburrido, era confuso, pero con sus treinta años había visto esas peleas aparecer apenas esporádicamente y verlas revivir lo aburrían, se abrió paso entre los dos y los separó con el rostro lleno de seriedad.
—¡Ok, basta! Paren la pelea. Que de nada sirve.—  Hubo un pequeño silencio, ante lo que Jaejoong optó por suspirar. –Por lo visto no nos queda de otra que esperar hasta que decidan aparecer. Así que lo mejor será que no traten de arrancarse un ojo, ¿bien?
Hubo silencio, por parte de Yoochun y Changmin. —¡He dicho ¿bien?!
—Como sea…
—Mejor me voy  ver televisión.
Jaejoong rodó los ojos, parecían unos niños pequeños, ni siquiera la diferencia de edades parecía cambiarlos, vio a cada pareja separarse un poco entre conversas y pequeñas risas. Decidió entonces acercarse a Moonbin y beber un poco de te.
Para cuando pudo darse cuenta, poco a poco todos se fueron reuniendo junto a ellos en la mesa, bebiendo un poco de te. Conversando sobre el pasado, el futuro. Y esas marcas hermosas que la vida les había ido dejando.
Desde ahora, siempre, por siempre, estaremos juntos.
Y estaremos bien.
—¿Crees que nos reconozcan?
Junsu bajó un poco la gorra en su cabeza, mirando cauteloso entre la gente que había por todas partes en aquella zona comercial, pero Yoochun solo apretó un poco más sus manos unidas, con una sonrisa confiada en el rostro.
—Seguramente no, tenemos más edad que los actuales. A lo mucho han de pensar que nos parecemos a los Yoochun y Junsu de esta época.
Lo tranquilizaba, las palabras de Yoochun siempre lo tranquilizaban. A veces pensaba que si Yoochun escogiera las palabras correctas, él sería capaz de seguirlo hasta tirarse de un puente. Habían escapado del departamento hace unos cuarenta minutos más o menos.
Idea de Yoochun por supuesto, pero esta vez, Junsu no había puesto ningún pretexto.
Fue hasta que llegaron a la zona de venta de ropa de bebes, que sus pasos se detuvieron y por ende los de Yoochun, contemplando maravillado todo lo que ahí había, su hija tenía casi seis años, la edad y el tiempo que había transcurrido era sombroso. Tan rápido que no se había dado cuenta.
Cerró los ojos un momento y agarró el valor necesario para poder hablar.
—¿Su…?
—Jaejoong y Yunho tienen dos hijos, y ahora Minho y Changmin están esperando al primero.  ¿No te parece que el tiempo ha pasado muy rápido?
—Si, a veces.
—Siento que nos estamos quedando atrás.
Yoochun entendió entonces. La mirada de Junsu fue sutil hasta él, como si esperara una respuesta de su parte. Entonces, tomó la mano de Kim con un poco más de fuerza. Y sonrió.
—No necesariamente, siempre podemos solucionar eso.
—La cosa es que al parecer ya estamos a la par de Yunho y Jaejoong.
En un primer momento Yoochun se sintió perdido en medio de la conversación, pero cuando Junsu llevó sus manos hasta su vientre plano. Los ojos de Park se agrandaron, entendiendo. Comprendiendo la razón por la que Junsu había accedido tan fácilmente a su loca idea de escaparse del departamento y deambular por ahí.
—Oh, por… ¡Junsu!
Los brazos de Yoochun abrazaron con fuerza al menor, con la suficiente como para sentir el aliento de Junsu muy cerca de su cuello. Pero Yoochun cerró los ojos y se mantuvo así por un rato más.  En cambio Junsu rió feliz. Contento con la espontaneidad en su Yoochun.
Alzó los brazos y los posó en la espalda de Park. Amplió su sonrisa. Y supo, que las cosas siempre eran mejor de lo que él algún día lo hubiera planeado para su futuro.
Y si algún día estamos separados gritaré desde mi corazón y expandiré mis alas hacía ti
Cerca de las siete de la noche, la puerta del departamento se abrió, con las llaves que le habían robado al Changmin de aquella época por supuesto. Todos parecieron levantarse de la maleta en la que se encontraban y a Yoochun y a Junsu no les quedó de otra que hacerse un poco hacía atrás.
Fue Yunho, el mayor, el primero en abrirse camino hacía ellos.
—¡¿Dónde estaban?! ¿Sabe lo preocupados que hemos estado? ¡Los pudieron haber visto!
Sin embargo Yoochun únicamente sacudió un poco su mano.
—Calma tu ira, Yunho. Solo fuimos a recordar viejos tiempos.
Jung miró fijamente  su compañero, quien le sonrió más ampliamente. Y pudo verlo, había un brillo especial en la mirada. Fue entonces cuando vio las bolsas de compras en sus manos. Y Jaejoong, el joven, miró curioso las bolsas también.
—¿Qué compraron?
—Cosas de bebés.— Pero esta vez Junsu miró a Changmin y Minho. –Y no es para ustedes.
Por un momento parecieron no completar la idea, debido al silencio, pero fue Yoochun, el que ahora se abrió paso hasta su ‘yo’ del futuro.
—¡¿Otro bebé?!
Todos rieron ante el estado alterado y preocupado de este Yoochun y Junsu, unos pasos atrás de Yoochun solo negó, con una sonrisa en el rostro.
—Eh… no me quejo, pero es que nosotros ni siquiera tenemos al primero y…
—Chun, relájate.
Cuando su Junsu colocó una mano sobre su hombro entonces si pudo sentirse un poco  más relajado. Con una sonrisa en los labios. Antes de que la voz del Jaejoong mayor llamará la atención de todos una vez más.
—Bueno, ahora si creo que debemos irnos.
Los abrazos no se hicieron esperar, pequeñas recomendaciones, sutiles amenazas, divertidas confesiones. Breves, antes de la última mirada y que de dos en dos empezaran a atravesar el espejo. Por más esporádico y extraño que aquello pareciera.
Cuando el último de los mayores desapareció un pequeño suspiro se esparció por el lugar y Moonbin rió divertida.
—Sus versiones del futuro son muy particulares.
—Pero son felices, con eso nos basta.
Changmin sonrió ante las palabras de Minho y sostuvo discretamente su mano, esta vez fue Moonbin quien tomó su pequeño bolso de uno de los sillones y sonrió amable.
—Ahora yo debo irme. Cuídense mucho.— Abrazó a cada uno de los seis muchachos, con fuerza, cerrando los ojos en cada contacto. Como si quisiera recordar aquello para siempre. –Tengan una vida feliz.
Supo a nostalgia, esos ojos de la muchacha mientras los miraba, con una última sonrisa en el rostro, cargando el espejo como la primera vez, entre sus pequeñas manos. Jaejoong le pidió que no se desapareciera por tanto tiempo y ella asintió vagamente.
Los contempló una última vez, desde el umbral de la puerta. Y sonrió.
Ellos eran felices, todo estaba bien así.
Se inclinó un poco y luego de eso se marchó, por el angosto pasillo de aquel edificio, con sus pasos sonando suaves a cada segundo, entre su ropa abrigadora por el invierno y la adorable sensación de hacer feliz a las personas, aunque sea, por un leve granito de arena.
Tantos días difíciles, tantas lagrimas derramadas.
Puede que el futuro nos tenga preparado algo mejor.
—Entonces, sin lugar a dudas, Dong Bang Shin Ki, tuvo un éxito rotundo en su gira mundial.
—Gracias a nuestras fans, si.
El presentado habló emocionado, con una sonrisa en el rostro, teniendo a los cinco integrantes de la banda frente a él. Con el público emocionado a más no poder por tenerlos tan de cerca, entre la afable entrevista que estaban teniendo.
—Ya han pasado meses desde aquella propuesta de matrimonio pública en uno de sus conciertos en Latinoamérica, pero aún no se ha hablado de una fecha, ¿por qué?
Yunho sonrió divertido, buscando contacto con la mano de Jaejoong de inmediato. Logrando unos grititos de emoción entre el público que hizo sentir más que satisfecho al conductor seguramente por el rating que aquella banda le proporcionaría.
—De hecho hay una fecha, pero queremos hacerlo todo totalmente privado. Amamos a nuestras fans, pero esto es algo que Jaejoong y yo queremos que sea sencillo. Sin fastuosidad ni nada de eso de por medio, solo algo entre los dos. Algo de nosotros.
Hubo un pequeño intercambio de miradas. Antes de que la conversación se reanudara y las preguntas ahora vacilaran también entre Yoochun, Changmin y Junsu. Con pequeñas confesiones, momentos libres y divertidos concursos sin sentido que a las fans parecía encantar.
Un pequeño y buen tiempo invertido.
Cuando la entrevista terminó, Yunho sonrió divertido cuando entre los pasillos del canal pudo distinguir a Heechul, caminando junto a sus inseparables compañeros hacía algunos de los estudios de grabación, y Heechul al parecer tampoco demoró en ubicarlo.
—¡Yunnie!
Era mucho tiempo sin verlo, y a pesar de que el resto de integrantes de Super Junior tardó en reaccionar, cuando Yunho y Heechul compartieron el primer abrazo, todos parecieron darse cuenta de lo que sucedía, los saludos llegaron de pronto. Repartidos entre experiencias.
—Chul, ¿cómo les fue en Estados Unidos? Han estado fuera casi dos años.
—Lo sé, te extrañaba Yunnie. ¡Hasta a Jaejoong con sus miradas raras era entrañable! ¡¡Y nos fue muy bien!!
Jaejoong solo rodó los ojos, ante la broma de Heechul. Saludando al resto de compañeros que casi había olvidado eran demasiados.
Cuando Changmin pudo finalmente ubicar a Kyunhyun, su abrazo fue breve, antes de la pequeña sonrisa cómplice, y el apretón de manos. Sin importarle el gran grupo que habían armado en medio pasillo.
—¿Cierto que estás saliendo con el mocoso?
—Si, ya ves…
Kyunhyun sonrió divertido. –Supongo que ya no podemos quedarnos los tres a dormir, sería muy incómodo.
—Claro que no.
—¡Claro que si!
Changmin rió divertido, ante la rapidez con la que Kyunhyun hubiera rebatido sus palabras. Era bueno poder verlo de nuevo. Y Kyunhyun tenía esa mirada que lo hacía rodar los ojos. Pronunciando claramente ‘Sabía que eso pasaría. Tarde o temprano’
—¡¡Eunhyuk!!
—¡¡Junsu!!
El escándalo fue proporcionado por los dos, corriendo a los brazos del otro. Junsu trepando sus piernas a la cintura de Eunhyuk quien lo abrazó con fuerza para que no callera. Yoochun solo tapó con una mano su rostro. Escuchando como aquellos dos decían a gritos lo mucho que se habían extrañado.
—Pero dígannos.— Siwon se abrió camino un poco entre la pequeña multitud que se había formado. –Que de nuevo a pasado fuera de las nuevas relaciones y matrimonio al que esperamos estar invitados.
Jaejoong sonrió. –Lo están.
Yoochun entonces habló. –Lo nuevo es que Jaejoong al fin ha dejado esa insana obsesión con los espejos.
Changmin en cambio se apoyó en Kyunhyun con una burlesca sonrisa en el rostro. –Yoochun, tú eres igual.
Park hizo un puchero. –Por eso estoy diciendo que dejamos la insana obsesión.
Y las risas se esparcieron en el lugar, trémulas y emocionadas a la vez.
Este amor estará siempre aquí, caminemos juntos hacia ese futuro que nos está esperando.
Meses después, cuando todo se encontraba planificado para dentro de unas cuantas semanas más. Jaejoong y Yunho decidieron extender una de las invitaciones a Moonbin, el tiempo había estado pasando tan inexorable, que casi sin percatarse la muchacha había vuelto a desaparecer.
Pero para algo servía saber donde vivía la muchacha, así que lo más discretos que pudieron, estacionaron el auto frente a la modesta casa de la muchacha. Tocando el timbre a ratos. Pasando los segundos, hasta que finalmente se escucharon pasos apresurados y la puerta fue abierta.
Pero Moonbin no fue quien les abrió la puerta en esta ocasión.
Y ambos por instinto, trataron de tapar un poco mejor sus rostros.
—Hola.
—Hola, disculpa. ¿No vivía aquí Moonbin?
El muchacho que había aparecido elevó su mirada un poco, como tratando de recordar aquel nombre y finalmente golpeó en su mano su propio puño, con una pequeña sonrisa en el rostro.
—Oh, claro. Esa Moonbin. Lo siento pero ella me vendió esta casa hace ya un par de meses.
Las expresiones de Yunho y Jaejoong lucieron verdaderamente sorprendidas.
—Pero, ¿no dejó algún número de contacto o dirección?
El joven negó. –No, lo siento mucho.
—Está bien, muchas gracias.
De regreso en el auto, Jaejoong se sintió un poco desilusionado, viendo la invitación de Moonbin en sus manos, con su nombre grabado en ella. Era de esperarse que no dejar algo con que contactarla cuando vivían persiguiéndola.
Recordó en ese momento la última vez que se vieron. Sabía  despedida definitiva, pero ninguno quiso notarlo en realidad. Quizá desde aquel momento Moonbin ya venían planificando que era hora de marcharse, Yunho notó su mutismo y sonrió, colocando una mano sobre la suya.
—Ella esta bien, tenlo por seguro.— Jaejoong sonrió. Creyendo en las palabras de Yunho y regalándole una sonrisa también. –Además, de algún modo tuvieron que hacernos la visita nuestros ‘yo’ del futuro. Ya verás como en unos años la volveremos a ver. Prometió no desaparecer por completo de nuestras vidas.
—Tienes razón.— Jaejoong asintió efusivo. Conteniendo la nostalgia que lo había sorprendido mientras contemplaba la casa de la muchacha y Yunho empezaba a encender el auto otra vez. Esa conexión que se hacía más extensa por el tiempo y los hechos. Jaejoong contempló el lugar una última vez y suspiró. –Hasta pronto, Moonbin.
—Chocolate.
Yoochun rió ante las palabras de Junsu. Quien con los ojos vendados. Adivinaba las pequeñas cucharaditas de helado que Yoochun depositaba en su boca cada tanto. A solas en el departamento durante aquella tarde de verano.
—Bien, ahora este.
La boca de Junsu saboreó con cuidado la nueva cucharada de helado y sonrió orgulloso cuando logró distinguirlo.
—Pistache.
—¡Bien! Ahora va el más difícil.
Junsu permaneció sentado, esperando por la nueva probada de helado. Escuchó el asiento de Yoochun moverse, pero aún así esperó, hasta que claro sintió las manos de Yoochun en sus mejillas y prontamente los labios de Park sobre los suyos. En un beso tranquilo y complaciente.
Junsu sonrió a gusto. –Es mi sabor preferido, Park Yoochun.
Esta vez Yoochun quitó las vendas del rostro de Junsu y sonrió ampliamente contemplando el rostro de Junsu por varios segundos. Acariciando su rostro un rato más.
—Desde que te conocí, supe que lo nuestro no podía ser simplemente una amistad.
—Yo también lo supe, Chun. Siempre lo supe.
El siguiente beso llegó un poco más suave. En un contacto ligero de reconocimiento, con el sol de esa calurosa tarde entrando por el balcón, colando las luces del día por el piso del departamento. Entre aquellas bocas, mezclando sabores y emociones. Colores y fantasías. De un mundo un poco mejor  que el que siempre habían esperado.
—¡…Y un, dos, tres!
Joonghyun habló con fuerza, su voz haciendo eco dentro del salón de ensayos. Observando atento el reflejo de todo el grupo en los espejos mientras preparaban la nueva coreografía. El sudor inevitable que expedía de cada uno, el cansancio que empezaba a ser evidente por las horas de trabajo.
Entonces tomó la decisión de descansar, justo cuando la música finalizó.
—¡De acuerdo! Como sé que estamos cayendo del cansancio. Vamos a almorzar, y descansar una hora y media. ¿Les parece bien?
—¡Ya era hora!
Kibum se quejó ampliamente y Jinki solamente rodó los ojos. Viendo como Taemin a pesar de todo aún parecía tener energía. Pero Minho, con las manos sobre sus rodillas parecía pensar igual que Key y agradecer por el descanso.
—Buenas…
—Oh, Shim Changmin. Que raro verte por aquí.
Joonghyun habló burlonamente y todo Shinee rió divertido a lo que Changmin únicamente golpeó amistosamente al muchacho en el hombro. Acercándose a Minho quien le sonrió en cuanto vio la botella con agua en sus manos.
—Nosotros vamos a almorzar por ahí. No llegues tarde Minho.
—No te preocupes, Onew hyung.
Con el poco aliento que le quedaba, Minho se despidió de sus compañeros, lanzándose al suelo cuando finalmente se encontró a solas con Changmin, quien sonrió divertido ante lo agotado que se veía el menor.
—Que asco de resistencia tienes, Minho.
—Cállate.
Minho le lanzó por la cabeza la gorra que había tenido puesta y Changmin se dedicó a colocar correctamente el pequeño almuerzo que había traído. Logrando que el estómago de Minho se despertara ante el delicioso aroma y se sentara de un vez por todas.
—¿Tú lo preparaste?
—No soy tan malo en la cocina, como el resto de la gente cree.
Por un momento le sorprendió ver que Changmin pensaba darle de comer en la boca, pero Minho no se quejó. Vio los ojos de Changmin y aceptó con gusto ser mimado por aquella ocasión. Su gira internacional estaba a punto de ser lanzada y se estaban esforzando al máximo.
Changmin podía estar muy acostumbrado a ese tipo de cosas, pero a él aún le asustaba llegar a lugares tan lejanos, sin embargo Changmin estaba ahí, apoyando, queriendo, estando con él, que era lo más importante. Y sonrió, aunque posiblemente Changmin no entendía los niveles de felicidad que Minho había abarcado en esos instantes.
Definitivamente caminaremos al mismo tiempo, por que eres la luz que guía todo mi destino
Jaejoong apretó con fuerza la mano de Yunho.
Estaba nervioso, asustado, ansioso. Y estaba seguro de que estaba usando probablemente demasiada fuerza en el agarre. Pero a Yunho parecía no importarle. Por que miraba igual que él al doctor frente a ellos que leía con atención los papeles en sus manos.
Había tantas posibilidades a favor y en contra. Que Jaejoong no estaba muy seguro de qué pensar. Por eso prefería únicamente esperar la respuesta del hombre, algún gesto en su rostro que fuera un indicio de algo, pero el hombre se mantenía serio y los nervios de ambos crecían.
—Felicidades…— El hombre finalmente abrió, regalándoles incluso una sonrisa que supo a la mejor noticia que habían podido recibir en su vida. –La prueba ha dado positivo.
Yunho exhaló con fuerza, como si todo ese instante hubiera estado reteniendo el aire en sus pulmones. Y casi de inmediato lo abrazó con fuerza, con toda la que pudo. Hamacándolo de un lado a otro inclusive, con esa sonrisa inmensa que se asemejaba bastante a la del mismo Jaejoong.
—¡Gracias, gracias!— Los besos de Yunho llegaron esporádicos y cortos sobre la boca de Kim, colocando incluso una de sus manos sobre aquel plano vientre, escapándole más sonrisas emocionadas. –Te amo.
—Yo también te amo, Yun.
Finalmente el beso entre sus bocas fue estable, como una experiencia compartida. Como ese pequeño instante en el que habían dejado de ser dos, para ser tres. Como una vida a punto de llegar y esa espera que sería larga pero gratificante. Que llenaría su vida de cosas diferentes y maravillosas.
Aquel futuro que ahora palpaban con la palma de sus manos.
—¿Estás seguro que lo dejaste por aquí?
Siwon habló entre pequeños susurros, buscando de un lugar a otro el dichoso celular que Heechul al parecer había dejado durante la sesión de fotos. Se encontraban en una pequeña construcción abandonada, ya muy lejos de donde había sido la sesión de fotos. Pero Heechul seguía empecinado en buscar.
—Heechul al menos que tengas fotos en desnudo de alguno de nosotros. Ya vámonos, por que pronto va  a anochecer y por aquí puede ser peligroso.
Donghae se recargó en la pared, con las manos sucias y ya cansado de seguir buscando, los demás seguramente ya encontraban duchados y cenando algo delicioso, en cambio los tres se encontraban ahí. Buscando aún el dichoso aparato.
—Solo unos minutos más, Donghae. Te prometo que te invito a cenar algo delicioso.
Lee suspiró resignado, volviendo a buscar entre las cosas arrumadas que ahí había. Le pareció ver a Siwon alejarse un poco, buscando entre los pilares, hasta que de pronto vio un montón de cajas vacías cuidadosamente colocadas, como si alguien buscara esconder algo en particular.
La curiosidad pudo más, y se dedicó a moverlas una por una.
—¿Qué haces?
Heechul habló desde cerca, pero Donghae únicamente contempló el espejo frente a sus ojos, parecía muy bien conservado como para estar abandonado por muchos años en aquel lugar. Miró las letras ‘Cassiopeia’ reflejadas desde una de las esquina y frunció el entrecejo curioso.
—¿Qué crees que haga esto aquí?
Heechul levantó los hombros desentendido. –No creo que simplemente lo hayan abandonado, parece más bien que lo hubieran escondido.
—Pero ¿quién esconde un espejo en un lugar como este?
—Alguien desesperado tal vez.
—Sigo sin entender, ¿por qué este espejo seria entonces tan importante?
Donghae lo levantó, colocándolo sobre un pequeño bloque que había en el suelo de aquella construcción abandonada, contemplándolo por un instante. Bajó un poco la manga de su buzo, para poder limpiarlo con cuidado, tenía un poco de polvo. No demasiado, el suficiente como para asumir que llevaba apenas días ahí.
—Donghae no lo toques…
—Chul, no seas ridículo, ¿le tienes miedo a un tonto espejo?
Donghae sonrió divertido, semi apoyado en el espejo. Pero de repente su mano pareció hundirse y las expresiones en su rostro cambiaron vertiginosamente. ¡El espejo lo estaba jalando!
—¡Donghae!
Heechul sostuvo su mano de inmediato, con fuerza, con toda la que pudo en ese momento. Antes de que todo se volviera oscuro y el mareo los dejara completamente aturdidos.
—¡Es todo! Aquí no hay nada, Chul. Mejor seguimos intentando mañana.
Siwon cerró la llamada de su celular, cansado de llamar y llamar sin que el tono del celular desaparecido de Heechul siquiera se escuchara. Sin embargo en esta ocasión, no escuchó la voz de Heechul pidiendo unos minutos más de tiempo.
—¿Heechul?— Miró de un lado a otro, el repentino silencio lo puso un poco nervioso. Caminó entre los escombros, tratando de ubicar a alguno de sus dos amigos. —¿Donghae?
Pero solo hubo más silencio, y aquel extraño espejo mal acomodado sobre uno de los bloques de cemento en el suelo del lugar.
Buscaba lugares de ensueño, pero todo lo encontré junto a ti.

..:: ¿Fin? ::..

2 Comentarios:

  1. Necesite dos dias para leerlo xD
    ya dejaste la semillita, ahora riegala y no nos dejes asii! Gracias por el fic! Me encanto!

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  2. Ohhhhhh Excelente fue hermoso todo el fic de verdad lo fue sobre todo lelerlo en fechas tan cerca as a su aniversario es muy significativo *^* Gracias x compartir!!!! ...... <33333

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