Tenía 18 años cuando a mi anticuada maestra de español: la señora Mirsha, se le ocurrió la fabuloso idea de hace un proyecto que ella misma titulo “una mirada amiga”.
Recuerdo que no estaba poniendo mucha atención en la clase cuando dijo aquello; para mí era mucho más importante la abeja que estaba atorada en la ventana, que las palabras de la regordeta mujer mayor que tenía por maestra, hablaba de cosas como: amistad, intercambio, cartas, amigos, prisión…
Fue lo único que mi mente pudo digerir de aquella clase, que mi cerebro catalogó inconscientemente como “absurda e inútil”. Salí bostezando del salón mientras mis amigos jugueteaban a mi lado, no puse mucha atención a los comentarios de ellos, mi estomago rugía por un poco de alimento así que me despedí de ellos para dirigirme a la cafetería escolar, allí fui interceptado por mi “simpática” profesora, la señora Mirsha quien casi jalándome de las orejas me hizo voltear hasta tenerla de frente…
-señor Shim, veo que le encanta desperdiciar su tiempo paseándose por la cafetería-
-profesora, uno necesita alimentarse bien-
-si claro, eso es vital, pero usted se alimenta demasiado “bien” para mi gusto. Es la cuarta vez que visita la cafetería en un día-
-¿me ha estad espiando?- dije con la risita burlona que me caracterizaba – me siento alagado, pero usted no es precisamente mi tipo-
La voluptuosa mujer se sonrojo ante mi comentario de “coquetería sarcástica” pero volvió recuperar la compostura volviendo a ser la “mala del cuento”
-usted tendría suerte si así fuera señor Shim, pero no. Mi comentario estaba más bien enfocado al hecho de que casi no presta atención a las clases por estar desperdiciando su tiempo en cosas mundanas, como visitar la cafetería cuatro veces al día- me dijo acomodando su blusa hacia debajo de sí misma, como si temiera que al menor respiro fuerte pudiera zafarse de su lugar.
-le aseguro que no estoy descuidando nada, todo lo tengo fríamente calculado en este magnífico cerebro- dije dando pequeños golpecitos a mi cabeza con mi dedo índice ilustrando mi “magnifica” capacidad cerebral
-¿a si? Entonces ¿Por qué aun no tengo su borrador del proyecto de “una mirada amiga”?-
Proyecto? Qué proyecto? Carta? No tenía idea de lo que me estaba hablando. Recuerdo que escuche algo de mis amigos sobre “la carta” y sobre lo tedioso que era pensar en que escribir…
Eso, puedo arreglármela con eso…
-bueno es que, me es difícil saber qué escribir- le mentí a la profesora
-oh vamos, eso es lo que dicen todos. ¡¡Es navidad por dios!! ¿Es tan difícil desearle UN Feliz 14 de Febrero? Es un ser humano no importa donde se encuentre, es como tu Changmin-
-hee si, supongo- dije fingiendo que sabía de lo que estaba hablando –lo hare lo más pronto posible y lo tendrá en su escritorio-
Le dije dando por sentada la conversación pues temía que si seguía hablando, ella pudiera descubrir mi mentira. La señora Mirsha solo me miro y apretó los labios en señal de desaprobación, subí los hombros simpáticamente para después desaparecer lo más rápido que pude de la cafetería, lo que quería era dirigirme a casa e investigar que era exactamente de lo que estaba hablando.
Mi mente divagaba en el camino. ¿Qué era exactamente esa carta? ¿Qué debía decir yo en ella y para quien era? Eran cosas que yo ya debería saber pero gracias a lo “interesante” que me parecía la clase de Español no tenía idea de que era lo que debía hacer.
Al llegar a casa lo primero que hice fue abrir mi libreta para ver si en algún lado había apuntado de casualidad algo sobre la tarea esa, pero lo único que encontré era la fecha de entrega: 2 de Febrero.
¡¡¿ 2 de Febrero?!! ¡¡Eso es mañana!! Me dije mientras me daba zapes en la cabeza arrepintiéndome de no poner atención cuando lo dijo.
Saque una hoja de mi carpeta “mejor entregar algo, sea como sea” no puse mucha atención al papel reciclado en el que ya había puesto la fecha para comenzar a escribir, solo tome mi bolígrafo azul y escribí:
“Con mis mejores deseos y esperando que la pases muy bien en estas fechas, te deseo Feliz 14 de Febrero. Procura abrigarte bien y comer saludablemente.
Con mis mejores deseos Shim Changmin”
Con esto es más que suficiente. Pensé mientras doblaba la hoja de papel en dos y la guardaba en un sobre.
Aquella noche dormí satisfecho de haberme salido con la mía sumergiéndome en el cálido arrullo de las vísperas de vacaciones.
-aquí tiene- le dije a la señora Mirsha al día siguiente, extendiéndole el sobre con mi carta
-no creí que la entregara señor Shim-
-pues ahora puede creerlo profesora- le dije volviendo a mi lugar, satisfecho por no darle a la profesora la satisfacción de reprobarme.
-se supone que hoy seria la revisión de sus cartas pero me han marcado esta mañana de la prisión para decirme que debo entregar el paquete de cartas hoy. Por lo que confiare en que ustedes hayan hecho uso del buen lenguaje y aprovechado lo que han aprendido en esta clase para tener una buena redaccion-
Dijo “prisión” pensé mientras por primera vez prestaba atención a la clase de español. Bueno, al menos no escribí nada comprometedor…
-no se angustien, pienso que pocos de ustedes recibirán una respuesta a sus cartas, así que no todos tendrán que escribir una contestación, ya que como saben, se trata de reos en una prisión y dudo que tengan mucho interés por escribir. Pero bueno, nosotros cumplimos con el deber moral- dijo esbozando una sonrisa y volviéndose a sentar en el escritorio
La clase continuo de manera habitual, a la hora de salida mis amigos se hacían burla con lo que habían puesto en las cartas camino a casa.
-¿tú que pusiste Changmin?-
-nada importante, solo lo que dijo la profesora. “Feliz San Valentin” y unas tonterías cursis como que se cuidara del frio y eso-
-entonces dudo que te conteste-
-de eso se trata Junsu, de que no conteste. Así me ahorra el trabajo de leer jaja- dije burlón mientras continuamos burlándonos de lo que Yoochun había escrito en su carta.
-“podría ayudarte si lo necesitas” es el colmo Yoochun jajaja recuerda que es una prisión de hombres, eso suena como que quieres una cita con el jajajaja- decía Junsu haciendo que Yoochun se sonrojara un poco
-no seas ridículo, eso es solo por cortesía, tú siempre piensas que todo se trata de amor Junsu-
-¿pero que es de la vida sin amor?- decía en un tono poético mi carismático amigo
-pues mírame a mi- le dije galante –yo vivo feliz sin amor-
-si claro, ¿Qué hay de esa chica Darla?-
-¿Darla? Yo solo salía con ella solo porque me insistió durante meses, pero jamás me gusto de verdad-
-tssss que cruel Min, ella se enamoro de ti-
-eso dice ella, pero ¿Dónde está ahora? Se fue a Japón prometiéndome regresar con fortuna, un buen empleo y no sé que mas para casarnos y para que yo no tuviera que cansarme trabajando y solo pensara en ella las 24 horas del día. ¿No es lo mas cursi que hayan escuchado? –
-definitivamente si- dijo Yoochun poniéndose su abrigo, la tarde se estaba haciendo noche- pero, ¿Qué le dijiste?-
-nada, le dije que hiciera lo que ella quisiera, a mi me da igual-
-cruel Min, muy cruel, veras que por decir eso el destino te castigara, ya veras, uno no vive tanto tiempo siendo como tu sin que todo se le regrese-
-si claro Junsu, como digas- dije no dándole importancia a su sentencia.
Seguimos caminando hasta el parque central en donde yo debía desviarme hacia el centro donde vivía desde hace ya 10 años. “que aburrida es la vida en la ciudad” me dije recordando lo que era vivir en las afueras campestres de Corea, pero aquí había muchas cosas que no se podían encontrar en el campo…
-ya llegué- dije entrando en el umbral de mi casa, quitándome los zapatos a la entada
-no olvides quitarte los zapatos- escuche la voz de mi madre, posiblemente proveniente de la cocina recordándome como siempre lo que ya se.
-seee, ya lo hice-
-lávate y ven a comer-
-seee- dije entrando en la cocina y sentándome en la mesa
-¿te lavaste?-
-a-ja-
-eres el colmo, lávate aquí en el fregadero- me levante para lavarme las manos en el fregadero perfectamente decorado con tulipanes en la tina, muy femenino, como era mi madre.
-¿Cómo te fue hoy? ¿Algo interesante?-
-Nop. Nada interesante-
Así fueron las cosas en la escuela los siguientes dos días: “nada interesante”
Seguimos con la rutina diaria; en la mañana clases de Historia Natural, luego Ciencias aplicadas y finalmente la molesta clase de español, que para variar, al tercer día de haber enviado las cartas, la profesora trajo algo interesante: las contestaciones por parte de los reos de la prisión local.
-se los dije, que no tendrían que contestar las cartas porque no todos recibirían las contestaciones. Solo recibí cuatro cartas de las 20 que enviamos, pero no se desilusionen si no recibieron contestación, estoy segura que ellos leyeron sus cartas gustosos-
-seguro las usaron para hacerse un cigarro- dije muy bajito riéndome con Junsu
-¡Señor Shim!- la gangosa voz de mi profesora nuevamente mencionaba mi nombre, parecía ser su palabra favorita últimamente –aquí tiene- dijo extendiéndome un sobre mal cerrado.
No cabía de la incredulidad mientras tomaba el sobre, no use mucho la cabeza para redactar esa carta y tampoco puse mucho atención a lo que ponía, creí que mi carta no daba pie como para una contestación, pero al parecer, me equivoque.
-usted si tendrá que contestar esa carta señor Shim, ya que lo veo tan interesado en este tema- dijo burlona mientras movía su gran retaguardia alejándose de mi
-wow te contestaron, ábrela, ábrela-
-no creí que fuera posible, Changmin tendrá que seguir siendo dulce con sus palabras jajaja- dijo Yoochun mientras él y Junsu se reían sin parar, ninguno de los dos había recibido una contestación.
-maldición- dije partiendo el sobre y sacando el papel que se hallaba allí doblado, lo desdoble rápidamente sin importarme si rompía o no el delicado pedazo de papel para después posar mis ojos sobre las oraciones que se encontraban allí. Leí en voz alta:
“Gracias. No te preocupes, pasare un 14 de Febrero cálido arropado con periódicos en mi celda y comeré saludablemente la porquería amarilla que me traen todos los días.
Pero no te preocupes aun así tendré un “hermoso” día de San Valentín.
Niño, no sé porque hacen esto cada año, pero es la primera vez que me dicen algo tan tonto como para ser digno de contestación. Cariños, Jung Yunho”
-pero qué demonios es esto- dije atónito de leer las palabras cargadas de sarcasmo en esa página
-increíble, simplemente fascinante- decía Yoochun al leer la carta
-¿¡que es lo fascinante!? El sujeto me hizo quedar como un tarado-
-No me refiero a eso, mira que uso del lenguaje para denotar el sarcasmo y que bien redactado está, me parece fascinante-
-¡¡cállate Yoochun!! Esa idiota va a pagar. Después de que me tomo la molestia de escribirle algo a un desadaptado social, para que no se sienta como la basura miserable que seguramente es, me responde con sarcasmo y estas tonterías, ¡como se atreve a ser de esa manera! Ya verá-
Dije saliendo molesto del salón ya casi vacío pues la clase había terminado mientras yo leía la carta.
-¡señor Shim! No se le olvide, que debe contestar esa carta- me decía la señora Mirsha
-¡no se preocupe profesora, el tendrá mi contestación!- dije alzando la voz y retirándome visiblemente molesto.
Llegue a casa y no me moleste en quitarme los zapatos, me subí rápidamente mientras mi madre me gritaba algo que no logre entender por la rapidez de mis acciones.
Saque mi bolígrafo azul y una hoja reciclada de mi escritorio, comencé a escribir
“Lamento no poder comprender tu situación, pero disculparas, ya que estaba a punto de recostarme en mi cómoda cama y arroparme con mis gruesas cobijas y no pude prestar mucha atención a lo que escribía. Pero no te angusties, estoy seguro de que en tu celda podrán usar el “batido” que les dan como una rica cena y disfrutar de estas épocas de “amor” junto a personas que son lo peor de la sociedad y que seguramente merecen estar allí metidas.
No te desveles mucho tratando de odiarme por estar fuera y disfrutar los placeres que brinda la libertad, solo disfruta esta fecha con las personas que tienes a tu lado y pásatela bien.
Shim Changmin”
Con eso será suficiente, espero que ya no le queden ganas de seguirme provocando al ver que no me quedare con los brazos cruzados.
Salí inmediatamente de mi casa y sin darle importancia al hecho de que debía darle esa contestación a mi profesora para que ella se hiciera cargo, me dirigí a la oficina postal más cercana y puse la dirección de la prisión. En el destinatario solo un nombre: Jung Yunho.
“no sé porque hacen esto cada año” me dijo aquel sujeto en su carta, al parecer no es la primera vez que la profesora Mirsha hace esto de las cartas. Pero vera que esta vez es diferente, el comprobara que no es una tarea escolar que di por sentada, ya verá que puedo ser la personas más orgullosa del mundo…
Aquella noche dormí como un gatito arropado entre las cobijas mientras imaginaba al tal Yunho temblando de frio en su celda.
Me levanté en la mañana y me dirigí a la escuela como siempre. Llegó la hora de la clase de español y le entregue una carta a la profesora Mirsha, totalmente diferente a la que había enviado previamente a ese sujeto. En la que estaba entregando a la profesora me disculpaba por haber sido grosero y deseaba nuevamente feliz día de San Valentin.
La profesora, como era de esperarse, leyó la carta y la metió en su bolso para después enviarla supongo.
-¿hiciste pagar a ese sujeto?-
-No, yo solo le di una cucharada de realidad, el pobre necesitaba que lo sacudieran un poco- le dije a Junsu mientras me reía
-otra vez tienes en tu rostro esa mirada de maldad- me decía otra voz que recién llegaba
-hey! ¿Dónde habías estado?- dije levantándome y abrazando a mi amigo quien regresaba al fin de su visita a hospital de tres días
-de vacaciones en el hospital, ya sabes- me contestaba con sarcasmo mientras me abrazaba
-¡¡Jae joong!!- gritaba Yoochun al ver al recién llegado -¿Cómo estás? ¿Qué te dijeron? ¿Has estado bien?-
-¿a cuál de esas preguntas debo contestar?-
-a ninguna si no quieres – le dije riéndome
-llegaste tarde para ver la pelea de Changmin contra el villano de la prisión- decía Junsu lamiendo un chocolate sin dejar de mirarme
-¿Quién es tu nuevo enemigo?-
-nadie importante, un sujeto-
-¿pero te está molestando?-
-No, ya le di su merecido- dije orgulloso de recordar mi pasada carta.
Jae solo me miro como suele hacerlo, regañándome con la mirada, sabía que acababa de hacer algo malo, pero no dijo nada.
A la salida los cuatro nos dirigimos a comer una pizza para celebrar el regreso de Jae joong; platicamos como si él nunca se hubiera ido al hospital y lo actualizamos en lo nuevo de la escuela, habiendo estado satisfechos de tanto hablar, beber y reír cada quien se dirigió a su casa, estaba a punto de ser vacaciones de semana santa así que no nos veríamos por casi un mes, queríamos salir un poco antes de eso. Mas por la actual condición de Jae, a quien no hace mucho le diagnosticaron asma, por esa razón el no asistió a clases durante esos días, le estaban haciendo unas pruebas en el hospital y necesitaba reposo; no era tan grave pero Yoochun insistía en que debíamos cuidar de él y no hacer nada peligroso para que no le pasara nada. El siempre fue así con Jae joong, he llegado a pensar que a Yoochun le…
-otra carta- exclame en voz alta al llegar a casa y ver un sobre tirado en el tapete de la entrada
La levante rápidamente y entre en casa, al parecer no había nadie puesto que las luces estaban apagadas, entré en la cocina y hurgue en las alacenas por algo de comida, encontré un paquete de galletas que abrí sin demora mientras muy calmadamente veía la cara del sobre que había llegado.
“Destinatario: Shim Changmin, el niño obstinado”
-¡qué demonios con este tipo!- grite casi atragantándome con las galletas
Abrí el sobre molesto y encontré otra hoja de papel color marrón doblada por la mitad. La abrí de golpe y leí
“En estos momentos, en verdad me gustaría conocerte para poder imaginar tu cara a ver el destinatario de esta carta jajaja. ¿Te parezco divertido?
Tú me diviertes, no tienes nada mejor que hacer en estas fechas y estas tan aburrido que te pones a pelear con un perfecto desconocido…
Me enviaste dos cartas una insultándome y otra disculpándote. ¿Eres bipolar o que te pasa?
Pero alégrate, no me molesté para nada con tu carta “insultuosa” más bien, creo que atinaste a todo lo que escribiste, excepto por una cosa: muchos de estos hombres no merecen estar aquí.
Estoy seguro que cada persona en este planeta ha hecho algo alguna vez le mereciera la muerte; pero ¿no por esto deberían de ser juzgados todos de la misma manera? ¿No todos somos unos traidores y pecadores? Entonces ¿por qué castigan algo que a los ojos del mundo es una conducta “inmoral” y mala si todos alguna vez hemos hecho algo de esta índole? ¿Por qué se castiga al que roba si seguramente más del %90 de la población ha robado alguna vez, aunque sea un cacahuate en el supermercado? ¿Que acaso eso no es también un robo? ¿Por qué se le castiga si robó solo porque necesitaba alimentar a su familia? Porque se le castiga si como dicen muchos “el fin justifica los medios”? no es más honroso que una madre robe un pan para alimentar a sus hijos a que consiga dinero de una manera “honesta” para comprarlo con un trabajo de prostituta?
Pero para algunos otros la honradez viene del simple hecho de hacer algo de la manera correcta. Pero que es lo correcto?? Quien se sentó en una mesa y estableció lo que estaba bien y estaba mal?? Quien es el idiota que se cree superior al hacerlo?? Nadie lo sabe.
Pero sin embargo siguen estas reglas ciegamente. ¿Por qué?
Porque somos borregos, somos mimos. Imitamos lo que los demás hace y pocas veces nos preguntamos porque lo hacemos o nos atrevemos a cuestionarlo.
Dime qué piensas tu Changmin.
Lamento haberte entretenido con mis palabras lastimosas pero necesitaba sacarlo de mi sistema y eres el único ser humano al que me atrevo a decirle estas cosas. ¿Por qué? Porque por tus cartas puedo deducir que eres sarcástico, cruel y que no sigues las normas morales comunes, te importa un comino la política, la economía y esas cosas, tu vives el hoy pero te aburres con facilidad no es así?… por eso tienes una opinión para esos temas, porque te aburres de pensar como todos los demás lo hacen.
Sé que mis palabras no te causaran un conflicto, así que alégrate solo te estoy utilizando para desahogarme, no me importa si quemas esta carta, por favor hazlo, solo así podre decir que estos pensamientos que han salido de mi cabeza.
Jung Yunho”
Me desplome sobre el sillón consternado, esta carta no era solo por seguir mi jueguito de “niño obstinado” era algo mucho más grande...
¿Pero…que era todo exactamente?...
¿Un intento por lavarme el cerebro para que lo eleve a un pedestal por la forma en cómo piensa?... o… ¿era acaso un intento de acercarse a una persona “cualquiera” en la infinita soledad que seguramente lo acompaña en la frialdad de su celda?
No lo sabré nunca…
A menos que le pregunte…
¿Pero qué es exactamente lo que quiero saber?... ¿Quién soy yo para juzgar lo que una persona que parece saber lo que dice intenta expresarme? Porque… no estoy en desacuerdo con lo que me plantea, de hecho creo que pensamos de la misma manera… Pero, lo que más me desconcertó de esta última carta fue el final, el atinó en todo en cuanto a mi personalidad, el me conoce, me conoce más de lo que probablemente mi madre me conoce…
Y ni siquiera me ha visto la cara…
Durante los siguientes tres días no le escribí nada a Yunho, porque no sabía que decirle… Creí que olvidaría el asunto en cuanto mas días pasaran, pero no fue así, entre más tiempo pasaba sentía más necesidad de escribirle algo, sentía que había dejado algo inconcluso y no sabía que era. Sus palabras retumbaban en mi mente, taladrando mis pensamientos con sus argumentos, esas ideas son probablemente las culpables de que el este en la prisión, eso denotaba que efectivamente sus ideales no son aceptadas por una sociedad como la nuestra.
Yo jamás hice nada por externar lo que pensaba, por temor, o ¿porque no estaba seguro de ellas?... tal vez, pero el… el no teme decirlo. Por eso su vida seguramente está llena de infortunios que terminaran tragándome si sigo envolviéndome por sus agiles palabras, lo sé pero de alguna manera, quería que el continuara escribiéndome… en verdad deseaba eso.
Mientras les relato esto, y lo reflexiono en mis propias palabras, creo que esa carta fue la culpable de que mi deseo por conocerlo fuera en incremento, yo quería saber qué clase de sujeto se atrevía a pensar así, quería saber, que mas tenía para decirme, pero era demasiado obstinado como para decírselo directamente.
El cuarto día casi sin querer, tome una hoja de papel y comencé a escribir…
“¿Por qué de repente crees que este “niño obstinado” va a entender lo que tratas de decirle? No puedes confiar ni conocer a alguien que ni siquiera has visto en tu vida”
Fue todo lo que escribí. Cerré el sobre con el trozo de papel y lo envié a la prisión esa misma tarde. No sabía si él siquiera contestaría aquella pequeña “excusa” para que el siguiera hablando, pero de igual manera la envié.
Al día siguiente, por la noche, el cartero trajo una nueva carta para mí.
La abrí sin demora, sin siquiera entrar en mi casa, así, sentado en las escaleras, abrí el sobre, desdoble el papel marrón y leí…
“Las palabras dicen más que los rostros Min…
Me da curiosidad que preguntes eso, ¿acaso lo que te escribí la ultima vez te asusto tanto como para engañarte a ti mismo y fingir que no entendiste? Porque finges que no quieres seguir leyendo con esas estupideces de “porque crees que te entiendo”
Si no me entendieras no seguirías respondiéndome.
Pero si es así me das risa.
Eso solo es un pequeño fragmento de mi mente, pienso muchas más cosas respecto a todo, podrías decir que tengo una opinión para los temas más escabrosos que te puedas imaginar: política, familia, sociedad, religión… sexo…
Creí que no contestarías jamás, te tardaste más de lo usual, si vas a contestarme más vale que lo hagas rápido, soy una persona impaciente y puede que un día se me ocurra, ir a buscarte por una respuesta…”
Termine de leerla y casi por reflejo la arrugue en mi mano, no sabía siquiera porque, me sentía muy extraño, sentía que ante él estaba totalmente expuesto a que leyera todo de mi, a que descubriera hasta el mas intimo de mis secretos. Aunque él estuviera encerrado a más de un kilómetro de distancia, casi pude imaginarlo junto a mi diciéndome todo lo que había escrito, y eso me asustaba, pero quería saber más aun así, soy de la clase de persona que quiere saber más de todos los temas posibles y el se ofrecía a enseñarme sin quererlo.
-¿Changmin? ¿Qué haces afuera hijo? Hace frio, entra ahora o pescaras un resfriado-
Mi madre se asomaba por la puerta indicándome que entrara con rapidez. Le hice caso y entre directo en la cocina
-Mamá…- la llame mientras se encontraba ocupada leyendo un recetario de cocina -¿crees que yo tengo unas ideas medio retorcidas?-
Dije mientras me repetía a mi mismo que Yunho no podía conocerme tan solo por unas pocas cartas, mi madre también debía conocer la naturaleza de mi mente al igual o mejor que él.
-claro que no querido, tú eres un chico totalmente normal y ordinario-
Decepción total… acababa de comprobar que ni mi propia madre conocía mi pensar. Yo pensaba de todas las maneras bizarras posibles, que no podrían calificarse como “ordinarias” o no por lo que me habían dicho los demás.
-gracias mamá- dije sonriéndole mientras fingía alegría
Entre en mi cuarto después de eso y tome mi pluma azul con la que solía escribirle y comencé
“no es que no te haya entendido, más bien es que me preguntaba, ¿Por qué querías hablar de todo eso conmigo?
¿Crees que podrás seguir enseñándome mas cosas con lo que llamas “tus pensamientos” el suficiente tiempo como para que no te arrepientas por lo que dijiste? si quieres competir con quien está más loco, yo también te puedo decir algo “extraño” Elige tu un tema… haaammmm no, creo ahora es mi turno, quiero hablar de…
Algo erótico…
¿Tú dijiste que tenías una opinión para todo no? Pues te reto a que sigas mi juego en esto, con tus ideas.
¿Sabes por qué tengo ganas de hablar de eso? Porque soy un fetichista y me agradan las cosas mas mundanas posibles… como… el aroma a queso derretido. Justo ahora mi vecina esta horneando una pizza y eso me pone, no sé, no quiero sonar vulgar pero tú me estas incitando a que escriba lo que tengo guardado y eso hare, pero, qué demonios, mi pluma se queda sin tinta…lastima…te contare que pasa con la pizza después.”
Ni siquiera releí la carta dos veces, así como la escribí se la envié, no tarde nada en ir y volver de la oficina postal de la ciudad.
Me acosté a dormir aquella noche con una sonrisa en el rostro, ¿Por qué? No lo sé, desde hace mucho que quería decirle algo sobre aquel fetiche a alguien y me daba risa imaginar su rostro al leer esa carta. Soy una persona competitiva y pensaba que él me estaba retando a ver quién podía escribir algo más perturbador que el otro…
A la mañana siguiente fui a la escuela como siempre y me encontré a mis amigos por última vez antes de salir de vacaciones de sembrinas.
-¿Qué harás mañana Changmin?-
-¿mañana? Mmmm… no lo sé, pienso que quedarme en casa como siempre-
-¿Por qué no me acompañas al centro? Tengo algo que comprar allá-
-No lo sé, contigo siempre tardamos horas a donde quiera que vamos Junsu-
-pero no nos veremos más en todas las vacaciones porque me iré de viaje, es tu oportunidad de hacerme un favor y ganar puntos para cuando volvamos de vacaciones-
Estaba a punto de acceder a la propuesta de Junsu, pero recordé que las oficinas postales cerraban temprano por lo que si me iba con él y tardábamos más de lo debido no alcanzaría a enviarle a Yunho una carta ese día.
-mejor no, recordé que debo hacer algo-
-¿recordaste? Eres un mentiroso Changmin-
-déjalo Junsu, probablemente Min tenga algo importante que hacer esa tarde y no quiere decirnos que es- decía Jae joong metiéndose en la platica
-¿Qué es más importante que salir con su mejor amigo en una tarde aburrida a decidir que celular comprar?-
-No sé, tal vez ¡cualquier cosa!- decía Yoochun llegando con nosotros provocando la risa de todos
-bueno, bueno tal vez algo como… una cita-
Todos voltearon a verme esperando que yo dijera algo ante el comentario de Junsu, pero solo podía reírme en ese momento. “si claro, una cita con una carta” pensaba.
-no lo estas desmintiendo Min- decía Jae joong
-si claro, una cita pero con mi madre será-
Todos reímos ante mi comentario excepto Junsu, él no se tragó mi historia, pero no me importo, salimos de la última clase, la de español y todos se despidieron de la profesora Mirsha deseándole unas felices vacaciones.
“tontos lame-medias” pensé mientras salía sin desearle nada a la profesora.
Me despedí de los chicos deseándoles felices vacaciones mientras me dirigía a toda prisa a casa; quería saber “su opinión” en cuanto a mis comentarios anteriores o si no tenia opinión al respecto, bueno quería tener noticias de él.
Llegue a mi casa y nuevamente encontré un sobre en la entrada, me senté en los escalones de mi casa y lo abrí con curiosidad, entonces leí:
“Wow… me dejaste un poco sorprendido, mas por el final, ¿creo que no sabré que paso después verdad? Creí que tenías alma de psicópata reprimido, pero más bien eres un inocente corderito con alma de diablo.
¿Me estas retando a que te hable de algo erótico? ¿O más bien deseas que te diga algo erótico hacia ti? Porque así se entendió.
No me importa sea cual sea la respuesta, haré ambas, si no quieres extasiarte leyendo te recomiendo que pares ahora, porque violare tu mente con mis ideas sobre el tema que tú mismo me has dado….
En estos momentos más vale que tengas una tarta de queso cerca para que la saborees con lo que voy a decirte.
¿Sabes de donde viene la palabra “erótico”? viene del griego como mucho de nuestro vocabulario; con exactitud viene del nombre del dios griego “Eros” al que algunos confunden o han llamado estúpidamente “Cupido” si me lo permites, es un tonto nombre. Eros es hijo de la diosa Afrodita, la diosa más bella del Olimpo. Cuando Eros era joven una hermosa niña se enamoró perdidamente de el al verlo en un rio y corrió a abrazarlo con fuerza, pidiéndole a los dioses que no se separara nunca de él. Como resultado de su plegaria, los dioses fundieron el cuerpo de la joven con el de Eros dando como resultado la fundición de los cuerpos en uno solo, algunos dicen que esta es la causa por la que Eros posee ambos órganos: los pechos de una mujer y los órganos sexuales de un hombre.
¿Te parece atractivo?
¿Por qué decidirse entre sí poseer a un hombre o a una mujer cuando puedes tener a los dos en uno?
Lo erótico es algo sublime, todos nacemos con un deseo sexual y carnal incontenible, no lo vemos pero siempre ha estado allí. Nuestras reglas morales nos atan a cosas tan absurdas y poco naturales como, estoy seguro que te dijeron a ti como a mi “niño no te estés tocando” Si yo hubiera tenido la suficiente conciencia de la situación le hubiera dicho a mi madre “Déjame! Es mi cuerpo y puedo hacer lo que se me dé la gana con él!”
Aunque los más castos puedan jurar que jamás han tenido pensamientos impuros, hasta en las mínimas expresiones diarias puedes encontrar algo erótico.
Es una delicia poder pasar tu propia mano por entre tus propios cabellos, sentir el cuero cabelludo y respirar por el éxtasis que te provoca algo tan mundano como aspirar el aroma de tu shampoo, es una delicia comer unas frituras llenas de queso y después lamer cada uno de los dedos que las tocaron, con tu lengua, imaginando que son otra cosa…
Es una delicia sentir como el viento levanta tu camisa y la entalla a tu cuerpo delineando tu figura, sintiendo como ese elemento de la naturaleza profana cada parte de tu cuerpo, para que quieres ser tocado por alguien cuando el viento te esta dando ese placer…
Es una delicia salir de un buen baño y rozar con la delicada tela de una toalla todo el cuerpo que ha sido besado por el agua sanadora, es una delicia poder imaginarte a ti Changmin reflexionando en todo lo que te estoy diciendo y lamiéndote los labios pensando en darte una ducha en estos momentos…
Pues la próxima vez que te des un baño y estés por secar tu cuerpo, piensa en lo que te dije y si así lo quieres, piensa que cada partícula en esa toalla en la que frotas tu seguramente precioso cuerpo, son mis manos y mis labios…”
Me tire sobre el suelo con la carta pegada a mi pecho. Todo en mi ardía en esos momentos, todo quemaba de una manera tal que me provocaba arrancarme la ropa y brincar desnudo por doquier, desde mi cabeza hasta las puntas de mis pies.
Como algo tan simple como unas palabras en un papel lograban ponerme de esa manera…
Pero es que en realidad el… me estaba coqueteando abiertamente, me estaba diciendo que quería tocar mi cuerpo y que lo haría si pudiera, que diría todas las palabras obscenas si yo se lo pidiera y que no le importaba coquetear con un hombre, si no era así, eso parecía porque esas solas palabras sonaban a que deseaba poseer mi mente y cuerpo en esos momentos…
La verdad no se qué pensar sobre eso… por primera vez, no sé que debo decir.
Mi cabeza ardía en ideas y pensamientos tan reveladores para mí que provocaban que no pudiera concentrarme en lo que en otro momento yo hubiera descrito como “Un descaro de coquetería de gays” pero yo no lo veía como gay, más bien me gustaba lo que me había dicho… porque… Todo lo que él me decía me tenia realmente extasiado… toda la sabiduría que el poseía me deslumbraba, parecía saber mucho sobre todo. Nada de lo que yo le dijera lograba molestarlo, mas bien, parecía mostrar más interés hacia mí y hacia lo que yo le escribía. Trate de importunarlo pidiéndole que me hable de un tema que para muchos es difícil de tocar y el me da un discurso hermoso sobre la historia y el erotismo.
El es... tan… impresionante. Yo creí saber mucho de todo, pero solo lo que he leído en los libros. El ha “violado mi mente” como el mismo lo describió con esas ideas que yo nunca pude haber leído en ninguna obra antigua. Siempre pensé igual que él, que muchas partes de nuestra supuesta “moralidad” están mal. Si me lo preguntaran, les diría que son ciertas muchas de las ideas de Yunho.
Podría sonar un poco loco pero ahora que él lo ha dicho me siento más valiente que nunca, como si pudiera decir lo que me diera la gana sin importarme lo que los demás piensen.
Me levanté del suelo con esa idea y mire a la calle, había poca gente paseando por allí, pero que mas daba, así como decía Yunho, “el placer puede encontrarse en las cosas más mundanas posibles”
Camine unos pasos hacia la banqueta y sin importarme que mi madre pudiera estar en casa ni que los vecinos pudieran alarmarse; levante mi camisa y me la quite de golpe, dejando mi piel a la merced del ímpetu del viento…
Por primera vez pude sentir lo que era el frio invernal de Seúl, pude apreciar como mis pezones se contraían del frio que estaba haciendo, debíamos estar a unos 9 ° afuera, pero, que mas daba…
Yunho hablaba de las delicias de la piel, de la mente, del ser en general y de cómo nosotros mismos nos obligamos a hacernos creer que no debe ser así, que debemos cuidar los tesoros de la carne y guardarlos en secreto de todo el mundo así como de nosotros mismos. Son unas de las pequeñas ataduras que nos han impuesto las leyes morales del mundo antiguo, un mundo antiguo que esta siendo tragado por un mundo moderno y por lo cual no hay motivo para seguir creyendo en las cosas del pasado…
¿Para que la madre naturaleza crearía el frio si uno cubre su cuerpo -instrumento con el que debería recibirlo en su totalidad- con molestas telas que cubren la naturaleza de una piel desnuda? Nacimos desnudos y así deberíamos estar siempre…
Poco a poco mientras pensaba lo anterior me había despojado de todas mis ropas, desde mis pantalones hasta mi ropa interior, me encontraba como había venido al mundo, desnudo ante el mundo frio y cruel que yacía a mis pies.
Cerré los ojos y me concentre en la brisa invernal que atacaba mi piel sin clemencia, era delicioso sentir el frio de la ciudad tocando cada parte de mi ser, cada rincón, profanando cada centímetro de lo que parafraseando a Yunho era mi “precioso cuerpo”
-¡¡¡¡¡¡¡¡haaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!- un grito de horror me obligo a abrir los ojos
Mire hacia el frente y no parecía haber nadie a los alrededores, gire mi cuerpo por detrás de mi y si, para mi infortunio, era mi madre quien me había visto y gritaba impactada con las manos en el cuero cabelludo tratándose de convencer de que no estaba viendo a su hijo desnudo en plena calle en el frio invernal de Seúl
-¡¡Changmin!! ¡¡Que estas haciendo!!- dijo saliendo totalmente alterada y tomando mi ropa del suelo para aventármela con violencia -¡¡¡¿¿que significa esto??!!!- decía tratando de obligarme a meterme en la casa.
-no significa nada, solo liberación- dije tranquilo
-¿¿liberación?? ¡De que rayos hablas! ¡Entra ahora!- decía casi jalándome el cabello, provocando que me agachara un poco.
Tal alboroto provocó que los vecinos de la casa contigua se dieran cuenta de lo que estaba pasando y que salieran rápidamente.
Asombrados por mi desnudez ellos se cubrían los ojos y hablaban entre ellos a tientas, seguramente de lo loco estaba por salir así a la calle. Mi madre quien luchaba frenéticamente por meterme en la casa solo lograba que los vecinos se sintieran más interesados sobre lo que allí ocurría, a causa de los acalorados gritos que lanzaba tratando de meterme.
Apenas había logrado taparme con mi propia playera de la cintura para debajo de una forma rápida y extraña en la entrada de mi casa, no tardo en salir de nuevo mientras me empujaba en su totalidad dentro y se iba muy molesta a gritarles a los vecinos que “esto” no era de su incumbencia; aproveche aquella situación para subir las escaleras rápidamente dejando mi ropa en el suelo, molesto por que mi madre no solo había interrumpido mi “liberación de las ataduras” sino que además me había evidenciado frente a todas las personas importunas que tenia por vecinos.
-¡¡¡Changmin baja en este instante!!!-
- ¡ya basta! ¡Porque no solo te calmas! ¡¡Es mi cuerpo y puedo hacer con él lo que se me de la gana!!- le dije a través de la puerta de mi cuarto.
No recibí contestación ante tal respuesta, solo escuche como se caían muchas cosas de las repisas, mi madre solía hacer eso cuando estaba molesta, tirar o golpear todo cuanto tenia enfrente, no se podía hablar con ella en esos momentos, era imposible.
Tome una hoja de papel y comencé a escribir, con una paz muy extraña pues acababa de pelear con mi madre de nuevo, pero mas que lo que ella me dijo era el hecho de que interrumpió lo que estaba haciendo, eso me tenia un poco molesto pero no tanto como para arrojar cosas como ella.
“¿Te digo la verdad?
Lo que me dijiste me dejo completamente alterado, por muchas razones pero creo que la principal es que nadie nunca me había dicho algo de la forma en como lo haces, me refiero a tu forma de expresarte, es muy bella, y lo digo sin mofarme ni nada, es solo que cuando una persona escribe algo así orilla al lector a hacer alguna locura sin sentido alguno, porque las palabras se vuelven en una poderosa arma de hipnotismo.
¿Alguna vez escuchaste de los suicidios en masa? Yo creo que la razón de eso, tuvo que ver con la forma en como el predicador les hablaba a sus súbditos, todo esta en saber decir las palabras adecuadas...
Ocurre algo gracioso en estos momentos…
Gracias a tu carta, sentí que podía romper algunas reglas y por algunas situaciones que serian difíciles de explicarte, me encuentro totalmente desnudo escribiendo esto, sencillamente te diré que olvide lo que traía puesto en la sala y no me ha dado la gana ponerme algo nuevo a pesar de estar en mi cuarto.
Mi madre esta en la sala gritando y aventando cosas así que no es seguro bajar ahora por lo que creo que dormiré desnudo también… en verdad me gusta esa camisa roja a cuadros que traía puesta y sino duermo con ella podre tener pesadillas.
Dime algo para que no tenga pesadillas… lo que sea…
Changmin”
Habiendo pasado de media noche y asegurándome de que mi madre estaba dormida, Salí a hurtadillas de la casa vestido con un pants color negro, pase por la sala y vi que no estaba mi ropa en el lugar en donde la había dejado tirada “debió echarla a lavar” dije saliendo a hurtadillas y yendo a dejar la carta en el buzón mas cercano ya que la oficina postal estaba cerrada a esas horas.
Como si mis palabras me hubiesen condenado, cuando llegue a casa y me quite el pants para dormir, porque como le dije a Yunho “yo quería dormir con esa camisa a cuadros” porque soy caprichoso y la tela de esa camisa es tan suave que se siente como una caricia en todo mi pecho logrando tranquilizarme cada vez que me la pongo, así que, quedándome en no más que el traje que la naturaleza misma me había otorgado por piel, me adentre en un sueño que no duro mas de dos horas por las pesadillas que tuve esa noche al pegar mi cabeza a la almohada.
Veía o casi podía imaginar la cara de Yunho en mis sueños, pero tenía una voz aterradora que sentía que me devoraría en cuanto se acercara a mí…
Desperté agitado en la madrugada y me puse a escribir en mi escritorio para aliviar los latidos de mi corazón que sonaban como un reloj de péndulo en una de las historias más sombrías de Edgar Allan Poe.
“Yunho… ¿puedo preguntar como es tu voz?
En estos momentos tengo miedo, no se a que, tal vez solo a mi imaginación de niño que cree estar viendo cosas al cerrar los ojos, tal vez a ti, tal vez a mi, no se.
¿Qué debo hacer para dejar de pensar cosas sombrías a las 3 de la mañana, hora en que se abren las puertas del infierno?
¿Pensar en la odiosa fecha que está muy próxima? No. Eso no logra tranquilizarme en su totalidad.
¿Pensar en ti tal vez? Engañarme creyendo que eres tan cálido como se supone debe el amor y sentir que eres una bufanda besando mi cuello y unas orejeras acariciando mi oído, ¿eso debería hacer aunque rompa con todo lo que alguna vez he creído que es correcto? Contradiciendo todo lo que sé de pensar “eso” de un hombre…
No se y ahora no quiero saber, escribo esta carta que no te enviare jamás, solo para poder tenerte en mis pensamientos esta noche fría y sombría en la que lograste penetrar mis pensamientos y volverme loco con tus palabras, para sentirte cerca e imaginarte diciéndome cosas totalmente desconocidas para mi con tu seguramente maravillosa voz ”
Al abrir los ojos al día siguiente sentí una soledad como nunca había sentido antes, si era posible, sentía que algo había ocurrido en el transcurso de la noche muy dentro de mí provocando esta terrible sensación.
“¿será porque no he comido?” pensé mientras me vestía con lo primero que encontraba, estaba totalmente adormilado por lo poco que dormí la noche anterior. Alce la vista y en mi escritorio vi el papel que estuve escribiendo por la noche.
“en verdad que estoy loco, mira que escribiéndole estas palabras a un hombre durante la noche. Definitivamente ayer no estaba nada bien” dije arrugando el papel con mis manos y metiéndolo en uno de los cajones de mi escritorio, no me atreví a tirarlo, no se porque pero no pude hacerlo, algo dentro de mi no me dejo tirar ese pedazo de papel que escribí casi al punto de la inconciencia a causa del sueño la noche anterior.
Salí de mi cuarto disponiéndome a correr un poco para despertar mis sentidos, pero al bajar la escalera fui detenido por mi madre en el pie de las escaleras quien me esperaba para una de sus famosas “charlas” matutinas.
-No quiero sonar muy brusca contigo mi amor, sabes que yo siempre he estado allí con lo que necesitas y te he apoyado en todo… pero ahora quiero que- me decía tomándome las manos- quiero que me digas ¿Qué es lo que te esta pasando últimamente?-
Puso una mirada de ruego en sus ojos suplicando que por favor confesara de inmediato, no lo pensé mas, dije lo primero que me vino a la mente
-¿a que llamas extraño? Así he sido siempre-
-no es cierto-dijo soltándome las manos con sequedad- ahora ya no te quedas aquí a hacer la tarea ni nada, solo subes a tu cuarto y te encierras por horas a hacer no sé que cosas allí, no bajas a cenar conmigo, sales a medianoche a hurtadillas y la ultima de todas: sales desnudo a la calle como si a nadie le importara, dime, ¿Qué acaso esto es normal?-
-¿Qué es lo normal madre? Lo que todo mundo te ha dicho que hagas y que debes seguir porque así se ha hecho desde hace millones de años ¿Por qué? Nadie se acuerda, solo lo hacen porque sus padres se lo enseñaron, así como los padres de ellos se los enseñaron, es una cadena interminable de ignorancia y borregues, porque si te preguntara, ¿y porque debe hacerse así? No tendrías una respuesta lo suficientemente congruente para contradecirme, todos son hechos con el mismo molde y siguen las reglas ciegamente, ya estoy harto y no me importa lo que digas ¡voy a seguir haciendo lo que me plazca porque nadie me ha dado un argumento tan fuerte como para contradecir lo que él me dijo!-
-¿lo que él dijo?- me dijo visiblemente alterada por mis palabras
Inconscientemente había metido la pata, había cometido el error de decir un articulo: “el”
-¿de quien hablas? ¿De uno de tus amigos? ¿Uno de ellos te ha metido eso en la cabeza verdad?-
-me largo- dije saliendo molesto azotando la puerta tras de mi y dejando a mi madre en la sala con sus pensamientos y reflexiones.
Estaba muy enojado, enojado conmigo mismo porque me había delatado a mi mismo y era probable que de ahora en adelante no pudiera seguir con mi relación con mi madre de una manera “normal”
Estuve caminando por horas sumido en mis pensamientos, y cuando la noche empezaba a revestir el cielo, decidí regresar a casa, era tarde y aunque seguía enojado, no era tonto, sabía que no era bonito pasar la noche en la calle en estas épocas invernales.
Llegue a la puerta de mi casa y vi un sobre en ella, me apresure y tome la carta, esta vez no me senté en los escalones, me fui a la esquina contigua a la casa y abrí el sobre con cuidado como si fuera a romperse al menor contacto con mis dedos, como un tesoro que pudiese quebrarse con la minina ventisca
“¿Tuviste pesadillas anoche? Lamento haberte causado una reacción como esa. Aunque en verdad quisiera haber estado allí, en el momento en que te atreviste a liberarte de las ataduras impuestas sobre tus hombros con ese acto de libertinaje, me hubiera gustado estar allí para decirte que no lo hicieras, para decirte que no debías enfermarte en balde mostrándole tu cuerpo a la gente en la calle, no lo merecen, ese cuerpo tuyo que nadie debería ver debe seguir cubierto con ataduras de la mas fina tela. ¿Por qué? Porque tesoros como esos deben estar ocultos del ojo curioso del vicioso hombre, quien lejos de admirar la perfección en tu cuerpo que ni los dioses griegos han tenido al momento de ser creados, la envidiarían y profanarían de un modo atroz y poco digno de un ser tan perfecto como tu.
Eres una criatura tan misteriosa para mi, que tengo una curiosidad enferma por verte, no logro descifrarte por completo ahora, nunca me había pasado esto con nadie pero contigo es diferente, me dejas ver un par de rayos de luz en tus palabras, pero no te veo por completo. ¿Por qué? ¿Por qué?
Me estoy volviendo loco por saber que es lo que no quieres decirme…
Después de leer tu carta me quede despierto toda la noche, tratando de pensar en ti para que de alguna manera tú pudieras sentirme cerca, para que sintieras mi voz en tus oídos tranquilizándote por la noche, para que mis brazos te rodearan y acariciaran tu hermoso cabello diciéndote las cosas mas prohibidas por dios y por todos los hombres que quemaron a las brujas de oriente. Yo merezco ser quemado por los pensamientos impuros que tengo contigo…
Changmin… llámame por favor.
Moriré sino lo haces, hazlo, te lo suplico, quiero oír tu voz, déjame ser seducido con el tono de tu boca estrechándose con tu lengua formando bellas palabras, quiero que ahora tú entres en mi mente, por favor, déjame darle una voz a las palabras, déjame escucharte…
Marca el numero de la prisión y pide hablar conmigo, solo debes decir que eres mi abogado y que tienes noticias sobre mi liberación. Hazlo hermoso Changmin, hazlo por mi.”
Mi cara estaba demasiado caliente así como mi pecho y todo mi cuerpo, estaba tremendamente excitado con todo lo que había leído en su, como siempre, hermosa carta.
Respire hondo para tratar de calmar ese ardor de placer que inundaba mi cuerpo y me hacia enloquecer, esas palabras me hacían sentir tan bien, tan lleno…
Esa sensación de vacío de en la mañana había desaparecido por completo abriéndole paso a un bello sentimiento que quería seguir sintiendo toda mi vida, estaba embriagado por la lectura de sus palabras nuevamente, no necesitaba alcohol ni drogas ni nada para perder el conocimiento, esas palabras me habían dejado como si hubiese estado ebrio por una semana entera.
Volví a leer la última parte de la carta “Yo merezco ser quemado por los pensamientos impuros que tengo contigo… Changmin… llámame por favor.”
¿Pensamientos impuros? ¿Que era exactamente lo que quería decirme? Simplemente no lo entendía, era una manera poco convencional de decirme que yo… que yo… ¿que yo le gusto?
O simplemente es otra verdad que no logro ver puesto que prefiero creer en la idea de que tal vez de cierta manera yo le gusto.
Me está pidiendo que lo llame, pero tengo miedo, tengo miedo de no ser lo que él está esperando de mí, que tal si no soy la voz que desea darle a las palabras y mucho menos a sus pensamientos, pero en caso de que lo sea… que pasa si después desea verme, ¿Qué hare entonces?
Tantas ideas me revolvían la cabeza, ya era tarde pero creía que tal vez no era un buen momento para volver a casa, después de leer esa carta me costaría trabajo fingir ante mi madre, por lo que no me convenía volver con los ánimos tan alterados entre nosotros.
Saque mi celular y marque un número muy conocido, esperando tener suerte y que me contestara.
-¿hola?-
-¡Junsu! Hola-
-¿Changmin? Que haces llamando tan tarde, ¿pasa algo malo?-
-pues algo asi…oye, tengo que pedirte un enorme favor-
-si claro, lo que sea-
-¿ya te fuiste de vacaciones?-
-no aun no, salgo mañana por la mañana-
-haa bueno, eso me alegra. Oye, tengo un pequeño problema con mi madre y no quiero volver a casa por ahora, ya sabes cómo se pone cundo se enfada…estemmm… ¿podría pasar la noche en tu casa?-
-ha, si claro, ven cuando quieras…espero que no sea nada grave-
-No, ya se le pasara-
-ok aquí te espero-
Colgué el teléfono para dirigirme a la casa de mi amigo lo más rápido que pude, no tarde ni 30 minutos caminando para que Junsu me tuviera en su puerta.
-hey, pareces un vagabundo, entra- me dijo abriendo la puerta e invitándome a pasar
Me condujo a su habitación, al parecer sus padres y su hermano se encontraban muy ocupados empacando en sus habitaciones como para prestar atención al inoportuno invitado que cruzaba su puerta.
-lamento venir así nada más-
-no te preocupes, ¿para qué son los amigos? Ven, no le dije a nadie que vendrías, así que será mejor que te quedes conmigo, para evitar que mis padres se estresen más de lo que ya están. Siempre están alterados por todo en estas fechas, ¿no te molesta dormir en mi cuarto verdad? Mis padres están arreglando el cuarto de huéspedes-
El cuarto de huéspedes de la casa de Junsu estaba al lado del cuarto de sus padres, así que para pasar por allí tendría que importunar a sus ocupados padres quienes al parecer se encontraban empacando y haciendo miles de cosas en su habitación y además, por mi actual aspecto –vestía de pants gris y camiseta blanca, no me dio mucho tiempo de peinarme pues cuando Salí de casa me disponía a ir a correr- era fácil que asustara a cualquiera, mas a los padres de Junsu quienes siempre fueron conservadores, al menos conmigo así eran.
-a ver, cuéntame que pasa- dijo sentándose en la cama de su habitación e invitándome a hacer lo mismo
-nada, es solo que mi madre no tolera mi forma de ser así que me salí por un tiempo-
-esa es una explicación poco precisa-
-bueno es que…-
-sabes- dijo interrumpiéndome –los chismes vuela más rápido que las buenas noticias, y más si a tu madre se le ocurre ir a visitar a mi la mía en el trabajo- el me miro convencido de que yo no quería decirle nada por lo que se sentía obligado a decir algo - ella le dijo todo Changmin y bueno, no es que yo hubiera querido pero escuche todo -
-¿Qué escuchaste?- dije alarmado
-tu madre cree que uno de nosotros te está mal influenciando, pero yo sé mejor que nadie que la única mala influencia entre nosotros cuatro eres tu Changmin, por lo que te pido que no me engañes y mejor me cuentes de una buena vez que pasa, porque si alguien te está alterando como para que hagas esas locuras en medio de la calle, debe ser alguien muy influyente para lograr mover un tempano de hielo como tu-
Comprendí entonces que no había modo de convencer a Junsu de que no era lo que él pensaba, el ya sabía más de lo que yo creía y cuando a él se le mete una idea en la cabeza, es muy difícil sacársela.
-bien, te lo diré pero por favor, debes prometer que no sacaras conclusiones antes de que te termine de contar y que escucharas sin abrir tu gran bocota ¿de acuerdo?-
El asintió con la cabeza, impactado de que lo que él dijo logro convencerme.
Le conté todo, todo acerca de las cartas, de como poco a poco el se fue interesando en mi y de como él había entrado en mi mente haciéndome perder la razón, del pleito con mi madre y de cómo en su última carta el me pidió que lo llamara.
-woaaaa, de verdad que él te gusta mucho-
-¡¡¿Qué?!! ¡¡Yo nunca dije eso!! Ya vas a empezar a sacar conclusiones otra vez, te dije que debías escuchar todo y que te callaras y ve, no tardaste ni cinco minutos en decir una locura que por cierto es totalmente falsa, el es solo un tipo que me escribe, el hecho de que me atraiga su modo de escribir no quiere decir que a mí me guste-
-está bien, ya cálmate, ve como te pones solo por que dije eso, lo único que haces es confirmármelo, mírate, estas todo alterado como si hubiera dicho una barbaridad-
-¡¡es que es una tontería!!-
-no lo es, no tiene nada de malo que te guste un hombre, bueno, al menos yo no lo veo mal, además pienso que si él se toma la molestia de escribirte palabras tan bellas es porque a él también le interesas de la misma manera-
-¿tú crees?- por un momento vacile- ¡¡pero que estoy diciendo!! No Junsu, ¡¡lo que dices es poco real!! Él ni siquiera me conoce, como se va a interesar así en alguien a quien solo conoce por la manera en que escribe, es una tontería, yo creo que solo busca alguien con quien hablar, no creo que en la prisión tenga muchos amigos así que se desahoga con un tipo que está del otro lado de la ciudad-
-no lo sé Changmin, tu dime… a ti te gusta un sujeto que nunca has visto en persona, que solo conoces por la forma en que escribe y en el que has encontrado algo que te llena, eso es real y me lo estas confirmando, ¿Por qué no habría de ser real en él?-
-por milésima vez, el no me gusta Junsu-
-¿entonces porque cada vez que dices que no te gusta evitas mirarme?-
No tuve como contestar a eso, ni siquiera me había percatado de que yo estaba haciendo eso, Junsu solo sonrió y se levanto, lo vi moverse por la habitación y tomar un teléfono para después ponerlo en mi mano.
-este es el teléfono de la prisión- dijo dándome el directorio- llámalo ahora mismo y pruébame que no sientes nada al escucharlo hablar contigo-
-esto es una locura, ni siquiera quiero llamarlo-
-No, tú temes llamarlo, pero no es que no quieras-
-ya basta sabelotodo, no puedes saber eso-
-pero lo sé porque te conozco-
-No lo hare Junsu- dije aventándole el teléfono
-cobarde…- dijo mientras el mismo recogía el teléfono del suelo y marcaba el numero de la prisión
-¿Qué haces? No, Junsu- dije abalanzándome sobre el para tratar de quitárselo, al darse cuenta de eso, el se levanto rápidamente y corrió por la habitación para evitar que lo atrapara en un juego del gato y el ratón –ya basta, no lo hagas, nadie te contestara- dije tratando de arrebatare el teléfono, casi sobre el.
-¿entonces no hay nada que temer verdad?-
-¡¡¡Junsu!!!-
-hola, habla el abogado de uno de los residentes, buenas noches – el desgraciado había logrado comunicarse a la prisión y ahora fingía una voz más varonil hablando por teléfono–lamento llamar tan tarde pero es que tengo que informar a mi cliente sobre un nuevo avance en su caso, es urgente pues necesito su aprobación para dar el siguiente movimiento, le agradecería que pudiera comunicármelo lo más pronto posible-
-No Junsu, no lo hagas- dije al fin logrando alcanzarlo y luchando contra el por quitarle el teléfono –no sé qué decirle-
-no seas tonto solo debes hablar como en las cartas- dijo volteando a verme por un instante antes de empujarme sobre la cama provocando que resbalara y quedara tendido por unos momentos en ella –si claro, sigo aquí, su nombre es Jung Yunho, si aquí espero, muchas gracias buen hombre-
-¿Qué has hecho idiota?- dije levantándome al verlo sonreír de un modo burlón
-vamos, si te dejaba hacerlo jamás lo harías, necesitabas un empujón-
-pues tu hablaras ¡¡porque yo no voy a hacerlo!!-
-no finjas que no quieres porque ni tú te la crees, ahora vas a tomar el teléfono y vas a hablar con él, porque es lo que ambos quieren. Piénsalo, ¿qué puedes perder? El está encerrado de todos modos- dijo dándome el teléfono.
No había más, el había marcado, era salir huyendo o enfrentarme con Yunho, si salía huyendo era probable que el jamás quisiera hablar conmigo de nuevo y en estos momentos de verdad necesitaba alguien que me hablara como él lo hacía, pero si contestaba no sabía que podia pasar…
Junsu solo se sentó en una silla contigua observándome detenidamente. Tome el teléfono dudando y lo puse en mi oreja…
-¿hola?- dije con la voz temblorosa
-hola Changmin-
-hola…… Yunho…-
En cuanto escuche su tono de voz supe, que él era la persona que escribió esas cartas, era serio pero sin embargo con un cierto tono seductor muy extraño, agradable al oído y juvenil, yo nunca me moleste por preguntarle su edad, pero por escucharlo podía deducir que era mayor que yo, tendría alrededor de 22 años.
-¿el de hace un rato eras tú?-
-¿Quién?-
-El que gritaba-
-¿lo escuchaste? Lo siento…si, era yo- No pude evitar apenarme al escucharlo decir eso, sentí como mis mejillas se calentaban rápidamente así que me voltee dando la espalda a Junsu quien no perdía detalle de la conversación
-¿Qué gritabas?-
-nada importante-
-¿a quién le gritabas?-
-a nadie importante, es solo… un amigo-
-valla que eres así, ¿siempre evadiendo verdad? ¿Por qué no me dices? Es que tengo curiosidad-
-no es nada, es… es que mi amigo no dejaba de fastidiarme y como de costumbre le gritaba un poco-
Pude escuchar la risa burlona de Junsu al escucharme decir eso, lo ignore de inmediato, yo solo permanecía volteado.
-¿estás tan tarde en casa de un amigo?-
-es que…tuve un problema, así que vine con él, por eso estoy en su casa, pero él es solo un amigo-
Eso último lo dije casi inconscientemente, como que “solo un amigo” que rayos con ese comentario, ¿Por qué estaba justificando a Junsu así? Ni siquiera debería hacerlo
-¿enserio? Menos mal, porque me estaba comenzando a poner celoso-
-¿Cómo dices?-
-es que yo encerrado aquí, a varios kilómetros de distancia, sin poder verte ni una vez y tu y el en la misma habitación, de noche, es algo por lo que tendré pesadillas seguramente-
-¿Cómo podrías tener pesadillas si ni siquiera has visto mi rostro?-
-¿Cómo podría hacerlo? Seguramente mis pensamientos no son lo suficientemente buenos como para poder imaginarte –
Nuevamente sus bellas palabras hacían que me sintiera muy bien por dentro.
-escucharte decir eso con tu propia voz es… muy extraño-
-¿Qué hay de extraño?-
- es que es diferente leerlo a escucharlo y mas porque ni siquiera me conoces y puedes decirlo con tanta naturalidad-
-¿me dejaras conocerte alguna vez? Estoy harto de las cartas-
-¿enserio? A mí me encantan-
¡¡Qué demonios acabo de decir!! Es casi un juego de amantes esta conversación, me está empezando a poner muy nervioso escuchar su voz, siento que por más que cuide mis palabras no podre evitar decir alguna estupidez
-¿enserio? Creí que te aburrían-
-no bueno, no quise decir eso, es que más bien… bueno, tus cartas me resultan fascinantes de cierto modo-
-jajajaja ¿Por qué te justificas?-
-la verdad no se-
-yo si se-
-¿a si? Pues dímelo por favor-
-porque te gusta esto, pero te da miedo admitirlo-
-¿Qué me gusta que?-
-que te gusta la situación que estamos atravesando, tu y yo, de esta manera, somos como amantes-
-¡¡claro que no!! Los amantes deben de amarse para que haya algo mas como…como…como una historia amorosa entre ellos, lo nuestro es… No no no mas bien, ¡no hay nuestro!-
-ni siquiera sabes lo que dices jajaja… eres tan lindo diciendo esas cosas… pero tus palabras son filosas Changmin, ten cuidado-
-¿a si? ¿Por qué?-
-porque pueden llegar a herir a alguien-
-¿a quién?-
-a mi, tonto……- no tuve palabras para eso, me quede callado por varios segundos – te quedaste callado… no te calles…… dime algo-
-yo… ¿te gusto?-
-si tonto, me encantas, ¿no te habías dado cuenta?-
-pero es que…-
-shhhh ya no toquemos el tema, creo que te he molestado y eso es lo último que quiero hacer, no podre dormir si estas molesto conmigo, si quieres olvídalo por el momento, ahora quiero que hagas algo por mi-
El en verdad podía leer mi mente, en efecto, me sentía muy extraño con sus palabras.
-¿Qué quieres?-
-que vengas a verme-
-No…no puedo hacer eso-
-¿Por qué no? Solo quiero verte para poder conocerte mejor-
-¿Qué quieres saber? puedo decírtelo ahora, Pero no me pidas eso-
-¿tanto te doy miedo? Créeme que no muerdo… al menos que tú me lo pidas-
-No, no es miedo, es que en estos momentos tengo algunos problemas-
-¿Qué es?-
-son familiares-
-cuéntame cuando vengas a verme-
-No, es que Yunho, es difícil, es que se acercan las vacaciones y hay cosas por hacer y bueno, la familia es primero y bueno…-
-eres realmente adorable tratando de dar excusas, no te creo nada, eres malo mintiendo, mejor dime que tienes miedo de verme, dilo, no me enfadare-
-no tengo miedo-
Claro que tenía miedo, pero no iba a decírselo ¿verdad?
-¿y si te dijera que me voy a fugar de la prisión? ¿Tendrías miedo?-
-si… si tendría-
-¿Por qué?-
-porque creería que vendrías a verme-
-ya estas entendiendo, claro que iría a verte. ¿Sigues viviendo en el mismo lugar de donde mandas las cartas? -
-¿lo estás diciendo enserio?-
Un silencio bastante perturbador después de que dije eso ultimo…
-lo siento, se acabo mi tiempo, debo irme, salúdame a tu amigo de mi parte, dile que si te pone un dedo encima enserio lo matare-
-espera…Yunho ¿lo dices enserio?-
-adiós Changmin, me ha hecho muy feliz al fin poder escuchar tu voz, te estaré infinitamente agradecido por haberlo hecho, y no voy a quitar el dedo del renglón con lo que te dije antes…ya sabes a lo que me refiero…adiós- dijo sin dejarme decir nada para detenerlo
Lo llamé por su nombre varias veces, pero el colgó el teléfono antes de que yo pudiera hacerle más preguntas.
-¿cuéntame que te dijo? Muero de curiosidad- decía Junsu acercándose a mí y obligándome a voltear y verlo de frente -¿Qué paso? ¿Todo bien? Te ves muy impactado-
-estoy bien, es solo… que dijo unas cosas que no…no me esperaba-
-te ves nervioso, ¿Qué dijo?-
-pues……-dije dudando de decirle o no, pero en verdad quería desahogarme con alguien en esos momentos –el dice que yo le gusto-
-¡valla cosa! Pero por lo visto tu no tuviste el valor de decirle lo mismo- decía jalándome hacia la cama –no entiendo que te da miedo exactamente, solo díselo-
-no puedo, el me descontrola mucho, pero, no sé si eso equivale lo mismo a que le me guste-
-yo creo que en tu caso si Min-
Lo mire directamente a los ojos, parecía estar muy seguro de lo que me decía, tal vez tenia razón, tal vez no pero no quería averiguarlo, seguía pensando en lo que me dijo sobre escapar de la prisión, ¿en verdad hablaba enserio? Temía que si
-debo llamarlo de nuevo mañana-
-¿Por qué?-
-porque me dijo que quería que fuera a buscarlo-
-no sé si eso sea una buena idea Min, recuerda que es un reo, por algo está en prisión, no es seguro que vallas allá-
-a ver, primero me dices que me le declare y no sé qué y ¿después no quieres que vaya a verlo? No eres congruente con lo que dices Su-
-es que es diferente a tener un amorío por medio de cartas y llamadas, donde sabes que no hay riesgo de nada ya que nunca se verán en persona, pero si te pide que se vean es llevar todo al siguiente paso y piénsalo… el seguramente es una persona peligrosa Changmin, por algo está allí, yo solo me preocupo por ti, por eso te lo digo-
Después de deliberar por horas en lo que debería o no hacer, los dos caímos rendidos ante el terrible sueño, dormimos en la misma cama, acurrucados como si fuéramos una pareja de recién casados, pero con Junsu, jamás podría sentir algo más que amistad; y eso se me quedo grabado enseguida porque aquella noche soñé con Yunho, con lo que me dijo, soñé a un muchacho alto y fornido, bastante apuesto y lleno de vitalidad… fue un bello sueño.
Cuando desperté, Junsu estaba ya levantado desde hace rato y guardaba todas sus cosas en maletas, olvide que él se iba de viaje ese mismo día. Solo faltaban tres días para el 14 de Febrero.
Me despedí de el dándole las gracias por ayudarme aquella noche, el no se fue sin antes decirme que no debía ir a verlo, me recalco que estaba bien como un amor de cartas o de distancia, pero que no debía arriesgar mi propia vida porque definitivamente aquello no era nada seguro.
No sabía qué era lo que debía hacer, me sentía confundido respecto a todo. En definitiva quería seguir teniendo contacto con él, lo necesitaba, sus palabras lograban llenar mi alma como nunca, pero no sabía si era lo correcto.
Después de despedirme de Junsu y su familia me dirigí a casa por fin, después de más de 12 horas de no regresar, abrí la puerta lentamente y me dispuse a entrar en mi cuarto lo más rápido posible, pero nuevamente mis planes fueron frustrados por mi madre quien estaba en la sala sentada con un papel en sus manos, lejos de preocupada porque no llegue a casa en toda la noche, ella lucia molesta, muy molesta.
-se puede saber dónde estabas-
-en casa de Junsu-
-¿y para que fuiste teniendo una cama perfecta en tu cuarto?-
-yo solo necesitaba pensar-
-¡¿pensar?! Eso es lo único que NO haces últimamente, ¡pensar! Haces locuras sin sentido y con razón, ¡no puedo creer que te estés viendo con un hombre! ¡¿Tienes idea de lo inmoral que es eso?!-
No podía creerlo, ella no estaba del todo en lo cierto porque jamás nos habíamos visto, pero sabía que había alguien y que me estaba causando conflictos, pero ¿¡como?! A la única persona a la que le había dicho era a Junsu y eso hace unas horas, no era el suficiente tiempo para que ella se enterara.
-eso es totalmente falso, no tienes idea de lo que sucede- dije tratando de calmarme y darle un giro al asunto negando todo
-¡¿a no?! ¡¡Entonces que es esto!!-dijo arrojándome un trozo de papel arrugado.
Lo tome de inmediato y lei lo que había escrito en el…
Me bastaron unas líneas para darme por muerto con mi madre, ella ya tenía una idea de lo que estaba pasando, y eso no era nada bueno…
Se trataba de una carta… no de una carta que me hubiera mandado Yunho, esas las tenia guardadas en un cofre pequeño debajo de mi cama, sino mas bien era la carta que yo había escrito aquella noche que tuve pesadillas y que acudí a él en mis pensamientos, buscando consuelo en sus palabras y en mi imaginación.
-estoy muy decepcionada Changmin… en verdad decepcionada por esto- decía metiendo los dedos por su cabello y jalándolo ligeramente.
Me moleste, de verdad me moleste por lo que hizo.
Había entrado en mi habitación, había hurgado en todo lo que tenia y había encontrado ese pedazo de corazón que había depositado en la carta, aunque mis sentimientos en esos momentos eran confusos, cuando escribí aquella carta no me sentía dudoso de nada, sabía exactamente lo que quería; ahora no lo recordaba, no recordaba aquel sentimiento pero sabía que era especial, y madre se había atrevido a profanarlo…
-pues deberías estarlo. Decepcionada de ti misma por hurtar mis cosas y usarlas para incriminarme. Son cosas personales que han sido violadas con tus ojos, eran solo para mí y ahora que las has visto han perdido por completo su valor. Puedes tirarla, romperla, quemarla, la verdad no me importa, gracias a ti me acabo de dar cuenta que las palabras escritas no valen la pena, no valen tanto como la palabra hablada, por eso no voy a huir a mi cuarto como siempre, ¿para qué enviarte un mensaje con mis acciones que nunca vas a comprender? Solo me desgasto a mi mismo haciendo eso… Estoy harto de ocultarme de tu mirada, de que me juzgues, así que desde este momento ya puedes olvidarte de mí, por favor te ruego que lo hagas. En estos momentos no me importa quedarme solo en vísperas navideñas, ni por el resto de mi vida… creo que estaré mejor con la soledad que siempre me ha comprendido que contigo, ese será el mejor regalo que pudieras darme. Tan solo dejarme tranquilo-
Después de decir eso la cara de mi madre se había transformado de un demonio enfurecido a un ángel suplicante, quien ahora se acercaba a recoger el trozo de papel que era la carta que escribí y me la ponía en la mano, por la expresión que tenia podía deducir que se había dado cuenta de lo mucho que me molestaron sus acciones y que no las iba a pasar por alto, tal vez estaba pensando que su queridísimo hijo al fin se había atrevido a decirle aquello que siempre tomo como una terrible pesadilla… y ahora que lo había escuchado de mi boca, ella sentía que no podría contra mí, así que solo guardaba silencio de una forma tan sumisa, que pude haberla golpeado si se me hubiera antojado y ella no hubiera hecho absolutamente nada.
Ella solo me miro por unos instantes, no dijo nada con la voz, más bien lo hizo con la mirada, ella decía “lo siento”
Después de eso solo subió las escaleras muy lentamente y se encerró en su habitación.
Nunca pensé en el alcance de mis palabras… lograron pegarle en lo más profundo, pero generalmente los enojos de mi madre no eran tan duraderos, lo sabía, pensé mientras miraba como ella no salía de su habitación.
Me dirigí a la ventana de la sala, como si estuviera esperando algo o a alguien, me senté frente a la ventana, mi mente divagaba, no lograba concentrarme en nada, solo pensaba en los miles de problemas en que me había metido y en el momento en que estallarían cuando mi madre olvidara el compasivo momento de hace rato.
Agite mi cabeza violentamente, ya no quería pensar en esos problemas, solo quería pensar en otra cosa, en lo que me hiciera sentir bien de nuevo… en Yunho y sus bellas cartas, en su bella voz…
Piensa en mí toda la noche, me repetía a mi mismo como si le estuviera diciendo a él.
¿Cómo será tu cara?
¿Sera como la navidad de los cuentos?
Bella, cálida, amable, ¿como un regalo que un niño ansioso espera todo el año por ver? ¿Cómo la ilusión de ver nacer la esperanza en un nuevo mañana? ¿Así eres Yunho?
Subí a mi cuarto con una felicidad extraña, pero que me llenaba por completo, eso me pasaba cada vez que pensaba en el, era el efecto que tenia sobre mi… se me había olvidado la discusión de antes, solo entré, me puse mi pijama, tome un poco de jugo que tenía guardado en mi mochila, leí el periódico y me enterré en mi cama sin siquiera tenderla un poco.
Nunca se me ocurrió revisar el cuarto de mi madre, que yacía vacio detrás de esa puerta, pero yo no lo descubrí hasta tiempo después.
Para mí, esa momentánea sensación era lo único que importaba, y deseaba continuar de esa manera, con toda esa paz….
A la mañana siguiente me levante de golpe, como si hubiera tenido un sueño que me hubiera dejado impactado por alguna situación.
Al ver los rayos de la luna aun iluminando mi escritorio supuse que aun era de madrugada, alrededor de las 4 de la mañana.
“Mi reloj biológico no me deja descansar” pensé mientras me enterraba de nuevo en las cobijas haciéndome un escondrijo en ellas disponiéndome a dormir de nuevo.
Pero no pude hacerlo… algo me decía que debía levantarme, así que lo hice, algo desorientado me dirigí a la ventana, como cada mañana, para ver la calle que cada mañana me deseaba buenos días…
-que muchacho tan madrugador-
En ese momento sentí como me helaba de horror… Una voz por detrás de mí, justo en la entrada de mi cuarto me había dicho lo anterior.
Intente voltear, pero sentí un metal contra mi espalda incrustándose en mi espina dorsal y otro metal mas en mi cuello… era el cañón de un arma de fuego.
-¿Qué quiere?-
-quiero todo-
-pues tómelo y váyase- dije alzando las manos, para que viera que estaba desarmado y que no tenía intenciones de poner resistencia
Sentí como bajaba mis manos y las ponía en mi espalda, después como las ataba con algo muy delgado y flexible.
-no se mueva- me decía mientras yo podía sentir como sus manos se deslizaban por mi cuello, sustituyendo la pistola por sus dedos
-te dije que me escaparía- dijo en un susurro en mi oído, en ese momento lo supe, me di la vuelta bruscamente y lo vi…
Por fin delante de mi…
Vestía de negro totalmente, entallado al pecho una camiseta sin mangas, unos pantalones negros muy sueltos, estaba repleto de hollín, con el cabello despeinado, sonriéndome con una sonrisa perfecta, delineada, tenía la cara afilada, nariz griega, ojos negro pardo, como los de un león, brazos fuertes y perfectamente delineados, tenía un rostro perfecto ligeramente quemado por el sol, adquiriendo un tono bronceado irresistible
-Yunho…-
-Changmin…-
-¿Qué? … ¿Có…o…mo? … ¿Por qué?... ¿pero si … ayer?-
-haces muchas preguntas para ser un prisionero- decía levantándome las manos para que recordara que seguían atadas.
Mire mis muñecas, estaban atadas con un caramelo rojo picosito, que no era tan suave en la boca pero si era fácil de romper
-¿Qué haces?- dije refiriéndome a la atadura de dulce que tenía en las muñecas
-te tomo como rehén- dijo sentándome en mi silla de escritorio
-¿Qué?-
-te lo quitare pero debes darme algo a cambio-
-Yunho… es un dulce…- dije tratando de jalar el caramelo de mis muñecas
-ttsssss- decía sacado de su bolsillo un revolver enorme cargado, ese no era de dulce definitivamente
-¡¡oye!! ¡¡Eso es un arma!!-
-te van a oír, baja la voz-
-no puedes quitártelo si yo no te dejo hacerlo-
-bien- dije siguiéndole el juego – y ¿qué quieres a cambio?-
-un beso-
Me quede pasmado, ¿un beso? ¿De verdad estaba hablando enserio? Imposible que yo pudiera hacer eso, ¡simplemente imposible! Ese acto iba en contra de todo lo que alguna vez me enseñaron y lo que hasta hace unas semanas tenia bien claro en mi mente pero que ahora era solo un recuerdo difuso.
No me atrevía a decirle que no quería, esa enorme arma que portaba me hacía sentir temor de lo que pudiera hacerme, solo hice un gesto de desaprobación y me quede callado. El se veía rudo sosteniendo un arma en su mano izquierda y con la derecha sosteniendo mi acaramelada atadura, que parecía irreal que me estuviera rogando con la mirada porque posara mis labios en los suyos.
Lo vi relamerse los labios una y otra vez sensualmente mientras esperaba que yo hiciera algún movimiento, empezaba a desear juntar mis labios con los suyos tan solo para ver qué era lo que se sentía besar a un hombre, y mas, besar a un hombre que parecía desearme tanto.
-¿vas a hacerlo?-
-No creo- dije no pudiendo evitar relamerme los labios al verlo acercarse peligrosamente a mi rostro.
-¿entonces debo dejarte así?- me decía rozando con sus labios mis mejillas, esforzándose por no tocar mis labios –quiero que me beses-
-Pero…- dije susurrando - yo no quiero hacerlo-
-sino lo haces…voy a castigarte-
-¿Qué me vas a hacer?-
Los dos susurrábamos, pero él lo hacía de un modo tan sensual que provocaba que me derritiera tan solo por escucharlo.
-voy a quitarte una prenda por cada vez que te niegues a besarme-
-No voy a besarte- dije seguro, no creyendo en lo que me estaba diciendo
-bueno, entonces dile adiós a tus pantalones- dijo mientras bajaba hasta el resorte de mis pants que usaba como pijama y me los jalaba de un solo golpe, pude escuchar como el resorte se vencía al momento en que el me los quitaba violentamente, lo hizo tan rápido que casi me saca de equilibrio de la silla.
Me mire a mí mismo, estaba con una playera delgada color blanco y ahora solo con los bóxers negros entallados al cuerpo.
-no creí que te atrevieras-
-¿ahora vas a besarme?-
-te dije que no lo haría
-entonces dile adiós a tu playera- decía mientras me la rasgaba totalmente, no desesperado, más bien totalmente excitado por lo que estaba haciendo.
Me encontraba atrapado en su juego. En ese momento no quería preguntarle como entro a la casa, o cómo fue que escapo de prisión o si mi madre estaba en casa como para que se atreviera a hacer eso conmigo, solo estaba enredado con él y no estaba pensando en absolutamente nada que no fuera ver sus hermosos ojos y escuchar su cautivadora voz.
-haaaaaaa- decía totalmente alterado al contemplar mi pecho desnudo frente a él -¿tienes idea de cuantas veces fantasee con poder besar tu pecho y marcarlo como mío?-
-Dime cuantas-
-muchas…-decía acercándose a mi sin quitarme los ojos de encima, depositando pequeños besos en mi pecho desnudo, del cuello a mi ombligo marco sus labios sobre mi cuerpo… él se detuvo un momento en mis tetillas, las succiono un poco, muy despacio… provocando que me ladeara hacia adelante y sacando unos pequeños gemidos de mi boca -¿te gusta?-
-si…iii- dije totalmente excitado por sus acciones
-¿quieres que te desate?- dijo arrodillándose ante mi
-haz lo que quieras- dije acercando mi boca a su cuerpo, incitándolo a probar mi boca con la suya. No podía pensar en nada, en los principios que regían mi mente con respecto a ver a un hombre hacer eso y más conmigo, en la razón de sus palabras…en nada… nada importaba… él había logrado que todo en mi mente se nublara de manera que ya nada era lo suficientemente fuerte como para impedir que me entregara al sensual hombre que tenía enfrente… quería estar junto a él a toda costa, como fuere, el, era justo lo que necesitaba en esos momentos… y parecía que yo era lo que el necesitaba…
Lo vi acercar su cabeza a mis muñecas, las cuales yacían frente a mi estomago, cerca de cierto pedazo de carne dentro de mis bóxers que inevitablemente, estaba comenzando a despertar. Acercó su boca a mis manos y comenzó a morder el dulce que presionaba mis muñecas, lo escuche mascar y tragar el caramelo una y otra vez, pero estaba tan cerca de mi pelvis que temía que no pudiera contener las reacciones de mi cuerpo y que estas lo atacaran… justo en la cara.
Cuando ya casi podía sentir mis manos liberadas, el levanto la cabeza, con un caramelo en su boca, colgando fuera de sus dientes… lo acerco a mi boca, esperando que yo comiera lo que me ofrecía de su propia boca…
Lo hice… no dude ni un momento…
Jale el caramelo con mis dientes atrayendo a Yunho mas cerca de mi cuerpo y comencé a devorarlo rápidamente, el solo sostenía la punta contraria con su boca, con los ojos clavados en mi, viéndome devorar el caramelo, una y otra vez hasta llegar a casi tocar sus labios… entonces me detuve…
¿En verdad iba a besarlo? ¿Eso quería o me estaba dejando guiar por los deseos que el había despertado en mi?
El no me dejo pensarlo. Puso su mano en mi nuca y me atrajo hacia el con fuerza, provocando el choque de nuestras bocas en unos instantes y que me tragara el trozo de dulce de un solo golpe.
Era increíble…maravilloso…tan delicioso…jamás había experimentado algo así en mi vida, no podía detenerme, cada vez sentía que quería cada vez mas. Movía mis labios a la velocidad que el mismo me marcaba, era extraño probar unos labios tan deliciosos que no fueran de una mujer, pero me embriagaban de tal manera que hacían que me fuera pegando mas al cuerpo de Yunho… quería abrazarlo pero no me atrevía a hacerlo… solo pose mi mano en su pecho, pero inmediatamente el puso su mano sobre la mía, haciendo un poco de presión la jalaba hacia sus pectorales, haciéndome acariciar todo su pecho y admirar sus hermosas formas con mis manos, Muy pronto, no era necesario que el me guiara, yo solo estaba metiendo la mano por debajo de su camiseta y sintiendo su respiración agitarse a causa del beso que no podía detener y que me estaba cortando la respiración.
-haaa…haaa… ya…no…- trataba de decirle que parara un momento, me estaba quedando sin aire.
-un…poco mas…- dijo abrazándome por completo con sus fuertes brazos y acariciando toda mi espalda con sus manos –quiero…quiero…mas- decía metiendo su lengua en mi boca con mucha fuerza haciéndome tragar un poco de su sabor.
“es un sabor tan suave… tan fino y delicado” todo un contraste con la figura varonil que el poseía, era como probar la miel recién hecha de una abeja con un toque picante por el dulce que ambos habíamos comido antes, extrañamente placentero.
Sus manos seguían acariciando mi espalda sin parar…empecé a sentir como él me estaba levantando con sus brazos, obligándome a levantar… comenzó a arrastrarme hacia la esquina de la habitación, con mucha habilidad me tiro sobre mi cama, sin despegar sus labios de los míos.
Levanto mis brazos y apretó su mano contra la mía, uniendo nuestras palmas con una fuerza que me hacía sentir que él estaría allí para mí siempre… haciendo sentir tan seguro con el, que todo el miedo e inseguridad desaparecieron en un instante…
El continuaba besándome cuando en un movimiento lo bastante veloz y hábil, logro darme la vuelta, haciéndome quedar de espaldas.
Me había cortado la respiración así que no me era fácil hablar… solo sentí como se postraba sobre mi y susurraba a mi oído…
-dime…que no te has acostado con nadie antes…dime que nadie te ha profanado-
-no…nadie…- dije diciendo la verdad con dificultad pues estaba haciendo presión en mi pecho
-me haces muy feliz…-dijo dándome un beso tremendamente tierno en la mejilla, mientras separaba nuestras manos y llevaba una de sus palmas a mi parte trasera y comenzaba a frotarla
-umpff-no pude evitar quejarme ante sus atrevidas manos -¿Qué…haces?-
-tranquilo…shhhhh…solo siéntelo…no pienses- dijo bajándome el bóxer oscuro dejándome totalmente desnudo ante él.
Sentí un inmenso pudor en esos momentos, el me miraba con tanta lujuria que hacía que todos los colores se me subieran al rostro, preferí enterrar mi rostro en mi almohada y no mirar su rostro cuando hiciera lo que estaba intuyendo que haría
-dame la mano- decía posando su mano sobre la mía, dando masajes en mi palma, lo hacía para tranquilizarme -¿tienes miedo?-
-No…-apenas pude decir con la cara dentro de la almohada
-entonces mírame-
Con algo de recelo y todavía con algo de pudor, voltee a ver su rostro por encima de mi hombro, me encontraba de espaldas así que con solo darle un giro a mi cabeza pude apreciar su hermoso rostro, muy cerca del mío.
-quiero que mires este rostro… es el mismo rostro que te ha amado desde hace años en secreto y que jamás tuviste la molestia de voltear a ver, no porque no quisieras, sino por la horrible tortura que he tenido que soportar tras las rejas, no por estar allí encerrado, sino por prohibirle a mis ojos ver a alguien tan hermoso y perfecto como tu… por privarme de estar contigo…. Pero ya no- decía dándome un pequeño beso en los labios - ahora voy a amarte más de lo que nunca te han amado, y me voy a entregar a ti así como tú te entregaras a mí, porque siempre te he amado, siempre lo he hecho y siempre lo hare…-el acariciaba mis mejillas tiernamente mientras me miraba directamente a los ojos –así que quiero que confíes en mi…solo cierra los ojos y confía en mí-
Tantas palabras bellas inundaban mis oídos… no razone lo que me decía… mi corazón estaba saltando de felicidad por sus palabras, así que solo cerré los ojos, los cerré y quede a su merced…
Sentí como me besaba delicadamente y abría mis piernas, con delicadeza sentí su mano introducirse por en medio de mis largas piernas, apreté los ojos en ese momento, justo en el momento en el que el metía uno de sus dedos dentro del altar de Sodoma que nadie había osado violar de esa manera tan desalmada.
-¡haaa!- gemí por el dolor
-solo será un momento- decía mientras yo sentía como metía otro dedo mas por la pequeña abertura que poseía –tienes dos dedos adentro- me susurraba sensualmente
Sentía como un inmenso calor me recorría el cuerpo, estaba comenzando a sudar por el inmenso placer que me provocaba sentir sus dedos dentro de mí, una mezcla de dolor con un calor delicioso me inundaba
-falta un poco… pero ya no lo resisto- me dijo saliendo de mi interior, entonces abrí los ojos, mis inquietos ojos querían mirarlo, mirar aquella maquina que terminaría dentro de mí, pero él no me dejo mirar, volteo mi rostro contra la almohada y me susurro –muérdela… porque puede que te duela un poco…- dijo mientras yo sentía como se sentaba sobre mi pelvis y abría lo mas que podía mis piernas.
-no grites…-dijo mientras yo me aferraba a la cama esperando sentir el piquete en mi cuerpo.
El me tomo por las caderas y me alzo un poco, mis manos se aferraban a la cama y mis ojos permanecían cerrados… … un inmenso dolor me atravesó el cuerpo…
El dolor más placentero que jamás había sentido me hacia retorcer y ahogar gritos en la almohada… sentí su enorme atributo chocar contra las suaves paredes de mi interior con fuerza mientras sus manos luchaban por controlar mi pelvis para que me acostumbrara más rápido a la sensación.
-¡¡¡Haaaa!!!-lo escuchaba gemir mientras se acomodaba dentro de mí, tocando todos los puntos posibles de mi interior, tratando de encontrar el punto más favorable de placer
-¡¡¡¡hhhaaaaaaaaaaaa!!!!- me retorcí al sentirlo rozar las suaves paredes de mi cuerpo, era un placer tan inmenso que me hacia contorsionarme con violencia
-¿allí es verdad?- dijo empezando a envestirme sin piedad, contra la cabecera de la cama
-haaa!! Haa!! No tan… fuerte…-
Dije rogándole a la feroz bestia que quería explorar todo el interior de mi cuerpo con fuertes embestidas dentro de mí.
Tome las esquinas de la cama con fuerza con mis dos manos, tratando de aguantar su ritmo, era una sensación extraña, pero tan placentera que ninguna otra persona del sexo que fuere pudiera darme.
Sin saber más que su nombre…estaba dejando que él me profanara de ese modo…sin saber porque estaba en prisión… porque escapo… porque decía que me amaba con tanta intensidad sin siquiera conocernos… no sabía nada de el…
Nada, pero no podía detenerme… lo disfrutaba demasiado y por la forma como el gemía y se desvivía por acariciar todo mi cuerpo con una mezcla de ternura y pasión, podía intuir que él estaba deseando hacer eso desde hace ya varios años… yo lo conozco…lo he visto en algún lado… no sé cómo… pero lo conozco
-¡¡¡haaaaa!!! Du…e…lee mmmmm….haaa….-
-un poco más… no durara mucho el dolor...-
Sentía que me partiría en dos por la forma en que estaba entrando dentro de mi, alce un poco mi cadera para ayudarlo y así lograr que mi dolor bajara, pero en vez de eso, el me jalo hacia arriba al verme levantar un poco.
Me sentó de rodillas aun de espaldas a él, mientras seguía muy por dentro de mí, ya sin envestirme, solo moviéndose lentamente dentro.
Paso una de sus manos sobre el pico de Adán que yo poseía y comenzó a frótalo al ritmo en que el me movía hacia adelante.
Apreté los ojos del placer, dure así unos momentos tratando de contener los gritos que sin duda querían escapara de mi boca…
Baje la cara y abrí un poco los ojos… vi sus manos delate de mi… masajeando tan deliciosamente que quise ayudarlo un poco…
Puse una de mis manos encima de las suyas y acaricie esa parte mía que él había logrado despertar y hacer crecer como una flor que revive después de probar una gota de rocío.
Moví mi mano sobre la suya, a su ritmo, dejándome guiar por sus movimientos sobre mí, los movimientos que él estaba haciendo.
-te amo…-
Esas palabras habían sido pronunciadas de su boca… estoy seguro que las escuche… pero a causa de mis gemidos no pude responder nada.
-mmmm…..mmm…mmm- sentí como aceleraba el ritmo de sus manos y de sus caderas
-¡¡hhaaaaa!!...¡¡haaa!!!- gritaba ya sin pudor al sentir un calor tan fuerte que sentí que moriría por placer…
Habría sido una muerte deliciosa…
-hhaaaaa… ¡¡¡Yunho!!! -grite su nombre mientras el no dejaba de acelerar provocando que me contorsionara, estaba llegando al punto más alto de placer…
El me empujo hacia adelante haciendo que me quedara de rodillas y con las manos sobre la cama… yo estaba en una posición equiparable a la de un cuadrúpedo, mientras el entraba y salía por detrás de mi mientras sus manos seguían masajeándome por delante.
Apreté las sabanas con fuerza…no dejaba de gritar…y el no dejaba de moverse…era el momento que ambos esperábamos…
-¡¡¡¡hhhhaaaaaaaaaaaa!!!! ¡¡¡haaaa!!! Haaaaaa- suspiramos los dos al mismo tiempo al sentir como la sustancia de vida inundaba mi interior y pintaba las manos de Yunho delante mí….
El placer fue tanto que ya no pude aguantar, me dolían las manos por la presión que puse en agarrar las esquinas de mi cama, las caderas me tambaleaban por la fuerza con que habían sido forzadas a abrirse y mantenerse en pie a pesar del dolor, mi interior estaba inundado de calor… calor y dolor…un dolor que extrañamente no quería que se alejara de mi… era mío y de nadie más…
Me desvanecí después de eso…
Caí sobre la cama, solo pude mirar a Yunho agitado a mi lado…antes de cerrar los ojos…
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Los rayos de luz caían sobre mi cuerpo, sentí calor sobre mis ojos…me obligaron a abrirlos de inmediato…
La luz solar entraba por mi ventana e inundaba mi habitación, ya era tarde, no sabía la hora exacta pero ya estaba entrado el día seguramente, deduje por el tono amarillo-naranja que teñía el cielo.
“que sueño tan extraño…” pensé recordando lo que a mi parecer había sido una experiencia sumamente placentera tan real que mi cuerpo había dejado rastros de semilla sobre mis cobijas, esto era… exageradamente extraño
Levante mi rostro de la almohada y trate de levantarme…
-aauch- me queje al tratar de levantarme y sentir dolor en las muñecas y caderas
“¿Por qué me duele?” pensé algo adormilado tratando de encontrar una razón al dolor en mi cuerpo, como si me hubieran dado una paliza por dentro.
-ya era hora de que despertaras-
Voltee rápidamente hacia donde provenía la voz, al pie de la cama, se encontraba aquel de mi sueño… se trataba del sujeto… el que me quito algo muy mio… ¿Qué hace aquí?... ¿porque me duele el cuerpo tan fuerte?... ¿qué es esta sensación en la boca y en mi cabeza?...no puede ser…no… no… no…no…no…no…
¿No fue… un sueño?
-¡¡¡haaaaaa!!! – Grite viendo mi propio cuerpo sin una sola prenda, solo cubierto con una delgada sabana blanca- ¡¡¡no fue un sueño!! - Me levante alterado, jalando la sabana para cubrirme de sus ojos mientras salía corriendo rumbo a mi armario
-¿Qué te pasa?- dijo extrañándose por mi comportamiento y dirigiéndose a mi - ¿estás bien?-
-¡¡no te acerques!!-dije metiéndome en mi armario al verlo acercarse y cerrando la puerta de un portazo, casi en su cara
-Changmin… ¿Qué estás haciendo? Sal de allí, es un lugar muy pequeño como para que te ocultes- dijo tocando la puerta
-¡¡déjame!!- le grite tratando de encontrar lo que fuera para cubrir mi cuerpo dentro del oscuro pero gran armario
-¿Qué? ¡¡No!!...... ¿Por qué te pones así? … Sal, déjame hablar contigo-
-¡¡no quiero hablar contigo!!-
-dices eso porque estas confundido, abre la puerta, no quiero hablarle al armario-
-¡¡pues entonces no hables!!-
-no te enfades, mira…estemmm… si quieres me salgo de la habitación para que puedas vestirte… pero no me iré hasta hablarte-
-¡¡no quiero que me expliques!! - ¡¡Solo vete!!-
-no lo voy a hacer Changmin, más vale que salgas y que me enfrentes o que te quedes a vivir en el armario toda tu vida, porque no me voy a mover-
Entendí que me hablaba enserio, no había manera de convencer a un hombre como el cuándo se proponía algo.
-está bien… pero sal de la habitación-
-por favor, te vi desnudo hace rato-
-¡¡¡¡largo!!!!-
-está bien… está bien, me saldré un momento-
Escuche como el salía de la habitación y la cerraba la puerta tras de sí…
No me atreví a salir del armario de todas maneras, mi vergüenza al recordar esos embarazosos momentos de hace unas horas me obligaban a quedarme dentro sin atreverme si quiera a asomarme para asegurarme que Yunho estuviere fuera de la habitación, me quede dentro azotándome contra las paredes de madera en mis intentos por vestirme con lo primero que encontrara.
De entre las cosas que pude sentir encontré lo que parecía ser una camiseta blanca y jale un pantalón de mezclilla azul que estaba colgado para ponérmelo haciendo malabares dentro del armario.
Estaba azotándome contra las paredes cuando empecé a sentir como este se tambaleaba de un lado, esto provocado por mi estatura de más de un metro ochenta chocando contra las paredes que me comprimían dentro del armario.
-¡¡rayos!! - fue lo que alcance a decir antes de sentir un fuerte golpe sobre mi hombro izquierdo al caer de forma latera sobre el suelo. Así es, el armario se había caído al suelo.
El estruendo del enorme golpe del armario provoco que una nube de polvo se levantara cubriendo la habitación, que mi escritorio se cayera jalado por el armario rompiendo la hermosa figura de vidrio que me regalo mi madre por mi cumpleaños, que mi hombro sintiera un dolor insoportable, como espinas atravesándolo y machacado por recibir el peso de todo mi cuerpo sobre el… Yunho entro de golpe en el cuarto…
-¡¡¡Changmin!!!- escuche su voz, mientras el movía el armario y partía la cara trasera del mueble con una fuerza que yo considere sobre-humana en mi condición de herido, sentí luz sobre mi cara y unos brazos fuertes jalándome para sacarme de aquel sitio.
-estoy bien- le dije mientras veía como el trataba de cargarme para sacarme con más facilidad
-¿y ese brazo qué?- dijo tocando mi brazo con las yemas de sus dedos, al sentir su contacto, un calor inundo mi cuerpo, no sabía si por el dolor que experimentaba en esos momentos o porque con sentir su piel sobre la mía, imágenes de la experiencia que él y yo vivimos hace unas horas venían a mi mente.
-duele un poco-
-te lo fracturaste-
-no, solo me lo torcí, no creo que sea para tanto-
-a ver, dámelo- dijo acercándose para examinarme provocando que yo me alejara de el inconscientemente y casi cayera de nuevo al suelo, al tropezar con los pedazos de armario que yacían en el suelo –cuidado- me dijo tomándome por la cintura y pegándome a su cuerpo
-gra…cias….- mis ojos veían los suyos directamente, estábamos peligrosamente cerca
-ten cuidado – dijo mientras con su mano quitaba el cabello que caía por mi frente -¿Qué voy a hacer contigo Minnie?- dijo lanzando un suspiro
-¿qué te parece bajarme primero?- dije refiriéndome a la posición de “damisela en peligro” en la que me sostenía
Me miro por unos instantes antes de sonreírme y soltarme poco a poco. Me sentó sobre la cama mientras el me miraba fijamente a los ojos, a mi lado.
-te hare un vendaje rápido para que puedas bajar a desayunar algo y hablemos, ¿está bien?-
Asentí con la cabeza mientras lo veía destrozar una camisa y envolver mi brazo en ella, haciéndome una especie de torniquete.
-ya esta-dijo mirando su improvisado, pero buen trabajo, si él me hubiera preguntado le hubiera dicho que tenia vendas en el baño, pero como no lo hizo y yo estaba fascinado con su capacidad de improvisación, lo deje destrozar una de mis camisas
–te limpiare la cara si no te molesta- dijo acariciando mi rostro
Hice un gesto de vergüenza girando la cabeza hacia un lado y sobándome la nuca con el brazo que no tenía lastimado, pero se vio tan de cliché de película romántica que le provoco mucha risa, trató de contenerse al ver cómo me estaba comenzando a incomodar con su reacción.
-a ver, déjame- dijo acomodándome el cabello. Solo me le quede viendo, directamente a esos ojos pardos profundos… me decían tantas cosas… parecía tener miles de secretos… y, un corazón de un color rojo carmesí tan brillante que casi podía cegarme con su luz
-está bien…- susurre al verlo sacar una franela de su pantalón y comenzar a limpiar mis mejillas
-estas muy sucio-
-me caí dentro de un armario-
-sí, eso fue gracioso- dijo regalándome una sonrisa perfecta
-¡no lo es!... me dolió…-
-¿Dónde te duele?-
-pues en mi brazo…tonto- dije sarcástico, señalando mi lastimado brazo
-a ver- dijo acercándose más a mí.
Comenzó a acariciar mi brazo cuidadosamente, sin presionarlo… Mientras yo prestaba atención al movimiento de sus manos, el acerco su rostro a mi nuca y me planto un tierno beso en el cuello, sobaba mi brazo con una mano, mientras la otra me abrazaba tiernamente, envolviéndome en un abrazo más cálido de lo que jamás pude esperar.
Me hacía sentir importante para alguien, que alguien me necesitaba, me hacía sentir… por primera vez, amado.
De una manera extraña, nada más existía, solo yo y su boca, yo y sus brazos, yo y Yunho…
Se sentía tan bien, que por un momento olvide donde estaba y lo que había pasado hace unas horas, lo incomodo que me sentía, pero a la vez el placer tan inmenso que había experimentado…
-no hagas eso…- me queje al sentir sus labios recorrer mi cuello, el sonido de su boca chocando contra mi piel me hizo volver a la realidad.
-no te estoy haciendo nada malo- dijo aun recargado en mi hombro
-¿Cómo lo de hace rato?- empuje su cabeza con mi hombro para que se quitara
-¿eso te… molesto?-
-si……-
-no lo dices enserio-
- si lo hago-
-no te creo, te gusto-
Lo voltee a ver visiblemente molesto por su comentario, pero aunque lo intente, lo que proyecte en mi rostro en lugar de ser un muchacho indignado, era un puchero de niño pequeño, era obvio que la reacción en el no iba a ser de perdón… Rápidamente tomo mi rostro y me planto un beso en los labios.
-¡hey!-dije empujándolo -¿Por qué hiciste eso?- dije tocando mi boca con mis manos, sentía el latir de mi corazón en mi boca
-porque quise-
Dijo acercándose nuevamente y plantándome otro beso…
Casi me hace caer de espaldas por lo brusco de su acción. Puso una de sus manos en mi nuca, atrayéndome directamente a él… No pude resistirme, el no me dejo hacerlo. Con un brazo lastimado tenía una gran desventaja
-sabes muy bien- me susurraba mientras lamia mis labios y metía una de sus manos debajo de mi camiseta
-no…no…-solo alcanzaba a susurrar mientras él me quitaba la camiseta y acariciaba mi pecho –no… seas brusco…-
-ya se mi amor…estas herido-
Lo que me dijo hizo que una corriente me recorriera el cuerpo, me sentía cohibido a su lado, pero no quería que dejara de tocar y besar mi cuerpo como lo hacía, eran una gama de sensaciones tan nuevas para mí que quería que me mostrara mucho más.
Me tiro sobre la cama y comenzó a besar mi pecho, delineaba cada centímetro de mi torso con su lengua, llego a mi ombligo y se detuvo allí mientras lo delineaba descaradamente
-haaa- gemí al sentir lo húmedo de su boca
-sabes a polvo- dijo riéndose –necesitas un baño- dijo arrancándome los pantalones.
Me levantó y me besó largamente en la boca, en mi mente estaba la idea de que eso estaba mal y que no debía hacerlo, pero mi cuerpo decía lo contrario; mis manos querían tocarlo y me hormigueaban por hacerlo, moría por tocar esos bien formados brazos y besar ese cuello que me provocaba morderlo con fiereza, pero algo dentro de mi mente me impedía hacerlo todavía y me mantenía solo a su merced, sin mover un musculo dejaba que el besara y mordiera todo cuanto se le cruzara en el camino.
-me acabo de vestir- me queje al ver mi ropa en el suelo
-y te desvestirás de nuevo-
Al decir eso me levanto de la cama al jalarme con una mano y se quito la camiseta
-…tócame…- me dijo poniendo una de mis manos en su pecho
Gemí solo de tener contacto con su piel, el cerro los ojos y dejó que mis manos navegaran por su cuerpo, era perfecto, tan maravillosamente formado y bronceado, tuve ganas de besarlo así que acerque mi boca a la suya, el me vio hacerlo así que rápidamente tomó mis labios entre los suyos. Me abrazo fuertemente y comenzó a caminar conmigo hacia el baño, chocamos varias veces contra las cosas que estaban regadas provocando quejidos de ambos durante el camino a la regadera de mi baño
Me metió en la regadera habiéndome apenas separado de su boca mientras el abría la llave del baño y se metía conmigo.
-tenemos pantalones-
-pues quítatelos-
-no puedo-
Sin intención de ser sensual lo había sido… El agua comenzó a correr sobre nosotros mojando el cabello de Yunho frente a mí, le daba un tono rojizo a sus labios y pegaba su cabello a su rostro, me acerque a él y lo bese rápidamente en los labios, ya no resistía el estar separado de su boca…
El se río complacido de que yo lo hubiese besado aunque fuera de manera rápida, me miraba totalmente mojado mientras bajaba lentamente por mi cuerpo sin dejar de tocarlo y desabotonaba mis pantalones.
Me quito todo de un golpe e hizo lo mismo con su propia ropa… quedamos totalmente desnudos uno frente al otro, como hace unas horas, pero esta vez, podía admirarlo en su total esplendor, poseía un de los cuerpos más bellos que hubiera visto:
Una cara afilada, ojos pardos oscuros, sonrisa perfecta, cuello largo y delgado, hombros anchos y fuertes sujetando unos brazos tan bien formados que si mi vida dependiera de ello, me abrazaría a esos brazos para salvarme sin pensarlo… un torso que era resultado de abdominales forzadas en prisión seguramente, pero que me fascinaron tanto que agradecí que él hubiese estado allí con la perfección que habían adquirido seguramente esos pectorales… bajando la mirada ese ombligo delineado invitándome a besar su pelvis y más abajo… aun más abajo… el instrumento de placer más grande y perfecto que hubiese visto, me costó trabajo imaginarlo dentro de mí, tenia deseos de sentir las sensaciones de hace un rato, quería sentir sus piernas enredadas con las mías, haciendo presión para mantenerme quieto mientras su cadera hace lo suyo contra la mía.
-¿te gusta lo que ves?- me dijo tocándose a sí mismo con una mano mientras con la otra recorría mis mejillas
-si…- dije totalmente embobado viendo el movimiento de sus dedos tocar la piel de su pecho
-¿y a ti?-dije al verlo saborear cada rincón de mi cuerpo con la mirada
-mucho…-
Tomó la botella de shampoo que yo tenía en el colgador del baño y vertió un poco sobre su mano para colocarla sobre mi cabello.
Su penetrante mirada comía mis ojos mientras sus dos manos tallaban mi cabello con ternura. Cerré los ojos para evitar que me cayera jabón en ellos, sentía el movimiento de los dedos de Yunho sobre mi cuero cabelludo, masajeando mi cabeza…se detuvieron un momento… después, sentí algo viscoso caer por mi cuerpo, abrí los ojos y vi como Yunho dejaba caer shampoo sobre mi cuerpo, haciendo líneas curvas con el chorro blanco sobre mi cuerpo…
-¿a que te recuerda esto?- dijo mientras seguía esparciendo shampoo sobre mi pecho
-¿a que debería recordarme?-
-a algo que entro en tu cuerpo hace unas horas- decía sensualmente tocando con el dedo índice el shampoo que había chorreado en mi cuerpo
Me sonroje al recordar “esa sustancia” de la que hablaba Yunho, la imagine entrando en mi cuerpo y llenándola de calor, puse una de mis manos sobre mi estomago, el dolor de hace un rato regresaba con esas imágenes
-esta es diferente… no me provoca calor - dije casi sin querer, refiriéndome al shampoo en mi cuerpo
-¿quieres… sentir calor?-
Susurraba lo último en mi oído mientras yo asentía con la cabeza. Quería sentir ese calor de nuevo, aunque me desfallecerá de dolor por forzarme a hacerlo de nuevo en un día y aunque la sola idea de sentirlo dentro causara en mí una mezcla de placer con repulsion
-¿te enfadaras conmigo si lo hago?- me decía poniéndome de espaldas a él y recargándome sobre la resbalosa pared del baño, justo debajo del chorro de agua
-probablemente…-
-no te enfades- decía mientras abría mis piernas –no me gusta tu expresión de enojo-
-no puedo evitarlo-
-si puedes- decía metiendo uno de sus dedos en mi entrada
-¡¡haaaaa!!-
-ssshhhh es solo uno- me decía mientras salía y entraba dentro de mi -¿te enfadaras?- metia otro dedo bruscamente en mi interior
-¡¡haaaaaaaa!! No…no-
-así me gusta- decía sacando sus manos de mi –voltea- me dijo girándome por completo para que viera como metía esos mismo dedos en su boca y los lamia sensualmente para después obligarme a besarlo con mucha fuerza en la boca
Me sentó en el suelo mojado al mismo tiempo que él lo hacia y tomo una esponja de las que tenia tiradas
-aun tienes shampoo-dijo tallando mi cuello y bajando por mi pecho hasta mi pelvis
-¡¡haaa!!- me queje al sentir como tomaba entre sus manos mi miembro y comenzaba a tallarlo con la esponja
-shhh te oirán- decía tallando con un poco mas de rapidez todo lo que estaba alrededor de mi centro de placer haciendo que este se despertara sin remedio
Levantó mis piernas y las puso a sus costados, preparándose para estocarme en cualquier momento. Tomo mi brazo con el suyo para ponerlo en su cuello mientras mi otro brazo descansaba a mi lado con el improvisado vendaje totalmente mojado.
-me gustas mucho…- dijo poniendo una de sus manos sobre la que yo tenia sobre su hombro
-a mi también…. Me… gustas…-
Me atreví… Le había dicho que me gustaba, por el calor del momento, por lo tremendamente excitado que me sentía, por lo que salía de su boca, no lo se, se lo dije porque en ese momento sentía que debía decírselo, mi corazón quería sacarse ese suspiro de amor que desesperadamente trataba de ocultar de el. En ese momento lo vi claro, disipe la neblina y afloro ese sentimiento… ese maravilloso sentimiento, del amor…
-¡¡¡¡¡¡¡haaaaaaaaa!!!!!!!- grite aferrándome a su cuello con fuerza al sentirlo dentro de mi, embistiéndome con mas fuerza que la vez anterior, pegándome contra la pared de la regadera y provocando un choque con las gotas de agua estallando en mis oídos con cada embestida
-mmmm…mmmm…mmmm- el gemía mientras se pegaba mas a mi cuerpo
-haaaa….haaaaa….haaaa- yo lo acompañaba con gemidos de dolor y placer al sentirlo entrar tan fuertemente en mi
El sonido de las gotas de agua chocar contra nuestras pieles desnudas en esa danza de placer le daba un toque más erótico a la escena. El agua lubricaba mejor mi entrada para que el dolor pasara más rápido y a la vez se mezclaba con el chorro que salía de mi miembro, que en esos momentos era masajeado por las manos de Yunho frenéticamente, haciendo que este expulsara esa sustancia tan parecida al shampoo que colgaba en mi repisa.
-¿aun…duele?- decía dándome pequeños besos en la boca
- hhaaa…no…mmmmm…ya…no - dije recargando mi cabeza en su hombro -quiero…intentarlo-
-hazlo… por favor-dijo mirándome felizmente y dándome autorización para experimentar otra sensación de placer diferente a la que él me estaba dando, una sensación que también quería experimentar como él había hecho.
Salió de mi interior con cuidado y tomo mi miembro entre sus manos, gemí al sentir sus dedos juguetear con la punta, me retorcí un poco pero trata de respirar profundo para controlarme y que fuera dirigido a su propia entrada, lo puso delante de él y comenzó a meterlo despacio dentro de sí despacio.
-waa…haaaa…haa…aa- dijo al meterlo cada vez más profundo
-mmmm…mmmm….haaaaa…-gemí al sentir las paredes de su interior tocar mi parte más sensible
El tuvo que soltarlo al tenerlo casi en su totalidad dentro de el. Puso sus manos en mis dos hombros y comenzó a moverse hacia adelante y hacia atrás. Lo tome por la cintura tratando de abrazarlo lo más que podía y me introduje con más fuerza en el, causando que gimiera de dolor y placer instantáneamente. Tuvimos una danza de movimientos al compas, de adelante y hacia atrás una y otra vez, gimiendo mas fuerte con cada entrada y salida. Tome su miembro entre mis manos y comencé a frotarlo… su rostro de placer decía más que mil palabras… él se relamía los labios una y otra vez y los mordía de vez en cuando en las estocadas más profundas, para evitar gritar por lo que le hacia.
Tomo mi rostro con sus manos y lo acerco a su boca… Le di un beso que trate de prolongar lo más que podía con movimientos cada vez más apasionados y casi ahogándome con el agua que caía sobre nuestros rostros
-espera…-dije al sentir que casi se vendría en mis manos y yo dentro de él –quiero sentirlo dentro…- le dije saliendo poco a poco de él y recobrando la respiración
-así me gusta más…- me dijo volteándome de espaldas y tirándome en el suelo. Abrió mis piernas con fuerza y sin piedad se introdujo hasta el fondo de mí
-¡¡¡haaaaaaaaaaa!!!-
-si espero mas… me iba a venir en tus manos…- decía como disculpa a la urgencia que tenia por inundar mi interior con su esencia por la forma tan brusca como había entrado
Mi cuerpo quemaba, mi estomago dolía por la presión a la que fue sometido, mi pelvis rogaba por descanso y qué decir de la lastimada entrada que estaba siendo forzada a soportar el enorme atributo de Yunho. Ahora el agua se había vuelto fría, el y yo llevábamos mucho tiempo en la regadera. Pero, que importaba, lo único que quería era sentirlo dentro llenándome con su esencia, soportando el dolor y el posible refriado que pescaría por esto
-haaaaa….haaaa…haaaa….- escuche su vos gemir mientras me estocaba con fuerza
-haaaaaa…-suspiraba yo mientras me aferraba al suelo mojado luchando contra lo que se movía de forma tan placentera en mi interior
-no lo aa…guanto…- susurre al sentir mi miembro a punto de estallar presionado contra el suelo con cada estocada que me propinaba
-yo tampoco….- decía recargándose en mi y poniendo su mano sobre la mía, para que yo la tomara.
Lo hice, me aferre a su mano con fuerza mientras apretaba los dientes en el momento en que el aceleraba el ritmo de sus embestidas y se recargaba totalmente sobre mí, pegando su boca a mi oído para que pudiera deleitarme con sus deliciosos gemidos… sentía ese calor tan delicioso llenarme por dentro.
-mmmmmm….mmmmm…-gemí al sentirlo bañarme por dentro y sentir mi propio semen teñir el suelo de blanco y mezclarse con el agua
Lo sentí aun dentro de mí moverse, asegurándose de dejar bien lleno mi interior para que pudiera recordar ese momento tan precioso y me quedara una huella, al menos temporalmente
Trate de levantarme un poco, pero el dolor de mi brazo que hasta hace unos momentos no me había fastidiado tanto empezó a punzarme obligándome a caer de nuevo en el suelo.
Lo sentí salir de mi interior en ese momento y expulsar en el intento una cantidad pequeña de agua blanca manchando el interior de mis piernas
-me duele todo…-alcance a balbucear al sentir sus manos acariciando mi cabello
-perdón… fui un poco brusco… se me olvidaba que eres nuevo en esto…- decía besando mi espalda y bajando hasta mis piernas –déjame aliviarte-
Al decir esto sentí dos de sus dedos tocar palpitante entrada y sobarla suavemente
-haaaaa….- gemí al sentir sus dedos sobando todo la parte superficial que la acompañaba, así como el interior de mis piernas. –hhaaaa…haaaa… ya está bien…- dije tratado de detenerlo, si continuaba iba a querer retomar nuestras “actividades”
Use la fuerza de mi brazo sano para levantarme y alcanzar la llave de agua, la gire para cerrarla y caer de nuevo en el suelo de espaldas.
-eres un flojo, has dormido más que yo y estas mucho más cansado- dijo levantándome de espaldas y recostándome en su pecho
-perdón si no estoy acostumbrado a esto-dije algo irritado, pero estaba tan cansado para pelear que solo lo abrace fuertemente y me deje acariciar por sus manos
-¿tienes frio?- dijo al ver como yo trataba de envolverme con sus brazos
-No, solo quiero que me abraces-
Cerré los ojos y sentí sus labios besar mi cabello una y otra vez, me deje consentir por el durante unos minutos más, sentí que fue un pestañeo pero al parecer mi mente jugo conmigo, al abrir los ojos me encontraba nuevamente sobre mi cama cubierto con una bata de baño y Yunho a mi lado vistiéndose con mucha prisa.
-¿te vas?- dije levantándome
-gaste más tiempo del que creí, no me queda mucho tiempo-
-pero…pero…-dije al verlo recoger cosas de un lado a otro de mi habitación, el armario ya no estaba en el suelo, el había barrido la habitación un poco
-no podre llamarte, pero podemos seguir escribiéndonos. Te dejo una nueva dirección en el buro, allí debes enviar las cartas. Si me odias y no quieres volver a hablarme lo entenderé, pero si me amas y no me escribes, no te lo perdonare Changmin- dijo esto último mirándome directamente a los ojos, firmando su sentencia con eso
-¿Cómo puedo decidir eso si no me has explicado nada?-
-quería hacerlo, pero no hubo tiempo-
-¿te escapaste de prisión?-
-si… no me puedo quedar en un sitio por mucho, debo continuar moviéndome-
-Espera- Dije al verlo dirigirse a la puerta y levantándome de la cama -¿A dónde iras?-
-ire a la casa de un amigo, a unas millas de aquí a buscar refugio de la gente que me busca- dijo volteando a verme con ternura –espero regresar en unos días por ti-
-¿por mi?-
-me escape porque quería verte. No soportaba el estar separado de ti por tanto tiempo. Tal vez suene confuso pero, debes tratar de recordarme. Sé que para ti yo puedo ser un total desconocido pero no es así. Tu y yo ya nos conocíamos…me enamore de ti aquella vez… y sigo estándolo…cuando me escribiste, creí que había sido un regalo del cielo volverme a topar contigo, por eso arriesgue todo por ti y escape, porque quería ver el tipo de persona en que te habías transformado y creeme que estoy tan impresionado…-
No entendía nada, ¿Cómo que él y yo ya nos conocíamos? ¿De dónde? ¿Cómo pude olvidar a una persona que parece tener esos sentimientos tan fuertes hacia mí? ¿Cómo pude ser tan frio para notar eso hasta ahora? Si él había arriesgado todo por venir a verme significaba que lo que sentía no era una cosa de nada… El había logrado cultivar esos sentimientos por tanto tiempo, alimentados por la idea de tenerme…
Todo eso sonaba en mi cabeza, quería saber más, tenía que saber más, ahora que el y yo… bueno… que él había logrado encender algo dentro de mi hacia él, un sentimiento extraño pero que solo había logrado sentir a su lado… quería saber todo de Yunho, absolutamente todo… No era el momento de irse
-¡No te vayas!- dije levantándome de golpe y yendo hacia la puerta que él estaba a punto de cruzar –quédate…por favor- Dije poniendo una de mis manos sobre su pecho, para evitar que saliera
-créeme que no hay cosa que quiera mas en el mundo- dijo quitando mi mano de su pecho –pero hay muchas cosas por las que no puedo quedarme-
-aparte de la gente que te busca… ¿que mas?-
-tu querida madre que me odia-
-¿Cómo puede odiarte si ni siquiera te conoce?-
-si me conoce. Te apuesto que puede adivinar lo que está pasando-
-¿Qué…? Pero…como-
-Ahora no está aquí, pero regresara en dos días. Te dejo una nota sobre el escritorio, ya la leí, puedo intuir que lo que hará no será agradable… si yo no regreso por ti en dos días debes salir de aquí. Promete que lo harás-
-no entiendo nada-
-de verdad que quisiera explicarte, pero me están esperando. ¡Promételo Changmin!-
Lo prometeré si tu prometes que seguirás conmigo pase lo que pase, que no solo viniste a jugar un rato fingiendo que sientes algo para después abandonarme-
-¿enserio piensas que soy esa clase de persona?-
-¡no te conozco! Que puedo pensar…-
-si me conoces…dime qué piensas… solo déjate guiar por tu instinto. Y pregúntate… ¿crees que yo no te amo?-
-quiero creer que no es así…quiero creer en lo que me dices y engañarme por un momento pensando que me amas de la forma tan bella que juras hacerlo y…-
-Te amo… te amo… y voy a seguir diciéndolo hasta que te convenzas, por ti Vivo y respiro por ti haría lo que fuera, por ti seré lo que tú me pidas que sea, lo que pidas lo tendrás, lo que pienses lo hare realidad, eres la única persona que me ha importado en toda mi vida. Me duele más de lo que parece el tener que separarme de ti de nuevo, el irme y dejarte aquí con muchas preguntas, pero no quiero tener que estar encerrado de nuevo, privado de tu presencia, de tu ser, eso sería peor que todo. Quiero estar a tu lado siempre, por eso, te juro que voy a hacer lo que esté en mis manos para deshacerme de estos problemas lo más rápido que pueda y venir por ti, no quiero estar más tiempo separado de tu lado, pero debo hacerlo. Espérame… por favor… déjame probarte que lo que te digo es verdad, solo te pido que esperes… si quieres preguntare algo con urgencia escríbeme… juro que te contestare sin falta, por favor, no olvides lo que paso hoy, yo lo tendré pegado en mi mete todo el tiempo, espero que tu también lo hagas… por el amor que te tengo…juro que regresare por ti…porque…te amo Changmin…-
Con estas bellas palabras me beso largamente, acaricio mi rostro y salió por la puerta…
Demasiado bueno e interesante lo amé totalmente. Aunque no sea mi OTP incluso si no suelo leer Homin, no me arrepiento XD estuvo muy muy entretenido. Felicitaciones
ResponderEliminarEXCELENTEEEEE!!!!! wooowwooww me encanto!!!!! justo quería leer un homin y este cayo a peloo!!!
ResponderEliminarHola!!!
ResponderEliminarHace demasiado tiempo que encontré esta bella historia y sin embargo no la supero.
Me gustaría contactarme contigo para hablar.
Saludos y gracias.