“No digas tus Despedidas”
Vete, vete, vete
Antes que yo…
Antes que yo…
Intente evitarlo.
[Vete, Lucybell]
Cuatro días después de su devastador encuentro con Yoochun, Jaejoong miraba absorto el calendario que guardaba en su closet. Sólo faltaban tres días para la luna llena…y eso significaba que pasado mañana debía unirse a Junsu y de hecho, la noticia ya se había propagado por toda la metrópolis y la aristocracia vampírica. Todos estaban alardeando sobre la celebración, que el gran Kim Jaejoong por fin había encontrado a alguien de su altura y que hasta…lo querían proponer a él como futuro rey de la zona. Algo que Jaejoong jamás imaginó en toda su vida…
Lanzó un suspiro, las últimas palabras de Yoochun aún estaban latentes en su mente. Después de aquel encuentro, Jaejoong difícilmente le había dirigido la palabra y sólo se comunicaba con él a través de notas o escritos que le dejaba en su cuarto. Las veces que se lo topaba de frente…ni siquiera era capaz de mirarlo a los ojos, la magnitud de su próxima situación lo azotaba como un verdadero balde de agua fría y él parecía saberlo, porque sus ojos, aquellos ojos violetas que tanto adoraba…sólo reflejaban tristeza.
‘Esto no puede continuar…ya no puedo lastimarlo más de lo que ya lo he hecho…’
Jaejoong cubrió su rostro con sus manos, volviendo a suspirar. Toda esta situación lo estaba desgarrando, y saber que Yoochun estaba sufriendo tanto o incluso más que él lo hacia sentirse peor. Sabía perfectamente qué era lo que tenía que hacer para remediar en algo el daño…y se estaba dando el coraje para hacerlo.
Decidido, salió de su habitación, dirigiéndose hacia la salida de la mansión a continuar con sus actividades normales. Tenía que seguir coordinando el tráfico con el mundo de los mortales y después de todo, no podía permitir que esta depresión que sentía afectara su rutina.
Luego de un viaje relámpago a la metrópolis a terminar de coordinar las cosas y los invitados para la celebración, y dejando ya a un vampiro a cargo de sus conexiones con el mundo de los mortales, Jaejoong volvió a la mansión cuando el alba estaba sólo a pocas horas de distancia, solicitando a Yoochun en su cuarto.
Impaciente, se paseaba como fiera enjaulada por su habitación, tratando de calmarse para no estar tan nervioso cuando finalmente él llegara. No tardó en sentir los golpes en su puerta y se sobresaltó.
“Adelante” dijo, tratando de que su voz no sonara tan nerviosa.
“¿Me llamó, amo?” Amo…cómo odiaba cuando Yoochun utilizaba formalidades con él, sobretodo cuando estaban solos…
“Pasa…” susurró, caminando hasta su cama y sentándose en el borde de ella, dándose ánimos antes de comenzar a hablarle.
“Si me ha llamado para preguntarme por Junsu, él está terminando sus labores en la cocina. Lo he puesto a desangrar venados—”
“Deja de hablarme así, sabes perfectamente que no me gustan las formalidades cuando estamos solos” Jaejoong lo interrumpió, lanzando un resoplido.
“Soy tu mayordomo, te debo respeto y—”
“¿Por qué haces esto?” lo encaró, alzando la voz y mirándolo a los ojos, sus brillantes ojos topacio perforándolo con la mirada mientras lo contemplaba.
“Es lo que tú querías…” Yoochun le contestó en voz baja, agachando la vista. “He vuelto a ser sólo tu mayordomo”
“No, no es lo que quería y tú lo sabes” le espetó, levantándose de la cama y caminando en su dirección. Yoochun no se movió y sólo observó en silencio como Jaejoong se le acercaba hasta quedar frente a frente.
“Supongo que sabes…qué día es hoy…”
“Soy un demonio, puedo sentir cuando se acerca la luna llena” masculló, evitando mirarlo a toda costa y tratando con todas sus fuerzas de mantenerse fuerte y no tocarlo… a pesar de que las ganas de abrazarlo y llorarle que no se uniera a Junsu y se quedara su lado lo estaban matando…
“Un demonio…” susurró, esbozando una triste sonrisa. “Cómo pude haberme enamorado de un demonio, es lo que más me pregunto…” Jaejoong llevó una de sus manos hasta su rostro, pero Yoochun lo sostuvo por la muñeca, evitando así que lo alcanzara.
“No sigas” le dijo, suspirando desahuciado. “No sigas por favor, ya…no me toques. ¿Qué no ves que me hace daño? ¿Qué no ves que me estoy…muriendo?” exclamó, la última frase cargada de amargura. “Te prometí que permanecería a tu lado, pero…solamente como tu mayordomo y nada más” Yoochun le hizo el quite y se dio vuelta, empuñando las manos en un esfuerzo desesperado por no romper en llanto.
“Mi mayordomo” dijo, muy bajito, sintiendo las lágrimas amenazando con salir de su rostro. “Has cumplido perfectamente tu labor y es por eso que…te voy a dejar ir…” su voz fue casi un susurro y Yoochun inmediatamente volteó a mirarlo, estupefacto.
“¿Qué…has dicho?”
“Lo que escuchaste” contestó, llevando una de sus manos hasta el borde de su camisa y subiéndola, revelando su pálida muñeca.
“Perdóname Chunnie, pero no puedo lastimarte más de lo que ya lo he hecho…así que voy a concederte tu libertad”
Jaejoong comenzó a recitar el cántico que había apresado al demonio interno de Yoochun y él inmediatamente lo detuvo, aferrando las dos manos a sus hombros.
“D-Detente…” murmuró, sus ojos violetas resplandeciendo al sólo escuchar el inicio del cántico. “Tú no comprendes lo que significa que me concedas la libertad, si lo haces yo—”
“No podrás regresar, lo sé. Cuando tus padres te vendieron me informaron, así que estoy completamente consciente de lo que voy a hacer” susurró, mordiendo su labio inferior y agachando la vista, pero Yoochun lo apretó con fuerza, forzándolo a que lo mirara.
“El contrato me ata a esta tierra, pero si lo rompes…estaré obligado a volver a la tierra de los mortales. Volveré a ser un demonio que trabaja con el mal, tentando a los humanos y ofreciéndoles riquezas a cambio de sus almas, infundiendo el mal y poseyendo cuerpos. Sabes perfectamente que un demonio de mi clase sólo puede acceder a estas tierras cuando tiene un lazo a algo” Yoochun lo miró con desesperación. Jamás se le pasó por la cabeza que Jaejoong lo liberaría e incluso…estaba mentalizado a quedarse a su lado y esperarlo…toda la eternidad si fuese necesario…
“E-Es…lo mejor…” Jaejoong se quebró, una sola lágrima de sangre deslizándose por su rostro mientras retomaba el cántico para liberar a su demonio interno. Al instante observó un pentagrama de color púrpura aparecer en su muñeca, formando una profunda herida y comenzando a sangrar.
Yoochun lanzó un quejido al sentir en su muñeca la misma herida y su respiración comenzó a tornarse densa. La energía creciendo dentro de su cuerpo y sus ojos violetas, centellantes, encendiéndose al sentir internamente como las cadenas de su demonio comenzaban a soltarse.
“N-No…lo…h-hagas…J-Jae…joong…” logró articular, cayendo al suelo al sentir todo su cuerpo convulsionar violentamente.
“Perdóname…” le susurró y luego dijo la frase final del cántico, observando resplandecer ambas heridas para luego decir las últimas palabras. “Yo, Kim Jaejoong—”
“¡PARA!” gritó, haciendo un esfuerzo titánico y levantándose del suelo, tomando a Jaejoong por la cintura y aferrándose a su pecho, todo su cuerpo temblando ante la voraz energía que comenzaba a crecer dentro de su cuerpo.
Jaejoong no pudo seguir conteniéndolo y estrechó a Yoochun con todas sus fuerzas, sintiendo la creciente energía que irradiaba de su cuerpo al estar a punto de liberar a su demonio interno.
“No quiero seguir haciéndote daño y permitir que te quedes aquí, sabiendo que me uniré a otro sería simplemente una tortura, y yo…te amo demasiado como para permitir que pases por eso, aun cuando te lo había pedido”
Al escuchar sus palabras Yoochun se quebró y comenzó a sollozar, la cabeza enterrada en su camisa mientras se aferraba a él. Sabía que Jaejoong sólo lo estaba haciendo porque pensaba que era lo mejor para él…y realmente era lo mejor, pero Yoochun no podía imaginar su vida alejado de él…
Jaejoong suavemente acariciaba su espalda, llorando silenciosamente junto con él. Este…era el fin de su relación, el fin de años y años de complicidad…y el fin de algo que empezó como un simple acuerdo: tener intimidad para buscar algo de consuelo, sin hablar jamás de amor. Pero ese simple acuerdo se transformó en dependencia, en necesidad…en una atracción magnética de sus cuerpos y finalmente, en amor y en entrega. Lamentablemente…su amor estaba prohibido y no tenía ningún futuro. Unirse a un demonio era igual de grave que unirse a un licántropo, era considerado como alta traición a la sangre, por eso ahora…Jaejoong haría lo correcto, firme a su condición y a sus creencias, y lo dejaría ir…enterrando para siempre en su corazón los momentos que pasaron juntos, las noches en que volvió a la vida entre sus brazos y fue…la persona más feliz del mundo al entregarle su cuerpo y su perdida alma…
“Tienes razón…” susurró Yoochun finalmente, levantando el rostro de su pecho sólo para contemplar el rostro ensangrentado de Jaejoong, sus ojos topacio completamente hinchados a causa del llanto.
“¿Puedo…pedirte una última cosa antes de dejarte ir…?” Jaejoong le preguntó y al instante observó a Yoochun asentir, rozando sus dedos por su rostro y limpiando sus lágrimas ensangrentadas.
“Lo que quieras” le dijo, recorriendo su rostro suavemente con sus manos.
“M-Me pediste que…no te tocara” balbuceó, mordiendo su labio inferior antes de volver a hablar. “Pero solamente quiero un…beso de despedida…” su voz fue casi un susurro. Yoochun posó una de sus manos sobre su mejilla y la otra alrededor de su nuca, acercándolo lentamente a él. Jaejoong cerró los ojos al sentir el leve roce de los labios de Yoochun y luego sus labios se azotaron contra los suyos, besándolo con desesperación.
Jaejoong inmediatamente rodeó sus brazos alrededor de su cuello, apegándose a su cuerpo y buscando la cercanía. Estaba…completamente desahuciado al saber que nunca más lo tendría cerca de él. Yoochun inclinó su cabeza hacia la suya, delineando tentativamente sus labios y persuadiéndolo para que abriera la boca y así poder profundizar el beso. Jaejoong gimió ante la sensación, abriendo su boca y enredando sus lenguas en un continuo vaivén mientras sus manos temblaban, aferrándose a su traje, y es que prácticamente se estaba muriendo por colarlas debajo de su camisa y acariciar su torso con sus manos por última vez…
Yoochun mordió su labio inferior al romper el beso por falta de aire, pero aún así mantuvo su rostro cerca de él, respirándole prácticamente en su boca. Podía sentir su demonio interno a punto de romper el hechizo que lo apresaba y sentir a Jaejoong temblando debajo de él, jadeando y mirándolo con ojos oscurecidos, hacía todo mucho más complicado…
“Te amo tanto Chunnie…” le susurró, abrazándolo y refugiando su rostro en su cuello. “No sé cómo voy a poder vivir después de que te hayas ido…”
“Se feliz Jaejoong” le dijo, acariciando su espalda. “Sólo quiero que seas feliz, y que puedas pelear en la guerra, obteniendo finalmente esa paz que tanto has buscado”
“Estoy pagando…el costo más caro por ello…” le dijo, muy bajito, al separarse de su cuerpo. Tomando una de sus manos y entrelazándola con la suya.
“¿Estás listo?” le preguntó, apretando su mano. Yoochun asintió e inmediatamente Jaejoong comenzó a hablar.
“Yo, Kim Jaejoong, tu propietario como fue establecido en el contrato pagado con sangre, te libero de todas las obligaciones y responsabilidades que te atan a mi persona y te concedo la libertad”
Al momento que Jaejoong dijo esas palabras Yoochun se retorció, siendo invadido por un shock de energía. Jaejoong soltó su mano, retrocediendo un poco, asustado al ver la inmensa cantidad de energía que emanaba con fuerza de su cuerpo. Observó, perplejo, como todas las venas de su cuello y brazos parecían haberse dilatado mientras que sus ojos violetas prácticamente irradiaban luz. Yoochun lanzó un grito casi bestial al sentir como sus uñas se alargaban hasta formar largas y macizas garras, pero Jaejoong pudo notar que en cierto modo se estaba conteniendo, como si no quisiese revelar su verdadera forma ante él…
De un segundo a otro, toda la energía desapareció de su cuerpo y Yoochun volvió a recuperar un aspecto normal, lanzando un cansado jadeo y mirándolo a los ojos.
“Ha vuelto…” susurró. “Ya no tengo mucho tiempo, es sólo cuestión de segundos para que desaparezca” Yoochun caminó hasta él, deteniéndose a sólo pasos de su cuerpo y posando una mano sobre sus cabellos, acortando considerablemente la distancia que los separaba de sus labios.
“Te amo Jaejoong, no lo olvides nunca” le susurró cuando estaba a centímetros de sus labios, rozándolos suavemente e inmediatamente sintió una lágrima golpear su mejilla.
“¿C-Cómo podría olvidarlo? Si tú…eres mi vida…”
Jaejoong lo atrajo hacia sí, devorando sus labios hasta que sintió que comenzaba a desvanecerse e inútilmente trató de aferrarse a sus ropajes, pero Yoochun…ya se estaba esfumando en una lluvia de energía púrpura.
“Siempre seré tu Yoochun...” fue lo último que le dijo. Luego lo observó desaparecer en una explosión de energía.
“Y yo siempre seré tu Jaejoong, Chunnie…siempre” le susurró, y casi al instante sintió un leve estremecimiento, un ardor dentro de sus venas que recorrió todo su cuerpo, era como si…Yoochun lo hubiese escuchado y estuviese respondiéndole…
Lanzó un suspiro, caminando hasta su cama y desplomándose sobre ella, las lágrimas deslizándose por su rostro. Ya estaba hecho, Yoochun ya era libre y jamás regresaría…pero si había hecho lo correcto, ¿por qué sentía como si hubiese cometido el error más grande de su vida?
Levantó las sabanas de su cama, cubriéndose con ellas y lanzando otro suspiro, esta vez de cansancio. Enterró su cabeza en la almohada y lloró, lloró con fuerza…sacando todo el dolor que sentía dentro, pero era tan fuerte…Jaejoong realmente no estaba seguro de cómo podría seguir viviendo ahora que Yoochun no estaba a su lado. Él…realmente era su vida y ahora era como si empezara de nuevo, de vuelta al comienzo, de vuelta a los días que llegó a la mansión y de vuelta…a las pesadillas, a los horrores que lo atacarían ahora que Yoochun, su cable a tierra y en cierto modo su sanidad, se había ido.
‘Más vale que te cuides Changmin, hijo de perra…porque si hice todo esto es para encontrarte y…despedazar tu piel con mis propias manos…’
xXx
A la noche siguiente, la habitación de Junsu estaba poblada de vampiros que iban y venían, dejando ropa, joyas, perfumería, armas de plata y un sin numero de cosas que Junsu estaba seguro que nunca, nunca, ocuparía.
Un suspiro escapó de sus labios mientras una vampiresa lo hacía probarse un traje, tomándole medidas y llenándolo de elogios, como si él fuese el próximo rey de los vampiros o algo por el estilo.
“Mírate al espejo, muchacho…mira lo hermoso que te ves con este traje. Tú eres muy afortunado, cualquiera quisiera estar en tu lugar” exclamó en tono ostentoso, acercándole un largo espejo de cuerpo completo. Junsu miró su reflejo, pero la verdad no estaba nada de contento. Faltaban sólo dos días para su unión con Jaejoong y él estaba horriblemente nervioso, su pronto escape con Yunho carcomía cada pensamiento de su mente...
“Tiene razón, Junsu” al escuchar la voz de Bianca, Junsu pegó un salto y volteó a mirarla.
“B-Bianca” murmuró, algo sorprendido al verla entrar en su habitación.
“Tiempo sin verte… ¿No, Su?” ella le sonrió y Junsu inmediatamente se disculpó con la vampiresa modista, pidiendo un poco de privacidad.
“Volveré mas tarde Señor Junsu” hizo una reverencia y tomó todas sus cosas, abandonando rápidamente la habitación.
“Eres un maldito ingrato” Bianca le espetó, lanzando un resoplido y caminando hasta su amplia cama, sentándose en el borde de ella.
“Lo siento Bianca, he estado…ocupado” le dijo, mordiendo su labio inferior. Estaba en parte arrepentido de haberse alejado de Bianca, ella…era su única amiga en aquel lugar y sentía que le debía más que una disculpa...
“Oh claro, ahora que serás el amo y señor de la comunidad vampírica te olvidas de mí” replicó, haciendo un puchero. “Y yo que creí que no querías unirte a Jaejoong, pero mírate…vestido prácticamente de príncipe y colmado de joyas”
“Espera, en eso te equivocas” Junsu lanzó un suspiro, caminando hasta uno de los sillones de su cuarto y sentándose en el. “Que Jaejoong me haya llenado de cosas materiales es cosa suya. Yo…me voy a unir a él porque no tengo alternativa, estoy atrapado aquí y por ende, debo hacer lo que él me pida”
“Ya, ya…está bien, lo siento. Sólo estaba un poco molesta, te he extrañado Junsu…me agrada hablar contigo” ella le sonrió y Junsu reflejó su sonrisa.
“Supongo que te has enterado de la pronta unión de Yunho…” su tono fue bastante confuso y Junsu abrió sus ojos de par en par, sorprendido.
“¿Cómo es que…lo sabes?”
“¿Cómo es que lo sabes tú?” contrarrestó, sonriéndole de oreja a oreja, sus colmillos resplandeciendo.
“Jaejoong me lo comentó” Junsu mordió su labio inferior, evitando mirarla mientras ella lanzaba una risita.
“Vi a Ji Hae la semana pasada y ella me comentó de la unión. Es evidente que después de tu unión con Jaejoong se aproximará una guerra así que me fui a despedir de ella. En la guerra, estaremos obligadas a pelear”
Junsu asintió, cabizbajo. La sola idea de una guerra le ponía los pelos de punta.
“Te sugiero que hagas lo mismo. Ve al bosque y despídete de Yunho” Bianca lo miró a los ojos, escudriñándolo con la mirada, pero Junsu abruptamente desvió la vista.
“Aun si quisiera, no puedo salir…Jaejoong está en la mansión y para poder salir tengo que pedir su aprobación”
“Yo te cubriré…” susurró, levantándose de la cama.
“¿Qué?”
“Mira, Junsu…a mí no me engañas. Puedes engañar a Jaejoong, y a todo los vampiros a tu alrededor, pero a mí no. Sé que…sientes algo por Yunho” le espetó, lanzando un suspiro. Junsu la miró prácticamente en shock y se levantó del sillón, dándole la espalda y caminando hasta el ventanal.
“No sé de qué estás hablando, Yunho es un licántropo y jamás podría gustarme” mintió, tratando de que su voz sonara lo más convincente posible, a pesar de que por dentro se estaba muriendo. ¿Acaso había sido tan evidente que Bianca lo había descubierto...?
“Junsu, yo no diré nada…lo juro, de verdad que quiero ayudarte. No quiero que te unas a Jaejoong, su reputación de sádico es conocida por todos y solamente te utilizará, pero para poder ayudarte necesito que confíes en mí” su voz sonó profundamente sincera y Junsu giró su cuerpo para mirarla, aún inseguro de confesárselo.
“¿Quieres ayudarme a…escapar?” le preguntó, arqueando una ceja.
“Si quieres escapar, este es el momento preciso. Jaejoong le ha concedido la libertad a Yoochun, por lo que tu escape será mucho más fácil, a él le costará más encontrarte si no lo tiene a su lado para rastrearte” Al ver el rostro de sorpresa de Junsu, Bianca le sonrió, lanzando una risita.
“¿Ves que quiero ayudarte? Anda Junsu, deja de desconfiar de mí y confiesa… ¿Estás enamorado de Yunho o no?”
“Si…” confesó finalmente, lanzando un suspiro. “Lo amo y…nos vamos a escapar”
“Creo que ya lo suponía…lo percibí el día de la fogata, cuando ustedes dos desaparecieron misteriosamente, pero no quise comentarle nada a Ji Hae. Después de todo, escapar es decisión tuya y de Yunho, de nadie más”
“Gracias Bianca” Junsu le sonrió, acercándose para abrazarla y sonriendo al sentirla corresponder el abrazo.
“Vete ahora, yo cubriré tus espaldas. Voy a entretener a Jaejoong lo más que pueda, pero no te aseguro nada”
Junsu asintió, usando su vampírica rapidez para tomar una ropa más cómoda y cambiarse en menos de un segundo, volviendo a aparecer frente a Bianca con una camisa alargada y pantalones de tela. Luego usando la misma velocidad, tomó uno de los bolsos que Jaejoong había comprado para él y lo llenó con ropa limpia.
“Sólo espero que sepas lo que haces” le dijo ella, volviendo a sonreírle mientras lo observaba abrir el ventanal. Antes de irse, Junsu se quitó el anillo de rubí que aún llevaba en el dedo y se lo lanzó.
“Dale esto a Jaejoong y dile que…se lo de a la persona que realmente ama” Bianca atrapó el anillo y lo guardó en sus ropajes, asintiendo.
“Cuando sea un híbrido prometo volver un día a visitarte” Junsu le lanzó una última sonrisa antes de dejarse caer, aterrizado casi al instante y echando a correr al bosque. Su ansiedad creciendo con cada kilómetro que recorría, rápidamente internándose en las entrañas del bosque…
-o-
A/N: Creo que cumplí la cuota de Angst del mes con este capitulo…
Sólo quiero aclarar que Yoochun no saldrá por completo de la historia y volveremos a saber de él más adelante, esto tan sólo era necesario para el desarrollo de la trama.
Comentarios son amor para mi musa
~Koiko
cuando salio el cap 22 de este fic recien me anime a leerlo, y me encanto la trama de la historia es uno de los pocos HoSu q he leido ya que a mi me gusta el JaeMin y de verdad q me ha encantadoooo me lei 22 cap en dos dias jejjeje :P y esperando el cap 23, lei tu otro fic lust caution, q tambien me gusto mucho =)
ResponderEliminarwiiii espero con ansias el siguiente capo *3*
FIGHTING!!!!! xD
lloraré eternamente por la separación del JaeChun T_T <3333
ResponderEliminarlloraré eternamente por la separación del JaeChun T_T <3333
ResponderEliminarJae... No es "como si fuera" ... Es el error más grande de tu vida *llora mares*
ResponderEliminarAigoo... Que triste.. Ya puedes decirlo ya que cumpliste hahahhaha
Ando nerviosisima por lo que Changmin vaya a hacerle a Junsu y vamos, nerviosa por todo !!!
Está más que interesante! No puedo esperar a leer más! Siempre que entro en lala espero poder encontrar cap, o releo los otros... me tienes adictadisima <3
Gracias por publicar el fic! Y cuida tu musa hahahha
Es tan pero tan deprimente que no tengo palabras T___T casi muero en tristeza con semejante separación.
ResponderEliminarY intuyo que se viene tan feo ><! actualiza pronto porfavorr que me muero de la intriga!