Me dijeron que cada uno recibe al amor, a su propio ritmo.
Yunho bostezó, quizá por sexta ocasión.
Los ojos parpadeaban constantemente, y del mismo modo lagrimeaban de vez en cuando. Había incluso llamado la atención del resto de sus compañeros que de un modo u otro lo veían, pero preferían ya no preguntar cuando la primera respuesta que Jung les dio fue un ‘no fastidien’
Así que todos habían asumido que el príncipe del instituto no se había levantado con muy buen ánimo. Y preferían dejarlo en paz un rato, mientras el resto del día transcurría. Y Yunho solo parecía entretenido con mirar a cualquier parte donde su mirada se perdiera y el volara entre sus pensamientos desconocidos.
Una vez en la vida, Yunho sintió lo que era sufrir por amor. Hace muchos años cuando su padre decidió irse con aquella mujer que decía amar ahora. Y lo abandonó por completo. Yunho no lo volvió a ver hasta la fecha, y ha sido criado únicamente por su madre. Él no se queja, si su padre lo olvidó por ir tras de aquella mujer, él no tenía ni siquiera por qué extrañarlo.
Pero le angustiaba pensar que comparaba a Changmin y su falta de atención con aquel dolor de tantos años atrás que su padre le provocó. No podía ser amor. Yunho lo sabía, no era ni de cerca, pero le gustaba, de otro modo no tendría esos sueños tan… ‘exuberantes’ y temía que esas ganas de estar con Changmin se volvieran una obsesión.
Suspiró otra vez, cambiando los bostezos por suspiros.
Y miró la pizarra en la que el profesor de matemáticas escribía, explicaba y se movía de un lado a otro. Yunho estaba como muerto en vida. Tenía mucho sueño, estaba cansado y solo el nombre de Changmin se le repetía en la cabeza. Estaba mal. Horrorosamente mal.
—Entonces… ¿te parece si te unes a Jung para realizar el trabajo?
¿Qué?
Yunho sacudió un poco la cabeza, el profesor se dirigía a alguien en el salón y sus ojos de inmediato viajaron hacía su compañero de clases. Park Yoochun estaba sentado en su asiento, mirando con un desinterés enorme al hombre, levantando los hombros suavemente.
—Bien, entonces mueve tu asiento hasta Jung.
El salón pareció alborotarse discretamente, las mujeres hablaban entre ellas y los hombres parecían un poco desinteresados en lo que ocurría. Pero Yunho solo parpadeó un poco, antes de canalizar la idea de que Yoochun caminaba hacía él y se removió incómodo en su lugar.
—Odio esto de los trabajos en parejas.
El susurro de Yoochun fue audible mientras se sentaba junto a él, con una cara de aburrimiento tremenda. Yunho entonces recién, se percató que todo el salón estaba en parejas. Trabajando sobre algo, y Yunho odió a su extrema distracción del día de hoy.
—¿Qué estamos haciendo?
Yoochun elevó una ceja, con una expresión algo vacía.
—El profesor mandó a realizar quince ejercicios en parejas, que él escogió.
—¡¿Quince?! Son demasiados.
—Pues eso díselo a él.
Yunho bufó de mala gana, viendo como Yoochun empezaba a sacar un cuaderno y se disponía a escribir el nombre de los dos en él. Recordó entonces que Yoochun al ser nuevo, de seguro no tenía el libro de matemáticas a la mano.
Pronto descubrió que la caligrafía de Yoochun era verdaderamente llamativa, una letra agradable, muy diferente a la suya, que en ocasiones era inentendible. Y cerró los ojos momentáneamente. Por que le entró curiosidad por conocer la letra de Shim Changmin.
¿Sería igual de agradable? ¿Igual de buena?
…
…
Caminó con algo de reticencia.
Sintiéndose tremendamente estúpido, mientras veía el tablón de anuncios donde todos los grupos del instituto solicitaban el ingreso de nuevos estudiantes. Buscó el club de ajedrez, recordando haber visto a Changmin viendo aquella hoja. Y ahí estaba aquel nombre, con una caligrafía realmente hermosa, mucho más que la de Yoochun.
Y pensó entonces que de algún modo Yoochun y Changmin eran como perfectos el uno al otro.
Si tan solo el idiota de Yoochun no lo rechazara solo por ser virgen.
De acuerdo, estaba desvariando por que para empezar lo de que Yoochun rechazara a los chicos con colas y orejas era un rumor. Y que a Changmin le gustara Yoochun era algo que tan solo le parecía, por más notorio que fuera. Es más, él ni siquiera debería estar pensando en eso, por que a él no le importaba.
—¿Es que el príncipe piensa ensuciarse la ropa entrando a algún club?
La voz sardónica de Changmin lo hizo girar, y Yunho colocó en su rostro la mejor de sus máscaras. Aquella sonrisa petulante y expresión superior que hacía a Changmin arrugar el entrecejo.
—¿Esto es a lo que llaman milagros? ¿O por qué razón me has dirigido la palabra?
—Eres un reverendo imbécil, Jung.
—Lo sé.
Sonrió un poco más, apoyándose en la pared mientras Changmin solo avanzaba por los pasillos y Yunho suspiró, con poco aire en los pulmones mientras lo veía alejarse, con aquella cola ondeándose al paso, por más que su dueño pareciera tan molesto.
…
…
—¿Nos vamos a tú casa o la mía?
—No lo sé, donde se te haga más cómodo.
Yoochun pareció pensarlo un poco, mientras caminaban por el patio del instituto en tanto los de segundo jugaban soccer durante la clase de gimnasia. Al nadie haber terminado los ejercicios de matemáticas en clase, tocaba hacerlos después. Y Yunho seguía sin sentirse cómodo junto a él.
—Supongo que tu casa estaría bien, mi casa está un poco desordenada aún por lo de la mudanza y a mamá no le agradará ver visitas cuando la casa aún es un desorden.
Yunho asintió, levemente distraído pensando en la razón por la cual le había respondido de aquella forma a Changmin hace un par de horas, pero antes de que pudiera si quiera intentar concentrarse en su conversación con Yoochun, un gritó alarmado lo hizo levantar la mirada.
—¡Cuidado!
Y luego de eso, todo fue oscuridad.
…
…
Paz…
Eso era lo único que podía percibir.
Y era agradable, encontrarse en ese suave estupor de empezar a abrir los ojos y el aire fresco que había dentro de la habitación, pero de un momento a otro un horrendo dolor en la nariz se instaló. Consciente del dolor en su rostro. Yunho abrió los ojos, con el entrecejo arrugado.
—¿Cómo te sientes?
—Pésimo…
Habló por instinto, aún cuando el que se encontraba sentado en una silla junto a la cama era Yoochun y su mirada tenía un leve tono de preocupación, que desapareció en cuanto lo escuchó hablar tan sarcásticamente.
—Tuviste mala suerte, supongo. Al girar el balón te dio lleno en el rostro, o más específicamente en la nariz.
—Ouch…— Yunho prefirió no tocar su nariz con aquella bandita encima. —¿Quién fue?
—Ese muchacho de segundo. El que aún tiene orejas y colas. Parece que no te vio, se veía muy preocupado.
De acuerdo, habían muchas cosas que extraer de esa frase algo larga de Yoochun. El hecho de que resaltara la situación de Changmin con orejas y colas lo hizo sospechar de que tal vez si era verdad que Yoochun no los prefería así. Además de que dudaba que Changmin en verdad se mostrara preocupado por él.
Yoochun empezó a doblar su abrigo, para dejarlo sobre el asiento donde hace un rato se encontraba. Y Yunho logró sentarse sobre la cama.
—Por cierto le dije a tu séquito de fans que te dejaran descansar. Por eso todos están en clase.
—¿En que hora estamos?
—La última, yo aproveché para perder las clases.
Sonrió ante la confesión de Park, y suspiró tranquilo. Le sorprendía que hubieran pasado tantas horas y tan rápido, tal vez había podido dormir las horas que le faltaban. O mejor dicho, todas las horas que no había conciliado.
—Shim, me pidió que te diera sus disculpas.
—…Gracias, supongo.
Yoochun suspiró mirándolo atentamente un rato mientras parecía analizarlo fijamente. Y Yunho decidió fingir que no lo había notado. Mientras tocaba suavemente su nariz. Procurando que el dolor no acudiera a él.
—¿Irás a la fiesta de Soohae? Muchos no paran de hablar de eso.
—No lo sé, no me place con la nariz así.— Yunho entonces se percató que Yoochun parecía de repente querer entablar una verdadera conversación con él. —¿Tú irás?
—No, las fiestas hace mucho no son lo mío.— Yoochun levantó los hombros un poco despreocupado nuevamente. Y Yunho solo asintió. –Bien, creo que ya debo marcharme. Descansa un poco más, de seguro a la salida vendrán a buscarte los demás.
Yunho asintió un poco más tranquilo hasta que el pie de Yoochun resbaló y su cuerpo casi choca contra el suyo, por instinto, Yunho se recostó en la cama, buscando que sus rostros no se impactaran. Pero las manos de Yoochun a un lado de la cabeza de Yunho también ayudaron. Afortunadamente lejos sus rostros, aunque Yoochun estuviera prácticamente sobre él.
—Eso estuvo cerca.— Comentó Yoochun sonriente, con una expresión de alivio que pareció sincera. Y que hizo a Yunho sonreír también. De pronto sentía que en verdad podían llegar a convertirse en buenos amigos, aunque no fuera el momento para pensar en ello. –Mejor me alejo…
Pero antes de que las palabras de Yoochun se convirtieran en hechos, la puerta de la enfermería se abrió. Y por ella apareció el rostro estupefacto de Shim Changmin, con sus ojos abiertos y un pequeño postre de la cafetería en las manos. Sin embargo esa expresión no demoró demasiado, por que pronto Yunho volvió a contemplar la frialdad en esas facciones.
—Lo siento, no sabía que estuvieran ocupados.
Yoochun por instinto se alejó de inmediato y Yunho volvió a sentarse.
—No, espera… nosotros no…
—Está bien, solo quería disculparme por haberte golpeado.— Changmin discretamente escondió el postre en sus manos, y aseveró su voz. –Debo volver a clases, espero que te sientas mejor.
La puerta se cerró sin ningún ademán exagerado y Yoochun rascó su nuca un poco contrariado.
—Creo que te he causado problemas, no sabía que tú y ese muchacho… bueno, si lo deseas puedo hablar con él y explicarle que tu y yo no…
—Nosotros no somos nada. – Yunho se sorprendió ante su inmediata y propia respuesta. Yoochun solo pareció dudar un poco de sus palabras. –De seguro solo vino a disculparse como dijo y la imagen que le dimos fue un poco… fuerte para él.
Sonrió divertido y un poco más relajado, Yoochun sonrió también.
—Bueno siendo así, me marchó también. Dejemos lo de matemáticas para mañana. Dudo que quieras hacer algo después de clases.
Yunho asintió, observando a Yoochun salir de ahí y dejarlo solo en la enfermería. Cuando estuvo solo, se lanzó contra la cama y suspiró. Con un sentimiento de culpa injustificado.
…
…
Pero Yoochun se había equivocado.
Por que Yunho apenas salió del instituto, lo primero que hizo fue ponerse a jugar baloncesto en el patio de su casa. Aunque fuera completamente solo, lanzando un par de canasta y haciendo un par de malabares de vez en cuando.
Completamente sudado y cansado, Yunho terminó por caer sentado sobre el asfalto. Agitado y un poco. Azorado ante el ejercicio. Incluso le dolía un poco la base de la nariz. Producto del propio golpe de la mañana seguramente.
—Hijo, ¿qué te tiene tan preocupado?
¿Preocupado?
Yunho difería mucho de esa palabra. No era preocupación lo que sentía en ese preciso instante, al menos no completamente. Su madre le ofreció una botella con agua, y Yunho la aceptó con gusto.
—No es preocupación, madre.
—Oh, entonces es amor.
Los ojos de Yunho se abrieron desmesuradamente. Ubicando a su madre con avidez, siendo demasiado evidente ante los ojos de la mujer junto a él. Que ya se había colocado de cunclillas.
—¡Por supuesto que no!
La mujer rió bajito y muy disimuladamente para disgusto de Jung.
—Está bien, amor. Como quieras, cada uno recibe al amor a su ritmo.— Ella volvió a levantarse y Yunho solo la siguió con la mirada. –Mientras ve a cambiarte, que un socio muy importante viene a cenar hoy con su familia y quiero que los recibamos como es debido.
Yunho suspiró, con un suave asentimiento.
Debía ducharse, y hacer muchas cosas antes de tener que sonreír abiertamente al nuevo socio de su madre con el que tenía que cerrar algún negocio importante.
…
…
Cuando bajó las escaleras, vestido con aquel pantalón negro y esa camisa blanca con rayas oscuras, su madre aún se encontraba atareada en la cocina, pero afortunadamente ya arreglada con aquel hermoso vestido. Terminaba de arreglar el cuello de su camisa, cuando el timbre de la puerta sonó y su madre levantó la cabeza ocupada.
—Yunho por favor, ve a abrir la puerta.
Suspiró cansado, con su cuerpo un poco adolorido por el esfuerzo físico, y ese dolor casi mínimo en la nariz. Decidió incluso que estaba demasiado metido en sus pensamientos en los últimos días. Y que lo que le hacía falta era una buena fiesta. Y tal vez la de Soohae sería buena idea.
Necesitaba volver a ser el Yunho extrovertido y de buena fama como antes.
En su reivindicación de vida se encontraba cuando abrió la puerta y aquel hombre maduro y elegante frente a él lo saludó amenamente, con una sonrisa en el rostro y con su mujer sostenida del brazo. Pero sus esfuerzos por ser un buen anfitrión se fueron al traste, cuando detrás de la pareja pudo distinguir a Changmin.
Aburrido mirando los rosales del jardín.
Hasta que claro, lo ubicó y la poca expresión en su rostro desapareció.
Aigo!~
ResponderEliminarSe ve que el proximo capo estara genial ^ o ^ de verdad me dio un poco de risa al imaginanrme a Minnie ver a Yunho en la casa de la socia de su padre >.< men! que imaginacion tengo kekekeke ^ . ^ Oh! y como Minnie desprecia al pobre de Yunnie, Yoochun le gustara Minnie? o.O me entro esa duda : ), kekekekeke lo se es malo imaginarselo >.< pero Aigo!~ este fico es genial, por cierto el lemon estuvo 1000 >__< hahaha
MAS MAS contiiiii TT.TT
ResponderEliminarXFAAAA CONTIIIIIIIIIIIIIII TwT
ResponderEliminaresta geniall (Y)