KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Regalo de una Cassiopeia Cap. 11


Kiss the baby sky
Décima Primera Canción



“Siempre me has maravillado con ese rostro sonriente en tu ser
No llores más, por que estoy aquí, abrazado junto a ti”
Cuando sus tres compañeros de banda se fueron, en aquella época. Changmin dejó de comer, por bastante tiempo, incluso podía pasar un día entero sin hacerlo. Sin que le preocupara, hasta que no fuera evidente y su cuerpo por voluntad propia pidiera energías.

Fueron tiempos duros, dolorosos. Su sueño cayendo en picada.

Tan destructivamente, que tanto esfuerzo parecía haber perdido fuerza. Y Yunho se perdió por un tiempo. No era el mismo, no eran sus sonrisas. No había nada en él, que fuera igual. Y Changmin incluso había perdido la fuerza para poder verlo. Por que sentía que únicamente se deprimía un poco más.

Ser fuerte, solo le servía cuando estaba frente a alguien más.

De ahí en más, Changmin se dejaba llevar por su juventud. Y se recostaba en su cama a pensar en nada en particular. Solo mirar la pared y abrazar la almohada, pero hoy tenía que ir hasta ese bendito restaurante donde Kyunhyun lo había citado.

Pero en la mesa de la esquina no estaba su amigo, estaba Jaejoong y extrañamente se veía un poco mayor a lo habitual.

—¿Hyung?

Los ojos de Jaejoong lo enfocaron. Y sonrió, parecía nervioso, apresurado y al mismo tiempo parecía que incluso varios años le hubieran pasado por encima, no parecía Jaejoong, no su hyung, no el que vio hace algunas semanas cuando finalmente se marchara junto a Yoochun y Junsu.

—Changmin, que bueno que llegaste, ¿hablaste con Yunho?
—Si, pero creí que eras Kyunhyun.
—Tenía que usar su nombre, ya sabes como es la empresa, la prensa. Necesitaba despistar un poco.

La imagen de Yunho apareció en ese instante, con unas gafas en el rostro, sin esa infaltable sonrisa que llevaba la mayoría del tiempo, y cuando los vio, pareció quedarse paralizado.

—Jaejoong…

Kim tuvo que tragar duro, verlo ahí, tan joven, luego de tanto tiempo cuando lo había visto del brazo de aquella mujer era confuso. Pero estaba viajando en ese tiempo para solucionar las cosas, para intentar lo que le pudo faltar por decir, para quedarse junto a ellos.

—Por favor tomen asiento, tenemos que hablar.
—Jaejoong, ¿qué haces aquí? Hoy en las noticias que habían viajado a Japón.

Yunho no parecía dispuesto a acceder tan pronto. Se encontraba rígido, asustado. Temeroso de la razón por la que Jaejoong estuviera ahí, cuando la última vez que lo había visto había sido cuando se despidieran demasiado dramáticamente para su gusto.

—Tenemos que hablar… por favor.
—Pero…
—Hyung, sentémonos.

Fue Changmin el que jaló de su brazo con cuidado. Obligándolo a sentarse. Y Jaejoong sonrió, por que Yunho lucía más bien asustado que cualquier otra cosa.

—Aún no hemos hablado con la prensa, pero la gente está empezando a hablar de por qué andamos separados.
—Lo sé…

—Vengan con nosotros.
Yunho sonrió. –No es tan fácil como eso.

Jaejoong apretó los puños, y suspiró. Convencerlos no resultaría tan pronto como esperaba él lo sabía, lo sabía desde que empezó con esos viajes frente a Moonbin, pero no se rendiría, lo intentaría una y otra vez, en el tiempo que fuera, hasta que ellos decidieran quedarse con él.

Esa tarde, que Jaejoong no los dejó moverse de ese restaurante hasta al menos sacarles un ‘Déjanos pensarlo un rato más’ esa misma exacta tarde, Bae Sunha pasó por SM, y esa misma tarde Yunho no estuvo ahí. Sin saberlo, Jaejoong había empezado a cambiar el destino.

Sin saberlo, Jaejoong había empezado a cambiarlo todo.
Changmin muchas veces tenía la recurrente idea de que el silencio dentro de su particular grupo, era algo que sencillamente ocurría casi de milagro. Y en realidad, era así, pero el silencio en este momento se había establecido tan acérrimamente, que empezaba a ser incómodo.
Se encontraban los siete de nueva cuenta en aquella modesta sala donde Moonbin, trataba de aligerar el ambiente mirando de un lado a otro como si la escenita que Yunho y Jaejoong protagonizaron hace un momento en realidad no la hubiera emocionado tanto como esa sonrisita boba en los labios lo demostraba.
Pero por el momento ninguno estaba dispuesto a confrontar a aquello, no cuando aún quedaba una pequeña duda dentro de todo ese vórtice de cosas desconocidas, donde su pasado y futuro habían estado jugando tantas veces con ellos. Por más inverosímil que eso sonara.
Ya ni siquiera servía quejarse o negarse a la realidad de que aquellos dulces niños que estuvieron en el departamento en verdad eran los hijos de Yunho y Jaejoong ni mucho menos que aquel con quien vio a Minho días atrás, era el mismo Minho solo que de unos años más adelante.
Ya no había complicaciones con eso, estaba lo suficientemente aceptado.
La cosa era que ninguno sabía que hacer de ahora en adelante, de que forma no dañar ese futuro latente que de pronto pendía tanto de ellos. Fue consciente en ese momento, de lo importante que eran las decisiones en su vida, por más mínimas que estas parecieran.
Minho estaba a su lado. Con él. Y la imagen del muchacho a su lado era agradable.
Siempre había sido un buen amigo, un genial compañero. Habían discutido y se habían besado.
¡Dios! Se habían besado, y aquello había sido como el paso final dentro de esa amistad de años que de pronto ya no era suficiente. Yunho y Jaejoong a empujones también se habían medio estabilizado y Yoochun y Junsu como siempre ellos solo aceptaban y vivían la vida sin preocupaciones.
Ellos no tenían problemas como aceptarlo, como si vinieran arrastrando esos sentimientos desde mucho antes. Por un instante Changmin deseó tener esa visión de la vida de Yoochun y Junsu, tan relajados. Sin problemas. Entre ellos no había drama, solo palabras directas, y quizá por eso ellos no eran tan complicados.
—Bueno… al final nunca nos constaste como fue exactamente que Jaejoong realizó el cambio para que todo mejorara.
Yunho tomó la palabra, tratando de disipar ese extraño momento que vivían, y Changmin internamente se lo agradeció. Moonbin sin embargo se movió un poco en su asiento.
—En realidad, no es tan fácil como creen. Jaejoong Oppa no tuvo tiempo de decirme algo en verdad. Justo cuando él regresaba con la buena noticia de que al fin había podido cambiarlo todo, pues esos sujetos ya estaban en la puerta de mi casa, venían por el espejo. Y hubo que actuar con premura, Jaejoong ideó todo con rapidez, viajamos hasta más o menos está época, y quedamos en que me quedaría aquí. Donde los que me seguían me perdieran la pista al menos por un tiempo.
Jaejoong asintió, sintiendo que al menos, aunque no lo recordara, hubiera hecho todo lo posible por salvar a la muchacha.
—¿Quiere decir que nunca hablaron lo suficiente? Por que nosotros nunca nos separamos.
—Sé que hizo varios viajes, muchos intentos, por que a veces simplemente no funcionaba u ocurría algo, pero no creo que eso ya sea importante, ¿no?
Moonbin sonrió un poco, dejando que los cabellos cayeran un poco por su rostro al mover gentilmente la cabeza y observar como los seis muchachos únicamente parecían resignados ante la situación.
—Entonces, ¿deberíamos devolverte el espejo?
Minho se movió en su asiento, acercándose sutilmente a la muchacha.
—Creo que sería lo más recomendable, si.
Moonbin pudo ver a Changmin y Minho levantarse, seguramente encaminándose directo hacía el auto para poder sacar el espejo. El problema es que Jaejoong la miraba, con mucha atención, como si estuviera a punto de hacer una deducción importante.
—¿Sucede algo, Oppa?
—Tú vives huyendo de esos tipos, ¿cierto? Viajas de tiempo en tiempo.
La muchacha abrió los ojos sorprendida, pero luego solo sonrió. Un poco decaída ante lo fácil que Jaejoong la había leído siendo que apenas tenían un par de horas desde que habían comenzado a platicar. Y mientras esperaban por los menores, los otros posaron su atención en ella.
—Así es, lastimosamente mi familia que no es mucha, siempre encarga el espejo a sus descendientes, a los que sean más fuertes. Y nos entrenan para proteger el espejo.
—¿Entonces estás destinada a vagar de tiempo en tiempo?
Ella asintió y Junsu lució apenado.
—No tienes muchos amigos, no pueden verte después y descubrir que no has envejecido o algo por el estilo supongo.
—Exacto, digamos que es lo malo de cuando posees algo como el espejo. Pero tranquilos, que pronto llegara mi momento de establecerme y cederle a alguien más el espejo.
—Es una vida triste.
—Pero también gratificante,  por que pude ayudarlos.
De repente esa sonrisa en los labios de Moonbin se quedó grabada en la memoria de todos. Como si debieran tanto y no tuvieran como agradecerle de verdad. Changmin fue el que llevó el espejo en sus manos, directo hacía las pequeñas de Moonbin.
Ella lo sostuvo entre sus manos, como si llevara mucho tiempo sin verlo y sonrió entre los recuerdos que ello le provocaba, habían palabras que quedaban guardadas, pero Moonbin no quería más lazos de los necesarios, al menos no cuando ella sencillamente desapareciera nuevamente.
Después de un largo rato, llegar al departamento arrancó varios suspiros, como si la visita a la casa de la muchacha hubiera sido realmente agotador, miradas que no terminaban de completarse y un tenso silencio que finalizó cuando Yunho cerró la puerta al último y Yoochun suspiró.
—¡De acuerdo! Ya no aguanto más.— Inmediatamente Park corrió hasta Changmin, tomándolo de los hombros y aunque el menor primero lució sorprendido, luego de un momento comprendió. —¡Oh, Changmin! Es que no lo entiendes, antes no lo podía gritar pero yo te quiero.
—¡Oh, Yoochun! ¿Es que no entiendo por qué no puedes aceptar un futuro entre nosotros?
—Está bien lo aceptó, te quiero en mi vida, entre mis brazos. En la ducha, en la cocina. ¡TE AMO!
Pronto Yoochun abrazó con fuerza y Shim le siguió el juego respondiendo al abrazo de la misma forma. Junsu rodó los ojos, Minho trató de reír disimuladamente y por supuesto Yunho y Jaejoong solo tuvieron ese tic en el ojo que hizo q Yoochun y Changmin reír vociferantemente.
—Son unos imbéciles.
Yunho caminó indignado hasta la cocina, dejando las llaves sobre la mesa como si nada hubiera pasado. Pero Yoochun rápidamente lo abrazó por la espalda.
—Oh, vamos líder Hyung tienes que admitirlo su declaración fue exactamente como ustedes. Todo  dramático, digno de un final de película cursi.
Jung codeó a Yoochun quien solo rió un poco más mientras Jaejoong negaba sutilmente con la cabeza, viendo como Yoochun parecía verdaderamente entretenido en incordiar al mayor.
—Junsu, controla al tuyo.
Changmin empujó sutilmente a Junsu, quien le regresó el golpe ante la insinuación que había lanzado, pero decidió mejor si ir a detener a Yoochun antes que Yunho en verdad le mandara un golpe. Y todo terminara peor.
Cuando Jaejoong pudo darse cuenta. Changmin y Minho charlaban cerca de la puerta entre susurros, leves asentimientos y sutiles toques entre sus manos, pequeñas sonrisas y gestos que hizo a Kim sonreír mientras contemplaba a los menores, todos necesitaban tiempo para asentar su situación.
Incluso supuso que él necesitaba el suyo para hablar con Yunho y poder aclarar debidamente las cosas, pero supuso que mientras no estuvieran solos, sería imposible. Por eso decidió esperar un rato, el momento indicado llegaría solo.
Fuera de las tonterías de Yoochun, Yunho contempló la noche de ese día y tuvo que admitir que a pesar de todo, cosas buenas habían sucedido. Era cerca de media noche y la verdad, aún no estaba muy dispuesto a dormir.
Se sentó viendo un poco su habitación, con una pequeña sonrisa en los labios al recordar a Jaejoong, su propia estupidez y lo bien que se había sentido al poder al fin decirlo todo, era liberador y tan escandalosamente fácil cuando al fin pudo decirlo.
Ver los ojos de Jaejoong confundidos, como si hubiera esperado por aquello y al mismo tiempo le asustara verlo tan real ahora. Por que resultaba que había podido ver en sus ojos los mismos exactos sentimientos que él tenía, solo que Jaejoong era un poco más valiente. Jaejoong podía afrontarlos.
Sacudió un poco sus cabellos y recordó ese beso, los labios de Jaejoong algo finos y cálidos, sobre los suyos formando un contacto suave y acaparador. Que le hace perder la razón del por qué es importante respirar solo para quedarse un rato más junto a él.
Era definitivo, no podía dormir.
Así que optó por un poco de agua de la cocina, y como esperaba el departamento se encontraba en un total silencio y las luces estaban apagadas. Caminó descalzo sobre el frio suelo, llegando finalmente y refrescando su garganta ante el agua.
Pero no era el único que no podía dormir, Jaejoong estaba cerca del balcón, observando desde las puertas de vidrio cerradas la poca actividad nocturna que debía haber es día a estas horas. Lo contempló un momento. Apenas vestía un pantalón negro y su usual camisa sin mangas.
Tan metido en sus pensamientos que no había podido percibir su presencia.
Pensó hacer lo que usualmente hacía cuando lo tomaba desprevenido, abrazarlo por la espalda y asustarlo, pero ahora no, las cosas eran diferentes  y esos gestos. No sabia exactamente como actuar ahora, había confesado que lo amaba, pero no habían podido hablar sobre aquello.
Era el momento adecuado, Yunho lo supo por el silencio y la casi solitaria sala de estar. Caminó hasta él, con una pequeña sonrisa en los labios, Jaejoong lo vio y le sonrió, a modo de saludo. Solo como él podía, logrando que una alegría se esparciera por su ser y lo hiciera sentir en el lugar adecuado.
—¿Tampoco puedes dormir?
—Creo que de algún modo ambos sabíamos que necesitábamos este tiempo para hablar.
Jaejoong asintió, soltando un pequeño suspiro. Mirando un poco hacía las calles de Seúl. Poco iluminadas y algo vacías.
—¿No te asusta, Yunho? ¿Todo lo que dirán de nosotros a partir de ahora? No va ser fácil. Querernos… es complicado.
—Nunca me ha asustado eso. Lo que me asustaba era perderte por completo. No quiero hace las cosas mal contigo.
Jaejoong volvió a respirar hondo, con un pequeño nudo en la garganta, abrazándose así mismo por el frío, extraño y cortante. Sentía como si apretaran sus cuerdas vocales, con tanta fuerza que ya no podía hablar. Y entonces miró a Yunho, su rostro, su expresión tranquila.
—Cada persona tiene su momento, yo tengo los míos junto a ti, Jaejoong. Quiero que esto funcione.
—Yo también.
—Va a ver mucha gente estúpida, no como los muchachos. Sino verdadera gente que va a querer lastimarnos, herirnos con fuerza. Vamos a perder a muchas personas a nuestro alrededor… Pero al final, de esas pocas personas que quedaran, serán las que valgan la pena, las necesarias.
Cuando Yunho dejó de hablar, Jaejoong no pudo evitar abrazarlo con fuerza. Aspirar su aroma y embriagarse un momento de él. Entender que todo eso ya lo había pensado, pero que ahora se veía tan real. Que asustaba un poco.
—Entonces no me importa lo que esas personas digan, si quieren herirnos, hacer mofa de nosotros no importa. Por que mi mundo a partir de ahora se cierra a las personas que me quieren y a las que quiero. El resto, no importa.
Jaejoong respiró hondo, abrazado un rato más a Yunho y cuando finalmente se alejó. Y sus rostros estuvieron cerca, fue fácil un beso. Uno corto pero lleno de compromiso, como una promesa muda de enfrentar lo que se venía juntos.
—Las fans van a enloquecer.
—Oh, si.
El hueco en el estómago, el nudo en la garganta. Ambos desaparecieron.
Y ambos permanecieron un rato más ahí, contemplando a esa ciudad que tanto los veneraba, sus manos unidas y sus rostros fijos en lo que sucedía. Como si fuera la última vez que podrían presenciarla así. Por que no importaba los cambios que sucedieran más adelante. Buenos o malos, esas manos permanecerían juntas.
Temprano en la mañana, Moonbin había decidido limpiar su casa.
Observó con algo de nostalgia el lugar por donde había permanecido por poco tiempo. Y suspiró, era una hermosa mañana, buen clima, no había exagerada bulla y todo parecía calmado. Quizá por eso había escogido aquel lugar para vivir.
Guardó en su pequeño bolso las cosas que siempre iban con ella,  esa foto de Dong Bang Shin Ki, y ese CD firmado por los integrantes, observó el espejo y sonrió anhelante. Las cosas empezaban a tomar su lugar, y se sentía bien que fuera así.
Tenía que ir a trabajar, era extraño volver a tener el espejo en su poder, pero se miró en él a una prudente distancia y sonrió otra vez antes de cruzar su pequeña bolsa sobre su cuerpo y empezar a salir, hoy el sol no era caluroso ni abrazador, era sencillamente un buen día.
Y las cosas debían tomar su rumbo una vez más.
—¿Qué te dio por desayunar en tú habitación?
Changmin rodó los ojos ante la pregunta de Choi y bebió un poco de café.
—¿No puedo querer pasar un poco de tiempo contigo a solas?
—No, tú no eres así.
La respuesta inmediata de Minho sorprendió a Changmin quien solo limpió su boca con la pequeña servilleta que habían llevado, así que ante la poca respuesta de Shim. Minho optó por sonreír juguetonamente, solo para que Changmin no se sintiera supuestamente ofendido.
—De acuerdo, digamos que querías estar conmigo.
—Quiero estar contigo.— Minho lo miró fijamente y Changmin bufó cansado. –De acuerdo, ayer molestamos a Yunho y Jaejoong, así que seguramente Yoochun se encargará de molestarme hoy, ¿contento?
—Oh, si. Cada día me alegra más conocer ese poco romanticismo que posees, Shim Changmin.
Minho rió divertido ante la manera en la que Changmin colocó una mueca molesta en el rostro. Sentados ambos sobre la cama, desayunando incómodamente sobre ella.
—He estado pensando, Changmin. Esto… De nuestra relación, creo que deberíamos tomarlo con calma. No apresurar las cosas ni nada.
Changmin sonrió descaradamente. —¿Lo dice el tipo tumbó la puerta de mi habitación?
Minho evidentemente se sonrojó.
—¡Fue un caso extremo! Tú a veces te portas como un verdadero niño engreído y eso es exasperante.
Changmin se apoyó un poco mejor en la cama, observando a Minho terminar de comer la pequeña tostada en sus manos, aparentemente no había venido desayunando y comía ávidamente. O tal vez era por la vergüenza que su comentario anterior le produjo.
Lo miró por un largo rato antes de suspirar débilmente y jugar con la tela de la camisa de Choi.
—Entonces, ¿lo tomamos con calma?— Minho lo miró, asintiendo con cuidado. Ambos se vieron a los ojos y Changmin sonrió tranquilo. –Está bien, será como tú quieras.
Junsu salía de su habitación, recién duchado y fresco cuando observó a Yoochun caminar de un lado a otro por el departamento. Como si buscara algo o alguien. Pero Park en un primer intento pareció no verlo, hasta que claro se paró frente a él.
—¿Qué haces, Chun?
—Busco mi I—pod no lo encuentro por ninguna parte. Seguramente Changmin lo tiene.
En cuanto vio a Yoochun dispuesto a caminar hacía la habitación de Changmin, Junsu inmediatamente corrió hasta él.
—Eh… Yoochun, no creo que sea recomendable que lo interrumpas ahora.
—¿Por qué?
—A lo que venía para acá lo escuché hablar con Minho sobre tomarse su relación con calma y eso. Así que seguramente están teniendo una conversación seria. No los molestes. Yoochun estaba dispuesto a resignarse a no molestar a Shim cuando un fuerte golpe en la pared los distrajo.
—¿Qué fue eso?
Junsu levantó un poco los hombros, sin saber muy bien lo que sucedía, corrieron hasta la habitación de Changmin, de donde provenía el ruido. Y ambos se paralizaron casi de inmediato. Minho estaba contra una de las paredes, con sus piernas envolviendo la cintura de Changmin quien lo besaba con demasiada animosidad.
Yoochun se acercó a Junsu. —¿Eso es tomarlo con calma?
—Fue lo que escuché.
Junsu se desentendió del tema levantando los hombros una vez más. Estaban dispuestos a irse, de verdad que lo estaban, tratando de pasar desapercibidos cuando un gemido pronunciado de Minho les heló la sangre. Changmin acariciaba el rostro del menor. Y fue incómodo permanecer ahí. Por lo menos Junsu lo pensó así, Yoochun sin embargo no pensaba igual.
—¡Oye, mocoso! ¿Al menos podrías esperar a que te pongan una puerta nueva?
La voz de Yoochun provocó lo esperado. Minho y Changmin se separaron rápidamente. Changmin con el entrecejo arrugado.
—¡¿Qué carajos haces espiándonos?!
—Nosotros solo caminábamos por aquí, que tú y Minho sean un par de exhibicionista no es nuestra culpa.
Changmin bufó. —¡Demonios necesito una puerta!
—Changmin.
Minho miró indignado a Shim, pero él solo sonrió a modo de disculpa. Pronto Jaejoong estuvo entre ellos, pidiéndoles que mediaran los gritos y que por supuesto dejaran de pelear. Pocas horas después para suerte de todas, el almuerzo fue servido.
—Así que al parecer van a empezar a armar todo para nuestra nueva gira. ¡Y… quieren incluir países de habla hispana!
Jaejoong soltó la noticia, provocando de inmediato que todos empezaran a hablar al mismo tiempo, que se emocionaran, que entre comentarios Yoochun riera, y Yunho empezara a planear tantas cosas que incluso se perdía. Junsu empezaba a armar una lista de que países podrían ser.
Mientras Changmin le prometía a Minho llevarlo a alguno de esos países para que los conociera, Jaejoong rió divertido ante la imagen. Todos parecían verdaderamente emocionados. Exaltados ante la noticia.
—¡Tengo que aprender alguna frase para comunicarme!
—Changmin no fastidies, ahora no.
—Yo a diferencia, de ti Junsu. Quiero quedar bien con mis fans.
Yunho bebió un poco de agua, y le sonrió a Jaejoong.
—Está bien, por favor calma. Obviamente la gira empezará por acá así que calmémonos. Además aún no hay fecha así que seguramente faltan un par de meses. Estas cosas no se arman de la nada.
—Wow… son muy afortunados. ¡Irán tan lejos!
A Minho parecieron brillarle los ojos de emoción y Junsu rió divertido ante lo expresivo que podía ser en ocasiones.
—Por cierto, ¿cuál será el concepto de este nuevo concierto?
—Mmh… no lo sé. ¿Te ha dicho algo el manager, Yunho?
La conversación se alargó un rato más ante los platos ya vacíos del almuerzo. Changmin pudo notar que de pronto Minho se entretuvo con el celular, revisando mensajes y contestando algunos, con un suspiro pesado emergiendo de sus labios.
—¿Pasó algo?
—Es el manager, dice que tenemos ensayo hoy, que no lo olvide. O si es que ya me volví parte de su grupo.
Minho rió divertido y Changmin negó suavemente.
—La comida estuvo deliciosa.— Minho llamó la atención de todos, empezando a levantarse de su lugar. –Pero creo que ya debo irme, tengo ensayo y si no llego a tiempo esta vez si se van a molestar.
—Yo te llevo.
Changmin se levantó también y Yoochun rodó los ojos.
—¡Por amor a Dios! ¡Deja respirar al pobre Minho!
—¡Cállate, imbécil!
Jaejoong negó suavemente, esos dos nunca iban a cambiar. Finalmente Changmin bajó junto a Minho para poder ir a dejarlo, y la conversación se alargó por un rato más. Junsu emocionado y Yoochun tratando de pronunciar alguna otra palabra que creía conocer.
Yunho respiró profundo, colocando su mano sobre la de Jaejoong que reposaba en la mesa. Planeando pequeños escapes que podrían tener durante la gira. Y en ese momento. Todo parecía estar bien.

Meses después.

—¡Grita conmigo, Latinoamérica!
Yunho alzó su brazo con fuerza, micrófono en mano antes de empezar a saltar sobre el escenario junto a los bailarines y el resto de los integrantes de su grupo. El estadio se llenó de gritos y personas saltando de un lado a otro. Con fuerza, y mucha intensidad.
La canción estaba terminando y la música a todo volumen pudo lograr que varias de las muchachas entre el pública gritaran con más fuerza todavía, en medio de la noche y el frío que debían sentir, solo había un calor asombroso. Con los integrantes de Dong Bang Shin Ki corriendo de un lado a otro por el escenario.
—¡Eso fue increíble!
Yoochun rió un poco en cuanto la canción terminó, les faltaba un poco de aire, y Jaejoong incluso tenía las manos sobre sus rodillas. Exhaustos por la reciente canción. Pero Changmin caminó por el pequeño pasillo, entre las manos de las fans que buscaban al menos un toque.
Hubo un momento en el que Yunho si logró agacharse, corría mientras palmeaba las manos de varios de los presentes, y había más gritos de los debidos. Pero no fue hasta que Junsu tomó el micrófono que la bulla se calmó un poco.
—Muy bien, escúchenme que llegó mi momento de ser imprudente.— La risa de Junsu se escuchó un poco y varias de las fans soltaron risitas acompañándolo. —¿Ven todos este collar en el cuello de Jaejoong Hyung, este que sostiene el anillo?
La cámara dentro del concierto enfocó a Jaejoong quien rió avergonzado y trató de dar media vuelta y escapar de Junsu, pero Changmin había sido hábil, colocándose tras él y agarrándolo por los hombros para que no escapara. Así que Jaejoong decidió llevar el micrófono cerca de su boca.
—¿Tienes que decirlo ahora? ¡No tengo ni seis horas desde que Yunho me lo regaló!
Hubo un ensordecedor grito por todas partes, más salto y carteles que se movían de un lado a otro entre las personas. Pronto Yunho se colocó cerca de ellos, mirando fijamente a los dos menores que tenían apresado a Jaejoong.
—¡Oigan! No hagan que yo ventile sus intimidades también.
Más gritos, y Yunho rió divertido cuando escuchó a los presentes gritar que hablara. Pero Yoochun se acercó a Jung y pasó una mano por los hombros del mayor.
—Bueno, ya. Es que ese no es un regalo cualquiera. Dinos Jaejoong que salga de tu boca, ¿qué significa ese anillo que cuelga de tu collar?
Jaejoong miró fijamente a Yoochun y hubo un reacio silencio, incluso se pudo sentir el momento exacto en que todos aguantaron la respiración. Jaejoong suspiró, y las fans no podían esperar para empezar a gritar.
—Es un anillo de compromiso.
La voz sonó baja. Pero aún así lo suficientemente audible como para que todos escucharan y el lugar enloqueciera totalmente entre gritos, lágrimas y saltos por todas partes, Changmin aplaudió sorprendido ante la sinceridad de Jaejoong y Yoochun rio gustoso junto a Junsu.
—¡Kiss! ¡KISS! ¡¡KISS!!
Yunho rió deliberadamente, tratando de negarse, pero eso solo provocaba que las fans gritaran con más fuerza. Yunho incluso movió su mano negativamente. Pero el grito resonó con más fuerza que finalmente Yunho bajó las manos y asintió. Más grito, más escándalo.
Yunho se acercó a Jaejoong lo tomó por las mejillas y dejó un cortísimo beso en sus labios que se reflejó en todas las pantallas que había. Los gritos fueron ensordecedores y Jaejoong rió junto a sus amigos.
Pocos días después, finalmente estuvieron de regreso en Corea.
La gira terminada y las manos de Yunho y Jaejoong más unidas que nunca. Los periódicos no se cansaban de tratar de cubrir la noticia que se soltó en uno de los conciertos y que ahora rondaba por todas partes en internet y por supuesto entre los videos que habían sido colgados como fan cam.
—¡Changmin!
Nada más entrar en la zona del edificio, lejos de las cámaras. Minho corrió hasta él y saltó directo a sus brazos. Los fuertes de Changmin que lo apresaron como si no lo hubiera visto en años. Con esa sonrisa en el rostro y un beso de por medio.
—Minho, te extrañe tanto.
—Yo también. Hasta me dieron el día libre, para venir a verte.
Changmin sonrió divertido y abrazó otro poco más a Minho. Antes de girar hacía los dos mayores que esperaban por el ascensor tomados de la mano.
—Felicidades por lo del compromiso.
—Gracias.
Yoochun se dedicó a jugar sutilmente con la oreja de Junsu, mientras este le escribía un mensaje a su hermano. –Chun, basta…— Pero Yoochun no parecía dispuesto a obedecer, por que a ratos lo abrazaba y a ratos volvía a jugar con su boca en el cuello de Kim provocando pequeñas risitas.
—Escuché que se van a tomar unas vacaciones, ¿es cierto?
—Si, serán dos fabulosas semanas.
Minho sonrió, pero pronto suspiró. –Pues no creo que podamos coordinar agendas. Nosotros ya estamos promocionando nuestro nuevo álbum así que creo que voy a estar un poco ocupado.
Changmin torció un poco la boca, pero asintió, sabiendo que no podía hacer nada más contra eso. Pronto el ascensor los condujo hasta el piso adecuado. Y observaron a un poco de distancia, como una muchacha con la cabeza baja los esperaba.
—¿Es una fan?— Yoochun preguntó tranquilo, pero Jaejoong alzó un poco su mano derecha y se acercó tranquilamente.
—¿Moonbin?
La muchacha levantó el rostro con una sonrisa en el rostro. Y Jaejoong caminó hasta ella, para poder abrazarla y saludarla como es debido, tenían meses sin saber de ella.
—Que bueno verte, Moonbin.
—Igualmente, con todos. Supe lo de su compromiso. Felicidades.
—Gracias, ¿qué te trae por aquí?
La sonrisa de Moonbin desapareció, tornándose en un gesto un poco indescifrable. Llamando la atención de todos.
—Una pequeña complicación, bueno… Yo no diría que complicación, mejor véanlo por ustedes mismos.— Moonbin respiró profundo, dentro de aquel enorme abrigo que llevaba por las fechas y el frío que había, caminando hasta las escaleras. –Fue un poco complicado entrar, pero los están buscando.
Poco a poco, empezaron a salir un grupo de chicos, seis para ser exactos, entre abrigos y ropa para el frío, gorras y gafas. Que luego de un rato fueron quitadas. Junsu abrió los ojos con sorpresa y llevó una mano a su boca.
Sus ‘yo’ del futuro, exactamente los seis, se encontraban ahí.
Y lo peor es que ni siquiera sabían por qué.
Estarás bien, por que todos los sueños y esperanzas son hechos en tus ojos

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