KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Regalo de una Cassiopeia Cap. 9


Found You
Novena Canción


Eres la persona que abrazó todas y cada una de las heridas en mi corazón.
Y yo hasta ahora solo había aprendido más del dolor, que de la felicidad.




Los pasos de los cuatro muchachos se apresuraron.

Sobre las baldosas blancas y frías de la clínica, pasando entre las cámaras que estaban fuera, sin que alguna lograra enfocarlo debidamente. Yunho apenas sintió la mano de Jaejoong apresando la suya, corriendo a su lado, como cada vez, como siempre.

No necesito girar hacía atrás para saber que justo atrás de él venían Changmin y Minho, corriendo de la misma forma hasta llegar a la habitación que Junsu les había indicado, fuera Junsu permanecía apoyado en la pared con Yoochun frente a él, conversando discretamente.

Yunho respiró hondamente.

—¿Qué le pasó? ¿Está bien?

Jaejoong no pudo evitar mirar fielmente a Yunho, esa precaución, que provocó un malestar en su interior. Que podía ser un poco egoísta, pero que Jaejoong hace poco experimentaba hacía él. Como si últimamente Yunho solo se alejara de él.

—Los doctores dicen que no es nada grave, no están seguros de lo que pudo pasar. Pero creemos que pudo haber sido por todo ese cambio que estaba sucediendo mientras Changmin y Minho hablaban.

Yunho asintió, tratando de no hablar ni profundizar mucho el tema. No había tenido tiempo de hablar con Jaejoong. Había recibido la llamada de Junsu antes de que pudiera contestarle algo al mayor, y casi de inmediato les habían pedido a Minho y Changmin que salieran junto a ellos.

Yoochun se movió hacía él, con su mirada fija y perpetua.

—¿Aún no se lo has dicho?

La mirada de Yoochun se deslizó delicadamente hacía Jaejoong, Yunho solo negó con la cabeza, agachándola un poco. En evidente seña de que Jaejoong había notado la mirada de Yoochun. Pero afortunadamente Jaejoong no dudó, solo agarró el abrazo de Yunho y lo jaló de ahí.

No caminaron demasiado, apenas doblando en una de las esquinas, lejos de las miradas de sus amigos, y de cualquier persona que pasara. Jaejoong lo miró, directo a los ojos, sin darle oportunidad de que le mintiera o tuviera la instancia de obviar el tema.

—Ahora mismo me vas a decir lo que está pasando, y no quiero mentiras.

Yunho suspiró, bajando un poco los hombros, con su asentimiento que marcaba el inicio de aquello a lo que tanto le temía. Justo en ese instante ya ni recordaba por que tanto miedo, por tanta preocupación, solo podía ver los ojos de Jaejoong y esperar por que le creyera.



—¿Qué? …No, espera. ¿Te volviste loco?

Changmin se alejó.

Soltó las manos de Minho y miró un poco asustado al menor que de inmediato intentó acercarse a él.

—Changmin, escucha… sé que suena un poco loco, pero…
—¡Es una broma!— Changmin emitió una carcajada, mirando de un lado a otro. –Si, eso es. ¿Dónde están las cámaras? Aunque es una broma de mal gusto, debo admitir que me engañaron.

Minho trató de acercarse una vez más. Pero Changmin únicamente retrocedió otro paso, pegando su espalda a la pared.

—Es imposible que ese dentro sea tu…. ¿yo del futuro? Y que de paso tenga un hijo… no, no puedo creerte.
—Es más real de lo que crees, Changmin.

Changmin movió su cabeza negativamente, aún un poco inseguro. Pero por sobre todo con sus cejas juntas, con sus hombros caídos, en seña clara de que al menos esperaba una prueba. Así que Minho tomó su mano, fuertemente. Abriendo la puerta de aquella habitación.

Los ojos de Shim se esparcieron por aquella habitación blanca, Yoochun y Junsu estaban parados junto a la cama, sonriendo y conversando, aparentemente más tranquilos. Y aquel sobre la cama, con el cabello un poco más largo y una sonrisa en el rostro lo miró.

El parecido era asombroso, las facciones de Minho plasmadas en aquel rostro unos años mayor al Minho que ahora sostenía su mano.  Changmin se apegaba a la lógica, a que aquello debía ser una mala broma, y que él era un tonto por verse tan afectado.

Pero no podía evitar ver a ese Minho adulto y pensar que había una energía que sobrepasaba a su entendimiento, su lógica e incluso aquella voz en su cabeza que siempre le decía lo que era correcto o no, que generalmente él obedecía.

Pero aquel Minho sobre la cama de hospital sonrió un poco más, estirando su mano derecha hacía él. Girando un poco la cabeza, Changmin se sintió incluso hipnotizado, lentamente soltó la mano de Minho que estaba a su lado y camino hasta el mayor, aquel que permanecía semi sentado en la cama.

—Yo también estuve muy asustado, Changmin…

Su voz, era idéntica, un poco más grave. Apenas un poco, pero esa esencia estaba ahí. Aplastante y absorbente, tanto que Changmin tuvo que cerrar los ojos y sentarse junto a él en la cama, apretando su mano con fuerza. Ante esa piel suave a su disposición.

Oh, Changmin incluso sintió un poco de vértigo.

—Está bien, Changmin. Solo respira profundo.

La voz de Yoochun, y seguramente la mano del mismo se posó sobre su hombro. Brindándole un poco de apoyo y fuerza, entonces Changmin recordó un dato importante, abriendo los ojos, mirando directo a aquel Minho.

—¿Es cierto…? ¿Es cierto que tú… bueno, estás…?
—Esperando un bebé, Changmin. Así se dice.

Changmin asintió un poco avergonzado y abrumado por las penurias de tan solo canalizar la idea en su cabeza, y aquel Minho asintió, con una sonrisa suficiente en los labios.

—Si, apenas hoy lo supe. Es extraño, pero se siente tan… mágico.

Changmin lo observó, la manera en que los ojos de ese Minho parecían incluso brillar mientras llevaba su mano libre a su vientre. Con una sonrisa encantadora y fue casi un impulso de esos que no suelen ser tan propios en él, Changmin depositó su mano también libre junto a la mano de Minho, sobre aquel plano vientre.

Y el choque eléctrico llegó, lo sintió Minho y lo sintió él. Automáticamente sus ojos se encontraron y las chispas volaron. Como si una vorágine de emociones acumuladas los sobrepasara y los llevara al entendimiento, Changmin no necesitó más.

Esa sensación indescriptible lo sobrepasó, e incluso logró arrancarle una sonrisa.





—¿Ellos eran nuestros hijos?

Incluso pronunciarlo era extraño, Jaejoong tenía demasiadas preguntas en la cabeza, pero la más determinante ahora, era el por qué Yunho no se había atrevido a hablarle sobre eso. ¿Por qué la falta de confianza? Por más loca que sonara la historia.

Pero Yunho frente a él solo había asentido, bajando la cabeza y apretando los puños.

—¿Por qué nunca quisiste hablarme sobre esto?
—Por que era complicado Jaejoong.— Yunho pasó una mano por su cabello, girando su cuerpo y tratando de encontrar algo de aire en sus pulmones. Una yaga por la que su vergüenza fuera menor. —…y tenía miedo.

—¿Miedo? ¿De qué, de quien?

Jaejoong avanzó un paso, mirándolo a los ojos, o al menos buscando encontrarse con esos ojos ambarinos que a veces se confundían con un ónice relativo, que engañaban tanto en estos momentos por que no lo enfocaban.

—De todo… ¿No te asusta? Saber que tú y yo, en un futuro… no estaba dentro de mis planes de vida.
—¿Yo no estaba dentro de tus planes de vida?

Y cuando Jaejoong lo repitió, Yunho sintió que había escogido las palabras incorrectas. Viéndolo a los ojos ante aquella expresión expectante. Y esa mirada algo dolida por parte del mayor. Yunho sabía que había cometido un error, pero no sabía como arreglarlo.

—Jae no es eso, no me malentiendas por favor.
—¿Cómo quieres que no lo haga? ¿Por qué te asusta tanto pensar que puedas enamorarte de mi?

—Por que siempre te he visto como un amigo, como mi mejor amigo. Por que…
—Por que soy hombre.

Jaejoong retrocedió un paso, y Yunho solo suspiró.

—Tengo miedo hacer las cosas mal contigo, tengo miedo que al separarnos si de algún modo nuestra relación no funciona. Tú te alejes por completo de mí.
—¿Y por eso prefieres tenerme por siempre solo como tú amigo?

Si eso contaba como una declaración por parte de Jaejoong o no, Yunho no lo supo, o no lo quiso entender. Pero avanzó un paso más hacía él, solo por que sentirlo lejos dolía. Y le sofocaba pensar que Jaejoong decepcionado, de una u otra forma se marcharía.

—No quiero perderte Jaejoong, de ninguna forma.
—Creí que eras más valiente, Yunho.

—¡¿Podrías entenderme al menos?!— El grito de Yunho hizo que las cejas de Jaejoong se levantaran, pero Yunho no pareció amedrentares con aquello. –No es fácil descubrir de repente que tienes un futuro familiar junto a tu mejor amigo, cuando antes ni siquiera habías pensado en la posibilidad de tener una relación con él.

—¿No dijiste una vez que yo era tu complemento, algo invaluable en tu vida?
—Si, pero…

—Entonces como es que nunca pudiste darte cuenta que una simple amistad, no genera ese sentimiento de pertenencia. Si nunca habías planeado alejarte de mí, ¿qué pretendías hacer en tu futuro entonces? Casarte y tenerme viviendo a una cuadra de tu casa, para nunca alejarte de mí. ¿Ser amigos eternos?

Yunho sintió que los argumentos se le acababan, que estaba a punto de decir algo que venía negándose así mismo y que en cierta forma incluso lo aterraba. Aunque no se sintiera muy seguro del por qué, aún con todas esas excusas que acababa de dar.

—¿Para ti es muy fácil pensar en un futuro juntos?

—Desde que te conocí, supe que eras algo muy diferente en mi vida, de una forma u otra. A mi no me importa descubrir nuevas maneras de ser feliz, o hacerte feliz. ¿Por qué pensar que te has enamorado de mí te asusta tanto?

—Por que todo el mundo tiene muchas expectativas en la persona que compartirá la vida con Kim Jaejoong, es más fácil ser tu amigo, que la persona que será objeto y centro de tu vida más adelante.
—Cobardía, ¿eso es todo? ¿Te crees que las expectativas de vida para Jung Yunho no son altas también?

Esta vez Jaejoong sonó lleno de reproche, de una inestable inseguridad que hizo que Yunho volviera a sentirse mal, incluso desvalorado. Y Jaejoong pareció cansarse de discutir, de darle vuelta a la misma conversación sin sentido que Yunho solo justificaba con miedo.

—Entonces, ¿el Minho en la camilla de hospital es el Minho de unos años más adelante.
—Si.

Jaejoong suspiró, pasando una mano por su rostro, tratando de relajarse y parecer un poco más calmado.

—De acuerdo, vamos a verlo.




—¡Bueno ya! Se que es extraño, pero ya deja de agarrarlo tanto.

Dentro, el ambiente era diferente. Yoochun y Junsu reían divertidos ante la escena que el Minho joven montaba junto a la cama del muchacho adulto. Changmin era jalado por el brazo para que se levantara de la cama, el Minho mayor no pudo evitar reír.

Yunho se percató que  era la primera vez que lo oía reír.

Pero esa algarabía se estancó un  instante ante la llega de los dos mayores de Dong Bang Shin Ki, los observaron expectantes, y Yoochun fue el encargado de dar el primer paso, al notar la tenue tensión entre los recién llegados.

—¿Todo bien?
—No tan bien como debería, pero estamos bien.

Jaejoong miró cortamente a Yoochun, antes de sentarse frente a Minho y regalarle una sonrisa amable.

—¿Cómo te sientes?
—Bien, hyung. Ya estoy mejor.

Jaejoong sonrió débilmente en esta ocasión. –Es extraño que me llames hyung, cuando eres visiblemente mayor a mí.
—Lo sé, es un poco raro.

Minho sonrió, un poco más calmado y con un suspiro entre la boca. Yoochun tranquilamente se había colocado junto a Yunho palmeando un poco su espalda,  y tratando de traspasarle un poco de calma, pero Yunho solo había asentido.

Y en un instante, Yunho comprendió que debían hacer muchas cosas antes de poder solucionar todo al final. Cosas como hacerle caso a Moonbin y regresar  a este Minho a su futuro, antes de que este presente siguiera afectándolo como justo ahora.




—Es solo que… ¿de verdad te sientes bien?

El tono un poco preocupado de Changmin hizo sonreír al Minho mayor que asintió, colocando ambas manos en los hombros de Shim quien lo miraba como si no estuviera muy convencido de que realizaran ese dichoso viaje a unos minutos de haber salido del hospital.

—Changmin ya déjalo en paz, espero que en verdad no seas tan atosigador en el futuro o sino pobre de Minho.

Yoochun rodó los ojos, apoyándose un poco en  el hombro de Junsu, y Changmin únicamente lo miró de mala manera antes de alejarse un poco y suspirar. Minho, su Minho estaba junto a él, viendo como Yunho le daba un par de indicaciones a su versión futura mientras asentía con sutileza.

Un poco más relegado, Jaejoong bebía algo de agua, mirándolos con un poco de escepticismo aún, fijándose en ese espejo a unos pasos de ellos que ahora se reposaba en la sala de la pared del departamento.

—Listo, vámonos.

Yunho estiró su mano para que Minho la tomara, y el hombre solo respiró hondo antes de apretar aquella mano con fuerza. Changmin se acercó un paso.

—Esperen, yo los acompañaré.

Yunho sonrió, atento a esa expresión aún preocupada de Changmin y a la manera en que su mirada de vez en cuando se posaba en el vientre de aquel Minho adulto que solo lo miró a los ojos y le sonrió complacido, tomando su mano de regreso.

—Tengan cuidado.

Y las sensaciones de vértigo se apoderaron de los tres muchachos, escuchando como única despedida la voz de Minho. Yunho recapacitó que debió haberles dicho de esas odiosas sensaciones que los viajes provocaban, pero lo había recordado muy tarde.

Ya que justo ahora, se encontraban viajando.




Yunho se apoyó un poco en la pared.

Hace mucho que no se sentía de esa forma mientras Minho estaba un poco doblado y Changmin, apoyado en la pared había cerrado los ojos. Esa sensación molesta en el estómago los había atacado por igual y Yunho se prometió que cuando todo terminara, no volvería a hacer nada de esto.

Los pasos apresurados, de un peso ligero de probablemente unos niños, que seguramente serían Leah y Hansae los alertó de inmediato. Yunho levantó la mirada y los vio cruzar hacía le patio, casi no demorarían en percatarse en su presencia ahí, mientras que los otros dos a su lado se mostraron atentos.

—Tenemos que irnos pronto, ¿estarás bien?

Minho asintió con una sonrisa que pretendía transmitir seguridad. Yunho agarró por el brazo a Changmin quien miró con atención a Minho una última vez antes de esconderse tras una pared, cuando unos pasos más fuertes volvieron a alertarlos.

—¿Minho donde has estado?

La férrea voz de Jaejoong los tensó un poco mientras Minho sonreía abiertamente, feliz de ver a su hyung como lo recordaba realmente.

—Un poco cansado hyung. Solo dormía.
—Hubieras avisado. Changmin ya mismo llama a la policía por que no te encontraba y no le contestabas el celular.

Minho rió divertido. Y desde su lugar, escondidos los dos, Yunho y Changmin compartieron miradas cómplices y aliviadas.

—Vamos la mesa está arreglada, los niños ya están en el jardín jugando.
—¡Minho!

La voz de Changmin fue audible, los sentidos de Minho se dispararon a esa voz masculina y fuerte que apareció por uno de los pasillos. Y que lo miró anhelante corriendo hacía él, fue inevitable para Yunho y Changmin asomarse un poco, para ver como aquel Changmin adulto corría hacía Minho y lo abrazaba con fuerza. Levantándolo incluso un poco.

—Te extrañe, y ni siquiera sé por que tanto.
—Yo también, Changmin. Mucho.

Jaejoong negó divertido mientras los veía darse un corto beso, y escuchaba la voz de Yunho llamándolo. Fue un breve instante contemplando ese recibimiento efusivo, lo que bastó para que ambos muchachos escondidos tras la pared decidieran que era momento de irse.

Changmin suspiró agarrando con fuerza el brazo de Yunho, y asintiendo.

No muy a gusto con tener que realizar ese intranquilo viaje nuevamente.




—Definitivamente, voy a ser un hombre maduro, extremadamente guapo.— Changmin llegó con un paso seguro, un poco más de lo normal. Y una sonrisa en los labios, colocándose frente a Minho, airado junto a Yoochun. –En realidad, tienes mucha suerte, Minho.

Eso fue una extraña indirecta. Que Minho por un momento logró sentirse desestabilizado, pero luego de aquel intenso encuentro hace unas horas, comprendió el por que de aquello y solo sonrió tomando discretamente la mano de Changmin. Sin demasiadas palabras de por medio.

Yoochun los observó y por un instante se sintió un poco inseguro, Junsu y él habían hablado, sobre lo que sucedía, sin ahondar mucho en el futuro o en lo que pasaría entre ellos de ahora en adelante. Lo miró cuidadosamente de no ser descubierto y pensó que deberían hablar sobre aquello luego.

Pero mirar aquella forma en que la relación de Minho y Changmin habían avanzado a pasos agigantados hacía sentir a Yoochun un poco inseguro sobre lo que en realidad pensaba Junsu, pero luego contemplaba a Yunho y Jaejoong, y entonces sentía que al menos ellos estaban un poco mejor que ese par.

—Creo que es hora de ir a visitar a Moonbin.

Jaejoong levantó un poco la cabeza, directo hacia el lugar donde Yunho se encontraba.

—¿Moonbin?
—Oh, esa es otra larga historia.

Yoochun suspiró, parecía que iba a ser un día muy largo.




Nuevamente estaban frente aquella puerta.

Esperando algo apurados por la apertura de ella, mientras se escuchaban los pasos un poco apresurados dentro y otra vez estaba allí aquella mata de cabello castaña, que en esta ocasión no lució tan sorprendida como la primera vez.

Moonbin sonrió un poco en especial cuando vio a Jaejoong.

—Es un gusto volver a verte Oppa.

Jaejoong se sintió desubicado, miró a sus amigos, pero todos parecían estar igual de perdidos que él, la muchacha le sonrió e incluso lo miró como si en realidad se conocieran desde antes, como si hubieran compartido más de una charla e incluso resguardaran uno que otro secreto.

Se sintió verdaderamente incómodo, pero a pesar de eso asintió, con una sonrisa no demasiado convincente mientras la muchacha los invitaba a pasar. Y Jaejoong solo miraba el lugar con cierto déjavù  intenso que lo recorrió a cada paso que daba.

—¿Desean algo de beber?
—No, muchas gracias Moonbin.

Jaejoong salió de su extraño letargo en cuanto sintió la mano de Yoochun jalando de él para que se sentara en uno de los pequeños sillones. La muchacha con una expresión algo pasiva en el rostro se sentó frente a los seis. Respirando profundamente.

—Bien, me alegra que en esta ocasión pudieran venir todos. ¿Cómo está el otro Minho? ¿Pudo llegar a bien a su tiempo? Vi las noticias sobre lo del hospital.
—Si, no te preocupes. Fue solo un pequeño dolor.

Moonbin asintió tranquila, sirviendo un poco de café para si misma mientras el aroma lograba antojar a más de uno de haber aceptado aquella bebida ofrecida, pero pronto la muchacha bebió de su taza y saboreó con cuidado antes de volver a levantar la mirada para encararlos.

—Bueno supongo que ya todos están al tanto de lo que ha estado ocurriendo estos días, así que no es necesario explicar demasiado respecto a eso. Ustedes están aquí debido al ‘por qué’ ¿cierto?

Yunho asintió, desde su lugar viendo a la mujer depositar la taza sobre la pequeña mesita nuevamente.

—Este espejo es muy antiguo, data de años atrás. De un faraón que se enamoró de una esclava. Se obsesionó tanto con ese amor que no podía parar de pensar en ella. Pero era un amor imposible, sus tierras pasaban por una crisis tremenda y el necesitaba casarse con una hermosa dama del norte que aseguraría poder y virtudes a su tierra. Entonces él pidió crear este espejo, que lo llevara a un futuro donde pudiera ver como repercutirían sus decisiones.

Moonbin, subió las piernas a su sillón, abrazándolas delicadamente, sintiendo la atención de los seis muchachos en cada una de sus palabras.

—A pesar de que tomó mucho tiempo y muchos rezos y poderes sobre naturales, lograron crear el espejo tres años después en que el pueblo del faraón sufrió muchas desgracias, pero finalmente lo logró y cuenta la historia que él accedió a casarse con esta princesa puesto que había visto un futuro devastador para su pueblo si se dejaba guiar por el amor. Vivió atado a una mujer que no amaba y resguardó este espejo por años, incluso en su tumba, entre sus múltiples tesoros, este espejo fue guardado. Pasaron años, excavaciones, siglos antes de que pudiera llegar a manos de uno de mis antepasados que para proteger este secreto lo guardó con recelo.

Un suspiro por parte de ella y alzó un poco los hombros.

—Ahora yo soy la protectora de este espejo. La encargada de vigilar que no se cometan actos indebidos con él.
—Entonces, ¿por qué llegó a nuestras manos?

—Por que su futuro estaría más seguro entre sus propias manos, por un tiempo.  Luego lo rescataría pero por ahora no puedo, hay unos historiadores buscándolo y siguiéndole la pista a mi familia. Nunca sospecharían de ustedes. Pero pronto me mudaré y volverán a perderme la pista, no se preocupen.

—Un momento.— Yoochun levantó un poco las manos.  Dijiste que alguien te había pedido que nos dieras el espejo.
–Si, bueno. Le comenté a ese alguien lo de que me estaban siguiendo la pista y él me recomendó dárselo a ustedes.

—¿Quién es ese alguien?
—La segunda persona en realizar un viaje a través del espejo, luego del faraón.

Junsu se removió incómodo desde su lugar, tratando de entender el lenguaje complicado que usaba la muchacha para no revelar la identidad de ese ‘alguien’.

—¿Nos estás queriendo decir que luego del faraón nadie más viajo en ese espejo hasta esa persona y luego Yunho y Yoochun?
—Exactamente, nuestra familia lo prohibió, para evitar conflictos con el futuro. Pero a él lo dejé, por ser un caso especial, era necesario…. Yo, no pude negarme.

Moonbin bajó la cabeza, un poco melancólica de repente, y Minho solamente bajó un poco los hombros, colocándose frente a ella, alejándose un poco de Changmin.

—¿Quién es ese alguien, Moonbin?
—Es Jaejoong Oppa.

Los ojos de Jaejoong se abrieron con estupefacción, pegándose al sillón donde se encontraba sentado, sintiendo la pesada mirada de sus amigos.

—¡¿Qué?! ¡Por supuesto que no! Yo ni siquiera sabía de toda esta locura…

Jaejoong agitó las manos, contrariado y preocupado al mismo tiempo. Sintiendo la mirada de Yunho taladrarlo con fuerza, como si una repentina culpa lo invadiera de repente al sentir esa mirada de su mejor amigo sobre él.

—Jaejoong Oppa, escucha.
—¡NO! Escucha tú, no voy a permitir que me difames, yo jamás he viajado en esa… ¡cosa! Jamás te pediría algo que fuera tan peligroso para todos nosotros. ¡Diles que estás mintiendo!

Changmin se levantó de su lugar, para poder tomar a Jaejoong de los hombros cuando empezó a levantar la voz y Moonbin se vio seriamente intimidada.

—Hyung, cálmate. Deja que ella se explique.
—¡Pero es que ni siquiera la conozco! Apenas la vi una vez la ocasión en la que fue a visitarnos por lo de ese concurso y nos dejó el espejo.

Yunho se levantó, respirando profundo, posando su mirada en los ojos asustados de la castaña muchacha que ahora parecía arrepentida de haber hablado.

—¿Cómo es posible que Jaejoong te haya pedido algo que no recuerda?
—Por que no fue exactamente él.— Todos miraron confundidos a Moonbin. –Fue el Jaejoong de diez años adelante.

Jaejoong sacudió su cabeza con vehemencia.

—¡Sigo siendo yo! Y jamás haría algo como eso.

—¡¡Todo era una locura!! Todo estaba muy mal Oppa, créeme, te entiendo. Entendí la desesperación por la que estabas pasando, la impotencia, el dolor de haber perdido algo que les costó construir por tantos años a los cinco. ¡Todas las fans sufrimos por eso! Tu viniste hacía mí, y el futuro pintaba mejor si accedía ayudarte, y fue así Oppa, este futuro es mejor.

Jaejoong miró a Moonbin, asustado, retrocediendo hasta chocar contra el pecho de Yunho. Y entonces volvió a negar con fuerza.

—El Jaejoong que vino hasta mi, cambió el pasado de ustedes, para que puedan vivir este futuro. Entonces decidí quedarme en este tiempo, para que el Jaejoong de cinco años más adelante no recordara nada de lo que había vivido antes de cambiarlo todo.

—¿Cambiar qué?

—El futuro cambia de acuerdo a las acciones que haya en el presente donde está el espejo, por eso me quedé aquí, para que el Jaejoong del futuro no recordara, y ustedes ya afectados por los cambios del pasado por si solos no recuerdan nada, de lo diferente que era su presenta antes.

—¿Se puede ir hacia atrás?
—Si, pero es más complicado, nos tomó mucho tiempo. Años enteros lograrlo.

—Quiere decir, que ese Jaejoong del futuro, vive tranquilo luego de haber cambiado nuestras vidas. ¡¡No recuerda nada y está de lo más feliz con su familia!!
—No es así Yunho Oppa, este cambio era necesario. Era lo mejor, los cinco sufrían ante la separación.

—¡¿Qué puedes saber tú acerca de lo que es mejor para nosotros?!
—¡Jaejoong Oppa vino a mí! Me pidió ayuda, él los conocía mejor que nadie, ¡él sabía que esto sería lo mejor!

Ante los gritos, ofuscado e intranquilo, Jaejoong tapó sus oídos, obtuso a lo que ocurría ante la revelación que ahora taladraba su razonamiento y lo hundía en aquel pozo profundo de inseguridades.

—¡No es posible! ¡NO! Yo no pude ser tan egoísta. ¡Yo sería incapaz de cambiar la vida de todos por mi felicidad!
—¡Era la felicidad de todos Oppa! Estabas tan desesperado que no pude negarme, entiéndeme por favor… Discúlpame por haber llegado a esto…

Jaejoong volvió a negar con vehemencia, saliendo de aquel lugar lo más rápido que sus pasos se lo permitían, escuchando a Yunho pronunciar su nombre con preocupación, y sus pasos lo guiaron hacía el patio de aquella casa antes de cruzar hacia el otro pasillo que lo guiaría hasta la puerta de entrada.

—Jae, por favor detente.

Y su brazo fue fuertemente apretado por el de Yunho, mientras Jaejoong no hacía más que mover la cabeza.

—No es posible… yo no pude haberles hecho esto… no soy así de egoísta… yo no…

Yunho abrazó su cuerpo. Con fuerza, pero Jaejoong solo se removió incómodo.

—Jaejoong, por favor cálmate.
—¡NO! Yo no hice nada de lo que esa mujer dice. ¡Yo sería incapaz de ponerlos en peligro!
—Lo sé Jaejoong, pero debemos volver para escuchar el resto de la historia.

Pronto, tras uno de los pequeños árboles, los otros presentes estuvieron delicadamente amontonados para poder observar a los dos mayores hablar entre palabras un poco abocadas mientras Jaejoong seguía perdido en la negación.

—¡Necesitas escucharme Jaejoong! Yo te conozco y sé que serías incapaz de hacer algo en nuestra contra, peor aún por beneficio propio. Todo esto debe tener una buena explicación y para eso necesitamos escuchar a Moonbin.

—¡¡Si tan bien me conoces ¿por que rechazas la idea de una vida juntos?!!
—No estamos hablando de eso Jae.
—¡Entonces no intentes calmarme si no estás dispuesto a enfrentar lo que sientes o no por mi!

Jaejoong se sacudió dentro del agarre, soltando con fuerza mientras intentaba continuar con su paso directo hacía la puerta de aquel lugar, pero Yunho volvió a correr, agarrándolo por el brazo otra vez.

—¡Quiero una familia ¿de acuerdo?! ¡Siempre la quise! ¡¡Y la idea de que sea junto a ti, me asusta por que temo portarme como un idiota y arruinarlo todo!! Jae si quiero un futuro contigo, quiero una familia contigo, te quiero a mi lado, en mi cama, entre mis brazos. ¡Solo que soy tan imbécil que me cuesta decirlo en voz alta!

La respiración de Yunho se había agitado, su pecho subía y bajaba casi al mismo ritmo que sus gritos y Jaejoong pasmado lo había escuchando. Canalizando cada una de esas palabras, impávido y paralizado. Asustando a Yunho por su confesión, teniendo la necesidad por esos labios entreabierto que parecían tan solo esperar por sus acciones.

Y ocurrió tan pronto como aquella confesión, Jaejoong sintió la mano de Yunho en su cintura, pegándolo a su cuerpo, y esos labios que golpearon contra los suyos entre los ojos cerrados. Despertando un poco ante la sorpresa, Jaejoong jaló de esa camisa, y se pegó a ese cuerpo.

Respondiendo con pasión, apresando esos labios, tan intenso como ese corazón que latía apresurado en sus pechos.

—Y ahí se fue todo rastro de heterosexualidad en nuestro líder.
Changmin realizó un pequeño mohín. Hablando igual de bajo que lo hubiera hecho Yoochun, con el firme propósito de pasar desapercibido, al igual que los demás. –Bien, eso te lo hubieras guardado para ti, hyung.

Ajenos a la presencia de los demás, Jaejoong se abrazó a Yunho sutilmente, aguardando por un poco de calma ante la vorágine de noticias y sensaciones que últimamente lo habían invadido, tratando de calmar su corazón, asimilar la confesión de Yunho, y comprender por qué él le encargaría a Moonbin, comenzar con toda esa locura del espejo.

Pero mientras tanto, los brazos de Yunho lograban confortarlo como siempre. Haciéndolo sentir seguro y protegido. Cálido… y amado. Aunque eso último jamás haya sido confesado en público.




Se me hizo raro que te desaparecieras de repente.

Changmin comió un pequeño chocolate entre sus manos, sentado junto a Minho en los pocos escalones que daban al patio de la casa. Escuchando como Junsu y Yoochun intentaba hacer dormir a su hija, mientras Yunho y Jaejoong les pedían a Leah y Hansae que los ayudaran con la mesa.

Minho estaba inusualmente callado, mirando el oscuro cielo de la noche e inevitablemente, Changmin tomó la mano del menor, llamando su atención de inmediato.

—¿Qué sucede Minho?

Pero Minho volvió a guardar silencio, tomando su mano con cuidado y posesionándola sobre su vientre. Changmin en un principio no entendió demasiado, pero pronto. Sus ojos se agrandaron y una sonrisa afloró en sus labios.

—…No puede ser.
Minho mordió su labio inferior.  –Lo es, Changmin. Tuyo y mío.

Una exhalación de aire repentina, mientras los ojos de Changmin parecían incluso brillar por más inverosímil que sonara a pesar de la oscuridad. Y esos brazos fuertes de Shim apresaron con fuerza el cuerpo delgado de Minho, mientras susurraba a su oído infinitos gracias y risitas extrañas acompañaban a ese etéreo momento. Llamando la atención de sus amigos dentro de la casa, que miraban sin comprender el por que de aquella efusividad repentina en Shim Changmin.


Mi corazón siempre estuvo cerrado, pero ahora estoy dispuesto a entregártelo por completo.
Por que creo que he encontrado en ti, a mi otra mitad.

1 Comentarios:

  1. Awwwwww tan bello y emocionante esa confesión y inesperada m hizo suspirar y casi llorar ... Creo q ahora si debo ir a dormir ^^

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o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD