El chico Nuevo cap 4

Cuando por fin estuve solo, caminé hacia una de las esquinas de la azotea dónde podía ver el resto del colegio cuando oí una risa tras de mí. Al voltearme casi me caigo de la impresión, era Yoochun.

- No te asustes –me dijo mientras se acercaba a mí.
- Yoochun lo que viste, no es… -no fui capaz de continuar, estaba demasiado avergonzado.
- Yo no vi nada, si eso te preocupa, es cierto que me sentí tentado a hacerlo, pero respeto la intimidad de Junho y la tuya. Y no te sientas mal, con Changmin hemos hecho cosas peores –se rió caminó hasta estar a mi lado y se apoyó en la reja que cercaba la azotea- sin embargo, me sorprende lo rápido que han avanzado, a mí me tomó casi dos meses convencer a mi niño.
- Pero yo no quería…
- Desde luego que no, siempre es así. Changmin también se resiste al principio, pero después es una fiera –suspiró como si estuviera recordando algo, y luego sonrió- No te preocupes Jae, todo lo que les está pasando a Junho y a ti tendrá sentido con el tiempo, a mí también me costó asumir que en realidad me sentía más atraído por chicos.
- Pero esto no está bien Yoochun, yo soy un hombre, estas cosas no deberían sucedernos a nosotros.
- El que seas un hombre no hace ninguna diferencia, el amor es amor sin importar con quién te suceda. Hace tiempo a mí me gustaba Junho. Nuestros padres son dueños de una empresa, así nos conocimos y cuando vi a Junho por primera vez, me gustó en seguida, su forma de ser tan varonil y protector me conmovieron. Cuando le declaré mis sentimientos, fue delicado y considerado al rechazarme ofreciéndome sólo su amistad y esa amistad yo la valoro mucho. Pero nunca pensé que sus gustos cambiarían tan drásticamente. –me miró directamente a los ojos, yo me puse nervioso- cuando me contó que había conocido a un hombre muy hermoso, inmediatamente quise conocerte, después de todo has hecho que Junho se enamore a primera vista, cosa que yo nunca pude lograr en años, y cuando te vi le encontré toda la razón a Junho, eres muy hermoso –rosó mi rostro con su mano- Cuando te liberes de todos tus prejuicios, Junho será un hombre muy afortunado –y se marchó dejándome a mí con una sensación incómoda, pero su sinceridad me habían gustado.

Volví a clases sintiéndome muy cansado, habían sido muchas emociones en tan sólo dos días, afortunadamente tenía un fin de semana por delante para pensar y tomar decisiones. Junho no me dejó irme en bus a mi casa, me obligó a subirme en su convertible.

- Estuve pensando en todas las cosas que podríamos hacer juntos este fin de semana –me dijo mientras entrábamos en la carretera- y sólo se me ocurrió un lugar en el que te podrías sentir cómodo, te llevaré a mi casa –tuve toda la intención de negarme, pero antes de que pudiera decir algo me entregó una caja envuelta en papel de regalo- le pedía Junsu que me comprara esto para ti, ábrelo.

Reconozco que siempre me han gustado los regalos, pero éste en particular tomó un sentido bastante opuesto, ni siquiera quería saber que tenía adentro, sin embargo, Junho volvió a pedirme que lo abriera. Le saqué el envoltorio y para mi sorpresa lo que había en el interior era un celular de última generación.

- Tiene plan de minutos ilimitados, podrás llamarme cuantas veces quieras y no tendrás que pagar nada así que no te preocupes –me dijo sonriendo.
- No lo quiero –le dije, por alguna razón me sentí muy enfadado.
- ¿Por qué no? –se estacionó para poder mirarme.
- No quiero ser el mantenido de nadie, tengo mi propio celular y si no te he dado el número, es porque quiero mantener las distancias contigo, por lo menos hasta saber que haré –sentí deseos de bajarme.
- No te estoy manteniendo, simplemente no quiero gastes de tu dinero en llamarme, además así podré estar en contacto contigo, es un regalo, no lo tomes a mal, no lo hice con ninguna mala intención –tomó mi mano y yo no tuve fuerzas para apartar mi mirada de él- estoy consciente de lo confundido que estás, yo también me siento así, pero de algo estoy seguro no quiero estar lejos de ti. Toma el celular, por favor, yo tengo uno igual, con él podré estar siempre en contacto contigo por cualquier cosa, si en algún momento me necesitas yo vendré a ti.
- ¿Así lo haces con todas tus chicas? –le dije recordando lo bien que se le veía cada vez que las mujeres lo rodeaban.
- No, no hago esto con frecuencia, es la primera vez -tomó mi rostro con su mano- deja de pensar que te estoy tratando como a una chica, sólo te estoy tratando como el hombre que me gusta, nada malo hay en eso –me besó rosando mis labios- siempre tengo miedo de meter la pata contigo, porque no sé qué cosas te gustan y cuales te disgustan. Pero quiero conocerlas en el camino que deseo recorrer junto a ti.
- De acuerdo, me quedo con el celular, pero no quiero más regalos como estos, el que no tenga el mismo dinero que tú, no quiere decir que lo necesite –dije guardando la caja en mi mochila- ¿A qué hora vendrás por mí mañana? –de pronto había decidido que quería saber que me estaba sucediendo, pero al lado de Junho.
- ¿Te parece bien si paso por ti como a las once de la mañana? –me preguntó, baje la cabeza con pereza, los fines de semana para mí eran sagrados para dormir, y generalmente me levantaba a la hora del almuerzo.
- Está bien –le respondí suspirando.
- Al parecer eres muy perezoso, ¿verdad? –dijo riendo.
- Sí, me encanta dormir –le contesté, Junho ya había puesto el vehículo en marcha y casi llegábamos a mi casa.

Cuando llegamos Junho tuvo la intención de besarme al despedirme, pero yo no lo dejé “Mis padres no lo entenderán”, le dije, bajándome. Una vez que estuve en mi pieza saqué el celular y lo arme. Al encenderlo había un mensaje de saludo inicial “No me voy a rendir Jae, tú serás mío”, decía, me reí sin querer.

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