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Crónicas de un Tonto Mejor Amigo cap 8


Soy un chico malo decente.

Yoochun apenas movió un poco la cabeza.

Un ligero movimiento apenas notorio, su mirada fija en la espalda de Yunho, aquella espalda ancha y fuerte que se mostraba apenas a unos metros de distancia de él. Y estaban sus brazos, esos brazos largos y un poco musculosos que apenas la noche anterior lo habían apretado con fuerza contra su pecho.

Esos brazos que ahora rodeaban a Jaejoong, las manos de Yunho que se posaba sobre las de Kim, apretando un dardo insulso que era tan solo la burda excusa de ese acercamiento premeditado. Yunho hablaba en susurros, muy cerca del oído de Jaejoong, con suaves movimientos de estiramiento, disque enseñándole como lanzar adecuadamente los dardos hacía la diana a dos metros de distancia.

Yoochun acentuó su expresión amenazante, a pesar de que ninguno de los dos dentro de la habitación lo miraba. Aquellos dos por supuesto que sabían que él estaba ahí, solo habían pretendido encerrarse en una burbuja y dejarlo a él de lado. Oh, a Yoochun se le ocurrían tantas cosas que podía decirle a Jaejoong en ese preciso instante.

—Ahora… lánzalo. Sin miramientos.

Yunho retrocedió, exactos tres pasos, Jaejoong cerró los ojos y respiró hondo, antes de fijar su mirada en la diana y lanzar el dado. Con fuerza y precisión, con la suficiente como para que si bien no quedó en el centro. Muy cerca si estuvo y Yoochun empezaba a preguntarse si toda esa excusa de ‘Me enseñas a lanzar dardos’ no habría sido una simple estrategia.

Por que Yoochun sabía de estrategias, y esas eran las mejores.

—¡Lo hice!
—Y muy bien, Jaejoong. Felicidades.

Jaejoong sonreía ampliamente, y Yunho sin problemas le sonreía de la misma forma.

Por eso caminó, anunciando sus pasos seguros hasta Jaejoong, con un ligero movimiento que apartó a Kim del cuerpo de Yunho, con un conocido empujón apenas notable, pero lo suficiente como para que Jaejoong arrugara el entrecejo, pero Yunho ni se percatara.

—Entonces, ya que eres tan buen maestro, ¿por qué no me enseñas a mí también?

Yunho sonrió divertido, jugando con los otros dos dardos en su mano.

—¿A ti? Pero si fuiste tú quien me enseñó esto de los dardos, Yoochun.
—Pero no he jugado en años. Tal vez perdí la práctica.

Jaejoong resopló, cruzándose brazos y desviando la mirada. Yunho solo sonrió un poco más.

—¿Desde cuando el perfecto Yoochun olvida las pocas cosas para las que es bueno?
—No lo hago intencionalmente. Anda, enséñame.

Yoochun, astuto, le quitó uno de los dardos de las manos.  Con una sonrisa triunfante en los labios, concentrado más bien en la expresión contrariada de Jaejoong en cuanto vio que Yunho se pegaba mucho más él, que bromeaba e incluso le daba pequeños golpes en la costilla a modo de juego.

Más que nada, Yoochun sabía que todos aquellos gestos eran comunes en los dos. Eran años de amistad. Que fácilmente podían confundirse con algo más. Y saberse por encima de los estándares de Yunho, de recibir un tratamiento especial por parte de Jung, por encima del mismo Jaejoong. Era un regocijo, un regocijo total que cuando falló en darle al centro de la diana, no fue con intención, falló por que sencillamente ganarle a Jaejoong y que él se retorciera de celos era cien veces más divertido.

Solo para ubicarlo,  y recordarle, que aunque su relación con Yunho fuera falsa. La preferencia que Jung demostraba hacía él, no lo era. Aunque Jaejoong no supiera que ellos dos en realidad no eran una pareja formal.





Rain encontró aquel te que la empleada les ofreció, delicioso.

Y Boa a su lado, sonrió gustosa cuando el sabor algo dulce de la bebida llegó hasta sus papilas. Resultaba interesante esa pequeña paz que se respiraba mientras ambos sentados en el portón de la finca disfrutaban de la hermosa vista. Ajenos a lo que el resto de sus compañeros pudieron estar haciendo.

Ella escuchó unos pequeños y cortos pasos, deslizándose por la esplendida madera que era el piso de aquel lugar, y giró con una expresión calmada en el rostro. Yunho venía, junto a Yoochun, hablando por lo bajo, sin rastros de Jaejoong al parecer.

—¿Y Jaejoong?
—Dijo que iría ducharse.

Boa inmediatamente reconoció esa sonrisa triunfante en el rostro de Yoochun, esa sonrisa esplendida y ganadora, mientras se cruzaba de brazos y se arrimaba un poco a Yunho. Jung miró curioso de un lado a otro.

—¿Y Changmin? ¿Aún no ha llegado?
—Pues no al parecer…

Rain levantó la cabeza un poco, dirigiendo su mirada directo al lugar entre los árboles por donde Junsu y Changmin venían caminando, con sus camisas un poco levantadas, puesto que sobre ellas tenían varias manzanas, sostenidas por sus manos y la tela de la camisa, entre sonrisas y esporádicas risas.

El cabello mojado de ambos muchachos, la ropa un poco pegada debido a la humedad visible del agua en sus cuerpos. Rain recordó que no había llovido y sin embargo la expresión sorprendida y feliz de Yunho mientras terminaba de bajar los pocos escalones en la entrada le hizo ver que no era el único sorprendido por aquellos dos.

—¿Desde cuando Changmin sonríe de esa forma?

Yoochun pronto se había colocado junto a Yunho, quien había levantado un poco los hombros. Ansioso por abrazar a su hermano, por ver esa sonrisa que desde hace tantos años no veía. El pecho de Jung latió acelerado, feliz de ver a su hermano con esa vitalidad propia, que hace mucho parecía haber perdido.

—Hyung, trajimos manzanas.

Una vez lo suficientemente cerca, Changmin levantó un poco las manzanas en su poder. Con esa sonrisa que había dejado una marca en todos. Junsu detuvo sus pasos, con una expresión tranquila. Y Yunho caminó los pocos pasos hasta Changmin, lo atrajo entre sus brazos y sonrió.

Las pocas manzanas que cayeron y las otras que hicieron presión en el estómago de ambos, ante el sorpresivo abrazo de Yunho hizo que Changmin arrugara el entrecejo confundido.

—¿Hyung?
—Me alegra verte así, desde… bueno desde ese incidente que no te veía así.

Las palaras cortas, hicieron que Junsu los mirara confundido. Recordando que no sabía tanto de Changmin como para admitir que entendía lo que sucedía, pero Changmin solo rodó los ojos y ajustó las manzanas en su poder para que no volvieran a caer.

—No exageres, Yunho.— Changmin miró a la mujer a unos metros de él y movió un poco su cabeza. –Boa, ¿dónde podríamos dejar todas estas manzanas?
—Oh, vengan con nosotros. Las dejaremos en la cocina.

Casi inmediatamente Boa y Rain se levantaron de su lugar. Con Junsu y Changmin siguiéndole los pasos. Un breve instante que Yunho aprovechó para ver a Changmin caminar con tranquilidad, con esa sonrisa vacilante todavía en los labios.

—Ha sido bueno verlo sonreír así.
—¿Crees que se trate de Junsu?

Yunho giró hacía Yoochun apenas escuchó aquella pregunta y sus rostros cerca pareció tomar por sorpresa a ambos. Antes esa cercanía no premeditada que logró que ninguno se moviera por un lapso de varios segundos. Luego, Yoochun arregló un mechón de su propio cabello y dio un paso hacía atrás. Carraspeando suave y discretamente.

—Eh, bueno yo creo que me voy a duchar también. Pronto estará la cena.
—Si, claro.

Yoochun caminó de regreso al interior de la finca, y Yunho se quedó un rato más ahí, sin  terminar de comprender que había sido ese contacto visual tan inadecuado que había durado quizá demasiado.




La cena había sido deliciosa.

Junsu jamás había probado tanta comida buena y en un solo lugar, y lo mejor de todo, sin que tuviera que pagar precios excesivamente caros por ella. En resumen, aquellos dos días en la finca del amigo de Rain, habían sido las mejores vacaciones que había podido tomar, aunque pronto tuvieran que volver a la ciudad.

Miró momentáneamente a Changmin, bebiendo un poco de vino y tuvo que reconocer esa elegancia que era notoria en el menor, hasta en el más mínimo movimiento. Y pronto sintió que ellos no combinaban en lo absoluto, aunque más curioso que eso, fue el hecho de siquiera haber pensado en eso.

—La cena has estado espectacular.

Jaejoong levantó un poco la mirada cuando escuchó a Yunho cerca de su oído, no demasiado pero si lo suficiente como para que una sonrisa saliera de sus labios.

—Por supuesto, me encanta este vino.
—Hablando de vino, que te parece si luego de la cena nos sentamos en el patio de la hacienda un rato. Después de todo te debo esa botella con vino, ¿no?

Los ojos de Jaejoong por un momento parecieron brillar, masticando la comida en su boca que tenía en ese instante. Y limpiándose casi de inmediato.

—Me encantaría.

Había muchas cosas que Rain había dejado pasar durante el viaje. Una de ellas esa relación extraña y dudosa entre Jaejoong y Yunho, puede que Yoochun en esta ocasión no lo hubiera notado por que se encontraba enfrascado en una conversación con Boa, pero seguramente cuando se enterara eso no representaría nada bueno.

Con un pequeño suspiro, decidió que debía hablar con Jung.




Empezaban a retirarse, uno a uno para hacer algo distinto.

Rain encontró su oportunidad cuando vio a Yunho caminar solo por el pasillo principal.

—Yunho, ¿tienes un  minuto?
—Eh… claro, ¿sucedió algo?

Respiró profundo, mirando al muchacho frente a él, con aquella expresión tranquila.

—Quería hablarte sobre tu relación con Jaejoong. Bien sabes que yo me enteré de lo tuyo con Yoochun no de la mejor forma, pero… si lo suyo va en serio. Te recomendaría que marcaras cierta distancia con Jaejoong.
—Pero Jaejoong y yo solo somos amigos.

—Pues a veces no lo parece.

Yunho momentáneamente pareció caer en cuenta a lo que se refería, se quedó estático por unos segundos antes de desviar la mirada y rascar un poco su nuca, aparentemente un poco incómodo.

—No quiero que lo tomes a mal Yunho, pero una de las razones por la cual tú y Yoochun se la han pasado peleando ha sido por tu cercanía a Jaejoong. Tú puedes pasar el tiempo que quieras con él, pero a veces cuando se hablan, cuando se miran… es obvio que hay una atracción entre Jaejoong y tú. Y eso crispa los nervios de Yoochun. No digo que tú y Jaejoong tengan algo, pero cuando hay atracción  la hay. Deberías poner en orden tus prioridades.

Rain palmeó levemente el hombro de Yunho, con sus pasos sonando un poco mientras se alejaba de ahí. Y Yunho de pronto perdió el gusto por esa botella con vino que le había prometido a Jaejoong y que repentinamente parecía que le quedaría debiendo otra vez.




A Jaejoong no le molestaba tanto el hecho de que Yunho le hubiera cancelado la pequeña reunión en su última noche en la finca, por que según él estaba un poco cansado. Le molestaba el hecho de que seguramente lo había hecho por Yoochun, casi estaba seguro de eso.

Pero había preferido no alegar demasiado y mejor imitar a Yunho y también irse a descansar. Cuando sus pies recorrieron la pequeña estancia, camino a su propia habitación, los susurros entreverados lo hicieron detenerse. Era la voz de Yoochun, obviamente acompañada por la de Boa.

Trato de seguir de largo, pero instintivamente su cabeza se asomó cuidadosamente por la pequeña apertura que había entre la puerta. Los ubicó de inmediato. Boa reposaba en el suelo, con sus piernas flexionadas y la cabeza de Yoochun sobre sus piernas, con sus manos delicadas acariciando el cabello de él.

Jaejoong apretó sus puños. Era injusto, Yunho lo dejaba de lado por Yoochun, por evidentemente no dejarse llevar por la atracción que mutuamente sentía. Y ahí estaba Yoochun, entregado a las caricias apretantemente inocentes de Boa. ¿Dónde estaba Rain? Quien menos que cualquiera merecía un engaño de tal magnitud.

—Es que no es justo Boa…
—Tranquilo Yoochun, sé como te sientes, pero así son las cosas. Debes tratar de quejarte menos y no ser tan evidente.

—¡Pero es difícil! Todo lo que estoy haciendo, y… ¡agh!
—Ya verás como todo se soluciona, siempre he pensado que ese lugar lo debes ocupar solo tú.

Yoochun cerró los ojos envuelto por la comodidad de las caricias de Boa, quien sonrió al verlo así.

—Eres muy cálida Boa, Rain tiene mucha suerte.
—Tú también la tienes, Chun. Tú también.

Jaejoong respiró profundo y decidió alejarse. Con los puños apretados y el entrecejo arrugado, vio la habitación de Yunho, aquella que compartía con Yoochun, lugar donde seguramente Yunho ya se encontraba dormido hace unos minutos.

Había optado desde un inicio no acercarse por que Yunho tenía una relación de por medio, pero desde que el viaje comenzó, desde que vio a Yoochun con aquella mujer, y aún más desde ahora, no estaba dispuesto a dejar que Yunho continuara con tipo así.

Si Yoochun jugaba sucio, él también podía hacerlo. Iba a quedarse con Yunho.

Ya no tenía miramientos que lo detuvieran, por que Yoochun no se merecía a Yunho, de ninguna forma.

Iba a meterse entre los dos, en medio de esa relación absurda, y no iba a dudar más.




Changmin salió de la ducha con una toalla secando su cabello.

Los sacudió con fuerza, con la otra toalla que cubría parte de su anatomía, sabiendo que estaba a solas en medio de su habitación. Sacó una pijama de entre su equipaje y miró curioso que la cámara reposaba sobre su cama. Sonrió divertido, y decidió sentarse un momento en la cama.

La prendió, descubriendo que no tenía mucha batería. Pero se concentró en las fotografías, entre las suyas y las de Junsu que se deslizaban de un lado a otro cada que cambiaba de imagen, entre las pocas que tenían los dos juntos, mostrando la altura de uno de los árboles en los que se habían quedado.

Junsu había tenido la cámara por un buen rato, y las fotografías enfocaban hermosos paisajes que él incluso no había notado. Se encontró con la fotografía que él le tomó a Kim, aquella en la que Junsu miraba hacía los árboles, con una expresión tranquila y las gotas de agua cayendo por su cabellos y rodando por su rostro.

—…Eres verdaderamente apuesto Kim Junsu, ¿por qué a veces parece que no lo supieras?

Miró la fotografía por un rato más, contemplando la imagen de Junsu, de ese muchacho que a veces lo sacaba del rictus extraño en el que se había convertido su vida.




La salida al día siguiente, había ocurrido algo temprano.

Todos tenían cosas por hacer, trabajo al día siguiente, y debían llegar relativamente temprano para dejar todo preparado para el siguiente día. Así que pronto, los siete visitantes se había encontrado una vez más subiendo sus pertenencias a la pequeña furgoneta que Rain había alquilado, complacidos de la pequeña estancia y descanso.

Y sin embargo Yoochun lucía algo inquieto, la noche anterior cuando había ido a dormir, Yunho ya se encontraba en la cama, profundamente dormido, los recuerdos lo habían invadido, pero aún así, aunque muy entrada la noche, se había acostado a dormir junto a él.

En el desayuno apenas y cruzaron palabras, pero Yunho no parecía molesto con él, más bien parecía entretenido con Jaejoong.  Y justo ahora ni siquiera lo encontraba. Su mirada se deslizaba por todos los lugares que encontraba, y aún así no encontraba pistas ni de Jaejoong ni de Yunho.

Junsu y Changmin hablaban, apoyados en la furgoneta, y Rain parecía revisar que todo estuviera bien con el auto, mientras Boa le hacía compañía. Nadie parecía preocupado por la ausencia de aquellos dos, entonces decidió caminar un poco, de un lado a otro hasta que logró internarse un poco en aquellos árboles a los laterales de la finca.

Jaejoong estaba ahí, justo frente a Yunho, ambos bajo aquel árbol frondoso que parecía ser el preferido de los dueños, por que sin duda era el más hermoso y lleno de flores que había en el lugar, Jaejoong miraba a Yunho, directamente y Yunho parecía no estar incómodo con aquello.

Sus pasos disminuyeron de velocidad, lentos y cuidadosos mientras se acercaba y la voz de Jaejoong era un poco más audible.

—Creo… que me estás gustando Yunho.

Los ojos de Yunho se habían abierto, un poco más de lo normal y Jaejoong aprovechando ese pequeño descuido, había tomado a Yunho por las mejillas, cerrado sus ojos y juntado sus labios. Internamente, Yoochun sabía que Yunho terminaría por alejarse, por que lo había tomado por sorpresa, solo tenía que alejarlo y Yoochun estaría tranquilo.

Pero eso no pasó.

Las manos de Yunho, un poco nerviosas se movieron hasta la cintura de Jaejoong, cerrando los ojos y empezando a corresponderle. Transformando esa unión de labios en un beso de verdad, y las expresiones en el rostro de Yoochun desaparecieron.

Perdió la consciencia necesaria, sus puños se apretaron, y sus pasos se reanudaron, con más fuerza.

—¡¿Es qué tú no entiendes, demonios?!

Le importó muy poco su había empujado a Jaejoong con más fuerza de la necesaria, por que el muchacho lo vio con el entrecejo arrugado y una molestia mal disimulada.

—¿Qué demonios pasa contigo Yunho? ¿Se te ha olvidado lo que soy yo en tú vida?

Yunho de pronto pareció confuso, y la mirada de Yoochun lo paralizó.

—Yoochun yo…
—No puedo creer que tú seas la persona en la que más confío…

Yoochun lo empujó, con sus manos en el pecho de Jung, lo suficientemente fuerte como para que él retrocediera, y su furia disminuyera un poco. La cabeza de Yoochun dio vueltas un rato, entre su amistad, en que supuestamente Yunho lo estaba ayudando a cubrirse de Rain, en que ahora se besaba con Jaejoong.

…En que Jaejoong le gustaba lo suficiente como para dejarlo de lado a él.

—¡Eres un imbécil!

Y volvió a empujarlo. Pero esta vez Yunho lo agarró por los brazos. Sus miradas se encontraron una vez más, como en la tarde anterior, pero esta vez no había nada más que reproche entre ambos y Jaejoong parecía de pronto relegado en medio de todo eso.

—Oigan… ya nos vamos, ¿está todo bien?

Rain hizo acto de aparición.  Yunho apretó un poco los brazos de Yoochun, pero él solo se sacudió agresivamente, antes de caminar de regreso por el lugar donde había llegado.

—No pasa nada, Rain. Nunca pasa nada.

Cuando Yoochun pasó a su lado, molesto y caminando directo a la furgoneta, supo que nada, era lo menos que ocurría, miró severamente a Yunho y giró de regreso a su lugar. Él no podía hacer nada más, había cumplido con advertirle a Yunho que las cosas solo se pondrían peor.




Había un tenso silencio.

Junsu y Changmin habían vuelto a sentarse e los últimos asientos. Y Jaejoong estaba frente a los dos, Yunho sin embargo había optado por sentarse junto a Yoochun luego de que él y Jaejoong entraran últimos, pero Yoochun solo se había alejado de él, pegándose a la ventana y fingiendo que le importaba el paisaje.

Yunho había suspirado, decidiendo no moverse luego de que el pequeño susurro de ‘Tenemos que hablar’ que Yoochun había ignorado marcara ese incómodo silencio que ahora todos vivían. Boa y Rain parecían un poco más ausentes a todo, sentados en los asientos delanteros.

Yunho no paraba de mirar a Yoochun, cada tanto, como si con aquello pudiera llamar la atención de Park, y Jaejoong estaba cansado de eso, moría por gritarle a  Yunho que Yoochun no merecía ese repentino remordimiento que lo acosaba, y que Yoochun era un hipócrita al armar toda esa escenita. Pero no era el momento.

Así que bajo la gorra en su cabeza y se acomodó en su asiento, dispuesto a dormir un poco cuando las gotas de lluvia comenzaron a mojar los vidrios de la ventana.

Cansado de aquello, Yunho se movió un poco hacía Yoochun y él lo miró amenazante.

—Aléjate.
—Deja de portarte como un niño, Yoochun.

—¿Un niño? Mi mejor amigo me acaba de traicionar, ¿y yo soy el niño?
—Por si no lo has olvidado nuestra relación no es real.
—Pero tú prometiste ayudarme con lo de Boa, ¿me estás dejando a mi suerte por… él?

Los susurros en los que se habían convertido sus reclamos, afortunadamente no llegaban a los demás, y que tuvieran que acallar los gritos, solo hacía que se enfurecieran todavía un poco más. Inconscientes del momento en que la furgoneta se detuvo.

—¿Todo siempre se tiene que reducir a ti, verdad Yoochun?
—Ah, claro… Ahora yo soy el egoísta.

Boa miró confundida hacía atrás, ante la pelea que Yoochun y Yunho mantenían, pero de la cual difícilmente se podía escuchar algo, cuando Rain le confirmó que el auto no quería encender, ella solo alcanzó a bufar, antes que las voces de esos dos fueran un poco mas audibles, pero aún así no se podían entender sus palabras.

—¿Qué sucede Yunho? ¿Dos semanas y estás enamorado de Jaejoong? Eres patético…
—Maldición, ¿por qué todo el tiempo tienes que ser así?

Fue un leve empujón uno quizá sin demasiada importancia, la mano de Yunho golpeó el brazo de Yoochun, y este se encogió, con una mirada aún más molesta que antes y Yunho comprendió que no podían estar siquiera juntos en ese momento. Levantó la mirada y se percató que se habían detenido.

No le importó nada más en ese instante. No quería a Yoochun cerca, no quería decir cosas de las que después se podría arrepentir. No, no quería verlo un segundo más. Abrió la puerta de la furgoneta y el sonido de la lluvia sorprendió a todos, el viento que entró y finalmente Jaejoong despertó. Yoochun solo apretó sus puños y lo siguió.

—¡¿Ahora huyes de mí?!

Era quizá por la lluvia, a Yoochun no le gustaba mojarse bajo la lluvia. No le gustaba peor aún cuando difícilmente podía mantener los ojos abiertos. Pero a Yunho parecía no importarle por que siguió caminando como si intentara alejarse lo más posible.

—¡Yunho!
—¡Déjame en paz Yoochun!

Cuando Yunho giró, ambos se encontraban ya demasiado lejos de la furgoneta. Ante los ojos de sus amigos, que no se atrevían a intervenir, mucho menos salir de ahí.

—¡No, ahora me vas a escuchar! ¡Estoy harto de esta tontería! Todo el maldito tiempo te la pasas con Jaejoong, al final de esta historia ¿como voy a quedar yo? ¿Como el imbécil al que dejaron por otro sujeto?
—¡¡Todo no se centra en ti Yoochun!! ¿Qué quieres de mí? No voy a esperar a que tú tengas los pantalones para enfrentar ante Rain y el resto lo que tienes con Boa, ¡por que yo tengo una vida si se te olvida!

Yoochun entrecerró los ojos, con el ruido molesto de la lluvia perforándole los oídos.

—¡No desvíes el tema! ¡¡Jaejoong está arruinando nuestra amistad!!
—¡No es Jaejoong quien está arruinando nuestra amistad! ¡Eres tú!

Yunho incluso golpeó con su dedo índice el pecho de Yoochun, remarcando sus palabras y mirándolo intensamente.

—¡Tú y esta absurda mentira que se te ocurrió!
—¡Pero me estás dejando de lado por él! ¿Por qué con Jaejoong? Todo este tiempo has estado solo, ¡¿por qué justamente ahora se te mete querer estar con alguien?!
—¡¿Y a ti que demonios te importa con quien salgo?!

Hubo un escaso silencio con el pecho de ambos subiendo y bajando debido al poco aire que les estaba llegando, ante ese ruido molesto y su propia rabia que estremecía las miradas que en cualquier momento podían llegar a golpes. Que estaba afectando al resto.

Las cejas de Yoochun se juntaron, Yunho supo que había dicho algo muy malo para que ahora Yoochun lo mirara así, y sin embargo estaba llegando al límite. Y Yoochun con su actitud no estaba ayudando. Hasta que claro una pequeña sonrisa extraña salió entre los labios de Yoochun, mientras pasaba una mano por su cabello.

—Esto es estúpido, fue un error pedirte que me ayudaras con esto. No debí involucrarte.

Y eso dolió, esas palabras secas de la boca de Yoochun, atravesaron el pecho de Yunho de manera cruel y permanente, al punto de que sus pasos se dirigieron hacía Park. Certeros y firmes. Hasta que su rostro estuvo lo suficientemente cerca del de Yoochun y sus frentes se rozaron. Siendo innecesario levantar la voz.

—Tienes razón, todo esto fue un desastre desde el inicio. Y nada de esto hubiera pasado si te portaras como un hombre de verdad y afrontaras lo que tienes Boa, la hicieras decidir entre tú y Rain. Y a mi me dejaran a un lado de todo este asunto.

Esa cercanía logró que la molestia en el rostro de Yoochun se borrara, que sus ojos se encontraran otra vez, y que sus puños fueran apretados como la muda seguridad de no expresar lo que pensaba. Yunho supo que no le contestaría, lo supo por que conocía a Yoochun como la palma de su mano.

Cuando escuchó el sonido del carro finalmente siendo encendido después de varios intentos, Yunho no se molestó en decir algo más. Subió al carro otra vez y se sentó en su lugar, en el mismo que había ocupado desde el inicio, Yoochun ingresó un par de segundos después en un estoico silencio, que los acompaño en la gran parte de tiempo que le restaba al viaje.




Boa tuvo que reconocer que el incidente aislado de esos dos, que difícilmente alguien más conocía, la había intrigado, no había tenido la oportunidad de hablar con Yoochun, mucho menos con Yunho, y no habían podido tampoco escuchar casi nada de la pelea.

Así que un par de horas después, Rain había optado por detener el viaje y que bajaran a estirar un poco las piernas. Aprovechando estar cerca de un puesto de comida y artesanías a mitad de la carretera, Yoochun y Yunho se habían quedado dormidos en sus lugares, y eso era mejor a tenerlos gritándose.

Le intrigaba el hecho de que Yoochun explotara de esa forma y que Yunho se estresara en esos niveles.

Ella sabía, que algo verdaderamente grave estaba sucediendo.

Y solo esperaba que fuera, lo que ella hace tiempo deseaba que sucediera.




Cuando Yoochun abrió los ojos, la luz de sol le daba de lleno en el rostro.

Arrugó un poco la nariz, y entre el calor que de repente tuvo, y su ropa un poco mojada, supo que no podría seguir durmiendo. El clima loco de ese día lo sorprendió, justo ahora había un buen sol, la furgoneta a excepción de Yunho y él estaba vacía.

Vio a los demás entretenidos en los puestos que había a un lado de la carretera y sonrió. Yunho a su lado se movió, sus ojos se abrieron y Yoochun bajó la cabeza.

—…Lo siento.
—Yo también. No debí decirte todo eso Yoochun.

Yoochun movió sus manos, justos sobre el asiento, de la misma forma en que lo hacía cuando estaba nervioso. De la misma forma que Yunho conocía tan bien, por eso cuando las manos de Jung se posaron sobre las suyas, solo entonces se pudo calmar un poco más.

—No quiero que peleemos así otra vez Yunho.
—Nunca había tenido una amistad así y no quiero perderla por cosas así. Si lo deseas me alejo de Jaejoong por el tiempo que te tome hacerle frente a Boa.

Yoochun calló, ese breve instante cuando sus miradas se cruzaron. Antes de que los brazos de Yunho lo rodearan en medio de esos abrazos cálidos que tanto le gustaba recibir.

—¿Tanto te gusta Jaejoong?
—No lo sé… Solo sé que tú eres mi prioridad ahora. El número uno en mi lista.

Yoochun cerró los puños alrededor de la poca tela de la camisa de Yunho a su disposición, apoyando la quijada en su hombro y cerrando los ojos. Con esa paz que solo Yunho le traía en sus momentos más difíciles. Que resultaban ser muchos en el historial de sus eventos desafortunados.

—Gracias por seguir junto a mí Yunho, a pesar de que te haga morir de coraje cada tanto.

Yunho emitió una pequeña sonrisa, una casi diminuta antes de cerrar los ojos y aferrarse un poco más a él.

No tenía que sentirse tan bien estar junto a él así, no tenía que sentir su corazón así cuando le hablaba. Yunho sabía que no debía, pero ahí estaba su corazón de rebelde, haciendo justo lo que no debía. Pero Yunho estaba seguro de poder controlarlo. Por que Yoochun era su amigo, por que él estaba enamorado de Boa, así que su corazón a las malas, pero debía seguir el trayecto único y exclusivo de la amistad. Le gustara o no.




Eran aproximadamente las tres de la tarde.

Jaejoong luego de que hubiera visto la reconciliación entre Yoochun y Yunho prácticamente ni había hablado. Se había concentrado en su codo apoyado en el alfeizar de la ventana. En el paisaje que estaba frente a él. Y nada más. A pesar de lo nostálgico que se sentía.

A veces, cuando nadie se percataba, los miraba. Yunho miraba a Yoochun mientras dormía. Y cuando Yoochun finalmente se levantó, unos minutos antes de llegar a la ciudad, ambos habían sonreído, habían empezado a conversar. Con Yoochun apoyándose en el cuerpo de Yunho, moviendo sus manos y Yunho observando esas manos que se movían inquietas.

Lo sintió tan lejano en esos momentos.

—Listo, chicos. Espero que la hayan pasado bien.

Jaejoong levantó la cabeza y giró hacía el lugar donde se encontraban. Fijándose apenas que estaban ya en la casa de Junsu.  Giró para ver a su hermano y Junsu movía la cabeza de Changmin con cuidado. Shim ya se había quedado dormido, al parecer, en el hombro de Junsu y por eso él se movía con cuidado.

Cuando bajaron del auto, ambos con maleta en mano, Jaejoong agradeció a los demás. Y antes de que el auto se marchara vio a Yunho agitando un poco su mano con una sonrisa, y cuando el auto arrancó, Yunho volvió a concentrarse en Yoochun. Jaejoong suspiró. Justo ahora sentía que algo más que la distancia los separaba.




—Changmin se quedará conmigo, no se preocupen.
—Tienes que llamar a papá, que yo llego y caigo rendido en la cama.

Changmin bostezó restregando un poco sus ojos, mientras Yunho cogía todas las maletas y sonreía.

—Gracias por todo.

Hizo una pequeña venia antes que el carro empezara a arrancar una vez más. Yoochun se pegó a la ventana. Con una sonrisa en el rostro y la mano apenas moviéndose en señal de despedida. Yunho ocupado con las maletas como se encontraba solo amplió su sonrisa un poco más.

—Hyung, ya vamos…

Changmin empezó a jalar de su brazo, encaminándolo hacía el edificio y a él no le quedó de otra más que suspirar. Con ese sentimiento extraño bullendo dentro de su ser. Inexplicable e inequívoco.



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