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Crónicas de un Tonto Mejor Amigo cap 10


Y el tonto del mejor amigo, finalmente abrió los ojos.
Era extraño ver a Yoochun comiendo tan rápido y tanto en un mismo momento.

Boa solo podía beber un poco de agua y asentir cada tanto, solo para que Park no se preocupara y continuara con su dichosa parolata, pero justo ahora la mente de la mujer viajaba a lo emocionado que se había encontrado su esposo en cuanto  le hubiera dicho que estaba embarazada.

Llevó una mano a su estómago y sonrió. Rain estaba verdaderamente contento con aquello y la noche anterior no había parado de armar planes y buscar nombres apropiados. Boa tuvo que admitir que la idea era un poco intimidante, pero al mismo tiempo maravillosa.

Su distracción llamó la atención de Yoochun que la miró fijamente y ella sonrió.

—Disculpa, me distraje. ¿Qué me decías de que Yunho decidió decirle a Jaejoong sobre lo de que ustedes no estaban saliendo en verdad?
Yoochun asintió. —¡Exacto! Y hubieras visto la sonrisa de Jaejoong, como si hubiera sido la mejor noticia del mundo y no hubiera nada mejor. Pero luego pasó algo muy extraño, apareció un tipo que…

Boa había vuelto a distraerse, con la mirada hacía la calle y las personas que había. Como si no se encontrara en ese restaurante y la presencia de Yoochun le fuera irrelevante. Entonces, Park arrugó el entrecejo.

—Muy bien.— Yoochun dejó los cubiertos y limpió su boca. —¿Qué sucede?
—¿Disculpa?
—Has estado tan distraída, que pude haberme ido y tú ni enterada.

Boa tuvo que reír un poco, con un suspiro en los labios y mordiendo su labio inferior.

—No es nada, ¿no piensas seguir comiendo?
—No, en realidad estoy pensando seriamente en hacerme vegetariano.

Inmediatamente, Boa enarcó una ceja. –¿Lo dices cuando prácticamente te has comido una vaca entera?

—No exageres, además lo decidí anoche luego de que Yunho me dejara en casa y viera ese documental donde salía como mataban a los animales. Me dio mucha pena, así que voy a ser vegetariano.— Boa se cruzó de brazos, moviendo un poco los labios y logrando que Yoochun rodara los ojos. –De acuerdo, pero será después de esta cena.

Cuando Yoochun volvió a comer, como si no lo hubiera hecho en días, Boa soltó otro suspiró y Yoochun se hartó.

—¿Qué pasa? Me estás preocupando, en serio.
—Estoy embarazada.

Las palabras de la mujer llegaron claras y precisas, el cubierto que Yoochun había vuelto a tomar cayó sobre el plato provocando un ruido molesto. Pero Yoochun solo pudo mantenerse con los ojos muy abiertos, mirando estupefacto a la mujer y su reciente noticia. Eso, definitivamente no estaba entre sus planes.




Había tan pocas cosas que podían desesperar a Jaejoong.

Entre ellas estaba Kim Hyun Joong.

Ese molesto ser que ahora ocupa la sala de su habitación de hotel donde pasaba los días, desde que había regresado a Corea. Él hace mucho tiempo había sido divertido, luego habían terminado, luego vuelto a salir, y así sucesivamente hasta un punto que se había vuelto una relación eterna de ir y venir sin conclusión alguna.

Hasta claro, que le tocó viajar a Corea y terminaron definitivamente.

O eso creía Jaejoong.

No encajaba la idea de Hyun Joong se encontrara ahí, ya habían terminado ¿por qué había ido a buscarlo? No tenía sentido. No cuando finalmente las cosas parecían estar tomando forma entre él y Yunho. ¿Por qué tenía que aparecer Hyun Joong entonces, en un momento como este?

Lo miró fijamente, y Kim se movió en su asiento. Algo nervioso en realidad.

—¿Por qué me estás mirando así?
—Por que no termino de entender la razón lógica por la cuál estás aquí.

Hyun Joong sonrió ampliamente. –Por que te extrañaba.
—Tú y yo terminamos definitivamente, la última vez que nos vimos.
—Tú y yo jamás terminamos, Jae.

La sonrisa complaciente en el rostro de Hyun Joong hizo que Jaejoong arrugara el entrecejo, aún más cuando el muchacho quiso acercar la mano a su rostro. Por supuesto Jaejoong lo alejó. Con un manotón.

—Esta vez, si. Así que no creo que sea correcto que sigas aquí.
—Te amo.

Jaejoong abrió los ojos, sorprendido, pero rápidamente sacudió la cabeza. Tratando de fingir que aquello no lo había afectado.

—No decías eso hace seis meses.
—No estaba seguro, ¿cómo iba a decírtelo si no estaba seguro?
—¡Preferiste que termináramos antes que decirlo!

Jaejoong se levantó de su asiento, y Joong lo hizo del mismo modo, quedando ambos frente a frente. Jaejoong con el entrecejo fruncido. Y Hyun Joong tratando de mostrar una cara triste que le permitiera la compasión de Jaejoong.

—Esto es inútil, Joong.
—Pero… ¿Por qué de repente ya no quieres ni hablar conmigo?

—Por que me gusta otra persona.
—Eso es mentira.

La mirada de Jaejoong fue seria, y aunque duró varios minutos antes de que Joong pudiera decir o hacer algo. Finalmente Hyun Joong optó por bufar y desviar la mirada. Como si esa conversación por hoy, no tuviera sentido alguno. Caminó tranquilo directo hacía donde se encontraba su celular sobre el sillón.

—¿Cuál era el de cabello corto o corto?
—Ninguno.
—Mientes, tenías esa sonrisa de estúpido cuando estás con alguien que llama mucho tu atención.

Jaejoong ni siquiera lo pensó cuando golpeó al más alto en la cabeza y este se quejó adolorido.

—Eres desesperante, mejor vete.
—Puedo irme ahora, pero no regresaré a Estados Unidos sin ti, Kim Jaejoong.

A Jaejoong no le quedó más que rodar los ojos mientras lo veía salir de la habitación, con ese paso despreocupado que siempre acompañaba al más alto. Gritó lo más bajo que pudo, apretando los puños y bufando una vez más. ¡¿Por qué diablos tenía que aparecer Hyun Joong justo ahora?!




—Solo creo que no es recomendable que ignores a tu amigo de esa forma.

Changmin rodó los ojos una vez más, sacando los productos de la caja mientras se los cedía a Junsu para que pudiera colocarlos en la percha. De cunclillas en el suelo. La conciencia parecía pesarle aún a Kim al haber dejado a Minho en el cine la tarde anterior. Pero Minho no se había quedado solo y de todas formas, ni se había dado cuenta sino hasta dos horas después.

Como fuera, Junsu no paraba de mencionarle que llamara a Minho.

—Aburres, Junsu. Ya te dije que todo está bien, además ni que fuéramos algo para estar dándonos tantas explicaciones.
—A ti te gusta.

Y el tiempo se paralizó.

Changmin se detuvo en el mismo exacto momento en que Junsu pronunciara aquellas palabras, mirándolo con cuidado como si en realidad no hubiera dicho gran cosa. Aunque sonaba algo falso cuando desvió la mirada aparentando ingenuidad. Tanto, que Changmin afiló la mirada.

—¿Por qué dices eso?
—Bueno… Tú, lo mirabas diferente.

Junsu quiso pasar el mal rato cuanto antes, agarró el siguiente producto, pero Changmin no lo soltó y al contrario lo atrajo hacía él con más fuerza. El equilibrio de Junsu falló, quedando de rodillas en el suelo, frente a Changmin. Ambos a la misma altura.

—¿Diferente a cómo te miro a ti?

La voz de Changmin era baja, suave y relajada. Junsu solo pudo tragar duro.

—Tú no me miras de ninguna manera, solo me miras. Así que no hay punto de comparación.
—Pero notaste que miraba a Minho diferente.
—No es eso.

Junsu trató de apoderarse una vez más del producto, pero Changmin estuvo más asiduo a él.

—¿Y cómo miro a Minho entonces?
—No lo sé… Solo diferente.

Changmin suspiró, con una mínima sonrisa en los labios. Soltando el dichoso producto, logrando que Junsu lo mirara tan fijamente al rostro, que ni siquiera se diera cuenta del momento en que lo soltó.

—Minho y yo somos amigos desde hace mucho tiempo, incluso salimos unos meses. Pero no funcionó. Sin embargo ya no lo quiero de la misma forma o eso quiero creer. De alguna manera nunca sentí que fuera gay por que me gustara Minho. Es que sencillamente nos acoplamos también que fue algo natural para mí. Lamentablemente nuestra amistad pesó más y Minho creyó que no funcionábamos como pareja.

Junsu apretó la pequeña caja, mirando esa repentina actitud frágil en Shim, la primera que veía desde que lo conocía. No sabía que decirle, como actuar. O al menos como plasmar ese silencio tan sutil que incluso hasta respirar era difícil, pero Changmin de pronto lo miró otra vez, asomando otra sonrisa un poco más grande en el rostro.

—Y ya deja de sentirte culpable por haberlo dejado en el cine con ese tipo. Apuesto que eso era lo que querían. Además, Minho está acostumbrado a mi descortesía.
Junsu rodó los ojos, volviendo a levantarse del suelo. –Idiota.

Changmin amplió un poco más su sonrisa ante el gesto de indignación por parte de Kim, observando como volvía a reanudarse en su trabajo de acomodar los productos en el perchero. Era inconsciente de lo mucho que pasaba viendo a Junsu. De lo casual que se le había convertido.

—¿Changmin?

La voz de Rain hizo al muchacho girar, levantándose de su lugar.

—Hola, Rain ¿qué te trae por aquí?
—Quiero hablar con Yunho, ¿sabes dónde se encuentra?
—Pues no lo he visto en un buen rato.

Junsu sin embargo asomó un poco la cabeza, con aquella expresión amable en el rostro.

—Oí decir a Hyung que estaría en la oficina, como ya se acerca el inventario.
—Muchas gracias Junsu.
—De nada.

Junsu sonrió un poco y Rain se encaminó hasta las escaleras con una sonrisa aún más grande, subiendo los escalones con relativa rapidez.

—Está muy feliz hoy, ¿no?
—Si, ¿qué lo tendrá así?

Pero Junsu solo levantó los hombros, observando al hombre terminar de subir, soltando un respiro antes de volver a encaminarse junto a Changmin en lo que se encontraban haciendo.




Los suaves golpes en la puerta hicieron a Yunho levantar los papeles a pesar de lo concentrado que se encontraba en la computadora.

—Adelante.
—Hola, Yunho.

Rain apareció tras la puerta, con una reluciente sonrisa en los labios, de un estupendo ánimo que era incluso hasta contagioso. Rain tomó asiento frente a él. Abriendo uno de los botones de su chaqueta.

—¿Qué te trae por aquí?
—Bueno, eres el mejor amigo de mi esposa, y sé que ella aún no te ha dicho nada. Pero quiero armarle una pequeña fiesta sorpresa para celebrar la buena noticia. Dentro de unos días, y quería que me ayudaras.

Yunho lo miró un poco confundido. Pero dejó miró con curiosidad al hombre.

—¿Fiesta sorpresa? Pero que yo recuerde falta bastante para el cumpleaños de Boa.

Rain mostró otra vez esa resplandeciente sonrisa en sus labios.

—Es que esa es la sorpresa, Boa está embarazada.

La sorpresa llegó y Yunho no supo muy bien como reaccionar. Se debatía interiormente entre lo que debería pensar en se momento o no. Y cuando los segundos pasaron, fue inevitable tratara de poner una sonrisa en su rostro. Una que al menos combinara con la de Rain. Aunque fuese más bien como una extraña mueca, que en su felicidad, Rain no pudo notar.

—Fe…Felicidades, Rain. Eso es maravilloso.— Estiró su mano para estrechar la mano del mayor y este le respondió agradecido.
—Lo sé, es lo que nos faltaba para ser una familia completa.

Yunho asintió, abriendo los ojos un poco más.

Oh, Dios… iba a matar a Yoochun, por ser tan idiota.




Conducir mientras tu mente vuela lejos, jamás es buena idea.

Yoochun lo comprendió un poco después de haberse despedido de Boa, en cuanto se subiera en su auto y acelerado cual maniaco solo para poder despejar un poco la mente, era difícil, complicado. Aún más cuando la confesión de Boa, diciéndole que estaba embarazada aún retumbaba en su cabeza.

—¡Maldición!

Y luchaba contra su propia preocupación y algo parecido al egoísmo, y su misma duda de qué hacer de ahora en adelante, mientras la mujer parecía más feliz que nunca. Por que para Yoochun aquel niño que venía en camino no era una desgracia, claro que no, pero sencillamente lo había tomado con las defensas bajas.

Tenemos que decir la verdad, Yoochun. Ya no podemos seguirlo ocultando”
La voz de Boa sonaba clara, como si estuviera sentada junto a él, con aquella expresión maternal de comprensión y amor que tan bien sabía utilizar. Pero Yoochun solo se angustiaba. La verdad pesaba, era opresora, él aún no estaba listo para asumirla y Yunho mucho menos. Yunho al que había que moldearle las cosas para que no perdiera la cabeza.

¡Demonios! Yunho era inexplicablemente quien le preocupaba más en medio de la situación.

Decidió frenar, por su propia integridad. Estacionado en alguna calle que no recordaba el nombre, mientras el aire acondicionado hacía su trabajo y él suspiraba afligido. El timbre el celular sonó y Yoochun pudo ver el nombre de Yunho tintinear con fuerza.

¿Se habría enterado ya?

La verdad es que era muy plausible, y quizá por ello. Yoochun prefirió no contestar, luego de dos llamadas más. Yunho dejó de insistir y Yoochun se sintió solo un poco peor que antes. Golpeó el volante con fuerza, y cerró los ojos, apoyado en sus manos. Con el pesimismo recorriendo todo su ser.





Finalmente el día de trabajo había terminado.

Ligeramente cansado, Junsu conversaba con varios de sus compañeros, con las manos metidas en el abrigo solo para pasar un poco el frío, esperando por Changmin que había salido unos minutos antes por que quería hacer algo importante. Y Junsu había accedido, como se le venía haciendo mala costumbre cuando se trataba de él.

—Es algo tarde, ya tenemos que irnos.
—Está bien, vayan con cuidado.

Los muchachos sonrieron y se alejaron sin problemas hacía las calles iluminadas, dispuestos a caminar hasta la estación más cercana. Junsu suspiró un poco, mirando la tienda ya cerrada. Sin terminar de entender por que de pronto esa noche Changmin tenía que hacer algo tan importante y mucho menos por qué le había pedido que lo esperara.

—¡Ya llegue!

Changmin estaba agitado, parecía haber corrido, así que Junsu sonrió, negando suavemente.

—¿Qué era eso tan importante que tenías que hacer?
—Esto.— Changmin levantó la funda en sus manos, pero Junsu solo lo miró confundido. –Fui a comprar un poco de provisiones. Te invitó a cenar esta noche, yo preparo la comida.

Junsu pareció sorprendido, por que Changmin lo había planeado y ni siquiera se lo había consultado.

—¿Y qué te hace creer que voy a aceptar?
—Por que la cena es en tu casa.

Todavía más sorprendido, Kim echó su cabeza para atrás y rió divertido ante la osadía del menor que solo lo miraba sin problemas o nervios. Solo con la convicción de que irían hasta su casa.

—¿Y por qué crees que yo no tengo nada que hacer?
—Lo supuse.

Changmin levantó un poco sus hombros y Junsu volvió a negar, empezando a caminar entre el frío y la poca gente que había a esas horas.

—Tienes suerte de que hoy no me toca turno en la noche en mi otro trabajo.

Shim sonrió ampliamente, empezando a caminar junto a Junsu. Sin problemas, y en aparente calma.




Llevaba un par de horas en su departamento, viendo lo interesante que parecía ser su techo, mientras los minutos pasaban, y el insomnio persistía. Sobre su cómoda cama, que de pronto no le permitía conciliar el sueño. Rain y sus planes, que de pronto habían sonado bien. Si no fuera por que la noticia para él había sido como una patada en el hígado.

¿Cómo quedaba él en medio de esta situación en realidad?

¿Era ese hijo que Boa esperaba de Yoochun?

¿Cómo quedarían esos dos si en verdad era un hijo de Yoochun?

Eran demasiadas preguntas, y el estúpido de Yoochun que no contestaba el maldito celular. Para la octava llamada, Yunho comprendió que Yoochun no quería hablar, seguramente por que Boa ya le habría dado la noticia. Entonces más preguntas acecharon a su cabeza.

¿Estaría Yoochun estupendamente feliz con esa noticia?

¿Pensaría dejar de lado su relación falsa con él, por estabilizarse con Boa?

¿Estaría con Boa ahora mismo?

¿Por qué diablos era él tan imbécil?

Era definitivo, necesitaba dejar de pensar en Yoochun y en ese maldito malestar que no se marchaba de su cuerpo y que esperaba que al despertar hubiera desaparecido luego de una gratificante noche de sueño y descanso. Eso, claro, si es que tan solo pudiera dormir.

Pero solo estaba preocupado. Extraño por no saber que pintaba él ahora mismo en medio de esa historia y en por qué Yoochun no lo llamaba más que sea para enterarse de en qué estaba pensando ahora mismo. Luego de aquella noche en la que su amistad sufrió una pausa por culpa del vino y sus cuerpos se descubrieron adaptándose demasiado bien. Yunho ya suponía que las cosas cambiarían.

Y sinceramente justo ahora prefería la tensión sexual, a que Yoochun fuera a convertirse en padre…

…Y, pues, alejarse de él.

¡Diablos! Estaba siendo tan egoísta.

Cuando el teléfono sonó, Yunho prácticamente saltó de su cama, esperando ver el nombre de su amigo en la pantalla, pero la adrenalina repentina bajó cuando vio el nombre de Jaejoong y su cuerpo cayó pesado sobre la cama otra vez. Eso no podía ser bueno, de repente las ganas de estar con Jaejoong, de hablar con Jaejoong se habían esfumado.

Por que Yoochun ocupaba su mente, en su totalidad.

La llamada volvió, y Yunho solo suspiró. No tenía ánimos de hablar con nadie a menos que se tratara de Yoochun, pero era él único que no lo llamaba. Finalmente tomó el celular y escribió un mensaje. Como único remitente Kim Jaejoong.

“No puedo hablar ahora, te llamo mañana cuando esté más desocupado. Lo siento”

Un mensaje llegó después, Jaejoong siendo amable y comprensivo. Comparó y pensó que Yoochun le hubiera gritado y continuado con las llamadas hasta que le contestara aunque fuera de mala gana. Jaejoong y Yoochun eran tan distintos e iguales al mismo tiempo, y quizá por eso Jaejoong había llamado su atención en un primer lugar.

Jaejoong había llamado su atención.

Pero ahora ni siquiera podía contestar sus llamadas. Y mañana tenía que fingir sonrisas y ser amable y considerado. Tratar de no mirar a Boa como si de pronto fuera una intrusa. Tantos sentimientos negativos estaba experimentando. Que empezaba a arrepentirse de en algún momento haber creído que presentar a Boa y Yoochun había sido una buena idea.




—Así que tienes tres trabajos.

Junsu asintió, bebiendo un poco de soju y arrugando el rostro ante el sabor amargo, luego de que hubieran acabado la cena y decidido quedarse un rato más a platicar en la pequeña sala de estar donde Junsu vivía.

—Si, el de tiempo completo con Yunho hyung, uno en la noche y uno los fines de semana.

Changmin abrió los ojos sorprendido, sirviéndose un poco más de licor en el pequeño vaso.

—¿Cómo soportas tanta presión?
—Pues soy joven, debo sacarle provecho a eso. ¿No?

Junsu volvió a beber de golpe, con un bostezo en los labios al haber empezado a pasar las horas y aún así sentir que no quería irse a dormir todavía. Changmin se había quedado observándolo por un largo rato, hasta que finalmente asintió y bebió un poco más.

—¿Por qué casi nunca hablas de tus padres?

Cuando Junsu se movió incómodo en su lugar. Changmin comprendió que no había sido una buena idea.

—Creo que no es un buen tema… Si quieres…
—No, está bien, esta tarde tú me hablaste de lo de Minho.— Junsu sonrió un poco, había notado un abismo de sentimientos en Changmin hacia Minho que no habían muerto del todo. Y eso debía ser difícil de confesar. –Yo quiero hablarte sobre esto.

Le costó un poco agarrar el valor necesario para empezar a hablar, sin embargo luego de dos vasos a medio servir, finalmente Junsu respiró profundo y empezó a hablar.

—Cuando tenía dieciocho, pensé que sería buena idea confesarle a mis padres que no me gustaban las chicas. Creí que me apoyarían.— La mirada de Junsu estaba sobre sus propias manos que se movían levemente, como si jugara con los dedos. –No fue así, papá me echó de la casa y mamá me pidió que… me fuera lejos, donde sus amistades no se enteraran de mis “gustos”

Junsu sonrió lastimeramente y Changmin frunció el ceño.

—Eso es una estupidez. ¿En que siglo viven tus padres?
—Y eso que vivíamos en Estados Unidos.— Junsu sonrió con un poco más de sinceridad. –Pero aún así mis padres lo consideraron una ofensa para la familia. Y yo decidí venir a Corea.

—Es… estúpido. Discúlpame pero tus padres son muy ignorantes y estúpidos.
—Al menos no intentaron enviarme a uno de esos centros de rehabilitación para “curar mi enfermedad”

Junsu esbozó otra sonrisa. Y Changmin colocó con fuerza sobre la mesa, el vaso en sus manos.

—Te voy a pedir un favor Junsu.— Tuvo la mirada de Kim inmediatamente sobre sus ojos. –Si no tienes ganas de sonreír simplemente no lo hagas, estás tan acostumbrado a hacerlo que solo me dan ganas de golpearte. Si quieres llorar, si estás furioso, solo demuéstralo. Yo no necesito una sonrisa ahora, necesito al Junsu de verdad, él que sufrió cuando sus padres demostraron ser unos reverendos imbéciles.

Junsu solo dejó su vaso junto al de Changmin y bufó con fuerza.

—Siguen siendo mis padres, Changmin.
—Pero tú dejaste de ser un hijo para ellos cuando quisiste ser honesto contigo mismo.

Hubo un breve momento de silencio cuando Junsu bajó la cabeza, con los puños apretados sobre sus rodillas. Changmin apenas podía ver su cabello, hasta que claro, una solitaria lágrima cayó sobre el piso. Y fue peor cuando varias lágrimas más la siguieron.

—Yo de verdad… creí que iban a apoyarme. Que sería incómodo al principio pero que terminarían por… aceptarme. Es solo que, los admiraba y quería tanto. Que me dolió mucho lo que hicieron. Yo apenas tenía dieciocho, nunca antes había trabajado, me había graduado hace unos días, en medio de una gran fiesta en la que dijeron tantas veces que estaban orgullosos de mí. Pero luego ellos solo se avergonzaron… y yo me sentí tan solo.

Changmin respiró hondo, sirviendo y bebiendo un poco más de licor antes de servir un vaso más y extendérselo a Junsu.

—Te lo digo, son unos idiotas.

Junsu levantó sus ojos un poco enrojecidos.

—¿Por qué no me abrazas?

Changmin se tensó de inmediato. Moviéndose lo más rápido que podía hacía el cuerpo de Kim. –Lo siento, es solo que en estos casos no sé muy bien que hacer.— Rodeó con sus brazos a Junsu y él solo suspiró ante el calor corporal que le fue brindado en ese instante.

—¿Y tu hermano?
—Jaejoong ya se había ido a la universidad hace dos años. No se enteró hasta tiempo después. Discutió con mis padres, nunca supe en qué términos quedaron. Pero Jaejoong me apoyó cuando le dije que vendría a Corea.

—¿Y por qué el no ha venido a vivir acá?
—Él trabaja en su compañía por allá, le va muy bien y es mejor así. Yo procuro no preocuparlo. Ni pedirle dinero, a pesar de que cada que tiene oportunidad quiere darme algún cheque como regalo de cumpleaños.

Changmin sonrió, esa vena protectora en Jaejoong se parecía un poco a la de Yunho. Solo que Yunho era más de la idea de que aprendiera a ganarse el dinero. Entonces se percató de la gran brecha que había entre él y Junsu. En que él apenas estaba empezando a esforzarse por algo que no fueran los estudios. Mientras Junsu había aprendido a valerse por si solo desde tan joven.

—No lo entiendo, ¿por qué tantos trabajos? Con lo bien que te paga Hyung creo que tendrías suficiente.
Junsu sonrió, alejándose un poco del abrazo, secando sus lágrimas. Visiblemente más recuperado. –Estoy reuniendo para la Universidad. Por eso necesito tanto dinero.

—¿Nunca terminaste una carrera?
—Pues no… luego de lo de mis padres trabajé en Estados Unidos un tiempo y luego me vine a Corea, no tenía tiempo ni dinero como para dedicarme solo a estudiar.

—Jaejoong pudo haberte ayudado.
—Pero yo no quise. Es mejor así, de esta forma aprendo como es la vida. Y valoro mejor lo que tengo. Valoro estos estudios que muchos sobrevaloran, rechazan o no les dan la debida importancia.

Changmin asintió, mirando fijamente a Junsu.

—¿Yunho sabe todo esto?
—Claro, siempre he dicho que Hyung más que un jefe es un amigo par mí.

De repente la mirada se agudizó, observando las facciones de Junsu y la sonrisa que había apareció al mencionar a Jung.

—¿No te gustara Yunho, cierto?
—¡Por supuesto que no!

Junsu le dio un pequeño golpe en el brazo y Changmin rió divertido.

—¿En serio? Por que es perfectamente cliché. Yunho te ayuda, es bueno contigo, te apoya, cuida de ti. Terminas enamorándote de él.

Junsu únicamente rodó los ojos.

—No me gusta, en realidad hasta ahora no he salido con ningún chico. Al menos no realmente.
—Un momento, ¿no has tenido nada con ningún chico?

—No.
—¿Entonces como demonios sabes que eres gay?

—Pues nunca me ha gustado ninguna chica, y en el instituto había un chico que me llamaba mucho la atención, luego me gustó y finalmente me di cuenta que estaba enamorado, si eso no es ser gay entonces, ¿dime qué es?
Changmin torció un poco la boca. —Supongo que tienes razón.

Junsu sonrió victorioso, tomando un poco más mientras Changmin parecía un poco distraído de pronto.

—Entonces, ¿tú y ese chico nunca tuvieron nada?
—No, él era demasiado hetero para mi gusto. Luego sencillamente se me fue el amor.

Junsu rió divertido, pero Changmin había vuelto a encerrarse en sus pensamientos. Formando un extraño silencio entre ambos.

—¿Por que lo preguntabas?
—Oh, bueno es que Minho y yo nunca llegamos a gran cosa en nuestra corta relación y pues, yo quería… un consejo.

—¿Consejo? Min… ¿Te gusta un chico?

Fue casi invisible, pero un pequeño sonrojo invadió las mejillas de Changmin, quien rápidamente trató de disimularla, tosiendo discretamente y evitando su mirada.

—…Tal vez. Pero, ese no es el tema ahora. Si no tienes ningún tipo de experiencia eso quiere decir, ¿qué no has tenido tu primer beso?
—¿Eh? Pues… No, supongo que no.

Junsu respondió frescamente, sin ningún tipo de complicación.

—Eso es raro, ¿tan grande y no hayas tenido tu primer beso? Yo al menos me he besado con algunas chicas y Minho.

Esta vez Junsu miró molesto a Changmin, especialmente por la sonrisa burlona en los labios del menor. Pero Changmin únicamente sonrió un poco más, y se acercó hasta él. Tomándolo por el rostro y como si se tratara de lo más común del mundo, lo besó.

Fue breve y una sorpresa para Junsu quien abrió los ojos totalmente sorprendido. El olor a licor en Changmin era muy fuerte, quizá por eso la sonrisa que bailaba en sus labios. Fue extraño, por que el contacto de esos labios húmedos fue tan íntimo que lo hizo sentir una agitación extraña en el pecho y luego Changmin, simplemente se alejó.

—Ahí está, tienes tu primer beso.— Changmin sonrió, no tan cerca de su rostro por suerte y Junsu solo pudo quedarse estático mirándolo. —Es una vergüenza que con veinticinco años y jamás te hayan besado.

Nuevamente y de sorpresa en sorpresa como lo tenía Changmin en los últimos minutos, Shim solo se levantó del suelo aduciendo que se lavaría un poco la boca antes de ir a dormir. Como si nada hubiera pasado. ¡Como si no le hubiera robado su primer beso!

Esta sería una noche difícil para conciliar el sueño.




Esa mañana, Yunho llegó más temprano de lo habitual a su trabajo.

No había podido dormir bien y de nada servía quedarse en la cama, así que salió a correr un poco, se duchó, desayuno algo y se encaminó al trabajo. Descubriendo por primera vez que por alguna razón Junsu aún no llegaba, cuando pasaban diez minutos de la hora normal de llegada.

—¡Hyung, lo siento!

Junsu colocó las manos en sus rodillas, algo agitado en verdad, con Changmin del mismo modo.

—¿Y ustedes? ¿Cómo así llegan juntos?

Changmin rodó los ojos, tratando de enderezarse una vez más.

—No imagines cosas raras, Yunho. Solo dormí en la casa de Junsu para conversar un rato y beber algo.
—Pues no tienes doce años para andar en pijamadas.

Pero esta vez Changmin no dijo, nada solo rodó los ojos. Encaminándose tranquilo hacía los locker donde guardaban su uniforme y cosas personales. Junsu estuvo a punto de seguirlo sino fuera por Yunho que lo sostuvo cuidadosamente del brazo.

—Espero que Changmin no te haya dado muchos problemas.

Yunho sonrió un poco y Junsu le devolvió la misma.

—No te preocupes, hyung. Fue una compañía interesante.

Yunho rió un poco. Dejando ir a Junsu para que pudiera ponerse al día cuanto antes. Había algo en esos dos, cuando los veía. Que lo ponía de un excelente humor.




—Regresaré para la hora del almuerzo.

Boa besó los labios de su esposo con tranquilidad, tomando sus cosas para poder salir de la casa y encaminarse al trabajo. Rain la despidió con una sonrisa. Y una ropa cómoda, aprovechando su día libre para hacer lo que tenía planeado desde ayer junto a Yunho.

Apenas Boa hubiera desaparecido por la puerta principal, se encaminó velozmente hacía el ático donde había guardado todo lo que había comprado para los preparativos para el festejo sorpresa de Boa. Revisó cada cosa en su lugar y que estuviera todo adecuadamente preparado.

Cuando sonó el teléfono, era un mensaje de Yunho.

No he podido contactarme con Yoochun, pero trataré de hacerlo en lo que va de la mañana.
Nos vemos en la tarde.

Parecían no haber problemas excepto que Yoochun estaba en el plan de no querer contestar las llamadas, sabrá dios por qué. Pero mientras tanto Yoochun decidió empezar a decorar la casa, para que cuando su esposa llegara a cenar, todo estuviera perfecto.




Cerca del medio día, Jaejoong llegó a la tienda. Justo cuando Yunho se disponía salir para la casa de Boa y Rain.

—Hola, Jae. No te esperaba.
—Si, quise venir a robarte un momento para almorzar algo juntos y hablarte de algo importante.

Yunho miró la hora en su reloj, un poco contrariado por que empezaba a hacérsele tarde. Miró el rostro de Jaejoong y él tenía esa brillante sonrisa que tanto le gustaba.

—En realidad justo ahora iba a encontrarme con Rain, para una sorpresa que piensa a darle a Boa. Voy a ayudarlo con un par de cosas mientras cocina. Si no te molesta podemos ir, quedarnos un rato en la reunió y luego salir un rato.

Sonrió tratando de convencer a Jaejoong, por que la verdad no le placía quedarse mucho rato en aquella reunión que sería verdaderamente incómoda. A pesar de que Changmin y Junsu irían para la hora del almuerzo. Sin embargo Jaejoong era su excusa perfecta, y pareció encantarle la idea.

—De acuerdo, sé cocinar. No muy bien, pero podría ayudar a Rain.

Yunho asintió, complacido de que Jaejoong aceptara, conversando con él hasta que recordó, que no había podido contactar con Yoochun en toda esa mañana.




Luego de haberlo pensado lo suficiente, Yoochun aceptó que Boa tenía razón.

Debía afrontar la realidad, y aceptarlo.  Pero necesitaba un poco más de tiempo. Solo un poco más. El problemas es que Boa no parecía muy dispuesta a esperar. Aún más por que ahora esa pequeña vida en camino, ya jugaba un papel muy importante. Él la entendía, pero las cosas no eran tan fáciles como esperaba.

Bajó la velocidad en su auto y marcó el número de Boa por inercia, un par de tonadas y la voz de la mujer fue clara y precisa.

—Dime, Yoochun.
—¿Estás en tú casa? Estoy yendo para allá. Necesito que hablemos.

—Precisamente estoy a unas cuadras de mi casa. Encontrémonos en la entrada.
—De acuerdo, ya estoy llegando.

Cortó la llamada, dejando el celular en el asiento contiguo. Consciente de que esta noche tendría que ir al departamento de Yunho y hablar con él. Por las buenas, por que Jung podía ser muy impulsivo y enojarse mucho, muchísimo con él.




—No tardaste casi nada.
—Te dije que estaba cerca.

Yoochun habló cerca de la oreja de la mujer, abrazándola con fuerza.

—¿Cómo te has sentido?
—Bien, Yoochun. Estoy embarazada, no enferma.

Boa rodó los ojos empezando a caminar hacía la puerta de su casa, tranquila por el hecho de que Rain le había dicho que no podría llegar a almorzar por que lo habían llamado de la Universidad, entró tranquila. Notando que las cortinas estaban cerradas, proporcionándoles poca luz dentro del lugar, pero Yoochun no pareció darse cuenta de nada.

—No he dormido en toda la noche, hoy me levanté como a las doce del día luego de al fin haber empezado a dormirme como a las cinco. Y cuando vi mi celular tenía como ochenta llamadas de Yunho, pero no me atreví a devolverle  ninguna.— Yoochun pasó las manos desesperado, por entre su propio cabello. –No puedo decírselo Boa, no aún.

Kwon en ese momento frunció el ceño, cruzada de brazos, a muy pocos pasos de distancia de Park.

—Yoochun debes hacerlo, tienes que hablar con Yunho.
—Boa tú no entiendes, todo esto se nos salió de las manos. Yunho seguramente creerá que ese hijo que esperas es mío. Y si le digo la verdad va a odiarme.

—En primer lugar, no vuelvas a decir que mi hijo podría ser tuyo por más hipotético que sea, es traumante. Segundo, Yunho jamás te odiaría. Él te ama, aunque aún no descubra que es en el mismo nivel del que tú lo haces. Y tercero, Yoochun, ¿sabes por qué te pedí que le contaras la verdad a Yunho justo ahora?

Yoochun movió negativamente su cabeza.

—Por que estoy esperando un hijo de Rain. Y no puedo dejar que por algún motivo crea que tú y yo tenemos algo más que una amistad, por que JAMÁS ha sido así. Esperamos un hijo y debemos concentrarnos solo en eso. Ya una vez se nos pasó la mano cuando iniciamos este tonto plan para que Yunho tuviera celos y se diera cuenta que está enamorado de ti.

—Si, ya sé.— Park bufó molesto. –Rain no escuchó y mal interpretó todo, pero tienes que admitir que fue una desgracia con buena suerte. Finalmente Rain entendió que no tenemos nada. Y pude lograr que Yunho y yo estuviéramos más cerca todavía, sin que mis acercamientos lo asustaran y pasaran un poco desapercibidos ante la situación de fingir que estábamos saliendo. No estaba planeado, pero nos cayó como anillo al dedo.

Boa sonrió un poco, acariciando el rostro de su amigo.

—Yo sé que Yunho te corresponde Yoochun, te quiere tanto que sé que no era necesario que iniciaras todo este tonto juego para darle celos. Solo debiste hacer lo que te dije en un principio. Decirle lo que sientes y esperar por que él solito abriera los ojos y se diera cuenta de lo que siente. Si es que no te venía queriendo en secreto como tú a él, y todo terminaba en sexo apasionado en el sillón.

Yoochun rió divertido, pero antes de que pudiera acotar algo más, las luces de la sala de estar fueron prendidas, y ellos desde el pasillo de entrada giraron de inmediato. Sus amigos estaba ahí, Junsu, Changmin, Rain. Incluso Jaejoong. Y por algún motivo los ojos de Yoochun tardaron en ubicarlo a él.

Sintió un aire helado propagarse por todo su cuerpo, miedo, desesperación y vergüenza.

Todos juntos en ese momento.

Y el suspiro en los labios de Yoochun fue exhalado como un llamado ahogado ante los ojos vagos y asombrados  del tonto de su mejor amigo, que hasta ahora no se había podido dar cuenta de todo lo que sentía por él. Él único nombre que le importaba dentro de esa habitación.

—Yunho…

3 Comentarios:

  1. OMG!!!! ¡esto es mas que WOW! Amazing! Te luces con este fic! ¡Muchas gracias por los caps! continualo pronto, si? Besos!
    WOW!

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  2. Anónimo3/31/2013

    Podrías por favor actualizar? te lo suplico! es que es impresionante y necesito saber que pasa! por favor

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  3. Anónimo6/12/2013

    Actualizaaaaa

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