HACES QUE ME CUESTIONE…
- necesitamos hablar… - soltó el moreno desde la puerta, mirando profundamente al pelinegro…
- necesitamos? Yo no necesito escucharte, me quedó muy claro cuando durante cuatro años nunca te dignaste siquiera a llamar, no me vengas ahora con que necesitamos hablar… - espetó con molestia… pero porqué no lo corría?
- precisamente por eso quiero que hablemos, déjame explicarte porqué te dejé entonces y no me comuniqué contigo en todo este tiempo… - casi suplicó, comenzando a acercarse al otro…
- en qué idioma tengo que decirte que no quiero escucharte… - pero por alguna razón, había terminado por acercarse al moreno… peligrosamente cerca…
- solo te pido que hablemos, nada más… - su aliento mezclándose con el de Yoochun, labios entreabiertos que pedían a gritos ser besados…
- solo hablar?... – susurró con su varonil voz, la respiración alterada. Se estaba dejando llevar por sus sentimientos, por el deseo reprimido de besar esos labios que por cuatro largos años estuvieron lejos…
- solo hablar… - sus labios redujeron toda distancia encontrándose en un beso hambriento que funcionó como el interruptor que encendió la pasión contenida. Sus labios se movían ansiosamente atrapando los del otro en una afanada caricia ardiente cuyos principales actores eran sus lenguas enredándose lujuriosamente, recorriendo y rememorizando a su vez esa cavidad bucal en que antes tantas veces se debatieron a duelo por un dominio que nunca quedó claro definiendo a un ganador.
El pelinegro sintió cómo era sujetado por la cintura y conducido hacia atrás hasta que topó contra el filo del escritorio, y solo entonces pareció recordar lo que estaba pasando. Se separó bruscamente de ese beso que parecía interminable y le supo delicioso, pero que no debió pasar, no así, no ahora. Empujó al moreno alejándolo de su cuerpo, ordenando los pensamientos en su cabeza, obligando a sus desenfrenadas hormonas a apaciguarse.
Ambos respiraban agitadamente, reconocían cuánto se habían extrañado, lo fácil que sus cuerpos reaccionaron con solo un beso. Yunho se estaba mordiendo la lengua por no decirle justo en ese momento que lo seguía amando como si el tiempo no hubiera pasado, pero temía llegar a alejarlo si lo hacía, porque pensaba que lo que Yoochun menos querría era escuchar eso cuando lo abandonó tan cruelmente años atrás.
- hablaremos después… - <.qué diablos hago.>… - no sé cuándo, pero no ahora… - clavó su mirada en el moreno… - yo te llamaré…
- está bien… - aunque las cosas no como las planeó, el haber sentido en ese beso las mismas sensaciones de antes le daba la esperanza de poder recuperarlo… - nos vemos luego, Yoochun ah… - sonriendo internamente, el moreno salió de la oficina.
Al pasar por el pasillo que lo lleva fuera, Jae le vio desde la cocina, no pudiendo distinguir su expresión, no sabiendo lo que había pasado; quería correr y alcanzarlo y preguntar, pero estaba seguro que no habían vuelto por el poco tiempo que pasara desde que entró a la oficina; así que decidió esperar un poco a ver si le llamaba o le mandaba algún mensaje para contarle lo que sea que haya sucedido. Junsu también vio pasar al chico que se topara antes, y no sabe porqué es que le seguía causando una extraña inquietud, porqué sentía cierta apatía hacia él, sin siquiera conocerlo, sin tener motivo alguno para juzgarle de esa manera… sin lograr recordar dónde le vio antes.
En su oficina, el pelinegro suspiró y resopló con frustración. Después de todo había caído fácilmente, su corazón traicionero había tomado control de sus acciones llevándolo a besar con aquella pasión que siempre transpiraba por los poros de su piel tratándose del moreno, descubriendo que había sido casi como si el tiempo no hubiera pasado… llevó sus dedos a su boca, palpando en sus labios la sensación de añoranza que justo ahora menos necesitaba…
……………………………..
Oficina de Jo Nang
- supe que tú y tu hermano han estado rondando a uno de los empleados, específicamente un chico llamado Kim Junsu, el repostero…
- “rondando” suena acusador viniendo desde de tu voz, madre… - el morocho veía con unos binoculares la ciudad desde el ventanal de la oficina, una preciosa vista era la que tenía desde lo alto…
- también supe que Jung Yunho volvió, y que estuvo en la oficina de Yoochun hace unos minutos… - continuó la mujer, firmando algunos documentos…
- algo de eso escuché, lo que me intriga es la manera en que tú te enteras de todo desde acá arriba… - y es que la oficina principal de la Franquicia Park se ubica en el último piso del gran edificio…
- hace cuatro años le advertí que no quería volver a verlo en nuestra casa… - siguió la Sra. Park, haciendo caso omiso del comentario de su hijo mejor… - pero tu hermano le ha estado esperando, a pesar del enojo que siente por su partida, su sentimiento por Yunho podría ser más fuerte y volver a su lado…
- qué tengo que ver yo en eso… - cuestionó contrariado e intrigado, apartándose del ventanal, caminando por la amplia oficina, mirando todo a su alrededor con un interés inexistente…
- sé que a tu hermano le atrae ese chico, Kim Junsu, y sé que tú estás tras de él solo por molestarlo, quiero que sigas en ello, quiero que consigas que tu propio hermano se enamore del chico… - el morocho paró, volteó hacia el escritorio de su madre, quien ahora guardaba todos esos documentos en una carpeta de piel…
- porqué… - atinó a preguntar unos instantes después…
- porque de ningún modo permitiré que Yoochun vuelva con Yunho, pero si se lo prohíbo solo incentivaré su deseo de estar juntos, además, es mayor de edad y puede hacer lo que quiera…
- y si yo estuviera genuinamente interesado en Junsu?... – su madre finalmente le dirigió la mirada…
- si lo estuvieras, no estarías escuchando con tranquilidad, ni tendrías esa mirada de diversión, tus ojos estarían inyectados de molestia e inconformidad. Y si lo estuvieras, si el chico te gustara más allá de solo pasar el rato, no estarías intentando conquistarlo, hubieras intentado ser genuino con él… - <.punto a su favor.> pensó el morocho, sonriendo de medio lado. Aunque igual había una pequeña inquietud asentada en su estómago… Junsu.
- tengo una duda…
- porqué si tomo tan tranquilamente la preferencia sexual de mis hijos, sigo citando a Yoochun con mujeres?
- justamente, madre…
- porque las madres solemos saber cómo lograr que nuestros hijos lleguen a lo que y donde, nosotras queremos…
- manipulación… - soltó el morocho con una indescifrable sonrisa…
- yo le llamo amor…- replicó amablemente la mujer… - harás lo que te pido?
- porqué no, siempre es divertido sacarle celos a mi hyung…
……………………….
Cocina del Restaurante…
- oye, Junsu, tú sabes que somos buenos amigos desde que conozco a ChangMin, y que no suelo andar por ahí diciendo todo lo que escucho, pero, puedo preguntarte qué tanto es lo que quiere Yoochun contigo en su oficina en los últimos días…
- y me preguntes eso porque lo que ya se rumora es… - el castaño miró hacia su lado derecho, donde varios compañeros trabajan elaborando diversos platillos, notando que era observado de reojo por algunos…
- que son novios, o algo así… - soltó el chico de ojos claros, decorando unas copas de helado que debían ser entregadas ya en las mesas…
- que buena imaginación tienen… - comentó con una falsa sonrisa que no ocultaba su preocupación y molestia porque se metieran en su vida…
- digo, a mí no me importaría si así fuera, cada quien tiene derecho a salir con quien quiera, no importa si es alguien de su mismo sexo…
- lo sé, así que cuando piensas declarártele a mi hermano, eh… - aprovechó para evadir, notando el sonrojo en su amigo…
- cómo, porqué… desde cuándo sabes que… no te importa?... – habló con marcado nerviosismo…
- la verdad es que tú y Min hacen buena pareja, se entienden muy bien, se apoyan mutuamente, y creo que el cariño que se tienen es más que amistad desde hace algún tiempo; y no, no me importa, si Min es feliz, yo jamás me opondría a sus decisiones… - respondió con una sonrisa…
- la verdad es que sí he pensando en pedírselo… - aceptó, bajando la voz para que nadie más escuchara… y también por la propia vergüenza… - pero me da un poco de temor…
- porqué… - <.si es claro que Min siente igual.> pensó…
- porque… no quiero faltarle al respeto a tu madre saliendo con su hijo menor, ella ha sido muy buena conmigo desde que visité por vez primera tu casa; no sé, creo que si no fuéramos hombres sería más fácil… no sé si me entiendas…
- un poco, creo… - <.qué pensará mamá de las relaciones gay.>
………………………..
Mientras Yunho paseaba por las principales calles del centro de la ciudad buscando empleo, se encontraba de mejor humor, aunque los nervios lo consumían por la espera del momento de por fin hablar con Yoochun. En tanto que Jae contaba los minutos faltantes para salir del trabajo y refugiarse en algún lugar para liberar su dolor… a pesar de que quería la felicidad de su amigo, ello no significaba que sufriera el rompimiento de todas sus esperanzas con él… y los recuerdos de cómo se conocieron se encadenaron en sus pensamientos…
……flashback…….
Boston, Massachusetts. Estados Unidos. 3 años atrás.
Kim Jaejoong tenía un par de semanas en la ciudad y mucho en ella aún le resultaba toda una novedad… el idioma incluido, pues apenas si conocía palabras y frases clave que le permitían comunicarse, por lo pronto se había inscrito en un curso intensivo que le aseguraba hablarlo fluidamente en cosa de meses. La Escuela de Cocina le resultó un poco complicada al principio por causa del inglés, pero al poco tiempo fue familiarizándose con los términos para los ingredientes y demás herramientas.
Por su posición económica no se vio en la necesidad de conseguir un empleo de media jornada, por lo que tenía tiempo para salir a conocer y divertirse. Fue una tarde soleada cuando conoció a ese atractivo chico de tez morena y rasgos claramente orientales, bellos ojos de un café intenso que miraban con una calidez profunda, ceja tupida perfectamente acomodada dándole un toque sensual y varonil, labios gruesos delineados en un gesto de seriedad. Pudo notar en ese joven que algo acongojaba su alma y como si el destino lo hubiera dispuesto, no dudó en acercarse a la mesa del Café en que se encontraba hojeando un libro… de leyes según observó en la tapa del mismo.
- hola, buenas tardes… - saludó Jae, en aquél entonces su cabello de un tono oscuro, con una gentil sonrisa.
- buenas tardes… - correspondió el moreno, más por educación que por verdaderamente haber sentido interés en ese instante por el chico…
- te molesta si me siento… - cuestionó el pelioscuro, contento de haber encontrado a un paisano con quien hablar fluidamente su idioma natural…
- mh, no… - entonces el moreno en verdad puso atención en su “acompañante” y curvó una ligera sonrisa, de esas que desde hace un año tanto le cuesta mostrar… - adelante… - dejó el libro sobre la mesa…
- eres coreano, verdad…. – se sentó frente al moreno, quien asintió a su cuestionamiento…- me llamo Kim Jaejoong…
- Jung Yunho, mucho gusto… - estrechó la mano de ese chico quien tan fácilmente le inspiraba confianza… - café?
Y así, un par de chicos que se sentían ajenos a mucho en aquél país de costumbres tan divergentes de las propias, coincidieron por vez primera en modesto local de la zona centro, charlaron por un par de horas de cosas que extrañaban de Seúl y de los motivos por los que se encontraban en ese Estado norteamericano.
Poco a poco fueron teniéndose más confianza y fortalecieron el lazo que los unía solidificándolo en una sincera y profunda amistad. Pero no fue sino hasta casi el año de conocerse que Jae se dio cuenta de cuán enamorado estaba ya de Yunho. Desde la adolescencia descubrió que sus intereses románticos se encontraban en los chicos, pero el amor que creció en su interior por el moreno le asustaba… no porque temiera no ser correspondido, ya ambos sabían de las preferencias sexuales del otro… el asunto se centraba en la renuencia del moreno por relacionarse formalmente con nadie, estaba seguro el (en ese entonces) castaño claro de que esa actitud tenía todo que ver con algo que su amigo aún le oculta y sucedió antes de mudarse a Boston.
Muchas veces se ha tragado ya sus declaraciones de amor por no arruinar su amistad con Yunho, pero sabe que eso solo lo hace que se hunda en un pozo de soledad y tristeza silenciosa del que un día no podrá escapar ni cubrir en la ilusión del amigo perfecto que siempre tiene las palabras indicadas y una transparente sonrisa para animar a su amigo…
Era una noche lluviosa cuando el moreno y el castaño oscuro se encontraban en el departamento de éste último, que Yunho por fin abrió su corazón… y con ello nubló toda luz de esperanza en Jae por entrar en su corazón…
- se llama Yoochun, es por él que no puedo tener relación alguna con nadie más, no solo por el hecho de que no terminamos cuando partí de Seúl, sino porque le sigo amando con la misma fuerza…
- pero… entonces por qué dices que nunca le has llamado desde que te viniste?... – las gotas de lluvia chocaban con estruendo contra las ventanas por las ventiscas que soplaban afuera… sus lágrimas tragadas, llorando solo internamente…
- porque soy un cobarde, preferí dejarlo antes que enfrentar a mis padres, con qué cara me iba a atrever a llamarlo si no iba a poder explicarle todo lo sucedido, si con eso lo ponía en riesgo… sino podía ofrecerle nada, aún cuando nos amaramos, también tenía que pensar en la herida que ya le había ocasionado, esa misma que se convertiría en el origen de nuevas dudas e inquietudes, Yoochun estará mejor son mí, así mis padres no le harán daño alguno…
- en verdad crees que tus padres habrían sido capaces de lastimarlo?... – preguntó con incredulidad, pero comprendiendo ahora porqué nunca le ha invitado a su casa, porqué no tiene amigos varones, porqué son pocas las veces incluso que está ahí, en su departamento…
- mis padres son mi peor pesadilla, y hasta que esté seguro de que nada me ata a ellos, Yoochun solo puede ser parte de mi pasado…
Más nada se habló del tema ese día, Jae comprendió entonces todo el peso que cargaba sobre sus hombros el moreno, porque los Sres. Jung impusieron de cruel manera sobre él su voluntad hermética de hijo varón. Y se juró ese mismo día que seguiría amando al moreno en inquebrantable silencio, renunció al sueño de estar a su lado como pareja, pero tomó la misión de ayudarlo a ser feliz acompañándolo como su mejor amigo, así sea por la eternidad.
…….flashback……
- hasta mañana, Jaejoong… - se despidieron del rubio sus compañeros…
- hasta mañana… - les despedía con una reverencia y una amable sonrisa. Guardó su uniforme en su locker personal, se colocó la chaqueta, tomó su bolso y salió del restaurante.
En tanto subía a su auto en el estacionamiento…
- qué haces?... – cuestionó sorprendido y nervioso el castaño, mirando para todos lados por si alguien veía…. Y es que el pelinegro se acababa de subir a su moto atrás de él…
- te acompaño a tu otro empleo… - respondió sonriente, sujetándose de la cintura del delfín, ocasionándole un estremecimiento…
- porqué, baja, ya tengo suficiente de miraditas y murmullos en torno a mí por tu culpa… - intentaba que el ratón quitara sus manos de su cintura… sin éxito alguno por supuesto…
- qué miraditas y murmullos… - tono celoso, ceño fruncido…
- todos en la cocina dicen que somos novios porque he pasado en varias ocasiones a tu oficina… para nada, por cierto…
- pero se supone que así es, no?... – sonrisa divertida, el auto de Jae saliendo del estacionamiento. El castaño suspiró con fastidio y resignación…
- qué piensas hacer en mi trabajo…. – le pasó el casco a su “novio”… este contrato le volvería loco… <.solo 25 días más.>
- hablar con tu jefe para que te permita faltar el fin de semana completo y no me pongas excusa alguna para venir conmigo a Haewon…. –
- no irás a decirle que nosotros…
- no, no, descuida, tengo el pretexto perfecto, y si se opone renuncias a ese empleo y ya… - se colocó el casco…
- no puedo renunciar… -aseveró con molestia… cómo podía el pelinegro tomarse todo tan a la ligera?
- arranca, llevamos aquí horas, vamos, anda… - ignorando sus refunfuños, se abrazó más al castaño, sintiendo cómo se tensaba por el contacto tan cercano de sus cuerpos, sonriendo lascivamente al sentir el trasero del delfín contra su… dormida entrepierna?
………………………………….
La noche cayó cubriendo con su manto la ciudad, la vida nocturna dando inicio en distintos puntos las luces resplandecientes de los principales puntos turísticos iluminando sus amplias calles… alegría, diversión, fiesta, bullicio, juerga, baile, libertad… pero nada de ello tocaba ahora las puertas del corazón de Jae. Ni un solo mensaje, ni una sola llamada, y el día casi terminaba….
- así de fácil te olvidas de mí, Yunho, hasta antes de que hablaras con Yoochun entraba en tu mundo por lo menos una vez al día… - el rubio estaba sentado en un equipal en el balcón de su habitación, el viento soplando movía sus mechones y susurraba en su oído con una melodía melancólica… - creí que podría con esto, que si tú eras feliz con él, yo podría seguir adelante, pero si ya desde este momento duele, moriré si regresan formalmente…
… Quisiera susurrarte cada noche un “Te Amo” y al amanecer corroborarte el “Eternamente”, pero son sueños vagos que se deslizan por el mundo de las fantasías cual verdugos de un silencio adulador al corazón. Como si el tiempo verdaderamente no importara, los años transcurren y yo te sigo amando, como si el infinito se hiciera perdurable y dejara el brillo de esperanza al final de éste camino entrañable. En las estrellas fugaces he depositado el mismo deseo, pero parece no estar ni siquiera en su prodigioso alcance el que un día tú me ames, y sin embargo cada noche me observan titilantes en la bóveda celeste. Palabras más, silencios sordos, fantasías abnegadas, deseos interminables, efímeros anhelos de un Te Quiero se instalan vehemente en éste corazón necio eternamente enamorado …
………………………………..
Hogar Kim. Habitación de ChangMin
- y él hizo eso?!... – genuinamente sorprendido, el menor estaba muy metido en la conversación con su hermano… Yoochun pagó su deuda, casi peleó con el expatrón del delfín, y todavía le dobló el sueldo en el restaurante!
- sí, el muy maldito se cree que puede hacer lo que quiera con mi vida… - el castaño estaba sentado en la cama de su hermano, éste en la silla de su escritorio, pero trataba de no elevar la voz porque su madre ya se había dormido…
- pero, es una ventaja, digo, aparte de que te olvidas de pagar el préstamo que tenías en la constructora, ganarás mejor con el aumento que te hará en el restaurante… - el delfín refunfuñó, pero no podía refutar… - creo que el ratón está poniendo demasiado interés en ésta falsa relación, no?
- solo lo hace porque le gusta que todo se haga a su modo… - contravino molesto el delfín…
- qué le dirás a mamá acerca de tu viaje de mañana por todo el fin de semana… -
- la verdad a medias, que tengo que estar en la reapertura del restaurante en Haewon, aunque no le diré que no como empleado, sino como invitado…
…………………………
Eran cerca de las dos de la mañana cuando su móvil lo arrancó del sueño que a duras penas había conseguido después de tanto pensar, pero contestó rápidamente al reconocer el número de la llamada entrante…
- Yunho?...
- Jae, puedes venir a mi departamento, por favor… - escuchó la voz del moreno, con un tono extraño, ahogado, como si tratara de contener dolor, llanto…
- estás bien?... – preguntó mientras se levantaba y buscaba ropa para cambiarse…
- solo, con algunos golpes… -
El rubio colgó y salió disparado de su casa, por suerte sus padres duermen y no tuvo que dar explicación alguna de su repentina, y tardía, salida. Marchó a gran velocidad por las calles, a esa hora sin demasiado transito del cual preocuparse. Aparcó afuera del departamento de su amigo, notando las luces encendidas, bajó y se apresuró al interior del edificio, pulsando el botón del cuarto piso donde se ubica el departamento de Yunho. La puerta estaba abierta, entró y vio al moreno en el sofá, limpiando con algodón la sangre en sus costillas…
- qué pasó?... – el rubio se acercó, tomó él mismo unas gasas y continuó limpiando la herida…
- intento frustrado de asalto… - respondió con voz grave, aguantando las ganas de quejarse por el dolor, una herida de navaja, no muy profunda, a la altura de las costillas de lado izquierdo, varias zonas de un tono rojizo en otras partes de su torso, los que seguramente al día siguiente se convertirán en moretones; los nudillos de sus manos irritados, el labio partido, la ropa sucia…
- te peleaste con unos maleantes?... – sacó de la bolsa en la que el moreno seguro compró las cosas de camino de su encuentro con unos pandilleros, una venda para cubrir la herida…
- era eso o darles mi cartera, mi móvil y hasta las llaves del auto que acabo de comprar…
- Yunho, eso son solo cosas materiales, te pudieron hacer daño grave…
- pero estoy bien, además, se defenderme muy bien y no iba a permitir que se metieran conmigo, uno muestra debilidad una vez y lo hará para toda la vida, me juré no ser débil nunca más desde que tomamos el avión, recuérdalo…
- eres un idiota… - murmuró, le dolía ver a su amigo así, le dolía saber que ha ido cambiando poco a poco… solo por Yoochun, por su deseo de volver con él…
- Yoochun dijo que hablaríamos luego, no me dijo cuándo, pero… - el rubio tomó un algodón nuevo y comenzó a limpiar la herida de su labio… - nos besamos…
Jae paró su actividad, un puñal atravesado en su corazón, miró a los ojos del moreno, veía felicidad, esperanza en ellos, se obligó a no pensar, a no atender su propio dolor y continuó…
- espero que pronto todo se arregle entre ustedes, si se besaron significa que no te ha olvidado… - <.aunque no entiendo qué es lo que tiene entonces con Junsu, pero no puedo decirte nada ahora, es mejor que hablen antes.>
………………………..
Distrito Yongsan-Gu. Barrio de Haewon.
Sitio turístico reconocido por su influencia occidental, concentra tiendas departamentales de prestigio, restaurantes destacados por su alta cocina y excelente servicio; punto de reunión de la vida nocturno más activa de Seúl.
Yoochun y Junsu llegaron el viernes por la noche, se hospedaron en el hotel de cinco estrellas de la Franquicia Park, a varios minutos del restaurante por reabrir.
- vamos a dormir en la misma habitación!... – cuestionó lentamente el castaño, estaba que sentía que le faltaba el aire… dormir con Yoochun!
- por supuesto, por lo de, bueno, ya sabes, el contrato… - evitó decir la palabra “noviazgo”. Dejó su pequeña maleta en uno de los sofás. La habitación era amplia, bellamente decorada, contaba con una modesta estancia, un minibar, la cama Queen al fondo rodeada por paneles movibles estilo japonés… (n/a perdonen mi ignorancia del término, pero imagínenlo n_n!), un baño con jacuzzi y una hermosa vista de los rascacielos alrededor…
- pero, pero… - el delfín ni siquiera había caminado más allá de la entrada, estaba paralizado por el impacto de la situación…
- descuida, la cama es muy amplia, no invadiré tu espacio… - aseguró con una sonrisa pícara, acercándose a su “novio” para tomarlo por los hombros e instarlo a caminar… - porqué no dejas tu maleta y salimos a tomar algo por ahí, estamos en donde la vida nocturna se inventó… - propuso animado…
Junsu observó la enorme habitación (y eso que no era la suite que el pelinegro dijo no había querido reservar), su casa casi podía caber ahí… y pensó que en el peor de los casos, podría dormir en uno de esos cómodos sofás, salir a divertirse sonaba tentador (aunque fuera con Yoochun), hace tiempo que no hace más que trabajar…
Complacido con su respuesta, el pelinegro se aseguró de asistir a uno de los mejores antros del barrio. Un ambiente inmejorable de fiesta, música moderna poniendo a todos a bailar, hombres y mujeres de distintas edades y nacionalidades divirtiéndose sin reparar en nada a su alrededor, liberando toda esa energía que los motivaba a estar ahí charlando, tomando y bailando.
- quieres tomar algo en especial… - en la barra, el ratón le preguntó al delfín al oído…
- yo, preferiría no tomar nada… - respondió con un estremecimiento ante esa sensual voz que susurraba en su oído y la cercanía de su “novio” con su cuerpo…
- vamos, Junsu ah, no vas a embriagarte con solo una bebida… - y sin esperar a que su “novio” replicara, se acercó al barman pidiendo dos bebidas que el castaño ni siquiera sabía que contenían… - esta noche vamos a divertirnos… - afirmó con una radiante sonrisa, chocando su vaso con el del castaño, tomando un sorbo y mirando a su alrededor en busca del mejor lugar.
El delfín se supo de un momento a otro en la pista de baile, el pelinegro moviéndose al ritmo de la música, cerca de él, el castaño miró a su alrededor descubriendo que todos ahí estaban demasiado metidos en su propio mundo como para reparar en lo más mínimo en lo demás.
- a ellos no les importa con quién bailes… - susurró con voz varonil, colocando su mano en la cintura del castaño, invitándolo a moverse con él…
Junsu clavó su mirada en las oscuras orbes de Yoochun, tratando de descifrar lo que pasaba por su mente en esos momentos, de porqué se comportaba de aquella manera con él, tratando de descubrir así mismo lo que pasaba con su persona, del motivo por el que se sentía atraído por esos ojos, por esa sonrisa… por esos labios. Movió la cabeza de un lado a otro en un vano intento por espabilar esa clase de pensamientos a la vez que se daba cuenta de que ya bailaba en un ritmo cadencioso con su “novio”, y que no le molestaba en absoluto, tomó de su bebida, sonriendo con alegría hacia el pelinegro.
El ratón imitó al castaño bebiendo de su vaso, sintiendo una caliente sensación en su garganta y cómo sus sentidos se iban desinhibiendo con el pasar de los minutos y después de varias de esas bebidas… igual pasaba con el delfín.
Un par de horas después ya ambos se habían olvidado de preocupación alguna y se dedicaban por entero a divertirse. Yoochun notó cómo chicas y chicos les miraban al bailar, sobre todo a Junsu, cuyos movimientos de cadera eran una tentación hipnótica que obligaban a no despegar tu vista de su cuerpo, de sus facciones gozando del ritmo y la música, incluso de los furtivos roces con el pelinegro, quien celoso por la atención que su “novio” recibía, decidió asegurarse de que todos supieran que era suyo y de nadie más.
Más cuando en su intento por acercarse para besarlo (oh sí, besarlo!) el mismo delfín se pegó por completo a él haciéndole sentir sus entrepiernas rozarse con cada sutil movimiento de cadera, todo pensamiento fue relegado para dar paso al despertar de sus hormonas. Su mano en la espalda del castaño, justo en el nacimiento de ese enorme trasero que ya comenzaba a hacerlo divagar en eróticas fantasías. Escuchó a Junsu jadear contra su cuello y supo que de seguir así perdería toda cordura… y no podía permitirse tal cosa.
Apartó suavemente al castaño, descubriendo esa mirada dilatada, la sonrisa divagada, el carmesí en sus mejillas y su aliento alcohólico… estaba ebrio, no era dueño de sus acciones. Y él no era tan desgraciado como para sacar provecho, porque aunque tomaron la misma cantidad, él tiene más aguante que el delfín y es consciente de la situación.
- vámonos ya, Junsu ah…
- porqué, estoy muy a gusto… - replicó con un pucherito, pegándose nuevamente a él… - sé buen novio, Yoochun ah… - murmuró con esa aguda pero sensual voz que por vez primera escuchaba el pelinegro…
- porque soy buen novio, te digo que es mejor que nos vayamos… - lo hizo quedar de frente a él, la espalda del delfín contra el pecho del ratón, éste abrazando su cintura, instándolo a caminar fuera de la pista… fuera del antro.
- a dónde iremos ahora?... – cuestionó caminando con torpeza…
- al hotel… - respondió sin doble sentido, preocupado por el estado de embriaguez del otro… <.creo que ya sé porqué no quería tomar, se le subió rápidamente.>
- que pervertido eres, Yoochun… - rió escandalosamente al subir al auto del pelinegro…
- no lo dije por ESO… - aclaró acalorado (y eso ya era mucho para él). Aunque no sonaba pero para nada mal tener sexo con el delfín si aún se sentía excitado, él no estaba tan borracho como para no comprender que aquello sería un grave error al que no sometería por nada a Junsu.
- eres más atractivo de cerca… - murmuró el castaño acercándose al pelinegro, depositando un suave beso en la comisura de sus labios, sonriendo como tonto.
Yoochun trató de ignorar ese gesto, pero el pulso ya se le había acelerado y su entrepierna comenzaba a doler entre sus pantalones. Gracias a dios que Junsu se acomodó en el asiento del copiloto y se dedicó a observar atentamente la calle. Llegaron al hotel, el pelinegro se estacionó y luego ayudó a su “novio” a bajar y caminar dentro, subieron al ascensor hasta el piso correspondiente, entraron a su habitación, prendió las luces…
- buscaré tu pijama para que te cambies y duermas… - el castaño no dijo nada, el aire fresco de la noche había despejado un poco la borrachera, pero ahora se sentía mareado, así que simplemente se sentó en el sofá. El ratón buscó el pijama en la maleta del delfín y luego se la pasó… - ve al baño para que te cambies.
Le vio ponerse en pie con el rostro serio, no molesto, no alegre; luego se perdió en el baño, y el pelinegro aprovechó para cambiarse también, un par de minutos después ya los dos estaban en la cama, uno en cada extremo… o al menos esa era la idea…
- qué haces?... – preguntó nervioso el ratón, porque el delfín se había montado a horcajadas sobre él y sentía su respiración contra su rostro, aunque no podía ver claramente por la oscuridad…
- buenas noches… - y sus labios arroparon los de Yoochun, probándolos suavemente, siendo correspondido de la misma manera, convirtiéndose en un dulce beso que tocaba peligrosamente la línea de la pasión…
hola
ResponderEliminarcielos,,,, esta esta cada vez mas interesante
1.que pretende la madre del raton
2.el hermanito ya entro en el juego
3.el encuentro con yuhno
4.los sentimientos de jae
5.la relacion de min con su amigo
6.los acercamientos del yoosu
como acabara esto y que hara chunnie al respecto pues aun siente cosas por yuhno pero a la vez esta siente cosas por el delfin
hay tan bueno que se pone espero que no se tarden en actualizar
saludos
ciertooo...esto esta q quemaaa!!!
ResponderEliminarahii yunho q no vez q mi jae se muere de amor por tii!!,y bueno yoochun lo sientes x yunho no mas es deseo y yaaa...o sea fijate en el delfiin q por cierto bien arrebatado...ahahahha!!