Doctor Kim Junsu cap 15

Yunho pasó el trapo por quincuagésima vez por el mueble de la cocina, todo tenía que estar impecable o conocerían la furia de Kim Jaejoong; no podía ir a buscarlo al aeropuerto, Sung Woong estaba dormido, y tampoco podía despertar al bebé a las once de la noche.

Se sentó con un libro en la sala para esperar a su esposo, dentro de poco menos de una hora llegaba.
Después de avanzar cinco capítulos Yunho miro el reloj, las once y media, ¿Por qué no llegaba Jaejoong? Dejó el libro a un lado y fue a la cocina.


-¿Llega con hambre o estará a dieta?-se preguntó, Jaejoong después de un viaje era siempre impredecible, o se quedaba de haber comido demasiado o de haberse matado de hambre.


Escuchó el sonido de un auto en la entrada y el ruido de unas llaves; corrió para ayudar a Jaejoong.
Jae había dejado las maletas frente a la puerta, estaba pagando al taxista cuando volteó para mandarle un beso volador a Yunho.

-¡Ya voy cariño!-dijo, disfrutando de la forma en que se sonrojaba Yunho-Ese es mi marido-le contó al taxista, el señor se limitó a tomar su dinero-Hace semanas no lo veo.

-Que disfrute señor.

Jae frunció el ceño, ¿señor? ¡Él ni siquiera tenía treinta años! ¿Acaso sus cremas anti-age no funcionaban? Guardó su billetera y caminó a zancadas hacia la casa.

-Hmp…


-¿Enojado ya? Apenas llegas, amor-le dijo Yunho y lo abrazó, Jaejoong se encogió en su abrazo y suspiró-¿Estás cansado?


-No, solo feliz de estar aquí.

Le dedicó una de sus mejores sonrisas y entró a la casa. Todo estaba reluciente, asombrado corrió a su cocina-¿Qué pasó? Yo esperaba encontrar la casa boca abajo.

-No nos conoces, amor-lo tomó de la mano antes de que se pusiera a cocinarle algo, cosa que su Boo siempre acostumbraba apenas llegaba de un viaje-Vamos arriba.

-Quiero verlo~por favor.

-Sólo si prometes no cargarlo, porque lo despertarás y me costó mucho hacerlo dormir.

-Lo prometo-dijo haciendo un pucherito-¡Vamos!

Subieron las escaleras y entraron sigilosamente a la habitación del bebé; Yunho se quedó esperándolo en la puerta mientras observaba la escena, Jae se moría de ganas de alzar a Sung Woong y se aferraba a los barrotes de la cuna con fuerza.

-Boo…

-Ya, ya… Aish… Parece un angelito.

Recogió el pequeño peluche de león del suelo y lo acomodó en uno de los estantes de juguetes, ese lugar parecía más una juguetería que la habitación de un niño.

X

Cerró la puerta a sus espaldas y se acostó en la cama; Jae estaba en el baño, poniéndose lindo seguro~ tardaría un poco, como siempre.
Se sacó la camiseta y los pantalones, Jaejoong se sorprendería al verlo así, rió bajito.

-Jung Yunho, no creas que no escuché tu risa de brujo, ¿Qué planeas?

-Nada, Boo~! Te imaginas cosas.

Se tapó con las sábanas y esperó.

-Yunnie…

La luz del baño se apagó y apareció Jaejoong con su bata blanca de dormir. Paró justo frente a la cama y expuso uno de sus hombros-¿Te gusta lo que ves?

-Claro.

-Aish… Vamos, Yunnie, más romántico…

Volvió a destapar su hombro y un poco de su pecho.

-Eres hermoso.

-Gracias.

Lanzó la bata sobre su hombro y se subió a la cama. Yunho le ofreció su pecho a modo de almohada de forma automática y Jaejoong le pasó un brazo por la cintura.

-Estás callado-dijo Yunho, tenía los ojos cerrados.

-Estaba pensando…

Pasaron unos segundo de puro silencio, Yunho besó la frente del mayor y lo miró-¿En qué?

-Quizás… necesitamos unas vacaciones.

Yunho rió, música para los oídos de Jae ya que hacía rato no escuchaba esa risa tan armoniosa-¿Eh? No rías…

-Yo tengo vacaciones permanentes, Boo…-volvió a besarlo, pero esta vez en la frente.

-Pero… desde que nació Sungie… No sé, no tenemos tanto tiempo para nosotros.

-No como antes-coincidió Yunho-Pero no es que nos dejemos estar.

-Tengo miedo de eso… De que nuestro matrimonio acabe como el de miles de otras personas-se sentía al borde de las lágrimas pero no sabía porque. Se apretó contra Yunho y cerró los ojos-No quiero que pase eso.

-Es que no pasará, Boo. ¿Por qué estás tan inseguro así tan de repente? Me estás preocupando…

Se irguió un poco para mirarlo mejor, permaneció con su expresión impasible, le pasó el pulgar por las mejillas, acariciándole suavemente y luego le limpió las lágrimas.

-No sé qué me pasa-dijo riendo-Seguro tendré mi periodo.

Era un chiste que siempre hacían cada vez que Jaejoong se ponía hormonal, pero Yunho no rió. Tan sólo lo miró más turbado; lo atrajo hacia sí.

-Está bien…

-Yunnie…

-¿Hmm?

-Vamos a París.

X

Despertó solo en la cama, eso si era algo que odiaba con toda el alma, tanteó el lado vacío, como si Yoochun fuera a estar ahí y suspiró profundamente antes de hacerse escuchar.

-¡Yoochunah~!

Se tapó el rostro con la almohada de Yoochun, la luz lo cegaba y no ayudaba en nada; al parecer Yoochun estaba en el baño, escuchaba una serie de ruidos que provenían de ese lugar.

-¿Qué?

Apartó la almohada y se la lanzó al mayor que se asomó por la puerta, su cabello estaba mojado y tenía su cepillo en una mano, el objeto volador impactó contra el abdomen de Yoochun.

-¿Qué te pasa? No quería despertar solo-hizo un pucherito esperando algún tipo de recompensa.

-Ah~amor, ¿no puedo bañarme en paz?

-No.

-¿Por qué?

Recogió la almohada del suelo y la acomodó de nuevo en su cama. El menor volvió a colapsar entre las sábanas, desnudo, medio durmiendo, Yoochun sonrió.

-¿Quieres desayunar?-se acostó a su lado y acarició su espalda, esa piel era porcelana pura-Puedo preparar algo o salimos…

Junsu rodó cerca del mayor y cerró los ojos cansado, la mayor parte de la noche se la pasó mirando a Yoochun mientras éste dormía, era, después de él, una de las cosas más angelicales que había visto en su vida.

-¿Entonces…?-susurró Yoochun tratando de no deshacer esa tranquilidad.

Junsu lo jaló del brazo y lo apretó hacia sí-Quédate aquí~

X

Entró al estudio de Jaejoong con Sungie en brazos; era sábado, eran las 9 de la mañana y Jaejoong tenía una receta en la mano. Trabajando… Otra vez.

-Boo… ¿Qué haces?

El pelinegro se sacó los anteojos y guardó sus papeles. Sí, sabía que estaba mal estar despierto tan temprano y trabajando… Pero era inevitable.

-Ya terminé-dijo con una sonrisa y recibió contento a su hijo en brazos, se volvió hacia Yunho sonriendo de oreja a oreja-¿Ya desayunaste?

-No, esperaba deleitarme con algunos de tus pancakes.

-Jung Yunho~ ¿Crees que tengo tiempo para hacerte el desayuno?-preguntó tratando de sonar serio.

-Hasta te sobra-se inclinó sobre la mesa y lo besó con suavidad, se apartó cuando Sungie lo comenzó a jalar del cabello-Ey, ey, cuidado…

Jaejoong se levantó y caminó tranquilamente hacia la cocina, Sung Woong se balanceaba contento de un lado al otro; abrió la heladera para ver que cocinaría para el almuerzo y sacó todas las ollas necesarias, Yunho lo observaba desde el otro extremo de la cocina.

-¿Cómo puedes hacer todo eso con el bebé en brazos?

-Ya te dije, esposo mío, que las “madres” podemos hacer de todo con el bebé, ustedes los padres son unos inútiles.

-Sinceramente no te entiendo-dijo cruzándose de brazos, Jaejoong seguía yendo de un lado al otro con sus ollas-Algunas veces te autodefines como la madre y otra veces me exiges que te diga “Padre”, ¿Qué eres Kim Jaejoong?

-Más madre que vos, eso lo aseguro.

Sentó a Sung Woong en su sillita de madera y comenzó a pelar una manzana para darle de comer, Yunho no le quitaba la mirada de encima.

-¿Qué piensas?-preguntó.

-Quizá deberíamos visitar a ese tu amigo Junsu.

Siguiente