“¿Qué fue lo que acababa de pasar?” Pensé halándome los cabellos caminando de un lado al otro de la silente habitación como acostumbraba a hacer cuando estaba totalmente confundido. ¿Mis sospechas eran ciertas?
Yunho realmente sabía cómo seducir a alguien a caer en la confusión… ¿Estaba jugando conmigo? Aunque él pensara lo contrario, conocía a Yunho a medias; tan impredecible es su comportamiento que podría apostar que quería tomarme como un atrevido amante en el sofá o bien podría ser una invitación cotidiana a unirme a su sueño y mi cabeza quizás estaba retorciéndolo todo. En el baño mis pensamientos no necesariamente contribuían a mejorar la situación.
“… Mis manos acariciando… sus pies. Mis dedos rozando sus fuertes y largas piernas. Mis manos sobre su Fornido y viril pecho. Mis labios en sus manos, besando lenta y apasionadamente la punta de sus dedos.
- Jaejoong…
Un grito de placer no podrá detenerme, mi amado Yunho. Tus dedos entraban dulce y suavemente a mi boca y evocabas mi salvaje locura. Sentía que el placer se irrigaba en cada gota del naciente sudor de mi cuerpo.
Y me besaste…
Un torrente de adrenalina invadió mi cuerpo súbitamente y me sentía más enloquecido aún. Un gemido suave pronunciaron tus labios y en seguida supe que me dejaría llevar por tu inminente voluntad. Tus manos acariciando mi cuerpo equivalían a una hora en el cielo. Te iba a hacer el amor por siempre, Yunho, porque tú… me perteneces.”
Estaba tan excitado que me causaba dolor poder dejarlo salir, así que continué estimulando mi pene para no perderme ni un segundo de mi recién encontrado paraíso.
“Muérdeme, Yunho…
No solo me mordiste, tu lengua arrasó cada rincón de mi cuerpo y se refugió en mi oreja. Me estremecía sentir como se enroscaba tu húmeda y traviesa lengua en mi oreja sin ataduras.
- Ven a mí… Boojae.
Gemía como un cachorro y yo jadeaba como un mendigo que no ha bebido agua en días. Yo siempre estuve frente a ti, junto a ti, mi amado Yunho”
Me mordí los labios para no verbalizar un fuerte grito de placer que provenía desde lo más profundo de mi interior.
“Eres MÍO… Jaejoong.”
- … Ah! – Gemí con intensidad entre jadeos y sudor. Tuve que sostenerme del espejo para no caer de largo. Sentí como si todas las fuerzas abandonaban mi cuerpo y cómo el cansancio y la satisfacción llenaban el vacío.
No podía soportar como cualquier ilusión con Yunho me excitaba hasta niveles insospechados. Me avergonzaba tener que satisfacer yo mismo mis necesidades a través de ilusiones llenas de perversión, pero era la única forma de poseer a Yunho completamente.
- Te odio… - Musité con lágrimas en los ojos y luego golpeé fuertemente la pared para poder drenar toda mi frustración.
Con las luces apagadas lloré en silencio la madrugada entera. No era ni remotamente la primera vez que me masturbaba pensando el Yunho pero por alguna razón no me atreví a salir del baño hasta haber drenado mi tristeza por completo.
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pobre Jae lo que tiene que hacer por el amor de Yunho si lo llega a descubrir que pena o quizas le ayude el
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