Blur cap 10

EVERY OTHER DAY

Taemin es así de puntilloso cuando de bailar se trata. Pasa del medio día, hemos estado practicando desde las 8 de la mañana, todos han de estar en el comedor, pero él está sumergido en el free dance que sólo él se permite luego de las prácticas. ¿Yo? He demorado más de lo debido en las duchas. El día va, el día viene, sudas más de lo que el cuerpo te debe permitir, no hay tiempo para pensar. Mas cuando todo termina, el golpe del agua fría te despierta, te abofetea el rostro y te dice hey, él no está. La realidad se convierte en cemento sobre tus pies, cierras tus ojos con fuerza bajo la ducha esperando que los escalofríos te despisten una vez más. Pero no lo suficiente.

La canción Crazy Life sigue llenando el ambiente desde los 4 parlantes en cada esquina del salón. Yunho aparece nítidamente en 42’’ desde aquel LCD empotrado en una de las paredes, aunque parezca no importar porque Taemin a estas alturas ya se ha aprendido palmo a palmo su coreografía. Le veo, desde el marco de la entrada a las duchas, desplegar con gracilidad aquella coreografía. Cómo alguien tan menudo puede ser tan enérgico. Taemin es un vivo ejemplo de que no debes subestimar a alguien por su complexión, en ningún sentido. Porque él puede ser afable e infantil, pero no es ingenuo y sabe cómo conseguir las cosas.

La puerta principal se abre. Es Onew asomando su cabeza.

-Tae, a almorzar ya.-

El menor se detiene y gira hacia el líder, sonriendo.

-En un momento estoy.-

-Ahora.- Onew, acercándose, no deja rastro de duda en su voz.

-Pero tengo que ducharme, Jinki.

-En la habitación. Vamos.- le insta.

Tae refunfuña y tiembla de impotencia. Onew lo conoce lo suficiente como para saber que, de ducharse acá, practicará otra media hora antes de hacerlo. Así que recoge su maleta deportiva, toscamente, y se dirige hacia el reproductor.

-Ya lo apago yo. Ve.- le digo. Tae enarca las cejas inquietándose.

-Tú también deberías venir a almorzar ya, Minho.- Onew no es de tacto, su preocupación también se hace sentir.

-Voy a ordenar esto un rato, enseguida voy.- replico.

-Pero Minho…- comienza Tae. Me va a dar mil razones absurdas por las cuales debo acompañarlos. Todos se comportan así desde aquel incidente, con lástima e inquietud. Me comienza a hastiar.

-Tae...- comienzo, pero mi voz sale punzante e impaciente, de entre los dientes. Lo noto porque Tae se muestra sorprendido y Onew me advierte con la mirada que no me atreva. Suspiro.- Te prometo que en cuento termine de acomodar las cosas, voy, ¿si? Cinco o diez minutos, máximo.

Onew asiente, mientras rodea los hombros de Tae con uno de sus brazos, con el otro le coge el maletín, y lo guía a la salida. Tae, por su parte, no me quita la vista durante todo el trayecto hacia la puerta, por sobre el brazo de Onew.

No es un vacío, no lo quiero ver así. Es como la sensación que te da cuando repentinamente, habiendo llegado ya al colegio, anuncian que hoy no habrá clases.
Tienes el día libre. Ves un rato tv en tu cuarto, pero luego te hastía, te incomoda. Y es raro, porque se supone debes disfrutar un día libre, pero no hay planes. ¿Sabes por qué? Porque el día ya estaba dicho, de manera aburrida, pero planeado al fin y al cabo. La rutina se rompió sin darte tiempo a crear una nueva. Es así como se siente, sólo eso; así que simplemente tienes que sacudirte y acostumbrarte a un nuevo esquema.

Estoy recogiendo las últimas botellas, faltan las toallas. Me quedo estático de cuclillas, sin atreverme a levantar la mirada. El solo de Yunho en el Premium ha terminado, dando lugar a la siguiente presentación. No, no necesito levantar la vista para adivinarlo, pero lo hago. El sonido rampante de las guitarras eléctricas, aquel gemido de fondo, y el siguiente grito camuflado con efectos. Te levantas ya completamente y lo ves, lo oyes. Hyung cantando en inglés. Changmin aferra el micro, ladea la cabeza en los cambios de entonación, sonrie de lado. Debiste detener el reproductor.

Lo sabes, justo en ese momento lo sabes. Porque, diablos, 2 meses son demasiado tiempo para recomponer una rutina. Reconoces el vacío. No es sólo una rutina, es más, mucho más. Es comprensión en los ojos, calor en el pecho, temblor en los dedos, sonrisas francas, y la sensación de que hay más. Dios, eso es lo que más duele, que había más. Por conocer, por compartir, por reír, por lo que avergonzarse. Se siente como intentar dar un paso y quedarse en el aire, ¡mal! Porque o estás un paso atrás o un paso adelante, no así: desequilibrado.

¿Y lo que pasó? ¿Se queda atrás? ¿Pretendo que no fue cruel con Taemin y despectivo conmigo? Es que no lo entiendo: sus ojos iracundos y sus palabras ponzoñosas. No era él. ¿Entonces por qué? Y, ¡no!, no voy a aceptar aquella gilipollés de Taemin acerca de los celos. Porque soy un libro abierto para hyung, y sabría que si me quisiera con él, me tendría. Porque no importa cuánto intente no pensarlo u ocultarlo, estoy por él, estoy por él.

Otra vez me voy a conformar con su amistad. Voy a ser sincero y decirle que me molestó, pero que ya pasó. Que venga por las tardes a los ensayos o que me deje visitarlo algunas tardes. Porque es así, ya pasó, él no tiene que ser perfecto –aunque hasta ahora me lo haya parecido- y yo no soy quién para juzgar. No necesita disculparse, no me interesa, pero que venga, que venga porque me ahoga. Necesito escuchar sus inflexiones en lengua extranjera, perderme en un abrazo y aspirar el aroma de su camisa. Necesito sentir sus dedos revoloteándome el cabello y, esta vez, prometo no renegar, solo dejarlo. Lo prometo, pero que venga.

Me limpio aquella lágrima que se quedó atrapada en las esquina de mi ojo izquierdo, antes de agacharme a recoger las botellas que he soltado. Recojo las toallas, apago el reproductor, guardo el DVD de Tae y me dirijo al comedor.

Sí, voy a ser sincero con él y conmigo, decirle que todo ya pasó. Porque entre pretender que nada pasó y seguir con esto que soy sin él, lo elijo a él. Siempre ha sido él.

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